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31 de julio de 2020

¿Cómo tu nombre afecta tus elecciones?


A todos nos han regalado un nombre al nacer, una voz que obedecemos cuál mascota, que vamos internalizando, e identificándonos con él sin cuestionar las trampas que pueden existir detrás de tan noble obsequio. 
El nombre nos separa e individualiza, ya no soy común a mi madre, soy una entidad propia, que hace referencia a la pertenencia de un árbol, porque además del nombre de pila, también nos sellan con el nombre de la familia a la que pertenecemos, en la mayoría de los casos haciendo referencia al linaje paterno.
Cuando tenía unos 5 años, me perdí en el pueblo de mi abuela, y unos vecinos me preguntaron ¿De quién sos? - haciendo referencia al árbol, a la pertenencia de la rama familiar; y yo respondí con inocencia y pura sabiduría de " mi mamá y de mi papá"... y ahora estudiando genealogía advierto que nada más acertado podría haber respondido... es que nuestro nombre NUNCA JAMÁS escapa a las proyecciones e identificaciones de ellos...  Trae impreso los códigos que se valoraron a la hora de elegirlos...  Hay familias que exigen que los primogénitos lleven el nombre de sus abuelos o abuelas.. así aparecen variante según el sexo de los niños, y mujeres podrían portar nombres masculinos con rasgos femeninos como las  Carlas, Carlotas, Carolina, Lola... y ¿Cómo vivirán estas mujeres su lado femenino siendo nombradas en masculino?... Los hijos varones nombrados como el padre del padre... ¿Serán visto como hijos o como  autoridad ?.... ¿Qué decir cuando llevamos el nombre de un amor secreto de mamá? ¿Cómo afectará eso en nuestro vínculo? ... y si nos ponen el nombre de algún olvidado y sacrificado ancestro... ¿Qué injerencia tendrá en nuestras vidas?
A veces la repetición en el seno familiar es sólo de sílabas... SAndra... SAmuel... TereSA... parecen remitir a nombres diferentes pero observando veremos un exceso de SA que puede hacer referencia a un antepasado que busca por fuerza inconsciente manifestarse, hacerse visible... quizás pueda ser un excluido... un no reconocido... un dolor atrapado en el silencio que generaciones posteriores pronunciará... 
Nuestro nombre está lleno de implicancias que tenemos derecho a conocer, y cuando estas son abrumadoras, podemos elegir cambiarlo... haciendo un ritual mágico, como dice Don Miguel Ruiz, en un acto de muerte simbólica: matar al demonio que contiene esa carga y nacer al ser que queremos ser.
Interesante verdad?
Estas simples y cotidianas referencias son las que cargan nuestra vida presente de pasado. Cuando somos Terapeutas Transgeneracionales nos convertimos en detectives buscando en el árbol familiar las respuestas a los patrones repetitivos de nuestros consultantes. 






15 de julio de 2020

¿A cuánto estás de morir?


¿A cuánto estás de morir? 
 Supongo que crees que a demasiado tiempo; por eso sigues...
 postergando lo importante,
 haciendo berrinches por situaciones pasajeras,
 permitiendo que la opinión de los demás afecte tu día,
 amargando tu existencia por el amor no correspondido,
 pretendiendo dañar a otras personas con tu silencio y falta de osadía,
 viviendo en la clandestinidad,
 fingiendo ser lo que no eres,
 rompiendo acuerdos,
 buscando culpables,
 comiendo en demasía para alcanzar tu peso deseado,
 tomando píldoras para conciliar el sueño,
 hospedado en una burbuja de inmadurez emocional, 
 creyendo que habrá un tiempo para todo... para todos...
 
Es qué en tu cuento fantástico de la vida, la gente no muere... la gente espera paciente a que el despertador de tu conciencia egolatra, algún día suene, y despiertes a la concepción de que te vas a morir. Como todos... y que no tienes ni puta idea de cuando será y entonces vas a dejar de desperdiciar la energía vital que guardan tus riñones, y vas a encaminarte con entusiasmo y pasión por la veredas de tu biografía, para dejar huellas en el cemento fresco de la conciencia de tu árbol, y así transformar la información que heredas a las generaciones futuras.
Entonces recién ahí, vas a darte cuenta de que estás VIVO, mientras sigas con la estúpida creencia de que "no pasa nada, estas DORMIDO, en un sueño de tinieblas o un sueño cómodo, sabrás tu, lo que sueñas, pero si te tomas esas ilusiones como reales es porque en verdad estás profundamente dormido.

La vida es tan maravillosa, que pasa más rápido que el halo de un perfume que alguna vez te pusiste y jamás llegaste a sentir. 
Pero cuando no la vives, no la disfrutas, porque no la conoces, crees que lo que haces es vivir, porque es el guión que todos hacen, pero en sí, es la película de los zombies vivos jugando a ser lo que no son y padeciendo lo que no pueden entender porque no están preparados para ello.

Entonces.. ¿a cuánto estás de dar el último beso? ¿ el último abrazo? ¿ el último te quiero? ¿el último adiós? ¿ el último trago? ¿ el último silencio? ¿el último hasta aquí? 

¿A cuánto esta de tomar el último café? ¿ ver la última película? ¿ pasear a tu perro? ¿ jugar con tus hijos? ¿tener sexo? ¿enamorarte? ¿ hacer ejercicio? ¿sonreír? ¿gritar? ¿llorar?

Si tomas conciencia que sólo en la eternidad hay tiempo para todo; entonces, verías que cada día es el último día, que ese día fue el último mensaje, la última llamada, la última vez que te pusiste crema en el rostro, la última vez que leíste un libro y que todas las veces que se aparecen siempre son las últimas, no son extensión de las anteriores, son debut y despedida. 

Así dejarías de vivir como un robot, de hacer cosas que los demás esperan de ti, de actuar como la sociedad juzga que deberías, de amar según lo estipulado, de publicar estados de ánimo inventados en facebook, de crear una vida dolorosa a la carta de las creencias de tu familia.

¿A cuánto estás de morir a la vida que no amas? ¿ a la pareja que no te hace feliz? ¿a las relaciones tóxicas? ¿a las excusas de las personas? ¿ a la aprobación? ¿ a los sueños de los otros? ¿ a las mentiras piadosas? ¿ a la incomodidad de ser correcta?  ¿ a la pelea interior? ¿a los pensamientos de ataques?

¿A cuánto?






28 de enero de 2015

El amor y las palomitas azules


En nuestro más infantilismo arcaico, los seres humanos siempre buscamos “echar”, “sacar”, “ extirpar”, “tirar hacia afuera”aquellas situaciones de las cuales no queremos hacernos cargo. Es decir elegimos vivirnos como víctimas para pode expiar eso de lo que no nos hacemos responsables. Así la causa de la infelicidad, el desamor, los crímenes, el enojo, la tristeza siempre tienen que ver con otro diferente a uno… algo o alguien lo genera, algo o alguien ajeno a “mí”… somos infelices por el país en el que nacimos, los gobernantes, los padres que nos criaron, los maestros que nos inculcaron determinados valores, los vicios que nos rodearon, las carencias que nos atraparon, los hijos que no parimos, las parejas, el clima y por supuesto, la puta que nos parió… Y en esa espectacular gama de infames traidores, en tiempos de tecnología, se suman las redes sociales… Hay hasta incontables noticias acerca de lo mal que el Facebook, el WhastApp, y la pan con queso generan entre los amados y amantes… 
Dicen que las famosas palomitas azules que avisan cuando el receptor leyó el mensaje es un regalo para las mujeres que exigían una prueba contundente de que el mensaje había sido leído. Así podemos escribir: “Amor, ya vi que leíste el mensaje, ¿ por qué no contestas?….
Amores que se terminan por que alguien no puso en el segundo treinta de su publicación un “like” y el ofendido como el César entonces pulgar para abajo y fin de la relación. Mujeres y hombres que viven pendientes de los “estados” de sus compañeros, amigos recientes, canciones dedicadas o el clásico “rastreo de lo que hizo el susodicho en las últimas horas”….
…. Dicen que por las redes, mueren ahogados muchos amoríos… que la tecnología tiene la culpa, y lo peor… es que lo creemos… asentimos la cabeza, apretamos el ceño, y gesticulamos los labios como diciendo “ Que locura, para que habrán inventado eso… Y la locura no es otra que comprarnos la historia de que los medios son los delatores de la inseguridad personal, de los miedos atroces, de las comparaciones odiosas….
Toda relación es en el fondo una relación de poder…. siempre está el que quiere y el que se deja querer… el que protege y el que se deja cuidar… el súper héroe y el desvalido… por lo tanto el dominante y el dominado…
Y ¿ Qué es el poder? ¿ Una capacidad o habilidad de hacer determinadas cosas? ¿Una facultada de Ser algo? ¿Astucia de influir en alguien o algo? ¿Autoridad?
El poder es todo eso y tal vez mucho más… En las relaciones de pareja aunque en apariencia uno detenta ese poder, generalmente son los dos mediante una cesión de derechos tácita.
A veces ese poder mal ejercido está minado de control victimario o sumiso, pero en ambas situaciones se controla. La posesividad a través de los medios de comunicación es una forma moderna de ejercer ese control “mediante mensajes” y la finalidad es que el otro responda a nuestra santa voluntad. Los otros día veía una película que se llama “El amor en tiempos de Selfie” – la recomiendo – y el actor principal decía “ ¡¡ me regalaste un celular!!.. no me regalaste un instrumento de control y tortura!!!
Todos los miedos con los que las personas llegan a una relación se ponen en manifiesto más descaradamente con las herramientas que tenemos para vincularnos. Pero no es mal de los tiempos modernos, sino locura personal. Tal vez miramos más el teléfono o la computadora que a un espejo… y nos olvidamos de quienes somos… creemos que somos ese perfil…. y nos deshumanizamos, nos separamos y perdemos el único y real poder que tenemos que es el personal, el de poder CREAR Y CREER en nosotros mismos.
Qué importa si tu chico no te puso LIKE, ¿ Esa será la vara con qué medir tu relación? Si la respuesta es SI piensa que chiquita es la relación especial que creaste para tu vida, ¿ De verdad crees que mereces tan poco?

3 de noviembre de 2014

Las fuentes del sufrimiento humano ( 3era parte. Final)

         El tiempo
¿Qué es el tiempo? ¿Qué nos asusta de su presencia, de su transcurrir silencioso que deja grandes huellas? Es un remedio para el olvido, un digestivo para los dolores de cabeza del alma, un anestésico para los sinsabores, un recurso al que apelamos desafortunados, y temerosos. Vivimos en función de su paso, corremos detrás de él, y nos dormimos en la víspera de su pasado. Siempre en la mente lo que no hicimos, y lo que no podremos hacer. Nos transcurre, nos habita, nos desplaza y no le otorgamos la trascendencia que tiene; su único tiempo: el presente.
Nos gusta deleitarnos en los imposibles y recurrimos al ayer para aplastarnos en las heridas de un pasado mejor; un retoño sin frutos, unas malas decisiones que nos afectan.
Nos gusta vivirnos en noche de brujas, viajando a un futuro incierto, desconocido, impenetrable, que nos grita BUUUUU!!! en la cara de los sueños.
Y lo real, lo exacto, lo tangible, que es el presente, se discurre como el agua entre los dedos por no valorarnos.
Sufrimos porque no estamos dónde estamos. Otra vez nos separamos, el cuerpo está en la silla sentado y el alma o el corazón a destiempo.
Preocuparnos por lo que no sucederá, es una fantasía, pero si fuese tan simple de evitarla, ¿crees que no seríamos capaces de hacerlo? Nos han entrenado en el miedo constante de vivir con miedo.

Llamemos al miedo con todas las voces, incluso con algunas que distan del miedo; pero aún así es miedo.


Mirar atrás es un hobbie transgeneracional, heredado, que nos hace creer que estar atento a lo que aconteció evitara su repetición. Lo cierto es que ni una ni otra. Ayer puede contagiarse como un plaga. Mañana puede devenir de la forma menos pensada.   
Para salirnos del embrollo, necesitamos re educar nuestra mente, evitar los viajes, estar presentes en el presente.




4 de marzo de 2014

Palabras que matan!




El amor como energía sublime en manos de un ser dañino se convierte en veneno.  En la actualidad vivimos en una sociedad en la que los excesos nos acompañan a todos lados, hay mucho para distraerse, mucho para leer, mucho para comer, mucho para beber, mucho de todo.  Y en las relaciones de pareja, hay una tendencia a decir mucho y mal. El abuso verbal es un modo de operar sobre la personalidad del otro miembro de la pareja, justificada en las carencias personales, tiene como propósito doblegar, violentar, y reducir la identidad de una persona. Lo más común es creer que se despliega a través de insultos, pero sin embargo, adquiere muchas facetas mucho más dolorosas, porque se enmascaran en consejos, pedidos y opiniones. No deja magullones o heridas en la piel o huesos, pero en crea grandes trastornos a nivel emocional y mental, llevando a las víctimas a la depresión.

1 de febrero de 2014

Regodearnos en el Sufrimiento

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Una de las creencias más fatalistas que tenemos es la de regodearnos en el dolor. Hemos aprendido que sufrir es básico en la vida, que es necesario, es natural, y que cuánto más me duele algo más comprometido estuve con eso.
Incluso llegamos a evaluar el amor de alguien en virtud de su malestar.  Y hasta llegamos a sentirnos mal cuando no lloramos o padecemos lo suficiente, pues entra en cuestionamiento la idea de nuestro verdadero interés.
Sufrir no es sinónimo de que algo nos importe más que a otra persona. Es una – léase una y no la única – forma de vincularnos con lo que sucede, con la realidad, con los eventos.
Generalmente estamos condicionados a que si alguien muere, se va de nuestras vidas, perdemos un objeto; es decir toda vez en la que nos exponemos a “un vacío” debemos sufrir. Pero no existe una regla natural que lo imponga. Sufrir es una condición arbitraria, es decir, impuesta por lo social. Es una manera de manifestar nuestra inmadurez, nuestra falta de tolerancia hacia la frustración, nuestro pensamiento cerrado, nuestros berrinches porque algo sale mal.
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28 de noviembre de 2013

¿Qué tienes en la cabeza?



















Todo lo que traes en la cabeza  y tu forma de mirar la vida, tan particular y diferente a la de tu hermano, padres, amigos y pareja, está íntimamente relacionado con lo que aprendiste y como lo “aprehendiste” desde niño. Es que al nacer empezamos a mirarnos en el otro, o mejor dicho a ver en los demás “la forma en como se debe vivir la vida” creemos por nuestras escasas herramientas que esa forma es la única y creciendo, vamos adoptando esos modos de ser como verdades irrefutables.
Al ser seres dialógicos nuestra identidad se construye en los vínculos. Todos las conversaciones que hemos tenido, tenemos y tendremos dejan huellas en quienes somos.
Pues nos hace referencia acerca de quienes somos.  El proceso de humanización se genera a través de lo que se conoce con el nombre de “el espejo”. El vernos reflejados en los demás.
En nuestra mente, tenemos una base de datos, –experiencias, interpretaciones respecto de esas creencias -  que sostenemos como un tesoro invaluable – algunas  ideas no todas certeras o preciadas como para enriquecernos-  que guardamos y protegemos como parte de nuestra humanidad.
A partir de nuestra base de datos construimos el mundo, las relaciones, los hobbies, la escala de valores.
Muchos de estos datos son los que dominan tus acciones diarias, aún sin que te des cuenta. Si en el pasado sufriste rechazo, abandono, es probable que hayas crecido con la creencia de que la gente “va a lastimarte” y por eso, busques vivir aislado o sin entregarte lo suficiente para evitar una posible herida.
Ahora bien…¿ no crees que es momento de limpiar esos archivos que no te abren posibilidades?o /y  ¿ pasar un antivirus para sacar de tu cabeza las emociones tóxica?
Todo lo que te limita en la vida es: un pensamiento. Una serie ordenadas de palabras. Tu eres más grande que lo que creas. Eres el creador. Si has tenido la posibilidad de crear pensamientos que te alejan de la paz, el amor, la armonía; en tus manos está la oportunidad pensamientos que creen abundancia y felicidad.
Sólo es cuestión de estar dispuesto a cambiar.
¿Qué decides?
En el próximo artículo te contaré acerca de como esta base de datos crea un gran enemigo con el que luchas todos los días… Hasta la próxima.

10 de octubre de 2013

Víctimas del Cuerpo

Otras de las formas de apegarnos hasta sangran el alma, es la vinculación obsesiva con nuestra propio cuerpo, o la mirada que sobre el echamos. Mujeres u hombres que nos miramos todo el tiempo al espejo para encontrar “el new defecto” y azotarnos con violentas creencias por la perfección no heredada, terminamos siendo “Víctimas del Cuerpo” víctimas de las expectativas que le ponemos a un cuerpo mortal, y por ende finito, que tiene a envejecer, y falible.
¿De dónde nace el deseo de ser físicamente lo que no somos? De las tendencias de belleza y moda de la sociedad en la que vivimos.  ¿Estás pensando que ellos tienen la culpa de que tu chaparreras te avergüencen? Si! tienes razón. Ahora es respuesta ¿ Te alivia el sufrimiento? ¿ Te sientes mejor contigo misma? ¿Te miras y amas? No.
Y ¿ Sabes por qué? Porque es tu mirada la responsable de tus emociones, es lo que te dices cuando te miras y el espejo o la tersura de la piel no te devuelve la experiencia anhelada.
Si bien es cierto que los cánones de belleza –y sobre todo femenina- son altos, es nuestra propia, íntima y particular forma de juzgarnos la que nos hunde o salva.
Mucho de lo que vemos en las revistas, sabemos que no existe, pero ¿ cuantas veces te encontraste buscando métodos para alcanzar lo imposible?
¿Por qué será que los seres humanos siempre queremos apostar a lo imposible?
A veces creo que nos sirve para aliviarnos de nuestros propios logros. Si perseguimos lo que nunca podremos acceder, entonces nos relajamos en la queja, y no luchamos por más.

Respecto de nuestro ocurre lo mismo, piel de porcelana, tetas henchidas y duras, glúteos de patos… pero ¿a precio de que?
¿Cirugías? ¿Más cirugías? ¿Búsqueda empedernida de saciar nuestras creencias rigurosas que nos hablan de lo que nunca jamás tendremos: la perfección? ¿Perfección?  ¿ Y que sucede cuando no la alcanzamos?
Nos hundimos más. Más números rojos, más déficit.
La vida es un asco entonces… así nadie me quiere ( y nos encerramos)… así  no nos podemos relacionar ( y peleamos con quienes decimos amar) … así no se puede vivir ( y nos castigamos)

Irracionalidad suprema.

Pongamos los pies en la tierra. No somos dioses. Somos humanos haciendo lo que podemos. Entonces reflexionemos: ¿ para qué tanto autocastigo? para dar con lo que ya sabemos. Somos FALIBLES.
Disfrutemos de nuestro cuerpo. Así como somos podemos ser felices. No es requisito tetas paradas y culo grande para ser feliz… podría ser una preferencia pero ¿ y si no llegas a ella?
Igual puedes ser feliz.
Ya tienes todo para serlo. No esperes a ser un muñeca de plástico con el corazón marchito; aún con hoyuelos la luna se muestra esbelta y arrogante… y nosotras ¿ por qué no?
                                                                                                                                     Chuchi González

2 de octubre de 2013

Apego a las personas que amamos


















Pensar en no volver a ver más a esa o esas personas tan queridas o amadas a veces no genera dolor de panza. Imaginar el día en que su ausencia física sea un hecho temido, es frustrante. Sin embargo, el índice de la adicción afectiva, está registrado en el hecho de sentir y por lo tanto creer…
– Déjame que te explique esto- “Lo que sientes es patrocinado por un pensamiento, tus sentimientos no son independientes, son fruto de lo que piensas”
 Si piensas que no puedes ni podrías vivir sin tal o cual ser, independientemente de tu parentesco, estás en el terrible problema de la esclavitud afectiva.
Esa persona que amas, tu pareja, tus hijos, tus padres, son la fuente de tu placer, tu bienestar, tu equilibrio emocional, te vinculas y desarrollas a través de las experiencias que has gestados con ellos. Si eres inmaduro, inseguro, en ellos verás satisfechas las carencias que traes, y arrastras del pasado.
Harás lo que sea o creas necesario para estar con ellos, soportar desamor, mudarte de casa, aprender los hobbies que realizan para seguir al lado de ellos, porque la sola idea de la distancia física que conlleva la emocional, te destruye.
Esa emergencia por saber de ellos, esa desbordante y enloquecida urgencia, no tiene más que ver con tu necesidad, no con ellos; no son ellos lo que temen perder, sino tu.
Una pauta mental arraigada en ti te dice que si la gente se va, o aleja una distancia prudencial en la que no puedes tener control, ni saber que hacen o no hacen, te pones en riesgo. Puedes Perder.
Y hemos sido adiestrados malamente en no aprender a “perder”…¡ ay que dolor tan horrible padecemos cuando perdemos algo, lo que sea! Es una molestia deplorable, entonces ¿por qué te arriesgarías a perder a quienes amas? De ninguna manera. Si lo hijos quieren estudiar fuera del país ¿Por qué no mudarse mami con ellos? Si tu pareja está todo el día fuera de la casa trabajando ¿ Por qué mejor no esforzarte un poco más y que renuncie?















Esa NECESITITIS del otro enferma, a quién la padece y a quién la sufre, pues nada menos agradable ver que a quién amas correr tras de ti con una soga para atraparte.
Cuando estás apegado a alguien, terminas odiando a ese ser, pues te domina, y ya no eres libres de tus acciones. Tus pensamientos siempre están en virtud del otro, respiras por el aire del otro y ves por sus ojos. No te has dado cuenta pero te has mudado a su mundo, y has dejado vacío al tuyo. Ese descentramiento de tu ser, es el que te causa “miedo de perder” porque tu no estás en tu lugar.
Para el psicólogo Walter Riso existen 6 indicadores que definen el apego. Si tienes alguno de ellos…FOCO ROJO
    • Autonomía Restringida: cuando esa capacidad de discernir lo que es bueno o malo para ti o lo que deseas para tu vida, la dejas a merced del otro. Cuando buscas complacer a partir de la elección de que la otredad “decida por ti”
    • Deseo Insaciable: siempre más y más…nada te conforma…nada te satisface…
    • Ansiedad anticipatoria: Pensar en lo que puede llegar a pasar, hilvanar ideas catastróficas sobre el futuro, y ¿ qué pasaría si la relación llegara a terminar?
    • Déficit en el autoconocimiento: ¿ extraviado? ¿perdido? de tanto vivirte en el otro, has perdido la conciencia de ti mismo, ya no sabes lo que quieres, deseas, te enoja.
    • Necesidad de apoderarse: urgencia de poseer, de sentir “esto o aquello es mío”, deseo de acaparar, de adentrarte en la idea de impermanencia.
    • Reducción hedonista: la única fuente de placer se reduce a tu fuente de apego. Pierdes interés por las cosas que te gustan,tus hobbies, el mundo se cierra por falta de inquietud.
    Chuchi González
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12 de septiembre de 2013

“Los debería” de cada día

















Así como cuando cargamos durante todo el día con zapatos que nos hacen doler los pies, que sólo advertimos el dolor cuando nos los quitamos, así nos acostumbramos  a andar por la vida, acumulando cosas que no nos gustan, esquivándolas, u ocultándolas para no verlas y  hasta dejar por fin un día de recordarlas.
Sin embargo, todo esfuerzo por el tan largo olvido es vano; lo desagradable sigue ahí: latente y nutrido para confrontarnos.
Quitarnos la venda de los ojos, nos permite acceder a un mundo que desconocíamos, porque estuvimos ocupados tratando de lograr desde la terquedad de nuestro observador que las cosas sucedieran tal o cual lo pensamos o planeamos.
Nos hundimos en el famoso “deberías tú” “debería yo” “deberían ellos” del perfeccionismo exacerbado propio de la esclavitud emocional. Y Colmados de “debería/s” organizamos el mapa mental del mundo.
¿Cuántos “deberías” incumplidos cargas en tu espaldas? ¿Por cuántos “deberías” no satisfechos rompiste relaciones o perdiste oportunidades?
En la raíz propia de la palabra “debería” está el “deber de actuar de tal manera”, de una sola, es una mirada unilateral.















Es la obligación impuesta, la pauta mental rígida que nos indica que las cosas son- SOLO-  de ese modo.
“Los debería” nos impulsan desde la imposición y no desde la preferencia.
Si vives desde “ los deberías” pierdes flexibilidad, capacidad de adaptación pero sobre todo anidas en la creencia de que lo que vienes haciendo “está mal”.
Si crees que “deberías ponerte a dieta” es porque tu juez interno te dice “comes demasiado, no te cuidas, tu cuerpo se ve deformado” por ende debería ponerte a dieta.
Erradicar las exigencias por las preferencias te ayudará a crear el cambio que estás buscando en tu vida.
Cuando vives desde la preferencia pones énfasis en tu poder de elección, en tu capacidad de dictar tus propias normas, de discernir lo que es bueno o no para ti.
“Preferiría tal cosa, pero si no lo logro igual puedo seguir con mi vida en cambio cuando debería alcanzar tal meta, si no lo obtengo me castigo”



Chuchi González
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10 de septiembre de 2013

El desafío de vivir
















Hay tantas cosas que no sabemos para vivir plenos, que deberíamos nacer no con un pan debajo del brazo sino con  un manual de instrucciones.
A falta de eso, la mayoría de nosotros, estropeamos nuestra experiencia y cuando encontramos la clave, ya estamos adentrados en el pantano. Por supuesto que mientras hay vida, hay tiempo, pero las fuerzas no son las mismas, ni los deseos, ni las compañías.
¿ Para qué esperar a que sea demasiado tarde? ¿Por qué mejor no empezar desde ahora mismo a entender el desafío al que nos invita la vida? ¿Para qué estamos vivos? ¿Qué sentido tiene la vida?
Creer que es un derecho la vida, nos para en la soberbia de sostener que todo lo que tenemos nos corresponde por derecho divino. Desde ahí empezamos a especular y a llenarnos de creencias irracionales.

















Pensamientos o ideas falsos, inútiles y que generan malestar emocional.  Si las cosas no son como deseamos entonces tendemos a “Terribilizar".
Magnificamos lo que “no sucede de acuerdo a nuestras expectativas” y minimizamos las bendiciones.
No hay nada demasiado terrible ni demasiado genial, aprendamos a reconocer lo que nos sucede como “Muy bueno”- “Bueno”- “Malo” –“Muy malo” alivianemos la forma de evaluar.
Dejemos de mirar la vida en binomios “Todo o nada” – “ Blanco o negro”… dejemos seducirnos por un abanico de  tonalidades!!!


Chuchi González
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17 de julio de 2013

Las mujeres tienen la culpa.

adan_y_eva_Fernando_Botero_thumb[2][1]¿Sabías que desde que Adán fue expulsado del paraíso, las mujeres tenemos la culpa de todo lo que ocurre en el mundo?




Quizás te suene un tanto ridículo pero es la explicación que podemos darle a la actitud de nuestros hombres cuando salen a la defensiva y no se hacen cargo de lo que les ocupa. Es que en aquel momento Adán al ser confrontado por Dios por haber comido del árbol prohibido, respondió: Fue la mujer que tu me diste.
Pero ¿Qué es y para que sirve la culpa? La culpa es una forma inventada de sacarnos de encima algo que nos corresponde pero de lo que no queremos tener propiedad utilizando métodos como: “la inocencia y su monólogo tranquilizador “yo no fui”, mirar para otro lado o la técnica de hacernos el perro pelotudo, o la gran puesta en escena de Boluda total cuya herramienta fundamental es la negación o el evitar .
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Cuál pelusa conflictiva buscamos arrancarla de nosotros y pasarla – como el juego de la popa- a un ser que tenemos cerca y del cuál estamos seguros de su amor.
Esto último es fundamental en el proceso de “la tengo y  te la paso” puesto que la seguridad de que no se perderá el vínculo, que equivale al famoso “no pasa nada” es vital para el traslado de la estafeta.
Pero… ¿qué hacemos las mujeres con el regalito? 
Nosotras también dijimos “pica” o “ piedra libre” o “yo no la tengo”… Eva sonrojada dijo: la serpiente me convenció! … y pregunto: ¿cuántas veces la serpiente te ha convencido ?
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Lo cierto es que si de nadie es la culpa, entonces es culpa de todos. La pelusita molesta, se empieza a convertir en una madeja de disculpas, daños, prejuicios, y crímenes por pagar.
Nos pasamos la pelota porque somos unos árbitros muy elocuentes a la hora de devaluar o juzgar en forma negativa a los otros. Y al final del camino si la culpa es de otro, uno se siente mejor.  Y ¿Si es nuestra? ¿Por qué nos duele tanto?
Para Kant la culpa no es nada más ni nada menos  que “ una transgresión involuntaria pero imputable” – un sin querer pero con precios a pagar.
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Y toda transgresión es una falta, moralmente estamos adiestrados a “ser perfectos” y molesta mucho darnos cuenta  de que esa seuda-perfección no es más que una exigencia impuesta por la sociedad. ¿Cuál es el remedio a este  juego? Vivirnos en la responsabilidad.
Concedernos el permiso de equivocarnos, de aceptarlo y resarcir.  Pero por sobre todo expandir el concepto a la idea de ser responsables de todas las elecciones que tomamos en nuestras vidas. Comprender que  cada camino  que elegimos genera una respuesta, una consecuencia, y que nuestra habilidad de “responder” habilita nuestro crecimiento personal.
Chuchi González
 “Si lo que leíste te gusto, compártelo. No olvides dejar tu comentario, es la más valiosa aportación que puedes hacerme, Gracias!”

4 de julio de 2013

Cuando un amigo se va…

P2060028…. me llega a los oídos del alma la voz singular de Alberto Cortés murmurando como una herida rebelde que no quiere cicatrizar…”cuando un amigo se va.. queda un espacio vacío… que no lo puede llenar… la llegada de otro amigo…” 
Es que nosotros los argentinos somos tan territoriales, apegados, aguerridos, necios, tercos con lo que amamos, que cuando amamos cerramos la persiana para cualquier ocasión, es un para siempre teñido a sabiendas de una caducidad de “vida vivida” -como diría Jorge Luis Borges- pero el amor no pasa de moda, ni de tiempo y entonces yo hoy te escribo y escribo siempre – a escondidas de la alegría- con la tenacidad de la tristeza …
“En un rincón del alma
donde tengo la pena
que me dejo tu adiós,
en un rincón del alma
se aburre aquél poema
que nuestro amor creo.”
 ( Extraído de En un rincón del Alma – Alberto Cortez)
Y se me pianta un lagrimón silencioso, y una bocanada de aliento con sabor a mate amargo me acuchilla la boca del estómago que se calla siempre cuando te nombra..
“Invadieron tus sienes sueños grises
y en mis verdes nevaron primaveras,
en tus ojos reposan las quimeras
y en mis verdes navega el viejo Ulises”
(Extraído de Soneto para Mi Padre – Chuchi González)
 
payoy desde que te fuiste… yo soy un cúmulo de cosas por contar, una mujer sin sombra, un pichón de elefante – como me decías –con complejo de avestruz- que busca constantemente un explicación lógica a lo ilógico de tu partida. 
La vida es tan injusta – sádica que nos quiere convencer de que somos poderosos para  que cuando estemos distraídos en el glamour de la banalidad, de un “bife” devolvernos a tierra.
Y yo desde entonces, siempre estoy alerta. No quiero desenfocarme ni perder el rumbo, en ocasiones parpadeo demasiado con piedritas del camino y me mareo porque no veo mi norte, pero rápidamente recuerdo tu afán estoico, tu dolor escrito, tu voz entrecortada, tu mensajes ocultos y me recupero.
Porque si con vos se fue mi fe, y me quede manca de alas…en la inteligencia de mi ser, comprendo que no puede haber mundano sufrimiento que pueda opacarme.
Yo sé que no me lees, ni me ves… pero “desde el día en que te fuiste, papá, siento angustias en mi pecho”
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Hoy se cumplen 3 años en que un rayo partió tu sueños, borro tu letra, apago tus estrellas, y te extraño. Desde entonces he traído la cabeza mirando hacia atrás y como te extraño.
¿Duelo patológico? Que me importa, si mal que mal sigo avanzando. Solo que me encantaría sentarme a tomar unos mates con las “asesinas” esas media lunas de grasa, leer “La Capital” y pese a que la vida construida es buena, despertar de ella como si fuera un sueño… y encontrarnos en Pasaje Hernandarias.
¡Te quiero y te extraño muchísimo!
Chuchi González

2 de julio de 2013

El miedo a la vejez es ¿ necesidad o invento?

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[Créditos Fotos http://www.biut.cl]
Parada en mi gran duda existencial, cuestiono todo lo que he sostenido por algún tiempo como real- verdadero- lógico y necesario.  Si a los 4 años es la de edad del ¿ por qué?, después de los 40 es la edad del ¿ para qué?, listas con hartas excusas y justificaciones es tiempo de “indagarlo” todo- ¿ para qué? para encontrar un sentido, para soltar equipaje, para dejar de meter la panza, para sonreír sin motivo, para volvernos espirituales… Sí!! esa es un acción complaciente: volvernos al ser…mirar adentro… porque mirar afuera y confrontarnos con el espejo: ¡Uf que horror! 
 Es que la vejez es una recurrente categoría a la que las mujeres después de los 30 visitamos a menudo. ¿Por qué? Porque la vejez es una conversación limitante que el mundo femenino cree, alimenta, sostiene pero sobre todo: teme!
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[Créditos  Foto http://blogs.20minutos.es]
Las chicas nos miramos las maculas violáceas (ojeras) que la carga de la rutina pinta sobre el lienzo de nuestros párpados, contamos los hilos de plata que peina nuestra experiencia, detectamos con horror y crítica los cráteres que avanzan en las pampas de nuestros muslos, y  sufrimos como una tragedia griega el avance intempestivo del tiempo. De hecho hay quienes quisieran iniciarle juicio por daños y perjuicios ( Yo soy una de esas personas).
Los hombres, sin embargo, ven crecer sus vientres como globos de cantoya, perder las chapas ( cabello), agrietar su piel; pero su reacción es diferente, siguen preocupados por el penal que erró su equipo favorito.
¿Es el miedo a la vejez una necesidad o un invento? Primero antes que nada, el miedo ¿ es una necesidad o un invento? Depende. Los miedos racionales no defienden, nos protegen. Los irracionales, nos esclavizan, nos vuelven locos (Esto merece otra entrada en el blog)
Pero la vejez… ¿ por qué preocupa tanto a las mujeres? Porque el mito de la eterna juventud, perfecta belleza y  felicidad que hemos consumido a través de los medios de comunicación, más el photoshop y el concepto erróneo que sostenemos sobre la vejez nos hace creer que ser viejo o estarlo o vernos es una condición que se dará de un momento al otro, un cambio radical que afectará nuestra belleza física, nuestras aptitudes, nuestra particular forma de vincularnos con el mundo y nos estrecha el camino con la muerte. Y permítanme agregar no hace ver los cuentos de hadas a la inversa, de sentirnos y vernos decrepitas nuestro príncipe comerá de la manzana envenenada para dormirse y – ya no vernos!
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[Créditos Foto http://www.fucsia.co]
Morir jóvenes nos aterra, pero envejecer mucho más. Pensamos ¿ quienes seremos cuando veamos un rostro diferente? Seremos las mismas, nuestros rostro está todo el tiempo a merced del paso de la vida. Desde que nacemos, envejecemos…. 
Vivirnos con la creencia de que envejecer es también la pérdida del derecho de ser amados, reconocidos, ha sido el emblema de la industria de la vejez.
Gracias a nuestro miedo, se ganan millones y millones cada día. Cremas milagrosas, maquillaje, píldoras, mascarillas, recursos caseros, aparatología, un sin fin enfocado a psicoanalizar desde la estética, una inseguridad emocional.
Tener el busto turgente, erecto no es garantía de satisfacción amorosa. En la vida, no hay garantías en ningún aspecto. Es una zona de incertidumbre, lo sé, es muy inquietante aceptar que somos en un pantano movedizo, pero no hay más que eso.
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¿Cuál es la propuesta? Encender la luz, dejarnos de escondernos, lanzar al piso las sábanas, y aprender a amar con dignidad nuestro cuerpo.
La vejez es una realidad que nos compete a todos, pero la decrepitud de nuestro ser es una elección personal.  Aferrarnos a pensamiento negativos, tóxicos, y faltos de respeto a nuestra esencia y figura es un pasaje certero a opacarnos, endurecernos y paralizarnos.
La belleza exterior  trasmuta, pero la interior se cultiva, y se cosecha.
Vernos bonitas y guapas nos llena de adrenalina, pero vernos serenas y seguras nos inunda de una satisfacción personal que ningún labial será capaz de proyectar más brillo.
¿Qué harías para embellecer tu alma? ¿Qué creencias deberías soltar para aceptarte?
Chuchi González

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24 de julio de 2012

Lo inevitable de la vida…la muerte

Me resulta inevitable no escribir otra vez más sobre la finitud a la que estamos sometidos los mortales, a la que resistimos creyéndonos dioses del olimpo, compradores de estrellas eternas, postergadores  inconscientes.
Hace días una amigo escribía en su muro de Facebook que se había sorprendido de la cercanía de la muerte, pues un tipo que conoció hacía 6 meses, se había enfermado hacía 2 y ese día había muerto. Mientras él se distraía pensando como sobrevivir, sin tomar conciencia de lo cerca que está la muerte.
Me sorprendió su comentario, no por ceguera cognitiva, sino porque me he acostumbrado a leer señales de la vida en todos los momentos. Me di cuenta que una vez más, siempre esperamos que se den las circunstancias oportunas para actuar, o que corran los tiempos de requisitos necesarios para decirle a alguien te amo o jugarnos por amor. Como si la parca tuviera compasión de nuestra inocencia.
En tanto pensaba esto, un ex alumno era violentado, y su corta vida arrancada; y apenas ayer otra alumna detuvo su andar para trascender. Inmersa en mis pensamientos y actividades cotidianas, leo entre la lista de mis amigos blogueros,  que dos de ellos escriben acerca de una pérdida reciente de seres queridos.
Y comienzo a sentir que la huesuda está cargada de trabajo; más de lo habitual, o tantos huecos cercanos hacen que esté más despabilada;  que no avisa pero no tampoco traiciona; porque desde el nacer tenemos la cuenta pendiente;  sólo que nos escabullimos, perdemos o escondemos creyendo que la flaquita nunca dirá “piedra libre para nosotros” y entonces  dejamos todo para mañana.
¿ y si mañana no llegase? ¿ Valdría la pena irnos sin haber besado lo suficiente? ¿ Sin habernos entregado completos por amor? ¿Sin haber despertado a los sueños? ¿Con los bolsillos llenos de carcajadas? ¿Con los ojos repletos de ternura caduca?
Y repaso una y otra vez sobre la misma reflexión, lo terrible de la vida no es la muerta, es lo que muere cada día con nosotros, cuando no vivimos plenamente.
Pero que es ¿ vivir plenamente? Es conectar con el amor, dejar de estar parados en el miedo. Reencontrarnos con nuestra naturaleza, dejar de buscar afuera, mirar adentro. Elegir las emociones que deseamos sentir, y desechar la posibilidad de reaccionar, como si otros eligieran nuestros pensamientos.
Párate en el amor… deja los miedos de lado… son pájaros que han hecho su nido en tu cabeza, y su trinar se hace insoportable…
Hermano, si hay algo que temer, que sea el no usar la vida para crecer, que la única manera de bien morir, es aprender a plenamente vivir. ( Chamalú)
Chuchi Gonzalez

31 de mayo de 2012

Cuando todo es ausencia…



¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo? Lo que es una estrofa romántica de un tierno bolero se ha convertido en una realidad en el círculo de las mujeres.Parece que hace falta refrendar nuestras intenciones amorosas. Lo tácito ya no es una herramienta de confianza. Salimos con un galán, una y otra vez, y aunque vislumbremos señales de una presunta conquista, terminamos solas en casa preguntándonos ¿Qué pasó? ¿Por qué dejó de escribirnos? ¿ Es gay?   Los hombres no suelen percatarse de nuestros deseos sublimes, o como dirían las lenguas coloquiales “Indio pintado quiere guerra” – ¿Para qué nos vestimos y maquillamos? Para seducirlos. Pero no siempre funciona. Algunos de ellos no advierten en nuestra mirada el revoloteo de las mariposas… y los jueguitos de seguridad, de observar para avanzar;  cada día se hacen más intensos… como diría Sandro…

En que ha de concluir
el drama singular
que existe entre los dos
tratando simular
tan solo una amistad
mientras en realidad
se agita la pasión
que muerde el corazón
y que obliga a callar

¿Obliga a callar? ¿Por qué? ¿Inseguridades? ¿Falta de riesgo? ¿Compromiso con el no compromiso? ¿ Poli-amor? ¿Dudas? ¿Falta de confianza? ¿Miedo al rechazo?

Los noviazgos de manitos sudadas, las salidas con tensión sexual que culminan en eso – tensión sexual - , y los encuentros fallidos, son nuevas – o viejas o recurrentes – formas de relacionarnos en materia del amor.
Nosotras queremos pisar el acelerador, ir a fondo… y ellos en varias oportunidades sólo una prueba de manejo. La mística frase entorno a la amistad… en boca de quién te gusta… Asfixia… “ Somos amigos”… ¿Amigos? ¿Amigos, para qué?… Al amigo, lo perdono…. pero a ti mmmm ( dónde mmmm son puras cosas lindas)
Claro que hay de todo y para todos. La mujeres tampoco nos quedamos atrás. Muchas en el afán de subirse a las nuevas modas, aceptan reglas de un  juego que ni siquiera saben ni desean jugar. Como la clásica “no somos nada”.Y en definitiva somos siempre algo. Y luego terminan llorando abrazadas al celular.
Comienzo mi entrada desde el particular observador que soy – MUJER-  haciendo una pregunta retórica al equipo de enfrente, pero también es para la interna.
El temor a ser lastimados nos aleja de los demás.  Interactuar desde la superficie, y mantener  el  interés hasta que se cae el sistema – situación frecuente con tantas tormentas solares- no conduce a relaciones exitosas ni sanas. Sólo genera un listado de nombre, un inventario sin sentido, un sin fin de  pérdidas de posibilidades de descubrir al otro, de verme en el otro, de conocerlo y conocerme.
Una de las grandes excusas de hoy para evitar el “encuentro” es el trabajo. Hombres y mujeres hacen citas, rediseñan citas, cancelan citas. El trabajo siempre aparta. Es la lectura. Pero en verdad, es el comodín para evadir. Parece  que  los seres humanos han des-erotizado el amor y erotizado las situaciones en las que  sienten seguros.  Y el afán es protegerse ¿ de algún peligro inminente? No. Defenderse de una posible pérdida del control.
Leí en algunos de los blogs que sigo, que el control es un aparato al que presionas fuerte cuando se ha quedado sin pilas. Cuando te quedas sin respuestas, sin la bendita razón: gritas, huyes, te espantas.
El amor no lastima. Es energía de creación. La malas experiencias no se relacionan con el amor, sino con otros que al igual que tú se inscriben en el arte de amar con máscaras, disfraces, historias irresueltas.
Si pretendes ser amado, y amar, deberás desnudarte en alma. Y acercarte sin temor a ser lastimado – puede suceder – ¿ y qué?
Hoy leí en un muro de Facebook “ Quiero amor”  y subí mi pulgar… YO TAMBIÉN… ¿Quién más da? ¿Quién más se atreve a declarar con exquisita sencillez lo que quiere?
¿Hay dadores?

Chuchi González

19 de abril de 2012

La no correspondencia del amor

“Terminó aquella noche, con la savia anhelada de los besos que no llegaron. La vida es una mujer caprichosa y escurridiza. Su mirada no coincide con la mía, yo busco otra. Una nueva, una que me esquiva”. En el universo de la literatura y la vida misma, hay infinidades de amor nos correspondidos. A esta altura en cualquier farmacia debería existir un medicamento que borre el tormento de no ser objeto del amor, de ese que deseamos. Parece implacable soportar el desinterés de quién pretendemos para nuestra vida. Insinuamos creer que es el predilecto, el definitivo, que el aire sin su sutil presencia parece viciado. Y nos enredamos en esperas vanas…
 “El árbol seco no cobija, el grillo canta monocorde,  La estéril piedra no mana agua. Sólo hay sombra bajo esta roca roja.”
( T.S. ELIOT fragmento extraído del poema TIERRA BALDÍA)

Preguntas retóricas taladran nuestras mentes; pesadillas de soledades ambiguas, y el aliento del cálido encuentro que es la nada nos condena. ¿Por qué no somos correspondimos? ¿Importa acaso? ¿No sería mucho más producente atrevernos a indagar en nuestra historia personal la elección de los amores, las conductas de los sujetos pretendidos, nuestra relación con el amor y sus creencias? Cuando no hay correspondencia en el amor, el rechazo repercute directamente en el narcicismo de quién no “obtiene” a quién “desea”. Y esto desata una competencia más seductora que el amor mismo. Mujeres, hombres; que continuamente “se enamoran” de otros que ya están comprometidos, de imposibles, de errantes; en definitiva; sólo buscan: permanecer solos. Rehúyen al vínculo, a la reciprocidad. Su afán está en la competencia, en el reto, en conseguir la figurita difícil, a sabiendas que no es posible. En caso de serlo, todo carecerá de sentido. El que busca el amor imposible, busca la no consumación del deseo. A veces ese “virus” del desamor alimenta nuestras cárceles mentales, sostienen los paradigmas que ante las relaciones de pareja tenemos; como el hecho de creer que amar es sufrir. Muchas veces ese buscar para no encontrar, es la clave de la “no correspondencia”; queremos amar pero tenemos miedo a ser lastimado, olvidados y rechazados. Y elegimos desde el tener razón que nadie nos querrá o se jugará por nosotros.
Aunque es indefectible que muchas veces, elegimos desde el deseo de compartirnos con otros, y simplemente…  para la próxima más suerte… “ese otro no se interesa en nosotros”… pero eso no es motivo de suicidio legal. El amor es una experiencia transformadora.
“ Y deseo que tu piel se instale en la mía, juegue a las escondidas cerrando mis ojos… y que al amanecer me digas una y otra vez: SÍ!”
Chuchi González




29 de marzo de 2012

Costumbres Cotidianas


Y nos acostumbramos. Aunque resisto la idea. Somos aparatos costumbristas. Me acostumbro, te acostumbras, nos acostumbramos. A lo bueno. A lo malo. A lógico. A lo ilógico. Con un halo de mustia tristeza envejeciendo el alma y desde ahí miramos con el río en los ojos contenido, silbando la canción de la resignación, que en el estribillo repite como el eco de la soledad: “ que se le va a hacer” “ que se le va a hacer”
Nos acostumbramos a la injusticia, y a las desgracias con suerte.
Nos acostumbramos a la injuria y a las buenas lenguas que no hacen nada.
Nos acostumbramos al robo, al hurto y a la buenas intenciones que sólo quedan en eso.
Nos acostumbramos al que jura lealtad con los dedos cruzados y por el espejo lo vemos.
Nos acostumbramos a las arrugas y a comprar cremas para no usarlas.
Nos acostumbramos al desamor y a la victoria de la soledad.
Nos acostumbramos a la corrupción y a urdir formas de fomentarla.
Nos acostumbramos a lo que pensamos que no nos acostumbraríamos y redoblamos la apuesta. 
Nos acostumbramos al bullicio de la nada y a no escuchar nuestro corazón.
Nos acostumbramos a no enfrentar lo que nos sucede y a mirar televisión para dar por terminados pleitos.
Nos acostumbramos al maltrato y a maltratar – nos -
Nos acostumbramos a que nuestros cuerpos cedan formas y excedan espacios.
Nos acostumbramos a la muerte de los seres queridos y a lo que muere en nosotros cada día.
Y cuando hablo de “acostumbrarnos” no me refiero a “ aceptarlo”, sino a esa forma de andar por la vida con la piedra en el zapato, sintiendo ese picazón en la espalda y no hacer nada para estirar los brazos; o creer que no podemos hacer nada, o saber que nuestros brazos son demasiados o el prurito está demasiado lejos.
Porque “acostumbrarnos” es algo así como un “ mmmm…puta” y seguir… y aceptar es  entender y comprender que sucede o que sucedió, que pertenece a nuestra historia, aún cuando no nos guste, pero no lo escondemos debajo de la alfombra, no lo rumeamos; sino que que lo observamos y nos dejamos fluir; porque resistirlo no tiene sentido. Pero siendo sinceros, ¿ cuántas cosas no tienen sentido?
Nos habituamos. Por ende nos familiarizamos con el entorno, con lo que se acontece, con lo que generamos.
Aceptar es  aprobación; pero no en la acepción de “bien” “de pulgar hacia arriba” o del corriente “ Me gusta” sino aprobación como asentimiento, tolerancia.
Grandes ventajas encontraríamos si día con día podríamos reubicar nuestros pensamientos. Si a esos que padecen la tierra y las polillas del acostumbramiento, los bajáramos a la aceptación; seguramente los podríamos reutilizar.
Chuchi González

2 de marzo de 2012

Soltar… cortar… fluir… perder… .ganar…

¿Qué cosa?… desprender… volar… seguir… olvidar… ¿ A quién?
Amar… a uno mismo… al otro… a todos… a ¿ninguno?.. Presente… pasado… futuro… pasado ¿ pisado?…¿ cimiento?… ¿bases?….
…enganchados… tironeados…sobrepuestos… arrimados…apoyados… ¿injertos?
Rompimiento… quiebres…devoluciones… venganza… miedos…
Respira profundamente, retén el aire… y exhala… la vida que pasa por los orificios de tu nariz; FELICIDADES: Es tu vida!… Enhorabuena que te has hecho partícipe de una vida… tanto enviar “ reclamos al 404” + send … que el universo te ha escuchado y te ha liberado de la condena.
Ahora tienes espacios para ir, deshacer, armar, y seguir creando. Pero ¿ te asusta? … ¿Acaso no querías una vida?…¿Acaso no refunfuñabas en las noches que ese cuerpo dormido era el fabricante de tu infelicidad? … 'pero ahora que te miro – reflexiono – ¿ a qué cuerpo dormido te referías? … ¿Al de tu pareja distraída en su submundo rosa? … o ¿ al tuyo, cómodo y conformista?…
…Te lo dije más de una vez…CRECER DUELE… y sino pregúntale a mis rodillas… y comienza a aprender la lección de los verbos infinitivos…Soltar… cortar… fluir… perder… .ganar…
Soltar tus premisas limitantes, estrechas, mustias, sobre tú mismo y sobre el mundo… arranca de cuajo la venda elástica que oprime el valor de tu mente corazón y mira… más allá de lo que ves hay un horizonte que seduce a seguir…
Cortar con tus mambos dramáticos, lo que sucedió o no sucedió en tu vida o en la del astronauta vecino de tu casa…a veces – o casi siempre – la vida se encapricha en hacer lo que quiere… es su privilegio… y el tuyo es adaptarte… acomodarte, rediseñarte…amoldarte… y gozar…
Fluir por los días, por las semanas, por los meses, por los años, por las estaciones del tiempo…por los brazos de un amigo… por la charla interna, íntima y necesaria… por el juego de “TO BE OR NOT TO BE”… y aceptar SER…
Perder el mío al abandono…a no estar listo o preparado… a no saber cómo ni cuando… a no ser querido ni odiado…a no ser necesitado… a no ser reconocido… a no ser lo necesario… a no ser…porque sin darte cuenta “ ya eres”… eres lo que eres y eso es suficiente cuando despiertas y te das cuenta que nadie te abandona… que todos estamos de paso… que nuestro andar vagabundo tiene un medida exacta, que caduca… aún antes de lo preciado…
Ganar las ansias locas y entusiastas de vivir en plenitud y satisfacción con lo que tienes…- aún cuando creas o sientas que te falta –; la sonrisa inmaculada de asombrarte y arremangarte el corazón con las cosas más simples de la simpleza; el amor de la pureza de todo lo que te rodea y ni siquiera te nombra…la bendición de saberte amado por uno, dos o tres… y entender que TRES es multitud… porque el amor aunque abunda en este mundo se ha vuelto escaso…
Cuando era niña quería ser polen… es una buena forma de  …Soltar… cortar… fluir… perder… .ganar…
… navegar en la nada absoluta del tiempo… vivir de ausencias…no saber con claridad dónde estar en cada momento… fecundar por ahí… germinar por allá… comprender sin más que la vida… es INCERTIDUMBRE – y paradójicamente – esa es su CERTEZA.

Chuchi González