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24 de febrero de 2024

Del enamoramiento al resentimiento! Un sólo paso


 Desde el embrujo del amor hasta el frío resentimiento, el viaje es largo y desgarrador. Al principio, somos aves en vuelo, danzando entre las nubes y las estrellas, con sonrisas que iluminan incluso la noche más oscura. Es una etapa de ensueño, donde el mundo parece un escenario de fantasía. Pero, como dice el sabio Jardiel Poncela, los desencuentros no llegan con los gritos, sino con los bostezos.

¿Qué ha sucedido con esos sueños tejidos entre susurros? ¿Dónde se esconden los versos y las escapadas románticas? Todo se desvanece en el rincón del olvido, un lugar habitado por los fantasmas de lo que una vez fuimos. Las promesas se convierten en ecos distantes, los besos en sombras de lo que fueron, y las caricias, en meros recuerdos.

La desilusión se convierte en un lamento que resuena en cada corazón como el llanto de un niño hambriento. Ninguno cumplió las expectativas del otro, y las ilusiones se desvanecen como humo en el viento. Nos conformamos con la monotonía de lo conocido, olvidando que la complacencia no es amor verdadero.

El resentimiento se cierne como una sombra, acusando al otro de no cumplir con las expectativas. Nos aferramos al sentido de posesión, convirtiendo al ser amado en un mero objeto de nuestro descontento. Nos perdemos en un mar de reclamos y críticas, olvidando que en algún momento fuimos cómplices de la felicidad mutua. En esta etapa, nos sumergimos en la escasez, enfocándonos en lo negativo y sintiéndonos perpetuamente insatisfechos. 

Todo lo que antes admirábamos se convierte en motivo de reproche, y cada gesto es analizado con lupa. ¿Cómo hemos llegado a este punto en nuestra historia de amor? Nos aferramos a la dualidad del todo o nada, en lugar de aceptar la complejidad de nuestra relación. Nos convertimos en jueces implacables, en lugar de aliados en la búsqueda de soluciones.¿Por qué pasamos del enamoramiento al resentimiento? Existen varias razones, y todas tienen base en el alma del árbol familiar, en la estructura del sistema de creencias. 



Veamos:

Idealización inicial: Durante la fase de enamoramiento, es común idealizar a la pareja y verlos a través de una lente positiva. Sin embargo, con el tiempo, esta idealización puede desvanecerse a medida que conocemos más a la persona y nos enfrentamos con situaciones que no nos agradan de su personalidad, costumbres, creencias.

Expectativas no cumplidas: A menudo, tenemos expectativas implícitas o explícitas sobre cómo debería ser nuestra relación o cómo debería comportarse nuestra pareja. Cuando estas expectativas no se cumplen, podemos sentirnos decepcionados y resentidos.

Comunicación deficiente: La comunicación deficiente o inadecuada puede llevar a malentendidos, conflictos no resueltos y acumulación de resentimiento. La falta de habilidades para expresar nuestras necesidades, deseos y preocupaciones de manera efectiva puede generar tensiones en la relación.

Cambios en la relación: Las relaciones evolucionan con el tiempo, y lo que funcionaba al principio puede volverse insatisfactorio más adelante. Los cambios en las circunstancias individuales o en la dinámica de la relación pueden desencadenar sentimientos de resentimiento si no se abordan adecuadamente.

Acumulación de pequeñas frustraciones: A veces, el resentimiento surge de la acumulación de pequeñas frustraciones o conflictos no resueltos a lo largo del tiempo. Estas tensiones pueden aumentar gradualmente y eventualmente convertirse en resentimiento si no se abordan.

Pérdida de conexión emocional: Si la conexión emocional entre los miembros de la pareja se debilita debido a la falta de intimidad emocional, apoyo o conexión, puede surgir el resentimiento. Sentirse desconectado o incomprendido por la pareja puede alimentar el resentimiento y la insatisfacción en la relación.

¿Cómo salir de esta situación?

Mantener una comunicación abierta, cultivar la empatía y trabajar en la resolución constructiva de conflictos pueden ayudar a prevenir o abordar el resentimiento en una relación, esto se genera a partir de la madurez emocional. Vivir en el eterno amor inmaduro dónde prima la creencia "el amor lo puede todo" es la base para el deterioro de la pareja.

La carencias infantiles proyectadas en el otro no sanan, boicotean los vínculos. La auto conciencia es la piedra fundamental de todo éxito. ¡El éxito no es sólo "lograr lo que quieres!" también es aprender a "soltar lo que quieres porque eso te hace mal"







3 de agosto de 2016

¿Quién eres?


Si nos preguntan ¿ quienes somos? respondemos con una lista de juicios que explican o hacen referencia a nuestros resultados. En Ontología del Lenguaje se parafrasea que somos un conjunto de principios explicativos; de alguna manera equivale a decir que somos en relación a nuestros resultados, o mejor dicho aún nos identificamos con ellos y por ende nos construimos a partir de ellos.  Podemos decir Yo soy puntual porque tengo un historial que avala esa declaración, yo soy fiel porque mis actos se condicen, yo soy valiente porque tengo una memoria que me dice que he atravesado riesgos y sin embargo pocos decimos YO SOY BIOLÓGICO cuando tenemos un cuerpo que lo consta a cada momento. 
YO SOY BIOLÓGICO cabe enunciar que soy INSTINTO... 
YO SOY LENGUAJE  cabe enunciar que soy CULTURA
Humanidad y animalidad se mezclan en el YO SOY... por yo soy esto y aquello; un ser lingüístico y un ser de la naturaleza. Soy un todo de dualidades que en última instancia se entrelazan, compaginan, vinculan, tropiezan, sabotean, y me conforman.
YO SOY NATURALEZA/ YO SOY CULTURA
Yo soy conflictos biológicos que activan mis programas cerebrales de adaptación o sobre vivencia y mis conflictos psicológicos que activan mis programas de socialización.
Y esta hermosa dicotomía de la que formamos parte en muchas ocasiones es olvidada; y sobreexageramos solo una parte, la social; y es cuando emergen los síntomas.
Pensamos que todo pasa por la cabeza, pero todo nos sucede desde el cuerpo; este carruaje especial que porta nuestra esencia vital, es el comunicador de los desequilibrios que a diario sobrellevamos bajo el síndrome "está todo bien".
Frente a una situación inesperada, dolorosa, tendemos a negarla, y a conservarla en el silencio de nuestra conciencia personal, mejor que nadie se entere de lo que estamos padeciendo o sufriendo. Llevamos rumiando el conflicto hasta la almohada y mágicamente esa noche no podemos dormir. Creemos que el problema está ahí... en la incapacidad de concebir el sueño, sin observar que ese es el mensaje ¿Para qué no estoy pudiendo dormir? ¿Por qué no me permito bajar las defensas? ¿Será que me siento en tal situación de indefensión que me urge mantenerme alerta?
El dolor se manifiesta en aquellos espacios dónde no había conciencia para dejarnos un mensaje. ¿Cuáles son los mensajes que recibes a diario? ¿Te dedicas tiempo para conocerte? ¿Es el autoconocimiento una herramienta para el éxito en las relaciones?
Si quieres conocer más acerca del apasionante mundo de SER HUMANO te invito a participar en nuestro taller VOLVER A NACER Y CURAR HERIDAS EMOCIONALES DE LA INFANCIA que tendra lugar el 20 y 21 de agosto. 
Más informes chuchigonzalez@dhcrearte.com
                      Whatsapp 5534551888 ( de 12 a 18)



1 de junio de 2016

¿Por qué no logro ser feliz con mi pareja?


Cuando llegamos a este planteo, ya pasó demasiada agua bajo el puente. Demasiados intentos. Demasiados acuerdos. Demasiados perdones. Demasiados juramentos. Demasiados borrón y cuenta nueva. Demasiados silencios. Demasiados enojos. Demasiados te quiero pero... Demasiados "es por los niños" Demasiados sueños rotos, desesperanzas. Demasiado ABUSO. Porque abuso es todo lo que es DEMASIADO, en sus dos polaridades demasiado de mucho o demasiado de poco. Al partir de esta pregunta intrínseca y personal ponemos el foco en un lugar confuso, frágil e incierto. Nos preguntamos ¿Por qué no logro ser feliz con mi pareja? Una y otra vez. Y la respuesta aparece a borbotones apresurados intentando callar la conciencia mañanera y reclama en voz alta ¿Quién lo es? ¿Acaso quién es feliz todo el tiempo con la pareja? No obstante, la pregunta sigue fiel buscando una respuesta ¿Por qué no logro ser feliz con mi pareja? Y tal vez el ego delator te informe que no eres feliz con tu pareja, porque...
tu pareja es irresponsable
tu pareja es floja
tu pareja es poco cariñosa
tu pareja es infiel
tu pareja es fría 
tu pareja es mentirosa
tu pareja es abusiva
tu pareja es escasa
tu pareja es triste
tu pareja es violenta
tu pareja es infantil
tu pareja es ...... (Agrega todo lo que crees que sea tu pareja, a mí se me acabo la imaginación)

29 de marzo de 2016

No te depiles

No te depiles porque hoy vas a dormir con él...
Ni adelgaces porque dice que estás rellenita...
No dejes de trabajar porque va a mantenerte...
Ni le des tus claves de redes sociales porque no tienes nada que ocultar...
No consumas harinas, alcohol, o dulces porque él se siente mal de que siempres estás a dieta...
Ni postergues tus amistades porque él no es seguro de sí...
No uses poco maquillaje porque a él les gustas al natural...
Ni faltes al gimnasio porque es su franco y quiere estar contigo...
NO HAGAS NADA DE NADA POR EL.
NI UN SOLO ESFUERZO. NI UN INTENTO.

Porque todo lo que haces o harías por él tendrá el costo implicíto que no sabrá pagar, y eso te defraudará y terminarás boicoteando la relación; no por lo que él no supo hacer, sino por lo que estuviste esperando cada día que elegiste actuar para lograr su aprobación, su reconocimiento, aprecio, aceptación.
Las mujeres tienen históricamente un chip en el que traen grabada la historia de que "lo pueden todo" y en el afán de cumplir con la expectativa histórica, sacrifican sus vidas, sus gustos, sus anhelos, sus proyectos, para SER lo que  el otro espera que SEA. Y eso, mujeres, también es violencia. Es la violencia que ejerces sobre tu propio género. Autoflagelación, autocastigo, prostitución encubierta, que en silencio exije más y más y nunca es complacida, porque no habrá nada en el mundo que pueda completar un alma a media luz. 
NO HAGAS NADA DE NADA POR EL... porque luego estarás decepcionada, enviándole la factura de tus favores, de tus esfuerzos, demandándole la felcidad extravíada, la vida vacía, el tiempo perdido.

28 de enero de 2015

El amor y las palomitas azules


En nuestro más infantilismo arcaico, los seres humanos siempre buscamos “echar”, “sacar”, “ extirpar”, “tirar hacia afuera”aquellas situaciones de las cuales no queremos hacernos cargo. Es decir elegimos vivirnos como víctimas para pode expiar eso de lo que no nos hacemos responsables. Así la causa de la infelicidad, el desamor, los crímenes, el enojo, la tristeza siempre tienen que ver con otro diferente a uno… algo o alguien lo genera, algo o alguien ajeno a “mí”… somos infelices por el país en el que nacimos, los gobernantes, los padres que nos criaron, los maestros que nos inculcaron determinados valores, los vicios que nos rodearon, las carencias que nos atraparon, los hijos que no parimos, las parejas, el clima y por supuesto, la puta que nos parió… Y en esa espectacular gama de infames traidores, en tiempos de tecnología, se suman las redes sociales… Hay hasta incontables noticias acerca de lo mal que el Facebook, el WhastApp, y la pan con queso generan entre los amados y amantes… 
Dicen que las famosas palomitas azules que avisan cuando el receptor leyó el mensaje es un regalo para las mujeres que exigían una prueba contundente de que el mensaje había sido leído. Así podemos escribir: “Amor, ya vi que leíste el mensaje, ¿ por qué no contestas?….
Amores que se terminan por que alguien no puso en el segundo treinta de su publicación un “like” y el ofendido como el César entonces pulgar para abajo y fin de la relación. Mujeres y hombres que viven pendientes de los “estados” de sus compañeros, amigos recientes, canciones dedicadas o el clásico “rastreo de lo que hizo el susodicho en las últimas horas”….
…. Dicen que por las redes, mueren ahogados muchos amoríos… que la tecnología tiene la culpa, y lo peor… es que lo creemos… asentimos la cabeza, apretamos el ceño, y gesticulamos los labios como diciendo “ Que locura, para que habrán inventado eso… Y la locura no es otra que comprarnos la historia de que los medios son los delatores de la inseguridad personal, de los miedos atroces, de las comparaciones odiosas….
Toda relación es en el fondo una relación de poder…. siempre está el que quiere y el que se deja querer… el que protege y el que se deja cuidar… el súper héroe y el desvalido… por lo tanto el dominante y el dominado…
Y ¿ Qué es el poder? ¿ Una capacidad o habilidad de hacer determinadas cosas? ¿Una facultada de Ser algo? ¿Astucia de influir en alguien o algo? ¿Autoridad?
El poder es todo eso y tal vez mucho más… En las relaciones de pareja aunque en apariencia uno detenta ese poder, generalmente son los dos mediante una cesión de derechos tácita.
A veces ese poder mal ejercido está minado de control victimario o sumiso, pero en ambas situaciones se controla. La posesividad a través de los medios de comunicación es una forma moderna de ejercer ese control “mediante mensajes” y la finalidad es que el otro responda a nuestra santa voluntad. Los otros día veía una película que se llama “El amor en tiempos de Selfie” – la recomiendo – y el actor principal decía “ ¡¡ me regalaste un celular!!.. no me regalaste un instrumento de control y tortura!!!
Todos los miedos con los que las personas llegan a una relación se ponen en manifiesto más descaradamente con las herramientas que tenemos para vincularnos. Pero no es mal de los tiempos modernos, sino locura personal. Tal vez miramos más el teléfono o la computadora que a un espejo… y nos olvidamos de quienes somos… creemos que somos ese perfil…. y nos deshumanizamos, nos separamos y perdemos el único y real poder que tenemos que es el personal, el de poder CREAR Y CREER en nosotros mismos.
Qué importa si tu chico no te puso LIKE, ¿ Esa será la vara con qué medir tu relación? Si la respuesta es SI piensa que chiquita es la relación especial que creaste para tu vida, ¿ De verdad crees que mereces tan poco?

23 de enero de 2015

El deseo… 5 minutos más…

Chocolate, dulce de leche granizado, frutas del bosque, crema del cielo. Helado. Sabores. Sostengo con firmeza el cucurucho. Paso mi lengua de este a oeste, de norte a sur y le doy a la bocha un toque artesanal, una especie de esferita chupada a la medida. Cierro los ojos para incrementar el placer que el contacto con estos sabores me deleita. Muerdo apenas, para no derrumbar la mezcla exacta. Chocolate – pienso. Dulce de leche granizado – exquisito- agrego. Me siento plena con mi elección, hasta que pasa un señor con un estridente anaranjado en un cono. ¿Qué sabor será? ¿Será más rico que éstos? ¿Y si la próxima intento probar con otros? ¿y si después de éste me queda espacio para más? El pensamiento ahora es el típico mono, salta de rama en rama, ¿ para qué siempre el mismo? ¿ para qué no arriesgar? ¿ y si cambio y me arrepiento? ¿ y si no me arrepiento nada? Estoy satisfecha pero no puedo dejar de pensar. ¿Cuando volveré a la heladería? ¿Tendré tiempo? Treinta y pico o quizás cuarenta años de chocolate y dulce de leche granizado…. aunque antes era chocolate y frutilla con crema…. ¡Cómo pasa el tiempo!…uno (yo) se acostumbra a los mismos colores y sabores… ¿aún me gustarán? o ¿ sólo me dejo llevar por la costumbre?…¿Qué sentirá ese tipo? Se me hace agua en la boca. Pero no por mis gustos, sino por el suyo. Su sonrisa desfachatada me hace sentir que estoy equivocada en mi elección. La próxima vez, sin duda, pediré el anaranjado. Iré al mostrador a preguntar ¿cuál es el helado de este hombre? ¿Flan? ¿Naranja a la crema? ¿Crema rusa? ¿Por qué le gusta más a él que a mí? ¿ Me gusta el chocolate? ….Si, me gusta…. Me quedo con este! y sin embargo:

                                         

5 de noviembre de 2014

Ser infiel

Que te metan los cuernos, duele. El filo de las puntas se clava en la autoestima y a borbotones las expectativas caen al piso en coma. Y sin embargo, eso cuesta menos que ser infiel. Pues cuando estás engañando, todo el tiempo sientes un frío interno, un vacío, un temor a ser descubierto. Y eso es menos, que volvernos infieles a nuestra naturaleza, porque cuando obramos desde la deshonestidad interna, la incertidumbre se burla a cada latido y el miedo nos espanta la felicidad.
Es que no es lo mismo que te engañen, que engañes, que te engañes y engañes. En el primer caso, lo lastimado con el tiempo cicatriza, a veces deja marcas; pero casi siempre; un nuevo amor, las matiza. Cuando engañas y estás en modo inconsciente, te sientes un maestro del disimulo, y te burlas de tu entorno, pero cuando adviertes que ese otro es un espejo, la risa del guasón se desmaquilla, y entonces pasas a la tercera fase te engañas a ti mismo, y no siendo tú engañas al otro. Muestras una cara que no tienes, que apenas compraste con las monedas del cinismo. Sentimos miedo cuando no somos nosotros, y uno de ellos es al abandono y al desamor; porque vivimos lejos de nuestro hogar primero; la tierra es un modesto hostal.
¿Por qué somos infieles? Aunque resulte paradójico por fidelidad o dicho de otra forma por ser fieles “a”… al clan, a la familia, a la sociedad, a la cultura, a las palabras de papá, a los miedos de mamá. ¿ Cuántas veces no sentiste el mismo temor de ella? ¿Cuántas veces no repetiste su misma historia?
Somos infieles para ser aceptados, para ser aprobados, amados, para sentir que pertenecemos, que no estamos solos. Tanta soledad en los huesos del alma hace vacío y congela… entonces el remedio genérico es meternos las guampas – término quechua que significa cuerno- y decir lo contrario y hacer lo opuesto y sentir lo que no sentimos…


  • Somos infieles cuando decimos SI en lugar de decir NO
  • Somos infieles cuando decimos NO en lugar de decir  SI
  • Somos infieles cuando decimos “Está bien”en lugar de decir “Esto no me agrada”
  • Somos infieles cuando decimos “NO importa”en lugar de decir “Me duele”
  • Somos infieles cuando decimos “No pasa nada” en lugar de decir “Me siento triste”
  • Somos infieles cuando decimos “No estoy enojado/a” en lugar de decir “Estoy hasta el caracú”
  • Somos infieles cuando decimos “Lo comprendo” en lugar de decir “La verdad que no comprendo un carajo”
  • Somos infieles cuando decimos “Te llamaré” en lugar de decir “No quiero verte más”
  • Somos infieles cuando decimos “Perdón” en lugar de decir “Es mi sentir y no necesito pedir perdón por ello”
  • Somos infieles cuando nos entregamos al 100 a sabiendas de que el otro se entrega en números rojos y aún así elegimos ponerlo en el recuadro RELACIÓN DEL MES
  • Somos infieles cuando no nos damos tiempo para hacer lo que nos gusta porque no nos damos permiso de disfrutar
  • Somos infieles cuando creemos que los demás son más que nosotros mismos, más inteligentes, más valiosos, más guapos.
  • Somos infieles cuando vivimos en la creencia de que el que nos ama nos hace un favor

¿En que eres infiel? ¿A qué eres fiel? ¿Cuál es tu forma de traicionarte?
Si te interesa el tema, en febrero de 2015 lanzaré una conferencia profunda, íntima, vivencial que abordará el tema: “Las mujeres son más infieles que los hombres”



16 de octubre de 2014

Insatisfacción relacional

Desde pequeños hemos aprendido a crear lazos, de alguna u otra forma estar o pertenecer a grupos fomenta nuestra seguridad, estima, y desarrolla valores compartidos. En la adolescencia y adultez la búsqueda del placer, el amor, y  la compañía se torna en un deseo, sueño y meta para la mayoría de las personas. Influenciados quizás en la realización personal a través de la creación de una familia o estabilidad emocional mediante una pareja, los individuos se embarcan en una seguidilla de amoríos que generalmente terminan por similares circunstancias.
Culturalmente nos han enseñado a necesitar, a creer en la fantasía de que “sin el otro no podemos vivir” y nos enrollamos en conversaciones internas que nos genera malestar, ansiedad, angustia, incluso depresión o síntomas físicos como insomnio, gastritis, colitis, entre otros.
Creamos imágenes de nuestro día sin esa persona “especial”, ¿Qué sería de nosotros? ¿Cómo podríamos vivir sin que nos toque o bese? ¿Cómo soportaríamos que construya su vida con alguien más? Y sin cabal consciencia erigimos la relación desde un futuro de pérdida elaborado en un presente predictivo. A fuerza de razón sabemos lo que sucederá. Sufrimos porque el amor es sufrir. Amar es perder. Los vínculos tienen fecha de caducidad. La pasión se agota. La rutina desgasta todo.
Tejemos un mundo paralelo al real y lo dramático es que habitamos en ese, no en el otro. Dado que lo real es franquicia de nuestros pensamientos. Cada pensamiento es energía que se materializa por obra de nuestras acciones en un tiempo por venir.
¿Por qué tanto caos? ¿Desde dónde partimos para inventariar en  nuestras historias  tantos fracasos y abandonos? ¿A quienes somos fieles con nuestra fatalidad?
Somos ovejas de un rebaño entrenado con sutileza en la dependencia y apego. Desde los tres años los límites a nuestra independencia personal se condicionan con el suministro del amor. “Si dices tal o cual cosa no te querré más”. “Si haces eso nadie te va querer” “Si te comportas así voy a quererte menos”

25 de marzo de 2014

El amor después del amor

Después de una gran historia de amor, o un pequeña, o de cualquiera a la que nosotros le damos categoría de importancia en nuestras vidas, los miedos se avecinan con cara de sorpresa, porque la pregunta que nadie sabe responder, es que será de nosotros en el futuro.  Ahora sin ese cuerpo al que nos abrazábamos como hiedra, sin esos labios en los que descargábamos nuestra ansiedad adolescente, ¿ que será de nosotros? ¿ que habrá después del amor?
Hay una canción de Fito Páez que se llama “El amor después del amor” y en unas de sus estrofas dice “Nadie puede ni nadie debe vivir, vivir sin amor”  la tomo porque es la esencia de lo que deseo plasmar en este artículo. Lo que hay después del amor, es más amor, si deseamos seguir mirando con la misma intención.

4 de marzo de 2014

Palabras que matan!




El amor como energía sublime en manos de un ser dañino se convierte en veneno.  En la actualidad vivimos en una sociedad en la que los excesos nos acompañan a todos lados, hay mucho para distraerse, mucho para leer, mucho para comer, mucho para beber, mucho de todo.  Y en las relaciones de pareja, hay una tendencia a decir mucho y mal. El abuso verbal es un modo de operar sobre la personalidad del otro miembro de la pareja, justificada en las carencias personales, tiene como propósito doblegar, violentar, y reducir la identidad de una persona. Lo más común es creer que se despliega a través de insultos, pero sin embargo, adquiere muchas facetas mucho más dolorosas, porque se enmascaran en consejos, pedidos y opiniones. No deja magullones o heridas en la piel o huesos, pero en crea grandes trastornos a nivel emocional y mental, llevando a las víctimas a la depresión.

7 de febrero de 2014

Uff…¿otra vez San Valentín?


14 de febrero
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Día del amor y la amistad, léase día de las personas que tienen pareja. Para muchos – mujeres y hombres- la fecha en el calendario es una gran piedra que desde inicio del año saben deberán superar, saltarla, o chocarse con ella pero de ningún modo, ese día será borrado.
Los que tienen pareja se esfuerzan para mantenerla, los que no buscan desesperadamente; y al llegar el 14 de febrero unos y otros vivirán esa conmemoración de forma diferente. Para los que es convivencia, regalos, enamoramientos; para los que es soledad, recuerdos, vacíos.
La misma fecha, distintos resultados. El evento es NEUTRO.
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El 14 de febrero es igual que el 20 de marzo o 3 de noviembre; sólo que una convención comercial a decido nombrarlo – asignarle una etiqueta- Día del Amor y la Amistad. No por ello quién está soltero, abandonado, o desesperado es “ más soltero, abandonado, o desesperado ese día”; sin embargo, sé que así se sienten, pues el entorno de globos de colores, bombones y flores, le acentúan más su condición.
¿Cómo superar este mirada?
Primero, es el día del amor no de las relaciones de pareja; por lo tanto celebra el amor. Amor a tus amigos, amor a tu mascota, a tus sobrinos, hermanos, vecinos, a tí mismo. Agradece el amor que te rodea, a esos seres que se interesan por ti, que te aman, que te cuidan.

28 de noviembre de 2013

¿Qué tienes en la cabeza?



















Todo lo que traes en la cabeza  y tu forma de mirar la vida, tan particular y diferente a la de tu hermano, padres, amigos y pareja, está íntimamente relacionado con lo que aprendiste y como lo “aprehendiste” desde niño. Es que al nacer empezamos a mirarnos en el otro, o mejor dicho a ver en los demás “la forma en como se debe vivir la vida” creemos por nuestras escasas herramientas que esa forma es la única y creciendo, vamos adoptando esos modos de ser como verdades irrefutables.
Al ser seres dialógicos nuestra identidad se construye en los vínculos. Todos las conversaciones que hemos tenido, tenemos y tendremos dejan huellas en quienes somos.
Pues nos hace referencia acerca de quienes somos.  El proceso de humanización se genera a través de lo que se conoce con el nombre de “el espejo”. El vernos reflejados en los demás.
En nuestra mente, tenemos una base de datos, –experiencias, interpretaciones respecto de esas creencias -  que sostenemos como un tesoro invaluable – algunas  ideas no todas certeras o preciadas como para enriquecernos-  que guardamos y protegemos como parte de nuestra humanidad.
A partir de nuestra base de datos construimos el mundo, las relaciones, los hobbies, la escala de valores.
Muchos de estos datos son los que dominan tus acciones diarias, aún sin que te des cuenta. Si en el pasado sufriste rechazo, abandono, es probable que hayas crecido con la creencia de que la gente “va a lastimarte” y por eso, busques vivir aislado o sin entregarte lo suficiente para evitar una posible herida.
Ahora bien…¿ no crees que es momento de limpiar esos archivos que no te abren posibilidades?o /y  ¿ pasar un antivirus para sacar de tu cabeza las emociones tóxica?
Todo lo que te limita en la vida es: un pensamiento. Una serie ordenadas de palabras. Tu eres más grande que lo que creas. Eres el creador. Si has tenido la posibilidad de crear pensamientos que te alejan de la paz, el amor, la armonía; en tus manos está la oportunidad pensamientos que creen abundancia y felicidad.
Sólo es cuestión de estar dispuesto a cambiar.
¿Qué decides?
En el próximo artículo te contaré acerca de como esta base de datos crea un gran enemigo con el que luchas todos los días… Hasta la próxima.

9 de noviembre de 2013

Qué felicidad: el príncipe azul no existe!

Muchas mujeres nacieron bajo la estrella del príncipe azul. Se ilustraron, prepararon, ejercitaron para estar listas para el día del encuentro. Incluso hasta aprendieron un discurso para decir y seducir más rápidamente. Al cabo de un tiempo, descubrieron con desesperanza que eso “ que pensaba que era” ese hombre, no existía; y a base de prueba y error, pudieron sentenciar: el príncipe azul no existe. Anduvieron desanimadas, enojadas, tristes, frustradas; porque aquello por lo que siempre vivieron era una fantasía, una más de las tantas que hemos vivido y vividos como verdades verdaderas.
Pero sí cabe afirmar en este artículo que el príncipe azul no existe. Nuevamente repetiré: EL PRÍNCIPE AZUL NO EXISTE y agrego ALELUYA. ¿Te das cuenta de que si el príncipe azul no existe nosotras tenemos más posibilidades? Te apuesto a que no. Pues has comprado esa novelita, de que el príncipe azul vendrá a rescatarte del lugar donde te encuentres; de las garras de tu jefe, de la incomprensión de tus padres, de la injusticia de la vida, de la soledad de tu soltería, de la estupidez de tu marido. Pero no, no llegará nunca, porque no existe. Pero que él no existe implica un papel más interesante para el mundo femenino.
Pues de existir necesitaríamos ser unas empleas domésticas mal pagadas ( cenicienta), una idiota que se trago una manzana envenenada ( blanca nieves) o una pelotuda que no sabe que hilar, coser o algo por el estilo y se pincha los dedos ( la bella durmiente).
Todo magnifico hombre deseado(el príncipe), necesito para existir una desdichada mujer, inoperante, inocente, ignorante. ¿Qué posibilidades abriría vivirte así? ¿Por qué creer que es necesario ser rescatada o asistida?.Todo rescate implica que estamos en un lugar no deseado del que no podemos salir, una forma de hablar de nuestra incapacidad. Si el amor no se discrimina de quién lo administra, tu como mujer incapaz ¿ qué podrías aportar a esa relación?
En cuestión de verdad, es un punto positivo que ese arquetipo masculino no exista. Pues te habilita a que tu te hagas cargo de ti misma, responsable de tu vida y de tu felicidad. Así llegarás al vínculo con los elementos suficientes para aportar nutrientes de vida.
Nadie necesita a nadie que lo rescate. Cada quién está en el lugar que desea estar por necesidad de aprendizaje, resistencia, o placer. Cuando coincides con otro, los caminos se multiplican, tu luz se hace intensa. Si por el contrario, te apagas, deberías reflexionar acerca de lo que está sucediendo.

El príncipe azul no existe, pero si existen hombres maduros, responsables, amorosos, dispuestos de compartirse con una mujer que sepa hacia dónde dirige sus sueños, sus pasos, sus sentimientos.
El amor no se para en el miedo, porque el amor es energía que moviliza, y el miedo por el contrario paraliza. Todo lo que tienes que hacer es cambiar tus pensamientos. Vibrar en amor. Estar dispuesta a crear esa relación que deseas tener y aún no te has animado a crear.
El amor merece la gloria.

Chuchi González

31 de octubre de 2013

Dime de que estás enfermo y te diré a quién no perdonas.

 

En un Curso de Milagros que leí alguna vez, decía que toda enfermedad proviene de un estado de “ no perdonar”. La sentencia me pareció tan maravillosa como práctica. Y pensé a quién debía perdonar y a primera vista no encontré a nadie.
Las personas que me habían traicionado, las lenguas injuriosas, los fraudes morales, los libros y CD prestados; todo estaba en su lugar: en una estantería del pasado ,quietos,abrigados de polvo.
Sin embargo, reconocía fallas en mi salud. Y eso implicaba que el cuerpo me estaba diciendo algo a los gritos.
Me zambullí en la conciencia reflexiva, y descubrí que ese perdón del que hablaba mi libro, no era el típico perdón de “no volveré a hacerlo más”; sino que iba mucho más allá de eso. Era un perdón de soltar, liberar, romper cadenas, de lo que en su etimología significa la palabra: la posibilidad de regalar o condonar al deudor por parte del acreedor con eso que se debía.
Y en la vida, sin saberlo, somos acreedores-deudores; porque cuando perdonamos exoneramos a alguien de una situación incómoda pero a nosotros mismos nos libramos de cargar con el resentimiento o rencor.












Generalmente debemos perdonarnos a nosotros mismos, no por algo que hicimos o no hicimos, sino por todas las veces en que no nos aceptamos tal cual somos o no aceptamos la vida que creamos.
Casi siempre estamos en la desventaja de ser quienes somos vs la oportunidad fallida de quienes no fuimos. Y vivimos para pedir perdón por ello.
Y esa falta de empatía con nosotros mismos, es lo que nos enferma.
Debemos perdonar ….
Te perdono
  • por no pensar como yo
  • por no amar como amo yo
  • por no emocionarte ante la vida
  • por no tener la pasión que corre por mis venas
  • por no gustar de mis gustos
  • por creer en cosas en que yo no creo
  • por no sonreír aunque el mundo se venga abajo
  • por vivir según tus tiempos
  • en fin por NO SER COMO YO DESEO QUE SEAS!!!
y me perdono por pretender imposibles!
Chuchi González
Deja tu señal!

1 de octubre de 2013

El apego: cuando te pones la soga al cuello



A mayor números rojos en nuestras cuentas personales, mayores apegos tendremos, es que el “apego” afectivo funciona como un bastón en el que nos apoyamos para alcanzar lo que nos falta.
¿Qué es el apego? Una vinculación mental emocional obsesiva originada en la creencia irracional de que ese vínculo ( sea con personas u objetos) proveerá de forma única y permanente placer, autorrealización y seguridad.
Por lo tanto el apego nos lleva a la “dependencia”, a la acción “de pender de otros”, de “estar colgados” – como diría una vedette argentina “ a vivir colgados de las tetas” de la otredad con la estúpida idea de que lo que no tenemos o lo que no logramos por nuestros medios o esfuerzos; ese otro lo proveerá. 













En el apego, nos paramos en una extensión de la guarda tutelar materna/paterna. Siempre encontramos otros que “nos protegerán” “ velarán por nuestro bien” “cuidarán de nuestra existencia” y lo único que tendremos que hacer es “recordarles cabalmente que ahí estamos a través de las demandas”.
Vivir apegados es vivir esclavos, pues nuestra razón de ser es la existencia de esa fuente de apego.  Podemos apegarnos a todo o a cualquier cosa. A todo aquello que sin su existir ponemos en tela de juicio nuestra existencia o porvenir.
El apego enferma, oscurece, martiriza. Nos resta energía, bienestar, y causa angustia y ansiedad. Porque cuando más nos interesa algo, mayor es el miedo a perderlo.
¿Cómo surge el apego? Surge culturalmente de la idea inculcada que sin este o esta o aquello no podremos vivir.
En esa fantasía de que sin algo exterior o externo a nosotros mismos, no podremos seguir adelante.
Esa falacia dependiente, ha servido para que muchas industrias se vuelvan millonarias, y nosotros, lo seres humanos miserables en nuestras vidas.
Para ser feliz la publicidad dice susurrándonos al oído que hay que ser delgados, jóvenes, bellos, con techo y auto propio, un buen empleo, ropa de marca, entre otros requisitos.
Y ahí vamos comprando esa mierda, y luchando por adquirir el paraíso, y cuando estamos cerca siempre surge algo más.
Creemos que sin celular no podríamos vivir ¿ y cómo hacíamos antes de que existieran? ¿Cuántas gentes se desesperan si no hay wifi/ internet  en el lugar en el que se encuentran? ¿Cuántas otras si no son aplaudidas, ovacionadas o reconocidas se desmoralizan?












La presunción de ser amados y aceptados por todos, nos ubica en el binomio fatal: TODO O NADA.
Sin embargo lo que piensas es pura basura, claro que puedes vivir y hasta ser feliz con o sin pareja, con o sin esos zapatos, con o sin el trabajo de tus sueños. Tu puedes ser feliz con tus necesidades primarias satisfechas, porque es lo único que necesitas. Lo otro es RELLENO, y claro… puedes preferir “llenarte de relleno” y ojalá que puedas y – mucho- pero a sabiendas de que si no está: NO PASA NADA.  Tu seguirás siendo tu.
La clave del desapego está en la libertad. En la posibilidad de ver que sin eso que prefieres, igual vives. Para que haya amor, tiene que haber necesariamente libertad.
Amor y libertad van de la mano. Pues la libertad es el ejercer tu poder de elección, de elegir lo que quieres o no quieres en tu vida.
El desapego no es la indiferencia, la frialdad, o el individualismo hermético, todo esto es otra cosa, pero no es desapego.
Desapego es independencia psicológica. Es encontrarle sentido a la nuestra vida con o sin. Cuando el tener o no tener no acaba con tu vida, aunque te duela.

Chuchi González
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17 de julio de 2013

Las mujeres tienen la culpa.

adan_y_eva_Fernando_Botero_thumb[2][1]¿Sabías que desde que Adán fue expulsado del paraíso, las mujeres tenemos la culpa de todo lo que ocurre en el mundo?




Quizás te suene un tanto ridículo pero es la explicación que podemos darle a la actitud de nuestros hombres cuando salen a la defensiva y no se hacen cargo de lo que les ocupa. Es que en aquel momento Adán al ser confrontado por Dios por haber comido del árbol prohibido, respondió: Fue la mujer que tu me diste.
Pero ¿Qué es y para que sirve la culpa? La culpa es una forma inventada de sacarnos de encima algo que nos corresponde pero de lo que no queremos tener propiedad utilizando métodos como: “la inocencia y su monólogo tranquilizador “yo no fui”, mirar para otro lado o la técnica de hacernos el perro pelotudo, o la gran puesta en escena de Boluda total cuya herramienta fundamental es la negación o el evitar .
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Cuál pelusa conflictiva buscamos arrancarla de nosotros y pasarla – como el juego de la popa- a un ser que tenemos cerca y del cuál estamos seguros de su amor.
Esto último es fundamental en el proceso de “la tengo y  te la paso” puesto que la seguridad de que no se perderá el vínculo, que equivale al famoso “no pasa nada” es vital para el traslado de la estafeta.
Pero… ¿qué hacemos las mujeres con el regalito? 
Nosotras también dijimos “pica” o “ piedra libre” o “yo no la tengo”… Eva sonrojada dijo: la serpiente me convenció! … y pregunto: ¿cuántas veces la serpiente te ha convencido ?
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Lo cierto es que si de nadie es la culpa, entonces es culpa de todos. La pelusita molesta, se empieza a convertir en una madeja de disculpas, daños, prejuicios, y crímenes por pagar.
Nos pasamos la pelota porque somos unos árbitros muy elocuentes a la hora de devaluar o juzgar en forma negativa a los otros. Y al final del camino si la culpa es de otro, uno se siente mejor.  Y ¿Si es nuestra? ¿Por qué nos duele tanto?
Para Kant la culpa no es nada más ni nada menos  que “ una transgresión involuntaria pero imputable” – un sin querer pero con precios a pagar.
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Y toda transgresión es una falta, moralmente estamos adiestrados a “ser perfectos” y molesta mucho darnos cuenta  de que esa seuda-perfección no es más que una exigencia impuesta por la sociedad. ¿Cuál es el remedio a este  juego? Vivirnos en la responsabilidad.
Concedernos el permiso de equivocarnos, de aceptarlo y resarcir.  Pero por sobre todo expandir el concepto a la idea de ser responsables de todas las elecciones que tomamos en nuestras vidas. Comprender que  cada camino  que elegimos genera una respuesta, una consecuencia, y que nuestra habilidad de “responder” habilita nuestro crecimiento personal.
Chuchi González
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3 de marzo de 2013

La cosecha de la vida
















El otro día escuché… no importan dónde… interesa el discurso… un señor decía que de niño había recibido unas semillas de mano de su padre y las había cultivado y puesto en ella todas las ilusiones… las esperaba ver crecer, fortalecer, y multiplicarse en jugosos frutos que al venderlos le honrarían en pesos con los que volvería a comprar otras y así su negocio seguiría… el niño espero y al tiempo…las semillas se echaron a perder como sus sueños…habiendo sido el primer sueño – al menos – de forma consciente perdido se enajeno de frustración, vendió unos juguetes  y compro otras semillas… con las manos cabo los pozos…. y espero… y esta vez frutos gozosos se expandieron de la tierra madre, brillantes, fresco…
Después de escuchar el relato …se me lleno el corazón de lágrimas, alguna de dichas, dos o tres de tristeza… me puse a pensar: ¿cuántas veces recibimos semillas y las sembramos con fe en territorios hostiles? Y al no nacer más que la nada, nos sentamos a llorar. A olvidarlo todo. A renunciar a cualquier futura siembra. A odiar a todas las semillas de la tierra. A buscar una y pisotearla con afán y encono. Sin darnos cuenta que las semillas no son las responsable de su aborto inmediato, sino la inocencia caótica con la que miramos la vida.
















Que dos o tres o muchas semillas se nos ahoguen en la tierra de nuestros sueños, no debería desampararnos para colgar el arado y darle la espalda al molino -  esa especie  de vuelta al mundo naranja y oxidada - que nos trae los vientos de cambio.
En mi huerto tengo “el olmo seco de Antonio Machado”, “la higuera áspera y fea de Juana de Ibarburu” y “el robledal cuya grandeza necesita el agua y no la implora de Almafuerte”.
Pero ¿ quién más que yo sé dónde puedo o quiero alojar las semillas? Y si acaso no crecieran ¿ no sería capaz de arrancarlo todo de cuajo para volver a empezar?
Mis manos tienes el don de la tierra, la posibilidad de crear a cada paso una nueva oportunidad, porque mi mente/corazón tiene una escala de grises íntimos y profundos, y nunca mira lo más terrible o lo más perfecto de la vida.
Yo andaré con mis semillas gesticulando mis manos como castañuelas de aire y nada, derrochando la vida porque estoy llena de vida, que es amor que se cuela entre las cortinas de cada mañana, murmurando silencios que es el encuentro conmigo misma, olvidando tormentas, recordando langostas… esos extraterrestres verdes de antenas desgarbadas que de vez en cuando nos arruinan la cosecha.
Y si ninguna semilla quiere florecer… si me hace huelga la naturaleza que cargo… si se hacen las coquetas y nacen para otro lado… o si acaso las plagas las seducen y se las tragan…
… aún quedando con nada… si huelo mis manos… y tienen el perfume pérfido de la humedad, del trabajo, del esfuerzo, del esmero, de la espera, de la lucha, de la convicción, de consciencia, de  la empatía, de pachamama…
…yo sabré enseguida…que a pesar de todo… he sembrado en mi vida.
                     Chuchi González

5 de junio de 2012

Alguien

Las cosas pasan, cuando pasan. Es decir suceden todo el tiempo. Algunas ocurren por el hechizo del universo. Otras provocadas por nuestra voluntad. Muchas son inexplicables. Pocas entendibles. Pero todo el tiempo, todas las cosas llegan y se van, se instalan, reclaman derechos, protestan, agradecen, dan sacudidas de orejas, nos sacan la lengua, y nos hacen despertar o cerrar los ojos muy apretados para no darnos cuenta.
y un día…
 “Dos extraños son los que se miran, dos extraños son los que suspiran, somos tu y yo… en esta noche azul… y hay algo en tu mirar que me domina… y tu sonreír que me fascina…. es como sentir que siempre yo te ame…”
Una cosa emerge de la nada infinita, y nos sacude el tapete en el que estamos parados. Y no es más que la vida guiñándonos el ojo; mostrándonos su escote atrevido, seduciéndonos a fluir con facilidad en pensamientos serenos para sentirnos a salvo.
¿ A salvo de qué? De nosotros mimos. De nuestras implicancias. De nuestras creencias. De nuestras limitaciones.
  y un día…
“No me mires así, no me hables así, no me emborraches de ti, porque me muero… y no juegues con fuego porque te vas a quemar”
Todas las teóricas científicas acerca del amor son tomadas por la locura que en babydoll truena los dedos y sonríe mostrando todos los dientes.  Y nos agitamos; nos seduce la idea de soltarnos la peluca y andar descalzos por la vida sintiendo, gozando y a las carcajadas limpias.
Es cuando comprendemos que ya tuvimos demasiado tiempo para aprender de nosotros mismos.
Un incalculable tiempo libre para andar en camisón los domingos.
Un vasto tiempo de charlas al vacío.
Una gran cantidad de horas de sueño abrazando a la almohada.
Toneladas de películas vistas sin eco.
Derroche de agua en cada ducha solitaria.
Entonces ese día … ordenamos el clóset de nuestro corazón y hacemos espacio…
Porque ya tenemos lugar suficiente para que otro se hospede. Se quede a multiplicar el tiempo, la soledad y nosotros vinimos sumando.
y un día…
Alguien llega sin golpear a la puerta.
y solo podemos decir
“Más dame un poco más, quiero intoxicarme en vos…
Hoy, antes del final, quiero intoxicarme en vos,
Arranca corazones,
dame tu droga”

Es cuando dejamos ser presos de nuestra LIBERTAD.

Chuchi González

31 de mayo de 2012

Cuando todo es ausencia…



¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo? Lo que es una estrofa romántica de un tierno bolero se ha convertido en una realidad en el círculo de las mujeres.Parece que hace falta refrendar nuestras intenciones amorosas. Lo tácito ya no es una herramienta de confianza. Salimos con un galán, una y otra vez, y aunque vislumbremos señales de una presunta conquista, terminamos solas en casa preguntándonos ¿Qué pasó? ¿Por qué dejó de escribirnos? ¿ Es gay?   Los hombres no suelen percatarse de nuestros deseos sublimes, o como dirían las lenguas coloquiales “Indio pintado quiere guerra” – ¿Para qué nos vestimos y maquillamos? Para seducirlos. Pero no siempre funciona. Algunos de ellos no advierten en nuestra mirada el revoloteo de las mariposas… y los jueguitos de seguridad, de observar para avanzar;  cada día se hacen más intensos… como diría Sandro…

En que ha de concluir
el drama singular
que existe entre los dos
tratando simular
tan solo una amistad
mientras en realidad
se agita la pasión
que muerde el corazón
y que obliga a callar

¿Obliga a callar? ¿Por qué? ¿Inseguridades? ¿Falta de riesgo? ¿Compromiso con el no compromiso? ¿ Poli-amor? ¿Dudas? ¿Falta de confianza? ¿Miedo al rechazo?

Los noviazgos de manitos sudadas, las salidas con tensión sexual que culminan en eso – tensión sexual - , y los encuentros fallidos, son nuevas – o viejas o recurrentes – formas de relacionarnos en materia del amor.
Nosotras queremos pisar el acelerador, ir a fondo… y ellos en varias oportunidades sólo una prueba de manejo. La mística frase entorno a la amistad… en boca de quién te gusta… Asfixia… “ Somos amigos”… ¿Amigos? ¿Amigos, para qué?… Al amigo, lo perdono…. pero a ti mmmm ( dónde mmmm son puras cosas lindas)
Claro que hay de todo y para todos. La mujeres tampoco nos quedamos atrás. Muchas en el afán de subirse a las nuevas modas, aceptan reglas de un  juego que ni siquiera saben ni desean jugar. Como la clásica “no somos nada”.Y en definitiva somos siempre algo. Y luego terminan llorando abrazadas al celular.
Comienzo mi entrada desde el particular observador que soy – MUJER-  haciendo una pregunta retórica al equipo de enfrente, pero también es para la interna.
El temor a ser lastimados nos aleja de los demás.  Interactuar desde la superficie, y mantener  el  interés hasta que se cae el sistema – situación frecuente con tantas tormentas solares- no conduce a relaciones exitosas ni sanas. Sólo genera un listado de nombre, un inventario sin sentido, un sin fin de  pérdidas de posibilidades de descubrir al otro, de verme en el otro, de conocerlo y conocerme.
Una de las grandes excusas de hoy para evitar el “encuentro” es el trabajo. Hombres y mujeres hacen citas, rediseñan citas, cancelan citas. El trabajo siempre aparta. Es la lectura. Pero en verdad, es el comodín para evadir. Parece  que  los seres humanos han des-erotizado el amor y erotizado las situaciones en las que  sienten seguros.  Y el afán es protegerse ¿ de algún peligro inminente? No. Defenderse de una posible pérdida del control.
Leí en algunos de los blogs que sigo, que el control es un aparato al que presionas fuerte cuando se ha quedado sin pilas. Cuando te quedas sin respuestas, sin la bendita razón: gritas, huyes, te espantas.
El amor no lastima. Es energía de creación. La malas experiencias no se relacionan con el amor, sino con otros que al igual que tú se inscriben en el arte de amar con máscaras, disfraces, historias irresueltas.
Si pretendes ser amado, y amar, deberás desnudarte en alma. Y acercarte sin temor a ser lastimado – puede suceder – ¿ y qué?
Hoy leí en un muro de Facebook “ Quiero amor”  y subí mi pulgar… YO TAMBIÉN… ¿Quién más da? ¿Quién más se atreve a declarar con exquisita sencillez lo que quiere?
¿Hay dadores?

Chuchi González

19 de abril de 2012

La no correspondencia del amor

“Terminó aquella noche, con la savia anhelada de los besos que no llegaron. La vida es una mujer caprichosa y escurridiza. Su mirada no coincide con la mía, yo busco otra. Una nueva, una que me esquiva”. En el universo de la literatura y la vida misma, hay infinidades de amor nos correspondidos. A esta altura en cualquier farmacia debería existir un medicamento que borre el tormento de no ser objeto del amor, de ese que deseamos. Parece implacable soportar el desinterés de quién pretendemos para nuestra vida. Insinuamos creer que es el predilecto, el definitivo, que el aire sin su sutil presencia parece viciado. Y nos enredamos en esperas vanas…
 “El árbol seco no cobija, el grillo canta monocorde,  La estéril piedra no mana agua. Sólo hay sombra bajo esta roca roja.”
( T.S. ELIOT fragmento extraído del poema TIERRA BALDÍA)

Preguntas retóricas taladran nuestras mentes; pesadillas de soledades ambiguas, y el aliento del cálido encuentro que es la nada nos condena. ¿Por qué no somos correspondimos? ¿Importa acaso? ¿No sería mucho más producente atrevernos a indagar en nuestra historia personal la elección de los amores, las conductas de los sujetos pretendidos, nuestra relación con el amor y sus creencias? Cuando no hay correspondencia en el amor, el rechazo repercute directamente en el narcicismo de quién no “obtiene” a quién “desea”. Y esto desata una competencia más seductora que el amor mismo. Mujeres, hombres; que continuamente “se enamoran” de otros que ya están comprometidos, de imposibles, de errantes; en definitiva; sólo buscan: permanecer solos. Rehúyen al vínculo, a la reciprocidad. Su afán está en la competencia, en el reto, en conseguir la figurita difícil, a sabiendas que no es posible. En caso de serlo, todo carecerá de sentido. El que busca el amor imposible, busca la no consumación del deseo. A veces ese “virus” del desamor alimenta nuestras cárceles mentales, sostienen los paradigmas que ante las relaciones de pareja tenemos; como el hecho de creer que amar es sufrir. Muchas veces ese buscar para no encontrar, es la clave de la “no correspondencia”; queremos amar pero tenemos miedo a ser lastimado, olvidados y rechazados. Y elegimos desde el tener razón que nadie nos querrá o se jugará por nosotros.
Aunque es indefectible que muchas veces, elegimos desde el deseo de compartirnos con otros, y simplemente…  para la próxima más suerte… “ese otro no se interesa en nosotros”… pero eso no es motivo de suicidio legal. El amor es una experiencia transformadora.
“ Y deseo que tu piel se instale en la mía, juegue a las escondidas cerrando mis ojos… y que al amanecer me digas una y otra vez: SÍ!”
Chuchi González