El control es un aparato sin pilas que apretamos histéricamente cuando queremos cambiar circunstancias o gentes que están frente a nuestros ojos y ya no queremos ver, o al menos pretendemos poner en pausa o ir hacia atrás o hacia adelante. Es un forma inconsciente de protegernos de todo lo “que no es” como esperábamos, sentenciábamos, o incluso afirmamos en nuestro fuero interno. Es una reacción que se contrapone a la aceptación de que las cosas, pueden ser de mil modos. Es un trazo grueso y profundo, marcado con tinta negra en un mapa de múltiples rutas. Es una botiquín de emergencias cerrado a punto de caducar por su inutilidad en el uso. Es una búsqueda incesante de sentirnos seguros, en tierra firme, a sabiendas de que la vida es un terreno movedizo.


Esa libertad de elegir como carajos sentirnos es nuestra competencia… entonces ¿ por qué no dejar que los demás hagan lo mismo?
Por qué controlamos?
Por miedo al rechazo
Por miedo a la soledad
Por miedo a no cumplir las expectativas que los demás tienen sobre nosotros
Por inseguridad
Por sentir incertidumbre
Por no aceptar la relatividad de todo
Por protección
¿Para que controlamos?
Para sentirnos buenos
Para sabernos poderosos
Para creernos productivos
Para ganar
Para vernos aprobados
Para ser amados
Y más allá de todo… controlamos porque nuestro EGO nos hace sentir especiales, para bien o para mal, o porque somos los creadores de los sueños ajenos o porque no sabemos que hacer con nuestras vidas… pero toda vez que intervenimos en el fluir de los acontecimientos CONTROLAMOS…
…Así que la próxima vez que digas TE AMO y te frustre el silencio de la respuesta… ríete de ti mismo…
0 comentarios:
Publicar un comentario
¡Un blog se nutre de comentarios, deja tu huella, muchas gracias por compartir!