6 de noviembre de 2020

Todo sobre mi padre


A menudo todo lo que creemos, es mentira. Es la ilusión de nuestra mente racional. Son la explicaciones de que a la mano tiene la mente analítica. Si nos duele la panza es porque comimos algo en mal estado, o nos dimos un atracón, o el "estrés". Si nos duele la cabeza es la contaminación auditiva, el cabello atado, o las benditas flexiones de brazo. Siempre sabemos lo que nos pasa, nos acontece, nos sucede, nos agobia pero "casual" seguimos iguales. Si analizas tus repetidos patrones, tienes que sospechar. Algo no es como crees, algo debe funcionar por lo menos diferente. Y la vida que se brinda a tus pies es la que opera distinto. Nada, absolutamente NADA sabemos de nosotros sino nos permitimos al menos, sospechar de nuestras verdades. Tu mente racional, ignora completamente, el caudal de información que la mente subconsciente maneja. Se distrae con cosas externas, mientras la gran operadora de tus acontecimientos más importantes hace de las suyas. Nunca actúa en nuestra contra, incluso cuando así lo sentimos. Ella no juzga, no interpreta, no siente; sólo se maneja en términos de supervivencia en relación directa con los recursos que tiene.
A menudo creemos que la vida de adulto está marcada por situaciones con nuestros padres, y la mujeres muchas veces, señalan a la madre. Viven en sus cabezas ese conflicto y lo trasladan a sus vidas amorosas, a sus relaciones interpersonales y a su relación íntima y personal consigo mismas. Huyen de ser la madre que tuvieron. Corren lejos. Hacen lo contrario. Desaparecen cualquier parecido. Y terminan haciendo lo mismo. Por que ellas son sus madres.
Pero otra veces, te sientes identificada con tu madre, y dices "soy una calco", vivo sus mismas experiencias, y hasta observo la vida con sus mismos cristales; y crees que algunas experiencias tienen que ver con un modo de reparar sus dolores, y un día sin más, wow! despiertas y dices TODO ERA SOBRE MI PADRE.
Así me ocurrió.
Yo creí mucho tiempo que había tenido una historia "de amor" ( es verdad de desamor) tóxica porque estaba reparando y/o repitiendo situaciones de sumisión y toxicidad de mi árbol vividas por el linaje materno/ femenino.  
Sin embargo, un buen día me vi al espejo, vi el rostro de mi padre, y me llene de asombro al darme cuenta que yo soy mi papá. 
Mi vida es la de mi papá. Por información transgeneracional y fechas exactas soy doble de mi madre por fecha de concepción, y por error administrativo soy doble a 9 meses de mi padre. La primera afinidad es mucho más profunda que la segunda; pero es la que influencia mi vida. YO SOY MI PADRE. 
En aquellos momentos de trastorno emocional, me vincule con un abusivo totalitario no como parte del honrar a los ancestros abusados, sino como castigo. 
Me sentí culpable de no poder salvar a mi papá en su cáncer de células plasmáticas, yo no era médico, ni dios, pero igual como hija quería salvar a mi papá, que de alguna forma era salvarme a mí porque yo no quería perderlo, no quería afrontar la orfandad prevista. 
Me castigué a través de una relación de mierda, porque subconscientemente NO PUEDE rescatar a mi papá del dolor. Ni siquiera las medicinas que solicite desde México a la India para que lleguen a Argentina, supieron darle un alivio porque la aduana las detuvo y cuando las liberaron, papá ya se había liberado solo del flagelo que sentía. Todo era demasiado tarde.
Y empezó el castigo. Pareja de mierda. Robos. Asaltos. Estrés. Estuve a punto de colapsar y generar una enfermedad autoinmune. Pude salir de ahí porque a mi favor no tenía el virus del amor romántico. Porque tenía lapsos de tiempo en los que me decía ¿Qué hago acá? y por mi afinidad a las terapias decidí tomar terapia y en 3 sesiones, terminó el martirio que escogí vivir por un 18 meses. 
Así opera tu subconsciente. Crees que eres uno pero eres otro. Crees que haces esto por esto y es por aquello. 
¿Para qué te cuento esto? Para que tomes conciencia de que es necesario "cuestionarnos" las creencias, los pensamientos, incluso "sospechar" de su aparente verdad. Nada de lo que pensamos es VERDAD, porque todo está sometido a los filtros de la biología que determinan "lo que es verdad de lo que no lo es" pero es un mirada absolutamente corrompida por el sistema orgánico que tenemos. 
Saber que todo es sobre mi padre, me permitió perdonarme y regresar a mi eje. Me permitió comprender el dolor de la pérdida, la resistencia al cambio,  la soledad a la que nos enfrentamos en la adultez y la intricadas complicaciones mentales que nos hacemos porque creer que la vida debe ser como decimos o como soñamos. Dejé de castigarme por mi impotencia al cabo de muchos años, porque de pareja, pase a otros modos más sofisticados como abuso laboral, permiso para que me chinguen por miedo, incumplimientos de contrato, suspensión intempestiva de honorarios, pagos en destiempo, deudas. 
Ahora lo puedo observar con lejanía y paz. Ni odio al ex, ni a los que me persiguieron  o los que se quedaron con mi dinero. Lo que no significa que volvería a tener un vínculo con ellos. Puesto que el depredador será siempre depredador para la mente arcaica aunque tenga dentadura de plástico. 
Puedo observar como una amor desesperado me llevo a vivir un calvario, y la creencia profunda detrás de que "si mi papá me dió la vida, yo tengo que darle la vida".
Los papás en general siempre buscan evitarnos el dolor. Prefieren joderse, callarse, simular, interpretar personajes que no son para que no suframos. Y bueno, al rato, siendo adultos hacemos lo mismo y cuando no lo logramos, castigo.
Así funcionan las mentes erradas. Desconectadas de la verdad absoluta del amor que somos. Sintiendo miedo y procurándonos castigos.
Muchas veces tus emociones no tienen la causa que crees. Indaga. Reflexiona. Háblate. Y escucha el mensaje de lo divino que siempre está susurrando el camino bello, sereno y justo; al cuál la mayoría de las veces nos negamos a andar.