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15 de julio de 2020

¿A cuánto estás de morir?


¿A cuánto estás de morir? 
 Supongo que crees que a demasiado tiempo; por eso sigues...
 postergando lo importante,
 haciendo berrinches por situaciones pasajeras,
 permitiendo que la opinión de los demás afecte tu día,
 amargando tu existencia por el amor no correspondido,
 pretendiendo dañar a otras personas con tu silencio y falta de osadía,
 viviendo en la clandestinidad,
 fingiendo ser lo que no eres,
 rompiendo acuerdos,
 buscando culpables,
 comiendo en demasía para alcanzar tu peso deseado,
 tomando píldoras para conciliar el sueño,
 hospedado en una burbuja de inmadurez emocional, 
 creyendo que habrá un tiempo para todo... para todos...
 
Es qué en tu cuento fantástico de la vida, la gente no muere... la gente espera paciente a que el despertador de tu conciencia egolatra, algún día suene, y despiertes a la concepción de que te vas a morir. Como todos... y que no tienes ni puta idea de cuando será y entonces vas a dejar de desperdiciar la energía vital que guardan tus riñones, y vas a encaminarte con entusiasmo y pasión por la veredas de tu biografía, para dejar huellas en el cemento fresco de la conciencia de tu árbol, y así transformar la información que heredas a las generaciones futuras.
Entonces recién ahí, vas a darte cuenta de que estás VIVO, mientras sigas con la estúpida creencia de que "no pasa nada, estas DORMIDO, en un sueño de tinieblas o un sueño cómodo, sabrás tu, lo que sueñas, pero si te tomas esas ilusiones como reales es porque en verdad estás profundamente dormido.

La vida es tan maravillosa, que pasa más rápido que el halo de un perfume que alguna vez te pusiste y jamás llegaste a sentir. 
Pero cuando no la vives, no la disfrutas, porque no la conoces, crees que lo que haces es vivir, porque es el guión que todos hacen, pero en sí, es la película de los zombies vivos jugando a ser lo que no son y padeciendo lo que no pueden entender porque no están preparados para ello.

Entonces.. ¿a cuánto estás de dar el último beso? ¿ el último abrazo? ¿ el último te quiero? ¿el último adiós? ¿ el último trago? ¿ el último silencio? ¿el último hasta aquí? 

¿A cuánto esta de tomar el último café? ¿ ver la última película? ¿ pasear a tu perro? ¿ jugar con tus hijos? ¿tener sexo? ¿enamorarte? ¿ hacer ejercicio? ¿sonreír? ¿gritar? ¿llorar?

Si tomas conciencia que sólo en la eternidad hay tiempo para todo; entonces, verías que cada día es el último día, que ese día fue el último mensaje, la última llamada, la última vez que te pusiste crema en el rostro, la última vez que leíste un libro y que todas las veces que se aparecen siempre son las últimas, no son extensión de las anteriores, son debut y despedida. 

Así dejarías de vivir como un robot, de hacer cosas que los demás esperan de ti, de actuar como la sociedad juzga que deberías, de amar según lo estipulado, de publicar estados de ánimo inventados en facebook, de crear una vida dolorosa a la carta de las creencias de tu familia.

¿A cuánto estás de morir a la vida que no amas? ¿ a la pareja que no te hace feliz? ¿a las relaciones tóxicas? ¿a las excusas de las personas? ¿ a la aprobación? ¿ a los sueños de los otros? ¿ a las mentiras piadosas? ¿ a la incomodidad de ser correcta?  ¿ a la pelea interior? ¿a los pensamientos de ataques?

¿A cuánto?






11 de octubre de 2018

No te enamores de mi


Deberíamos tener la posibilidad de enamorarnos o no enamorarnos. Como seres de luz en un vestido egoico, el enamoramiento es una experiencia nefasta. Enamorarnos implica siempre salirnos de nuestro camino del medio, del eje, del centramiento, para ubicarnos en cualquier sitio menos donde debemos estar; desde ahí cometemos el peor de los pecados, los insultos a la integridad más aberrantes, el desperdicio de la vida de la forma más abrupta. Enamorados engordamos porque cada invitación al café implica el pan; nos desvelamos porque en las noches nos pasamos miles de minutos en el whatsApp escribiendo pendejada y media; o en otras redes sociales dando like a fotos o comentarios que en otra postura nos parecerían ridículos y ahora se nos presentan como revelaciones. Invertimos dinero en comprar, este o aquello, regalos, sorpresas, símbolos marcados con iniciales que ya saben de antemano que van a finalizar, y aún así las grabamos; planeamos futuros eternos, usamos las palabras siempre, nunca como puertas blindadas de nuestro amor, y un día, cualquiera, sin lagañas en los  ojos del corazón te das cuenta que no era  Einstein, que era un pelotudo más con sus agujeros al viento y fuiste vos quién los lleno de colores y quisiste creer que era un calidoscopio. 
Por dónde antes veías luz, por esos mismos agujeros, ahora ves oscuridad. 
Lo mismo que te unió, es lo mismo que te separa.

Después de pasar el impacto, comienzan los planteos, los acuerdos: las estrategias.  La planificación intelectual de las emociones; el desgarro de la razón, la parálisis de los sueños, y con suerte se toman de la mano y siguen el camino pensando que al otro siempre le falta 10 para el peso... que podrían ser feliz pero que al otro le falta 10 para el peso...

Por eso te pido, te ruego... no te enamores de mi...
Porque enamorarse implica siempre la crónica anunciada de la desesperanza. No voy a cumplir tus expectativas porque no me corresponden. Son tuyas. 
No voy a ser lo que esperas, porque soy de otra manera, incluso peor o tal vez mejor, pero soy diferente a lo que proyectas.
Me va a faltar siempre 10 para el peso porque de eso se trata la humanidad; de aprender a ser feliz en la incompletud, sin la satisfacción de la subjetividad.
Entonces no te enamores de mí. Mejor quédate en tu eje. Y de ahí descubre si así con mis luces y mis oscuridades te atreves a cruzar el desafío de la individualidad para crear un puente, nosotros; a sabiendas que somos y seremos afortunadamente diferentes, opuestos y a la vez lo mismo. Así podrás observar que no tengo defectos, que lo gusta o desagrada, son la cara de la misma moneda, que la perfección es una búsqueda estúpida del ego; que el alma cuando mira no juzga nada porque sabe que todo es necesario para seguir evolucionando.
Entonces así, no te enamores de mí. Mírame en mi plenitud, mírame a mí, no a tu espejismo y ahí decide si puedes ser feliz con 90 centavos. 





22 de noviembre de 2017

Curación vs Sanación


Infinidades de veces utilizamos términos como sinónimos sin plantearnos lo que estamos diciendo, sin detenernos a pensar que cada palabra usada tiene un propósito en sí misma y que además nuestra elección inconsciente de las mismas habla con un susurro silente algo que resuena en nuestro interior. 
Frente a las dolencias físicas recurrimos a algo que cura... ¿Qué puede curar esto? ¿Cómo se cura?... y lo que hacemos es sólo buscar algún método para aliviar los síntomas y regresar al estado anterior. Sin embargo, con el tiempo los persistentes síntomas se anuncian con mayor fuerza , porque quieren hacerse escuchar, traen un mensaje de que hay un conflicto emocional al que le urge ser mirado para ser resuelto; pero muchas veces insistimos con la misma mecánica: curar. 
¿Qué es curar? Es aplicar un procedimiento de "cuidados" a uno o más síntomas. El error está en creer en que ellos son los enemigos y se los combate. Buscamos bajar la temperatura, cortar el escurrimiento nasal, o el dolor estomacal. Pensamos que ellos son consecuencia de una acción exterior que impacta en nuestro cuerpo... Pero ellos solo nos hablan de un desbalance interno e íntimo. No todos los inviernos enfermas de gripe, ni todas las veces que comes fuera sufres gastritis, por ejemplo ¿Cuál es la variante? Tu estado emocional. 
La presencia de un síntoma, ya sea físico, psíquico o relacional, anuncia que estamos fuera de nuestro camino del medio, como le llaman los budistas. Es decir, fuera de eje. Anuncia la incoherencia emocional en la que estamos inmersos. En el juego social de pensar, sentir y actuar diferente, "porque no vaya a ser que si digo lo que pienso y siento y actúo en la misma dirección el otro se enoje o se ofenda." y entonces se enoja y ofende tu ser y reacciona. 
Y claro que no se trata de andar maltratando, ni actuando con desidia, eso no es ser UNO MISMO, o AUTÉNTICO, eso es ser caprichoso y arrogante, pero si empezar a entender que la vida es de cada uno, y que soy responsable de lo que pienso y actúo, pero no de lo que el otro siente con lo que yo siento. Y cuando no hay afán de joder a nadie, en última instancia nada se jode. 
Recapitulando... si queremos curarnos sólo tendremos oportunidad de eso, de aliviarnos del mensajero. Pero si queremos sanarnos, es otra cosa.
Sanar es profundo, Curar es para los médicos, la ciencia, los remedios, las farmacias, los procedimientos, la acupuntura, los reikistas, las terapias todas. 
Pero sanar, sanar es algo nuestro. Es sólo nuestro y personal. Es un camino de autodescubrimiento, de aceptación de los monstruos que llevamos en el interior, de buscar domesticarlos, de entender con el corazón que están ahí porque ahí los hemos puesto nosotros en algún momento, sin conciencia, pero que no arribaron del espacio exterior y nos habitan porque sí... Están ahí porque nos revelan nuestras carencias o huecos, y podes mirarlos con amor, nos acerca a la sanación, a un estado de gracia con el ser que somos detrás de tanta carne y huesos. 
Sanar es tomar conciencia, apropiarnos de ella, es mirar un poco más allá de lo que ven los ojos. Es mirar para adentro.
Por eso si quieres curarte tendrás muchos caminos, pero si quieres sanarte, sólo uno: tomar conciencia.


5 de octubre de 2017

Una pareja, POR FAVOR!!

Después del movimiento sísmico pasado se me ocurrió preguntar en chiste ¿Dónde se rentan maridos?... la idea me quedó varios días en la cabeza dando vueltas, tantas que me motivó a escribir esta entrada...
Me siento sola... una pareja por favor
Quiero hijos... una pareja por favor
No sé estar solo... una pareja por favor
Alguien para querer... una pareja por favor
No quiero estar solo/sola en la vejez... una pareja por favor
Sexo... una pareja por favor

UNA PAREJA POR FAVOR!!!

Lo que yo pregunté como broma, es lo que hacemos generalmente en relación a la pareja. Cuando algo en nosotros no nos funciona, pensamos que ahí afuera está la solución y nos emprendemos en la búsqueda de ese ser que venga a velar por nosotros.
Por supuesto que no lo advertimos, aunque a razón de verdad, a veces sí, y lo hacemos igual, porque creemos fehacientemente que es el modo de aliviarnos de algo que nos resulta estresante. 
Y es cuando nos embarcamos en vínculos que desde el inicio no tienen "goyete"( lógica); sabemos que no va bien pero ahí andamos moviendo la cola enloquecidos de felicidad porque al menos un hoyo habremos tapado, pero atención... nos metimos en la boca del lobo...

¿Qué clase de vínculo saludable podemos crear si yo veo al otro como un electrodoméstico que resolverá mis pendientes y soy lo mismo para ese otro? ¿Qué amor pueden realizar o pronunciar dos máquinas? Y lo peor de todo, es que no tendremos garantía de fábrica. Cómo escribe el gran T.S. Eliot  ¿Cuáles son las raíces que arraigan, qué ramas crecen en estos pétreos desperdicios?
Ahora quiero que conectes con tu honestidad y pienses ¿Cuántas veces ves  a la pareja como una solución? Muchas.. no hace falta que lo grites a los 4 vientos, lo sé; me ha pasado. 
Yo también he tenido incluso pareja para "ser normal," sí muy estúpido precepto... pero lo importante es observarlo y hacernos cargo ese pensamiento para que antes de que se convierta en un hecho se transforme.
Así que cuando frente a algo que no sepas o no quieras resolver pienses en UNA PAREJA POR FAVOR, como quién pide un whisky en las rocas ... piensa que el propósito del encuentro con el otro es SUMAR, potenciar, y que si llegas con números rojos, las cuentas irán de mal en peor...
Es tentador pensar en un salvador, pero no existe, cada uno de nosotros somos los creadores de nuestra vida y por lo tanto los únicos que podemos salvarnos a nosotros mismos. 

Por tanto si saben de donde se alquilan maridos, no me envíen el dato, iré buscando una muñeco inflable para dormir abrazada a algo más consistente que mi almohada. 

¿Quieres saber más sobre la pareja? Te invito a vivir mi taller PAREJAS PODEROSAS 14 DE OCTUBRE. Un encuentro con el desencuentro amoroso que nuestra incapacidad de amar nos lleva a repetir.




4 de marzo de 2014

Palabras que matan!




El amor como energía sublime en manos de un ser dañino se convierte en veneno.  En la actualidad vivimos en una sociedad en la que los excesos nos acompañan a todos lados, hay mucho para distraerse, mucho para leer, mucho para comer, mucho para beber, mucho de todo.  Y en las relaciones de pareja, hay una tendencia a decir mucho y mal. El abuso verbal es un modo de operar sobre la personalidad del otro miembro de la pareja, justificada en las carencias personales, tiene como propósito doblegar, violentar, y reducir la identidad de una persona. Lo más común es creer que se despliega a través de insultos, pero sin embargo, adquiere muchas facetas mucho más dolorosas, porque se enmascaran en consejos, pedidos y opiniones. No deja magullones o heridas en la piel o huesos, pero en crea grandes trastornos a nivel emocional y mental, llevando a las víctimas a la depresión.

17 de febrero de 2014

¿Complaciente o cómplice?

40DC4ADF18634A3A8381FB05D0E879A5Uno de los aspectos más importantes en nuestras relaciones con la otredad, es observarnos y descubrir desde dónde estamos actuando nuestros pensamientos. Cuando digo “actuando”, me refiero a accionar una conducta.
Si pensamos en “complacer”, la etimología propia de la palabra refiere a hacer algo “con – placer” hacer que otros se sientan bien.
Sin embargo, muchas veces ese “placer” se ausenta, y lo que hacemos es “con – temor”, es decir complacer con temor a perder o a dejar de ganar. Y la acumulación de esos hechos, termina mermando la esencial de “satisfacer con agrado” y se convierte en complicidad.
complacer-a-los-demas2Ahora ya no soy complaciente por el gusto de ser contributiva o por amor, sino que por temor a que se desencadene un pleito, o no me aprueben o me rechacen accedo con temor y sintiendo enojos, o tristeza.
Piensa ¿Cuántas veces has sido cómplice del otro? ¿De ese trato que tanto te duele, del abuso de tu pareja, de las críticas de tus padres, de las quejas de tus amigos?

1 de febrero de 2014

Regodearnos en el Sufrimiento

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Una de las creencias más fatalistas que tenemos es la de regodearnos en el dolor. Hemos aprendido que sufrir es básico en la vida, que es necesario, es natural, y que cuánto más me duele algo más comprometido estuve con eso.
Incluso llegamos a evaluar el amor de alguien en virtud de su malestar.  Y hasta llegamos a sentirnos mal cuando no lloramos o padecemos lo suficiente, pues entra en cuestionamiento la idea de nuestro verdadero interés.
Sufrir no es sinónimo de que algo nos importe más que a otra persona. Es una – léase una y no la única – forma de vincularnos con lo que sucede, con la realidad, con los eventos.
Generalmente estamos condicionados a que si alguien muere, se va de nuestras vidas, perdemos un objeto; es decir toda vez en la que nos exponemos a “un vacío” debemos sufrir. Pero no existe una regla natural que lo imponga. Sufrir es una condición arbitraria, es decir, impuesta por lo social. Es una manera de manifestar nuestra inmadurez, nuestra falta de tolerancia hacia la frustración, nuestro pensamiento cerrado, nuestros berrinches porque algo sale mal.
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