24 de septiembre de 2014

La última vez que fui mediocre…


Muchas veces, cuando estamos en el hoyo no podemos apreciar lo que está en el exterior. Hundidos, - demasiado profundo-, del viento solo sentimos caricias.  Las heridas se ven más grande y hay una tendencia a lamerlas para acelerar el tiempo de secado y sanar. Pero ya sabremos, que todo necesita un proceso, que adelantar, nada cura y por el contrario, estropea experiencia. 
Desde el fondo todo es confuso, porque desde ahí abajo, sólo se adquiere dimensión de una parte de las cosas, y casi siempre son las “partes más feas”. Los pies que aplastan nuestras ideas, sueños, dignidad, existencia. Y aún cuando hacemos presión para trepar, empujar, y salir; la fuerza impulsada de arriba hacia abajo, de afuera hacia adentro, del exterior al interior, siempre gana. Y nos arrodillamos en el lodo a llorar, nos revolcamos en la culpa, arrasamos las arenas del desprecio personal, y nos azotamos con los deberíamos y los hubiera; y entonces el infierno deviene más pequeño y más cercano. Lo incorporamos.
….
Ahora que salí; puedo respirar…inhalo con cierta constancia digna de un vencedor y suelto suavemente los restos incinerados de quién supe ser… por mis fosas, un humito gris de mis cenizas viajan densas hacia la nada infinita…
Siento paz en mis rincones….dónde ayer habitaban volcanes vomitando lava …. hoy crece la retama… Mis ojos parpadean como las alas de una mariposa recién parida al sol…y la “sorpresa” sigue siendo mi amuleto predilecto…Los pies huesudos…descalzos…con los juanetes rojos de pasión por la vida… emergen en saltos que me arrebatan de la tierra al aire y caen seguros, firmes, estables…

…. y así recuerdo la última vez en que me disfrace con las investiduras de la mediocridad… pretendí seguir al rebaño… y mezclarme para no sobresalir…. para esconderme…. para traicionar mi personalidad heroica… para que nadie vea la oveja negra entre  tantas blancas y puras… mediocres… que repiten sin razón y sin saber lo que otros hacen… multiplican … triplican… espacios ….momentos…. y todos iguales se ven más bonitos…. y yo… 

...también pequé con esa soberbia del Ego… de ser idéntica por no aceptarme diferente….
Mentí… callé… y violé mis ideales… me puse la soga al cuello… y a punto de lanzar la pata de la luz…algo insignificante me hizo sentido…. las vi… decir VEEEE…y yo… yo quería decir NOOOOO….. aspire…. y lo solté…y fui libre…
Rompí cadenas…. sueños… ilusiones…la fidelidad de ser buena persona a cuesta de mi propio SER….
Y ahora respiro… estoy en calma…. un nuevo – NO UN VERDADERO – sol me ilumina…
Ando en andas de construir….
Ando en danzas de compartir…
Hoy al fin… RESPIRO….


¿Qué es ser mediocre? Es repetir hasta el cansancio lo que los demás hacen por no correr el riesgo de mostrarnos diferentes. Es doblegar nuestra grandeza a la usanza de lo justo, lo necesario, lo previsible.
Cuando nos vivimos como mediocres… nos separamos de nuestra fuente… nos desconectamos y elegimos “engancharnos” en el cargador pirata de la mayoría: “la queja, la imposibilidad” y la divinidad que traemos en origen es prostituida por el ego que se encarga de hacernos sentir “que no podemos”.
Nos movemos fieles a la corriente de la pertenencia, creencias, comodidad, del clan…porque necesitamos…
Despertar la grandeza es hacernos cargo en principio de quienes somos, y no de quienes dicen que somos, o dicen que debemos ser… un misterio antes a develar ¿ quién soy?

10 de septiembre de 2014

Rasgos que enamoran


 ¿Cuál será el secreto para seducir? ¿Tacones? ¿Faldas? ¿Maquillaje? ¿Vestidos? ¿Perfumes? Claro, todo depende de a quién desees atraer… Pues generalmente lo exterior atrae a personas con escasa vida interna, con autoestimas que están en el mercado valorándose, con adultos que están aún en el arquetipo del Atleta… Pero si la ocasión es abrirnos al arte de cautivar a seres maduros…. lo externo es puro adorno si no lo sostenemos con una fuerte estructura interior…
Las mujeres nos “sometemos” en forma cotidiana y habitual a un sistema que reprime nuestra femineidad; aceptamos desde siglos con sumisión inconsciente las creencias limitantes que nos han definido en la historia, y en la actualidad corremos detrás de una imagen que nos venden y promete ser la herramienta para alcanzar el amor pleno en una pareja.
En algún momento, todas creemos en esa solución mágica. En pastillas que nos harán desinflar las michelin, en zapatos altísimos que nos acercarán a los sueños, y cremas pastosas que borrarán la tristeza del alma reflejada en el rostro… Después de unos intentos – o muchos- desistimos… nos sentimos un desastre, incapacitadas o no merecedoras… y nos acoplamos a lo imposible; nos volvemos amantes de la auto-crítica; cenicientas de las pretensiones ajenas, geishas del absolutismo y capricho masculino… ¿ para qué? Para no sentirnos solas… la falacia del alma gemela se nos metió en el cerebro como un gen auto-invalidante… sin príncipe no hay princesa….
Sin embargo, como mujeres que somos, cargamos un potencial divino heredado al que no sabemos como acceder, olvidamos el método natural por estar más dispuesta al afuera, que a nuestra propia voz…
Y el secreto está a nuestro alcance:  ser una misma… con todo lo que ello implique… con la consideración de nuestras luces y sombras… con la aceptación de que somos perfectamente imperfectas….y que en nosotras habitan las respuestas a todas las preguntas….
¿Qué atrae a un hombre?  (Ojo dije hombre no aplica ni en niños ni en machos…)

8 de septiembre de 2014

Usa al amor como un puente


 Un día cualquiera, hace más de 10 años, en un trasbordo de la línea B de subtes en la ciudad de Buenos Aires, me crucé con la singularidad de Gustavo Cerati que deambulaba igual que todos nosotros al son de la música de la rutina. Abrí los ojos de manera desorbitada, me quede perpleja de la humildad con la que saludaba a los que le gritaban un cariñoso “Gustavo” y el alzaba la mano con familiaridad. Traía los rulos – chinos- al viento, desordenados quizás de tantas ideas; y un pullover – suéter- de cuello redondo y lana gruesa, de esas que traen bolitas de colores y pelitos...
El 4 de septiembre se marchó…  cruzó el puente… abandono el cuerpo que lucia su alma y comenzó otro viaje de “música ligera”, me quedé pensando ¿Cuál habrá sido el motivo por el cual su alma se estacionó de tanta ida y venida, eligió quedarse un poco en un lugar durante 4 años? ¿Qué cuentas habrá saldado en esa quietud esa soberbia grandeza de una genialidad tan creativa? ¿Qué habrá soñado en el silencio? ¿Que nuevas melodías habrá hilvanado? Sentí profunda tristeza … de sopetón un televisor indiscreto me avisó de su muerte. Y me sentí egoísta; porque lo primero que me vino a la mente fue la idea de vacío, del saber que ya no está; sin pensar en el cansancio de ese cuerpo fuerte que mantuvo a ese espíritu divino durante esos 50 y pico de años… ¿Cuántas veces preferimos que las cosas no cambien aún a sabiendas de que ya han cambiado? ¿Cuántas veces mantenemos la esperanza de que todo volverá a su normalidad sólo para no aceptar lo que nos duele? 
Ya no está. Ya se fue. Como tantos otros. Como lo haremos nosotros, los que aún tenemos lecciones por aprender, piedras en la mochila por saltar, relaciones de perdones por saldar… como dice Calamaro:

3 de septiembre de 2014

El control

El control es un aparato sin pilas que apretamos histéricamente cuando queremos cambiar circunstancias o gentes que están frente a nuestros ojos y ya no queremos ver, o al menos pretendemos poner en pausa o ir hacia atrás o hacia adelante. Es un forma inconsciente de protegernos de todo lo “que no es” como esperábamos, sentenciábamos, o incluso afirmamos en nuestro fuero interno. Es una reacción que se contrapone a la aceptación de que las cosas, pueden ser de mil modos. Es un trazo grueso y profundo, marcado con tinta negra en un mapa de múltiples rutas. Es una botiquín de emergencias cerrado a punto de caducar por su inutilidad en el uso. Es una búsqueda incesante de sentirnos seguros, en tierra firme, a sabiendas de que la vida es un terreno movedizo. 
Es una narcótico tranquilizador que consumimos para creernos dueños de algo, al menos de la razón. Una brújula que nos da un sentido, nos hace sentir a salvo. Sabemos como actuar, que decir, sentir, callar. Nos manejamos con la seguridad que nuestra mirada es la correcta. Pero cuando hablamos de control, muchas veces traemos a la mente situaciones de personas violentas, celosas, posesivas, criticonas, quejosas.  Sin embargo, también controlamos desde el amor, y sé que resulta incongruente, puesto que todo control es negación de la otredad,  es miedo y el amor es aceptación y construcción. Pero somos humanos y ambiguos. Amamos desde nuestra concepciones e intentamos que los otros vivan según nuestras experiencias. Así como los padres que anhelan que los hijos no sufran…. o la pareja pretende que su compañera no se haga tanto mambo… o cuando los hijos a toda costa quieren ver felices a sus papas…. Lo que parece un simple deseo… se transforma en control, cuando el resultado no es el esperado y nos frustramos; resentimos o culpamos. En ese querer dar más, ocuparnos más, o construir lo que es patrimonio personal de otro … esta el control… sea por superhéroes, miedo a la soledad, a no perder lo que amamos, a la convicción de que así es la vida… aún cuando queramos erigir la felicidad … es control…