Mostrando entradas con la etiqueta Incondicionalidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Incondicionalidad. Mostrar todas las entradas

13 de agosto de 2019

Palabras ... que nos atan....

 Últimamente todo lo que estudio, más allá de la temática se relaciona con las creencias. Las creencias son la base de la vida que tenemos, y por supuesto de la vida que NO LOGRAMOS TENER. En apariencia para muy disparatado sostener que las CREENCIAS rigen nuestra vida, más sin embargo si observamos a profundidad veremos que las CREENCIAS son el combustible de nuestra existencia.
¿De dónde nacen? De la experiencia de nuestro antepasados, de nuestros padres, de nuestra raza, de nuestro género, del contexto social e histórico en el que nacimos y nos desarrollamos, de nuestras propias experiencias.
Fíjate que siempre he utilizado " de nuestros/as" con independencia de haber compartido con ellos o ser contemporáneos, dado que todo lo que nos une con un grupo con el que compartimos intereses particulares se guarda en el inconsciente de ese grupo, y lo que se guarda es información.
Por lo tanto, aunque ahora mismo seas una mujer libre, sexual y emprendedora; en tu mente subconsciente también tienes información de esclavitud, de desvalorización, de incapacidad, quizás sin esa información no serías la mujer que hoy eres. Tal vez, todas aquellas mujeres que sufrieron no poder estudiar, votar, hablar, disfrutar del sexo; encuentran el descanso de su lucha, en mujeres que pueden graduarse, ejercer carreras políticas, ser oradoras, y omitir fingir orgasmos.
Así se sucede la vida, los que están primeros hacen tareas más duras, y los que vienen por detrás encuentran cosas resueltas y nuevos desafíos para heredar a las generaciones venideras.
Lo trascendental de las creencias es que muchas están grabadas en tu mente subconsciente; por lo tanto no todas son de fácil acceso. Puedes saber con certeza que tu creencia hacia los chocolates es "los chocolates de menta que me trae mi amiga cuando viaja a Canadá son los mejores que he comido" pero sin embargo, entras en crisis cuando quieres por ejemplo entablar una relación amorosa con algún hombre/ mujer que se asemeje a esos personajes de las películas románticas rodadas en Estocolmo. ¿Qué sucede? ¿Por qué nadie se parece a ellos? ¿Dónde están los guapos? ¿Las guapas? ¿Los amorosos? ¿Los abuelos tiernos y millonarios? ¿Los chicos fieles?
Parece que se quedaron todos en el set de filmación, y surge la creencia "esas películas son peor que el azúcar y la cocaína juntas!!
Nunca sale al encuentro algo de aquellos bellos paisajes románticos... surge otra creencias "las películas de amor son una mentira", "en la vida real el amor no es así"....
Nos sentimos felices de descubrir el truco y entonces generamos relaciones CAÓTICAS que se vinculan perfectamente con nuestras ideas acerca de la vida y de las películas de amor.
Estos conflictos SI SON LA VIDA MISMA... la vida es constante lucha, ahora sí, nos quedamos tranquilos.
Pero....  y ¿si detrás de cada encuentro/ desencuentro o infortunio, hubiera una CREENCIA acerca de nosotros o de los demás o del amor o sobre el dinero o las prosperidad que nos lleva a tener una alerta hacia los personajes que embonan en ellas?
Qué tal si nos sentimos que no merecemos una vida de película? que somos insuficientes? qué los hombres buenos sólo son los que no tienen suerte en lo económico? que el matrimonio es una celda?
Sólo te doy ejemplos.... tal vez si pudiéramos indagar en momentos del pasado, de un pasado muy lejano... y encontrarnos con vivencias en las que se grabo una creencia que hoy nos separa de lo que queremos...podríamos modificar nuestro presente... te doy un ejemplo... cuando era adolescente escribía muy bien ( bueno siento que lo sigo haciendo) en ese entonces mis redacciones en la asignatura de literatura generaban malestar en mis docentes, siempre me ponían baja puntuación porque ellos juzgaban que yo no podía escribir así, o con ese vocabulario... lo que correspondía a un 10 me calificaban con 6... ¿qué crees que aprendí durante mucho tiempo?
Qué destacar era malo. 
Qué mostrar el interior era peligroso.
Qué lo que me parecía bello era menospreciado.
Que definitivamente yo estaba mal.
Durante muchos años, pese a seguir escribiendo, siempre me dió temor de mostrar lo que hacía, más allá de haber ganado muchos concursos literarios, siempre mostraba con cierta vergüenza mi creación. Pero mi creación no era solo literaria, mi vida era creación, por lo tanto durante mucho tiempo sentía vergüenza de quién era.  Vamos a sumarle que me decían feto, cucaracha; que por un problema en un tendón no podía hacer ejercicio y la maestra juzgaba que me ganaba la pereza y mandaba a llamar a mi madre.... te das cuenta... yo actuaba correctamente, era estudiosa, creativa, aplicada y los demás me minimizaban... y yo un adolescente ( alguien que carece de....) juzgue que mis maestros ( autoridades) tenían razón y salí a la vida de adulto con creencias limitantes acerca de mí; me volví muy pero muy autoexigente, me esforcé en demasía para alcanzar las cosas ( y no alcancé nada), rechacé y oculté mi cuerpo y mi rostro ( que era muy hermosos... jaja...pero no me daba cuenta en ese momento).... me convertí en un ser sumamente tímido...
....un día me cayó el 20.... y a VOLAR.... Me destapé... empecé a mostrarme... a valorarme....me convertí en un líder... una guía... pero imagínate la energía que invertí en todo el proceso... si hubiera tenido maestros conscientes mi vida hubiera sido desde los 13 años distintaaaa.... 
Por eso quiero que entiendas, que si aún no eres capaz de alcanzar cosas, es porque tienes CREENCIAS que se adhieren perfectamente a lo que hoy tienes, y no son compatibles con lo que no tienes....
NECESITAS SALIR DE TU ZONA DE CONFORT... DE CREENCIAS QUE TE CUIDAN Y PROTEGEN... PERO DE LA VIDA MARAVILLOSA QUE PUEDES TENER....
Si hemos creído modelos de realidad de lo que no somos, PODEMOS CREAR MODELOS DE REALIDAD de lo que si somos....te aseguro... que puedes crear la VIDA QUE QUIERES...pero urge...romper la caja en la que estás inmerso....

10 de noviembre de 2015

EL VERDADERO PROBLEMA

Uno de los más grandes problemas que como seres humanos tenemos, es creer que tenemos problemas. Miramos la vida como una pantalla ajena a las proyecciones de nuestra conciencia local y pensamos desde este contexto que la película que vemos es lo único que podemos ver, que tiene un director horroroso y que encima nos negaron el papel principal.
Sin embargo, a razón de verdad, la vida es simplemente experiencia, no es ni buena ni mala, ni linda ni fea, ni abundante ni escasa. Es sólo experiencia, información que vamos creando, que colapsamos desde nuestro consiente limitado, maniobrado por el ego, al que no le gustan los cambios y por lo tanto, siempre o casi siempre permanecemos igual. Incómodos, enojados, reprimidos, sobre medicados, aguantando, callando…

23 de septiembre de 2015

Qué es ser hijo por sustitución?

 
El psicoanalista francés Márc Fréchet alguna vez señaló: “todo hijo es resultado de un idea preconcebida aún antes de ser concebido, ningún niño nace sin un “para qué”, el sentido de procrear la vida está sustentado en el deseo inconsciente de los padres. Según sus palabras nacemos porque mamá y papá tienen algo que resolver, dicho de otro modo, responder a un ¿para qué? Entonces se puede parir para crear una familia, para prolongar nuestra existencia a través de los niños, para materializar el amor, para solucionar los conflictos de pareja, para no estar solos en la vejez, para cumplir con lo esperado, para darle gusto a los abuelos, para realizarnos como personas, para tener un amor único y eterno, etc.

30 de julio de 2014

Locuras por amor



La mayoría de nosotros, en algún momento, temprano o tardío, incluso “permanente” ha cometido una locura por amor.  Un acto  imprudente, insensato o ilógico  presos de la emoción desbordante  y quizás – hasta del miedo.
En la historia universal, hay gran cantidad de estas proezas; declaraciones de guerra, abdicación de tronos,  profanación de tumbas, creaciones literarias maravillosas, y estupideces cotidianas. Mentiras que luego revisten el nombre de piadosas, escapadas nocturnas, juramentos de eternidad, por citar algunas.
Los seres humanos somos los únicos seres vivos que contamos con la capacidad de reflexión, y sin embargo muchas veces, nos desentendemos, y el impulso nos carga entre sus patas.
Amamos – o al menos – eso sentimos, y nos salimos de nuestro centro y  andamos  levitando o rebotando como en una pomposa burbuja rosa por los caminos de la rutina. 
Mientras el efecto del enamoramiento nos dura, somos autores de las más descabelladas acciones en nombre de una causa, que sostenemos vale la pena; el amor.
Pero ¿Para que las generamos? ¿Para demostrar? ¿Para evitar ser rechazados? ¿Para manipular? ¿Para ser halagados? o simplemente ¿ Para hacer sentir bien al otro?
Creo que todas especulaciones pueden ser probables, y que en ultima instancia todo lo que hacemos lo hacemos por nosotros; es decir, las locuras por amor, son locuras por nosotros o lo que es lo mismo; locuras desde nosotros.
Es el amor que le tenemos  a las creencias respecto de las relaciones, del afecto, de la entrega, del compromiso, de la palabra empeñada, de la imagen pública, entre otras;  el que nos lleva a esos acometimientos  un tanto crueles o exagerados.

28 de noviembre de 2013

¿Qué tienes en la cabeza?



















Todo lo que traes en la cabeza  y tu forma de mirar la vida, tan particular y diferente a la de tu hermano, padres, amigos y pareja, está íntimamente relacionado con lo que aprendiste y como lo “aprehendiste” desde niño. Es que al nacer empezamos a mirarnos en el otro, o mejor dicho a ver en los demás “la forma en como se debe vivir la vida” creemos por nuestras escasas herramientas que esa forma es la única y creciendo, vamos adoptando esos modos de ser como verdades irrefutables.
Al ser seres dialógicos nuestra identidad se construye en los vínculos. Todos las conversaciones que hemos tenido, tenemos y tendremos dejan huellas en quienes somos.
Pues nos hace referencia acerca de quienes somos.  El proceso de humanización se genera a través de lo que se conoce con el nombre de “el espejo”. El vernos reflejados en los demás.
En nuestra mente, tenemos una base de datos, –experiencias, interpretaciones respecto de esas creencias -  que sostenemos como un tesoro invaluable – algunas  ideas no todas certeras o preciadas como para enriquecernos-  que guardamos y protegemos como parte de nuestra humanidad.
A partir de nuestra base de datos construimos el mundo, las relaciones, los hobbies, la escala de valores.
Muchos de estos datos son los que dominan tus acciones diarias, aún sin que te des cuenta. Si en el pasado sufriste rechazo, abandono, es probable que hayas crecido con la creencia de que la gente “va a lastimarte” y por eso, busques vivir aislado o sin entregarte lo suficiente para evitar una posible herida.
Ahora bien…¿ no crees que es momento de limpiar esos archivos que no te abren posibilidades?o /y  ¿ pasar un antivirus para sacar de tu cabeza las emociones tóxica?
Todo lo que te limita en la vida es: un pensamiento. Una serie ordenadas de palabras. Tu eres más grande que lo que creas. Eres el creador. Si has tenido la posibilidad de crear pensamientos que te alejan de la paz, el amor, la armonía; en tus manos está la oportunidad pensamientos que creen abundancia y felicidad.
Sólo es cuestión de estar dispuesto a cambiar.
¿Qué decides?
En el próximo artículo te contaré acerca de como esta base de datos crea un gran enemigo con el que luchas todos los días… Hasta la próxima.

13 de noviembre de 2013

Cumpleaños Empresarial

Hoy, 13 de noviembre, hace 6 años atrás, junto con mi amiga-hermana cósmica y socia Fernanda del Villar iniciábamos un proyecto llamado Desarrollo Humano Crear-T S. una empresa dedicada a capacitaciones empresariales (a través de dinámicas, cuentos, caballos y juegos)  coaching ejecutivo y talleres (vivenciales y online) para el público en general.
Comenzamos como hemos emprendido tantas otras cosas, aunque a razón de verdad ya hemos renunciado a esas experiencias: “a los golpes y de los golpes de la vida; a razón de la arbitraria voluntad de otros, con la incertidumbre sorpresiva de encontrarnos en la nada”. Y siempre con la sapiencia de saber lo que queríamos y lo que podíamos ofrecerle al mundo.
Desarrollo Humano Crear-T habla de la posibilidad de potencializar las fuerzas dormidas en los seres humanos, y la oportunidad de “crearnos cada día”, desde nuestro lugar de trabajo,  y  nuestras relaciones.
Nuestro logo es un escuálido Ave Fénix rojo, debilitado en el ego, abundante en la fuerza para volver a emerger, comprometido con los desafíos y la vida.
Desde nuestra empresa animamos a otras empresas a crecer y creer en un mundo próspero, sano, alegre, contributivo, del cuál podamos sentirnos pertenecientes.
Los valores que nos rigen son la honestidad, creatividad, compromiso, alegría, entrega, amor, conciencia, y reciprocidad: podemos decir con orgullo que “somos lo que ofrecemos: excelencia y  que creamos a cada instante un mundo positivo”.
En este camino tuvimos la satisfacción de conocer y tener  entre nuestros clientes a muchas empresas que nos brindaron la oportunidad de capacitar al máximo tesoro que cualquier empresa puede tener: su fuerza humana.
Algunas de ellas son:
  • Inglés sin Barreras ( Grupo IBALPE)
  • PEPSI (Grupo PEPSICO)
  • Gobierno del Estado de México: Sec. de Contraloría / Inst. de Seguridad Social del Estado de México ( ISSEMYM)
  • Yakult
  • Saint Gobain
  • Big Cola
  • Grupo Modelo S.A.B de C.V
  • Partido de la Revolución Democrática (PRD)
  • Belcorp
  • Partido Revolucionario Institucional (PRI)
  • Alo Comunicaciones
  • Les Crossaints
  • Notaria 24
  • Tumu Modas
  • Validata
Iniciando un nuevo año de constitución y construcción queremos agradecerles a todos los que han confiado, apoyado, y recomendado nuestro trabajo. Estamos felices de haber dado este paso, aún cuando en un momento el suelo parecía pantanoso, hoy sabemos que era solo nuestra mirada, pues donde volteamos en el presente  todo es campo fértil con muchos proyectos más por florecer.


Estamos muy agradecidas!

9 de noviembre de 2013

Qué felicidad: el príncipe azul no existe!

Muchas mujeres nacieron bajo la estrella del príncipe azul. Se ilustraron, prepararon, ejercitaron para estar listas para el día del encuentro. Incluso hasta aprendieron un discurso para decir y seducir más rápidamente. Al cabo de un tiempo, descubrieron con desesperanza que eso “ que pensaba que era” ese hombre, no existía; y a base de prueba y error, pudieron sentenciar: el príncipe azul no existe. Anduvieron desanimadas, enojadas, tristes, frustradas; porque aquello por lo que siempre vivieron era una fantasía, una más de las tantas que hemos vivido y vividos como verdades verdaderas.
Pero sí cabe afirmar en este artículo que el príncipe azul no existe. Nuevamente repetiré: EL PRÍNCIPE AZUL NO EXISTE y agrego ALELUYA. ¿Te das cuenta de que si el príncipe azul no existe nosotras tenemos más posibilidades? Te apuesto a que no. Pues has comprado esa novelita, de que el príncipe azul vendrá a rescatarte del lugar donde te encuentres; de las garras de tu jefe, de la incomprensión de tus padres, de la injusticia de la vida, de la soledad de tu soltería, de la estupidez de tu marido. Pero no, no llegará nunca, porque no existe. Pero que él no existe implica un papel más interesante para el mundo femenino.
Pues de existir necesitaríamos ser unas empleas domésticas mal pagadas ( cenicienta), una idiota que se trago una manzana envenenada ( blanca nieves) o una pelotuda que no sabe que hilar, coser o algo por el estilo y se pincha los dedos ( la bella durmiente).
Todo magnifico hombre deseado(el príncipe), necesito para existir una desdichada mujer, inoperante, inocente, ignorante. ¿Qué posibilidades abriría vivirte así? ¿Por qué creer que es necesario ser rescatada o asistida?.Todo rescate implica que estamos en un lugar no deseado del que no podemos salir, una forma de hablar de nuestra incapacidad. Si el amor no se discrimina de quién lo administra, tu como mujer incapaz ¿ qué podrías aportar a esa relación?
En cuestión de verdad, es un punto positivo que ese arquetipo masculino no exista. Pues te habilita a que tu te hagas cargo de ti misma, responsable de tu vida y de tu felicidad. Así llegarás al vínculo con los elementos suficientes para aportar nutrientes de vida.
Nadie necesita a nadie que lo rescate. Cada quién está en el lugar que desea estar por necesidad de aprendizaje, resistencia, o placer. Cuando coincides con otro, los caminos se multiplican, tu luz se hace intensa. Si por el contrario, te apagas, deberías reflexionar acerca de lo que está sucediendo.

El príncipe azul no existe, pero si existen hombres maduros, responsables, amorosos, dispuestos de compartirse con una mujer que sepa hacia dónde dirige sus sueños, sus pasos, sus sentimientos.
El amor no se para en el miedo, porque el amor es energía que moviliza, y el miedo por el contrario paraliza. Todo lo que tienes que hacer es cambiar tus pensamientos. Vibrar en amor. Estar dispuesta a crear esa relación que deseas tener y aún no te has animado a crear.
El amor merece la gloria.

Chuchi González

17 de julio de 2013

Las mujeres tienen la culpa.

adan_y_eva_Fernando_Botero_thumb[2][1]¿Sabías que desde que Adán fue expulsado del paraíso, las mujeres tenemos la culpa de todo lo que ocurre en el mundo?




Quizás te suene un tanto ridículo pero es la explicación que podemos darle a la actitud de nuestros hombres cuando salen a la defensiva y no se hacen cargo de lo que les ocupa. Es que en aquel momento Adán al ser confrontado por Dios por haber comido del árbol prohibido, respondió: Fue la mujer que tu me diste.
Pero ¿Qué es y para que sirve la culpa? La culpa es una forma inventada de sacarnos de encima algo que nos corresponde pero de lo que no queremos tener propiedad utilizando métodos como: “la inocencia y su monólogo tranquilizador “yo no fui”, mirar para otro lado o la técnica de hacernos el perro pelotudo, o la gran puesta en escena de Boluda total cuya herramienta fundamental es la negación o el evitar .
 Lucas_Cranach_the_Elder-Adam_and_Eve_1533
Cuál pelusa conflictiva buscamos arrancarla de nosotros y pasarla – como el juego de la popa- a un ser que tenemos cerca y del cuál estamos seguros de su amor.
Esto último es fundamental en el proceso de “la tengo y  te la paso” puesto que la seguridad de que no se perderá el vínculo, que equivale al famoso “no pasa nada” es vital para el traslado de la estafeta.
Pero… ¿qué hacemos las mujeres con el regalito? 
Nosotras también dijimos “pica” o “ piedra libre” o “yo no la tengo”… Eva sonrojada dijo: la serpiente me convenció! … y pregunto: ¿cuántas veces la serpiente te ha convencido ?
images
Lo cierto es que si de nadie es la culpa, entonces es culpa de todos. La pelusita molesta, se empieza a convertir en una madeja de disculpas, daños, prejuicios, y crímenes por pagar.
Nos pasamos la pelota porque somos unos árbitros muy elocuentes a la hora de devaluar o juzgar en forma negativa a los otros. Y al final del camino si la culpa es de otro, uno se siente mejor.  Y ¿Si es nuestra? ¿Por qué nos duele tanto?
Para Kant la culpa no es nada más ni nada menos  que “ una transgresión involuntaria pero imputable” – un sin querer pero con precios a pagar.
culpa
Y toda transgresión es una falta, moralmente estamos adiestrados a “ser perfectos” y molesta mucho darnos cuenta  de que esa seuda-perfección no es más que una exigencia impuesta por la sociedad. ¿Cuál es el remedio a este  juego? Vivirnos en la responsabilidad.
Concedernos el permiso de equivocarnos, de aceptarlo y resarcir.  Pero por sobre todo expandir el concepto a la idea de ser responsables de todas las elecciones que tomamos en nuestras vidas. Comprender que  cada camino  que elegimos genera una respuesta, una consecuencia, y que nuestra habilidad de “responder” habilita nuestro crecimiento personal.
Chuchi González
 “Si lo que leíste te gusto, compártelo. No olvides dejar tu comentario, es la más valiosa aportación que puedes hacerme, Gracias!”

14 de mayo de 2013

Armando una maleta

Imagina que hoy te vas de viaje. Tu vida es la maleta. El destino es la vida misma, la vida que deseas construir, crear, encausar y generar. Cierra tus ojos. Y créala. Ahora observa que hay en tu equipaje. ¿Qué cosas sobran? ¿Qué cosas hay de más? ¿Qué falta? ¿Qué le agregarías?
Ahora bien, toma una pluma y apunta algunos tips que harán de tu viaje el más inolvidable de todos.
¿Estás dispuest0?
  • Libera tus emociones
  • Disfruta cada día
  • Siente la vida correr por tu vida
  • Sorpréndete de las pequeñas cosas
  • Muévete al ritmo de tu corazón
  • Escucha tu interior
  • Cultiva tu seguridad
  • Goza de tus actividades
  • Conéctate con tu niña/o interior
  • Habla con amor
  • Mira a tu alrededor con empatía
  • Descansa, pero no olvides de despertar tus sueños
  • Ama inmensamente
  • Amate de la misma forma en que te gustaría que te amen
  • Repasa los riesgos que tomas cada mañana
  • Redobla la apuesta
  • Reflexiona acerca de tus relaciones
  • Seduce al mundo con tu encanto interno
  • Cuida a tu cuerpo
  • Valora quién eres
Fuente
http://www.supermujer.com.mx/bienestar/crecimiento-interior/armando-una-maleta.html

By Chuchi González

25 de marzo de 2013

Amarse …

b22“Si te amas a ti mismo, no dañas a nadie” encontré esta frase en uno de esos cuadernos escritos a la ligera en letra mal-escrita como de médico en consulta. Y lo que no buscaba porque ni siquiera sabia que existía me asalto en la sorpresa y embarazo de creatividad.
¿Qué hago ahora con esta inocente y poco fútil oración desbordante? – pensé mientras me frotaba la cabeza como si quisiera que ese acto brotarán las ideas.
Recordar esa misterio perdido me encendió de inquietud.  ¿Cuánto tiempo habría estado ahí escondido entre otras letras? Yo sabía cuánto y cómo; pero ignoraba en el hoy que eso estaba ahí.
Lo sabía en la practica de la vida misma; lo escribí hace menos de tres años, unos pocos días antes de la muerte de mi padre.
Y algo tan hermoso ( Cómo quién sabe cuántas otras tantas cosas) yacía olvidado o latente  a la esperaba paciente que lo recogiera como quien se zambulle en un arroyo fresco a despabilarse de la vida.
images (14)Recordé que en los último kilómetros de mi viaje no había damnificados a lo largo del camino. Llevaba unas cuantísimas estaciones sin cuentas pendientes, sin resentimientos marchitos, sin venganzas por cobrar, sin vergüenzas que pagar.
Acepte que la armonía en la que transcurren mis pasos es el resultado de esa fórmula perfecta que coloca el eje de la vida en nuestro corazón.
En la eficaz paradoja de “sabernos lo más importante de nuestra vida”…reconociendo que “sólo sin nosotros no podemos vivir”. Certezas que dos por tres o dos por cuatro había generado malos entendidos entre mis semejantes. En la cultura del sufrimiento todos quieren sentirse el veneno o el gatillo fácil del otro. ¡Ojo alguna vez yo también pequé de indispensable! Pero ya es prueba superada y archivada.
“Si te amas a ti mismo, no dañas a nadie” … Por supuesto recalque con la voz enérgica de hallazgo, porque cuando “uno se ama a sí mismo” vive en la experiencia del amor… de lo contrario, al carecer de amor cree erróneamente que no  lo merece … uno da de lo que está hecho…
images (15)Lo contrario de amarse es resistirse… y al resistirte te rechazas, te apartas del camino, te haces menos, no te valoras, te menosprecias…. y desde ese dolor te vinculas…
Por eso si no te amas, dañas…lastima…porque tu dolor evoca remordimientos y falta de aceptación.
Si te amas… te reconoces… te aceptas…te sientes orgullo de ser quién eres… con tus raíces ( aún podridas) con tus defectos    (incluso los más molestos para ti) y tus virtudes    ( aunque no sean muchas)
AMARSE no implica la acumulación de capacidades vs las metidas de patas. Ni mucho menos es menester tener mas puntos positivos que negativos…o ser brillante o delgado o estar a la moda.
AMARSE es darnos cuenta de que la gran capacidad que tenemos es la de amar….y si aún no le quitaste el embalaje de fábrica… ¡qué esperas!
images (11)Cuando te amas te reconoces tal cual eres, esto no significa que dos por tres no te dan ataques de nobleza quejica… a veces la queja es un detonador para avanzar más casilleros… pero no abuses puede paralizarte.
Pero a la vez, te permite aceptar a los demás en forma incondicional. Es decir, dejarás de andar  a la caza de “cambiar a las personas”… desarrollará en ti el poder del perdón y la búsqueda de la empatía.
Cuando dejé de castigarme por no ser quién alguna vez creía que debía ser… cuando acepte que soy una versión mejorada de mi misma… cuando renuncie a ser lo que no puedo ser y acaricie sin más la que soy… dejé de lastimar a los demás… aprendí a colaborar, a ser apoyo, a vivir en honestidad, en abundancia, a crear un puente de amor entre mi mundo y el de los demás.
Chuchi GonzálezSP_NotTooShabby_Penelope_PaperCircles_smile

3 de marzo de 2013

La cosecha de la vida
















El otro día escuché… no importan dónde… interesa el discurso… un señor decía que de niño había recibido unas semillas de mano de su padre y las había cultivado y puesto en ella todas las ilusiones… las esperaba ver crecer, fortalecer, y multiplicarse en jugosos frutos que al venderlos le honrarían en pesos con los que volvería a comprar otras y así su negocio seguiría… el niño espero y al tiempo…las semillas se echaron a perder como sus sueños…habiendo sido el primer sueño – al menos – de forma consciente perdido se enajeno de frustración, vendió unos juguetes  y compro otras semillas… con las manos cabo los pozos…. y espero… y esta vez frutos gozosos se expandieron de la tierra madre, brillantes, fresco…
Después de escuchar el relato …se me lleno el corazón de lágrimas, alguna de dichas, dos o tres de tristeza… me puse a pensar: ¿cuántas veces recibimos semillas y las sembramos con fe en territorios hostiles? Y al no nacer más que la nada, nos sentamos a llorar. A olvidarlo todo. A renunciar a cualquier futura siembra. A odiar a todas las semillas de la tierra. A buscar una y pisotearla con afán y encono. Sin darnos cuenta que las semillas no son las responsable de su aborto inmediato, sino la inocencia caótica con la que miramos la vida.
















Que dos o tres o muchas semillas se nos ahoguen en la tierra de nuestros sueños, no debería desampararnos para colgar el arado y darle la espalda al molino -  esa especie  de vuelta al mundo naranja y oxidada - que nos trae los vientos de cambio.
En mi huerto tengo “el olmo seco de Antonio Machado”, “la higuera áspera y fea de Juana de Ibarburu” y “el robledal cuya grandeza necesita el agua y no la implora de Almafuerte”.
Pero ¿ quién más que yo sé dónde puedo o quiero alojar las semillas? Y si acaso no crecieran ¿ no sería capaz de arrancarlo todo de cuajo para volver a empezar?
Mis manos tienes el don de la tierra, la posibilidad de crear a cada paso una nueva oportunidad, porque mi mente/corazón tiene una escala de grises íntimos y profundos, y nunca mira lo más terrible o lo más perfecto de la vida.
Yo andaré con mis semillas gesticulando mis manos como castañuelas de aire y nada, derrochando la vida porque estoy llena de vida, que es amor que se cuela entre las cortinas de cada mañana, murmurando silencios que es el encuentro conmigo misma, olvidando tormentas, recordando langostas… esos extraterrestres verdes de antenas desgarbadas que de vez en cuando nos arruinan la cosecha.
Y si ninguna semilla quiere florecer… si me hace huelga la naturaleza que cargo… si se hacen las coquetas y nacen para otro lado… o si acaso las plagas las seducen y se las tragan…
… aún quedando con nada… si huelo mis manos… y tienen el perfume pérfido de la humedad, del trabajo, del esfuerzo, del esmero, de la espera, de la lucha, de la convicción, de consciencia, de  la empatía, de pachamama…
…yo sabré enseguida…que a pesar de todo… he sembrado en mi vida.
                     Chuchi González

19 de abril de 2012

La no correspondencia del amor

“Terminó aquella noche, con la savia anhelada de los besos que no llegaron. La vida es una mujer caprichosa y escurridiza. Su mirada no coincide con la mía, yo busco otra. Una nueva, una que me esquiva”. En el universo de la literatura y la vida misma, hay infinidades de amor nos correspondidos. A esta altura en cualquier farmacia debería existir un medicamento que borre el tormento de no ser objeto del amor, de ese que deseamos. Parece implacable soportar el desinterés de quién pretendemos para nuestra vida. Insinuamos creer que es el predilecto, el definitivo, que el aire sin su sutil presencia parece viciado. Y nos enredamos en esperas vanas…
 “El árbol seco no cobija, el grillo canta monocorde,  La estéril piedra no mana agua. Sólo hay sombra bajo esta roca roja.”
( T.S. ELIOT fragmento extraído del poema TIERRA BALDÍA)

Preguntas retóricas taladran nuestras mentes; pesadillas de soledades ambiguas, y el aliento del cálido encuentro que es la nada nos condena. ¿Por qué no somos correspondimos? ¿Importa acaso? ¿No sería mucho más producente atrevernos a indagar en nuestra historia personal la elección de los amores, las conductas de los sujetos pretendidos, nuestra relación con el amor y sus creencias? Cuando no hay correspondencia en el amor, el rechazo repercute directamente en el narcicismo de quién no “obtiene” a quién “desea”. Y esto desata una competencia más seductora que el amor mismo. Mujeres, hombres; que continuamente “se enamoran” de otros que ya están comprometidos, de imposibles, de errantes; en definitiva; sólo buscan: permanecer solos. Rehúyen al vínculo, a la reciprocidad. Su afán está en la competencia, en el reto, en conseguir la figurita difícil, a sabiendas que no es posible. En caso de serlo, todo carecerá de sentido. El que busca el amor imposible, busca la no consumación del deseo. A veces ese “virus” del desamor alimenta nuestras cárceles mentales, sostienen los paradigmas que ante las relaciones de pareja tenemos; como el hecho de creer que amar es sufrir. Muchas veces ese buscar para no encontrar, es la clave de la “no correspondencia”; queremos amar pero tenemos miedo a ser lastimado, olvidados y rechazados. Y elegimos desde el tener razón que nadie nos querrá o se jugará por nosotros.
Aunque es indefectible que muchas veces, elegimos desde el deseo de compartirnos con otros, y simplemente…  para la próxima más suerte… “ese otro no se interesa en nosotros”… pero eso no es motivo de suicidio legal. El amor es una experiencia transformadora.
“ Y deseo que tu piel se instale en la mía, juegue a las escondidas cerrando mis ojos… y que al amanecer me digas una y otra vez: SÍ!”
Chuchi González




2 de marzo de 2011

El duelo de no ser más quién quiera.

Días y días enteros pasé frente al espejo. Mirando el reflejo que la lámina acusadora me devolvía. Lo miré con euforia, con alegría, con pesimismo, con indiferencia, con tristeza inmunizada de ira; con trastornos alimenticios, con falta de amor propio, con desapego, con desdén, con tolerancia, con aceptación, con picardía.
Pude ver esos ojos verdes – marihuana diría Sabina, verdes –como el mar diría Bécquer; grandes y presurosos; coquetos e indiscretos; desenfocados y abatidos; pequeños e indefensos, hinchados y oprimidos; serenos y enfadados; cautos, vengativos; desolados, vacíos, tristes, llenos, secos, mojados.
Pude ver el cabello largo y negro, azabache mortal y ondulante, rojo como flama de fuego, cítrico naranja rebelde, delgado, grueso, lacio, calvo.
Un mundo sin fin, y con fines sucesivos; y sentí un profundo dolor al darme cuenta: ¡cuantas mujeres mueren cada día frente a mis ojos mientras yo nadaba en mi inconsciencia!
Aunque conserve el nombre que me han puesto mis padres, aún pese a que yo me re-nombre; aunque tenga la misma nacionalidad, el mismo número de identidad, algunas idénticas costumbres y gustos que hace un par de años, aunque todos me miren y crean ver a la misma; yo no soy la de ayer. Yo soy otra distinta.
Y es que cada día nazco y muero; me rediseño, absorbo, desecho, me impregno de vivencias, que me modifican constantemente; el primer impacto pasa por mi biología, el resto repercute en mi lenguaje, y en mis emociones.
Yo, claro que soy yo, la de siempre pero cambiada. Me reconozco en el espejo, pero a leguas no soy la misma. Y digo: ¡Ufff pucha, che! – ¿es que ni yo me salvo de cambiar?  Y no. Nadie.
Y aunque certeramente, esta la de hoy, me agrada mucho más que la de antes; no puedo evitar el “lagrimón” que se me escapa cuando me recuerdo. Por qué comprender que no está más eso que siempre estaba ahí, genera una espacio de incertidumbre que perdura hasta que nos adaptamos a lo nuevo.
Frente a cualquier cambio siempre necesitamos de un proceso de adaptación, de lo conocido a lo nuevo-diferente-a estrenar. Y esa aceptación de la pérdida; ese decir “ya no está más eso”, el proceso de elaboración de lo que no está,  es el duelo.
El duelo es el dolor que me produce la pérdida, la ausencia que aquello deja. Y los duelos, que devienen de la palabra dolor; duelen.
Repaso una definición que leí “El duelo es el doloroso proceso normal de elaboración de una pérdida, tendiente a la adaptación y armonización de nuestra situación interna y externa frente a una nueva realidad”
Claro que hay pérdidas, pequeñas pérdidas y grandes pérdidas, pero todas absolutamente todas prescriben una elaboración; una asimilación de que algo que teníamos no está más; y que ahora otra cosas ocupará su lugar, porque siempre el vacío se llena.
A veces un nuevo amor, un trabajo, un viaje, proyectos, un hijo, un hobbies, o con recuerdos, o con sufrimiento, o con resentimiento o con frustración.
Pero es espacio que quedó vacío siempre se llena.
Nosotros elegimos con qué llenarlo.
Y este proceso de aceptar “lo que no está” es un proceso que nos permite crecer internamente. Cuando tomo conciencia de que la adolescente que habita en mí  ya no está más, doy paso a esta mujer.
Llegué a ser quién soy, porque ya no soy quién era. Crecí. Me transformé. Y aquí estoy, merced a todo lo perdido.
Será, acaso ¿Qué por eso dicen que crecer duele?
Chuchi Gonzalez

17 de febrero de 2011

Defensas emocionales


Yo lo quería de ese modo en que se quiere a las personas que empezamos a conocer.
Yo quería sus grandes ojos negros, opacos, dolorosos, impacientes.
Sus manos vestidas de largos y delgados dedos, que como arado dejaban surcos en mi tierra desparramada en el torbellino de las sábanas celestes.
Sus labios de carne jugosa y el tono de su perezosa voz que arrastraba las palabras como sacos pesados de granos.
Yo quería sus movimientos felinos, sus temblores al dormir, sus cabellos de madejas, su sonrisa adolescente.
Su mundo de ollas de aluminio, sus recetas inéditas, su lengua feroz, el aliento de su sudor.
Yo quería, las noches de telas arrugadas con lunas de manos exploradoras y de estrellas de ojos abiertos y cerrados.
Las mañanas de piernas a la deriva y la humedad arrasando la ciudad de los cuerpos, de los nuestros.
Yo quería sus pestañas acariciando las praderas de mi espalda; sus labios escalando las laderas de mi cuello.
Y la repetida sinopsis de hacer cumbre en el cerro del éxtasis y de un brinco estrellarnos en la quietud.
Yo lo quería. Y él también me quería.
Pero hoy a la distancia no recuerdo bien cuando deje de sentirlo, cuando la madreselva que se expandía por mis adentros sobre mis convicciones y prejuicios, dejó de florecer para devenirse en mustio perfume de nostalgia.
Quizás fue en la pubertad de un septiembre, en que el Amor me halló desvelada, en las sombras de una habitación tan ajena como él, que soñaba avaro, algún sueño que no quería compartir.
Por algún extraño motivo un abismo se había gestado entre nosotros. Siempre absorto en sus pensamientos me regalaba la más dulce de sus indiferencias, yo la más cauta de las paciencias.
Recuerdo la última noche, la ventana de nuestro dormitorio captaba la serenidad de una noche calurosa y tensa. Las ramas del limonero dispersas y expectantes, doblegadas por el peso esclavo de los frutos, parecían entrometerse en la fuga de mis pensamientos desalineados y sin cohesión.
Desnuda, descalza, de pie, con el rostro apoyado sobre el vidrio me dejaba ir, a la vez que giraba mi torso y depositaba sobre él mi mirada plagada de espinas y de incógnitas.
No hallaba la forma, el modo, el coraje de enfrentarlo. Él era difícil de descifrar y yo una simuladora de ocasión.
Su ronquido frágil, sereno, libre, me hería como un cuchillo oxidado y me enfundaba de un calor iracundo.
- Pablo, despiértate, tenemos que hablar! – ordené con un tono tembloroso de soldado novel. Pero el silencio solo se hizo cargo de mis palabras.
- Pablo, amor, vamos, por favor! – supliqué con la verba de un hereje reconvertido. Pero el silencio multiplicado por mi ansiedad, nuevamente se hizo cargo de mis palabras.
- PABLOOOO!.. terminemos esta farsa de una vez por todas – Grité con un timbre áspero y cortante, como el aullido de un animal herido. Pero el silencio, el mismo silencio, se hizo cargo de mis palabras.
Arrasada por la furia que su desdén me legaba me acerqué con la voracidad de una mujer herida y arrebaté las telas que lo cubrían y con la fuerza del descontrol lo sacudí para imputarle un puesto en la batalla.
Y un frío de estatua se impregnó en el líquido rojo de mis venas; las yemas de mis dedos se quemaron en frío seco de esa piel inmóvil; en la rigidez de sus músculos.
Y mis ojos absortos, abiertos de par en par por la sorpresa, se estacionaron en los bloques rectangulares de mármol y granito que encerraban el alma de Pablo.
Se había transformado en una pared. 
Ahora que lo recuerdo, con mucho tiempo de por medio; ya no sé si el muro fue levantado por él; o si yo, en mi afán y en mis tristezas, edifique mi muralla; mi defensa. ¿Para qué? Para que nadie supiera lo que sentía, para cuidar mi zona de confort, para mantener limpio mi jardín de creencias y certezas, para evitar que un extraño sembrase dudas en lo conocido.
Las mismas fronteras que establecemos con los otros, también a menudo las delineamos con nosotros mismos. Nos cuidamos de ser vistos tal cual somos, y pedimos perdón repetidas veces por no ser quienes deberíamos ser, y ahí comienza la batalla cotidiana de la auto-aceptación. Aparentamos una y otras veces más para ser amados, aceptados, aprobados. Y al igual que Pablo encerramos nuestra esencia en una cajita y levantamos entre ella y nosotros una pared.
El verdadero desafío de cada día es ¿a cuántos voy a engañar hoy? ¿Cuántos creerán lo que no soy?
Te propongo que derribes tu fortaleza; que arrojes lejos de ti, todo lo que te separa de tu verdadero interior.
Que aprendas a vivir con lo que a los demás les agrada y disgusta de ti.
Que aprendas a vivir con lo que los demás aprueban y rechazan de ti.
Que aprendas a vivir con lo que los demás aman y odian de ti.
Porque somos un todo, un manojo de miles de inquietudes y miradas; porque ni siendo perfectos lograremos el cariño universal de todos; porque el único amor universal que debemos aspirar es el personal.
Te propongo que tengas límites, pero que des de baja tus barreras; y dejes pasar simplemente el tren de la vida.
                                                              Chuchi González

10 de febrero de 2011

Mirar y ser mirado


“Me da tristeza y me trago las palabras,
tengo nostalgia de lo que no sucedió,
y me enamoro si imagino tu mirada,
sutil, desafinada como el arte de tu amor.”
(Chuchi) 
Somos un mar de fueguitos – dijo el poeta colombiano Eduardo Galeano. Pero muchas veces hemos sentido que nuestra flama no calienta, no enceguece ni abriga. La vida nos aporta experiencias para sentirnos menos cálidos, brillantes, potentes. Y nos consumimos a la espera de que alguien nos vea y grite:  FUEGO!
¿Será que necesitamos que nos enciendan? ¿La mirada del otro es el cerillo que nos da vida? ¿Existimos en relación de los demás? Quiero decir, la existencia del otro ¿Da sentido a nuestra existencia?
En lingüística dicen que A tiene razón de ser porque existe B; y C hace lo propio. ¿Estaremos forjados a una cadena universal? ¿Qué implica que nos miren? ¿Qué es mirar más allá de lo biológico?
Mirar es sinónimo de que te eligen. A veces te eligen para no elegirte; de igual forma es un elección.
Quién nos mira nos hace importante. Nos detecta –a veces a tiempo, otras tarde-; nos distingue del resto, nos otorga un individualidad. Nos mira y al vernos, si es la mirada esperada como  el beso del príncipe que descanta- despertamos del letargo costumbrista; nos pone en acción, segregamos endorfinas, saliva, sudor, sueños.
Cuando sucede salimos del standby de la rutina.
Cuando miramos; detenemos nuestra mente alborotada y descubrimos a ese otro que antes parecía  invisible. Nos damos cuenta de que al igual que nosotros, tiene esperanzas y desilusión.
Mírame. Si clavamos los ojos en la nuca del elegido, se dará vuelta. Acaso '¿Sentirá nuestro desesperado deseo de ser visto? ¿Nuestra peculiar idea de ser reconocidos?
¡Ojo! – es una expresión que viene al caso; no hablo de mirar sin mirar, de mirar porque sí. Hablo de lo que ontológicamente sería:
                       “OBSERVAR”= Ver + interpretar.
De los filtros perceptivos que nos llevan a distinguir algo del todo, de los criterios de búsqueda de la vasta realidad que tenemos activados para diferenciar una parte de lo general.
Ese es el milagro.
Mírame. Date vuelta. Por favor y Mírame; descubrí que existo, que no tengo la esencia de un fantasma; que a veces soy más que un número, una dirección, una bonita y frustrada idea.
Mírame.  Mírate. Encontrémonos; de eso se trata. De establecer vínculos que como puentes se enlazan entre los universos que somos.
Descubrí que tú con tu fuego y yo con el mío podemos crear un presente mejor. Que podemos nutrirnos emocionalmente; arroparnos las heridas y manducar momentos especiales.
También podemos hacer chispas, cuando tu opinión y la mía sean encontradas. Chispazos importantes. Chispas rebeldes. O quizás fuegos artificiales cuando entendamos que las diferencias nos unen más que las cosas que tenemos en común.
Mírame.
¿Desde dónde miramos lo que miramos? ¿Y qué observamos cuando nos miramos? ¿Quienes somos nosotros frente al espejo? ¿Seremos una metáfora del reflejo cuando nos enamoramos?
Cuando miramos, nos detenemos; elegimos y hacemos que ocurra. Sea lo que sea que miramos, hacemos que ocurra. Que suene, que se mueva, que brille.
Nuestro peculiar modo de mirar crea mundos y también destruye. Nos aleja, nos separa, nos conecta, nos involucra. Y también nos permite “ser” y dejar de los otros “sean”.
Cuando miramos o nos miran, podemos percibir –acción de todos los sentidos – cual es la inquietud que motiva – del latín motivus: movimiento-  a actuar como actúa; y entonces nos habilita a “comprender” mejor a ese otro.
Y fíjate que como el lenguaje no es inocente usé “comprender” que en sus raíces latinas implica com/n (Unión) y prendhere (atrapar); algo así como comprender “es colgarnos de la misma telaraña”o “compartir el mismo viaje”
Captar la inquietud del decir y el hacer corre el velo de intrigas, juicios infundados, y creencias limitantes que muchas veces nos separan de los demás.
Mírame. Mírate.
                                                     Chuchi González

7 de febrero de 2011

El problema de ser bella y estar sola

Ser una mujer soltera puede suponer un enorme problema. La mujer que está sola, cuanto más tiempo pasa, más presión tiene de la sociedad para casarse y lo que llaman, “estabilizarse”. Si además se es claramente bella, todos tienden a pensar que “algo malo tiene”. Pero algunas mujeres están solas porque así es como han encontrado estabilidad, se han desarrollado, madurado y aprendido a valerse por si mismas sin necesidad de nadie. La soledad ha sido desde siempre musa inspiradora de artistas. Canciones, poemas, cuentos, artículos han sido escrito en honor la soledad. La mayoría de las personas le temen a la soledad; y el resto, viven acompañados por otros, pero igualmente siguen aterrados a este fantasma que lleva nombre de mujer. Y tal vez por su femineidad resulta ser una fragancia incómoda para muchas de nosotras, sobre todo a determinada edad, en la que el contexto social impone su antónimo.
Cuando hablamos de soledad, hablamos de un sentimiento de desamparo o de aislamiento social; un torrente de emociones que genera angustia, tristeza, y frustración a quien la padece. Pero también le llamamos soledad a la calidad de no estar acompañados, es decir de estar “solas”, y muy frecuentemente este “estoy sola” hace referencia a la falta de pareja.
Mujeres de treinta años en estado de “soledad” son proclives a los más intensos ataques de nervios por ganar la batalla contrarreloj. A los 30 años tendríamos que estar “bien” casadas y si no es con al menos un niños, al menos planificando la maternidad. Cuando no ocurre para muchas la vida se convierte en un juego de azar en el que “salvase quién pueda” significa “forzar la flecha de Cupido y llegar a la meta”. Tal vez no sea tu caso, pero ¿cuántas amigas has tenido en estas circunstancias? ¡Al menos una! ¿Verdad?
La desesperación se hace día a día más intensa, y las creencias sobre el futuro se convierten en oscuras predicciones. Si no sólo se está sola sino que además se dispone de un cuerpo bello, se es guapa, sensual, de buen físico, independiente y emprendedora; la desesperanza se vuelve aún más intensa. Pero en el exterior tiene repercusiones aun mayores. Un buen dicho popular dice “Cuando la limosna es grande, hasta el Santo desconfía”, el mundo piensa: “bonita, buena y sola, algo malo tiene que tener”, sacando conclusiones prejuiciosas acerca de su comportamiento, modo de ser, y carácter.
Y lo mismo le ocurre al caballero, las especulaciones son: “tiene ganas de divertirse”.
Parece ser que la soledad – siendo la misma – impacta diferente en el género.
Pero a la lengua popular se le escapa el hecho de que muchas treintañeras y de otras décadas; están solas por “elección y no por obligación azarosa”.
Infinidad de mujeres nos encontramos “solas” sin una relación de matrimonio, noviazgo, o galanes porque hemos considerado nuestro presente como una posibilidad para hacer cosas diferentes. Tal vez hemos apostado por nuestras profesiones, hobbies, o un retiro espiritual en dónde bucearemos en nuestra alma femenina para recomenzar el arte del amor desde una madurez emocional íntima y necesaria.
La soledad no debe ser vista ni sentido como un estigma; ni una posición vergonzosa, sea cuál sea tu circunstancia es tu elección. ¿Cómo? Sí, es tu elección. Si estás sola, es el resultado de tu elección. ¿Cómo? Sí, tu elección.
Sea que hoy quieras dedicarte a tu trabajo, a tus proyectos personales; o sea que quieres tener pareja pero aún no encuentras esa persona con la que coincidir, si estás sola es tu elección.
Si estás sola es tu elección: Si no lo fuera agarrarías a cualquier hombre con tal de tener compañía masculina, y si hasta ahora no lo has hecho, es porque estás más comprometida con tus valores que con “un compañero”. Otras tal vez se enamoren y formen familias sin sentirse realmente atraídas por sus hombres, y sacrifican su satisfacción personal por el precio de llegar a formar una familia.
Te vuelvo a repetir, si estás sola, no sientas vergüenza, es una etapa que tu corazón ha sabido elegir para cimentar las bases de un futuro abundante.
No es necesario que arriesgues tus sueños para compensar las demandas del medio. Tu vida es única. La tienes que vivir tú.
Hasta la próxima, besos en el alma.
Chuchi González.

El problema de ser bella y estar sola, es un articulo de Toda Mujer es Bella, con autoria de: Chuchi Gonzalez.
Publicado con permiso.


28 de enero de 2011

Auto -Respeto


Cuando se tiene auto-respeto todo es diferente y mejor:
Disfrutas más de la vida, los demás te respetan más, puedes tomar más y mejores decisiones, tener más apoyo, imponer límites, dejar de ser victima de las circunstancias, sentirte más libre, e incluso más amada.
¿Verdad que vendría bien tener un poco más de auto-respeto? ¡Hace maravillas!
Según la Real Academia Española “respeto” deviene del latín “respectus” atención, consideración. Y encontramos varias acepciones para la palabra:
m. Veneración, acatamiento que se hace a alguien.
2. m. Miramiento, consideración, deferencia.
4. m. miedo (recelo)
A partir de estas conceptualizaciones podemos inferir que respeto implica “considerar y apreciar al otro en su calidad de ser humano” pero ¿siempre es hacia afuera? ¿Podemos reivindicar a nuestro prójimo si no lo hemos hecho con nosotros mismo? ¿Cómo podríamos reconocer al otro en su humanidad si no sabemos quiénes somos?
Me pregunto ¿cuántas veces en el año te detienes a reflexionar sobre quién eres, hacia dónde vas y para qué estás en esta vida? Muy existencialista tal vez; pero si no nos observamos difícilmente podremos transcender nuestros errores.
El auto–respeto es un mundo que viene de la mano del auto-conocimiento y de la auto-estima; analizando la palabra implica “auto: uno mismo – respeto: miramiento, deferencia, consideración.
¿Y qué deferencia haces cuando postergas tus sentimientos, tus ideas, tus sueños, por la aprobación o el qué dirán?
¿Qué miramiento tienes cada vez que permites que la agresión de los demás lleve a tu centro?
Auto-respeto significa “considerar mi existencia, darle valor a mi existencia, importancia, interés”, en otras palabras, darme un lugar en mi historia; dejar de vivir a la sombra de mi pareja o familia; brillar con luz propia, en un contexto de interdependencia, aceptando que soy un todo, con virtudes y defectos; y que eso no resta a cuantía a quién soy.
Cuando tengo “auto-respeto” fluyo en mi vida, disfrutando de todo lo que sucede; y comprendo que en la vida existirán situaciones que no son de mi agrado, pero que independientemente de eso existirán, entonces cuando surjan, tendré la oportunidad de elegir como querer sentirme frente a ellas, porque habré aprendido a desarrollar mi libertad personal.
Si tengo “auto-respeto” soy consciente de lo importante que es respetar a los demás; el respeto deja de ser un cliché y se convierte en una postura genuina y generadora de relaciones sanas y exitosas.
No estaré esperando que los demás actúen según mis necesidades, entenderé cuando alguien opina diferente a mí; porque sabré que no siempre pensaré igual que ellos, incluyo de quienes amo.
Cuando tengo “auto-respeto” tengo a la mano la capacidad de elegir en todo momento; y por lo tanto tengo el poder de observar en todo algo positivo. Entendiendo como positivo “una ganancia”, aquello que la experiencia aporta a mi vida. Pues seré una eterna aprendiz.
Cuando tengo “auto-respeto” conozco mis limitaciones y sé pedir apoyo; puedo decir sin drama alguno “con esto sola no puedo” y recurro a otras personas para que juntos lleguemos al resultado deseado.
Cuando tengo “auto-respeto” sé establecer los límites esenciales para no desdibujar mi personalidad, y generar los espacios para mi intimidad.
Cuando tengo “auto-respeto” no me convierto en víctima de las circunstancias, no dejo de accionar por lo que sucede en el afuera.
El auto-respeto me convierte en una persona internamente libre y por lo tanto; no requiero poner en manos del azar o de otras personas mi satisfacción y mi felicidad; así puedo vivir plena y en equilibrio. Mi comunicación con el mundo será asertiva, pues no estaré proyectando mis temores o carencias.
A través de mi auto-respeto tendré la capacidad de dar espacios y conductas de amor espontáneas y reales a quienes me rodean, pues en mi auto-valoración puedo comprender la importancia de la existencia del otro.
Autor: Chuchi González.

Auto-respeto, es un articulo de Toda Mujer es Bella, con autoria de: Chuchi Gonzalez.
Publicado con permiso.

24 de diciembre de 2010

Veo, veo, ¿que ves?

La palabra autoestima es una palabra casi de moda.
Si lees un libro de autoayuda, encuentras la palabra; si tienes problemas con tu pareja y lloras por él, alguien te va a decir que tienes que reforzar tu autoestima; si compras una revista fémina encontrarás una lista de consejos infalibles para desarrollarla; y para no ser menos, en esta columna, leerás acerca de la autoestima…
La autoestima.
Creo que por ser tan popular se ha convertido un poco en un mito; y ha perdido su origen y naturalidad. Autoestima últimamente se confunde con “amor propio” y quién tiene “autoestima saludable” es alguien perfecto, a los ojos de quién tiene baja auto-estima.

Primero analizaremos la palabra:“Auto” refiere a “uno mismo” y “Estima” implica cariño, afecto, amor; pero en sí misma encierra un carácter de valor, se “estima que tal cosa tiene tal valor”. Por lo tanto autoestima sería “el valor que nos damos”.
¿Qué valor te das a ti misma? ¿Qué valor te dan los demás? ¿Qué haces con ambas informaciones?
El valor que nos damos a nosotras mismas es una señal crucial para todos los proyectos que emprendamos. Pues si nuestro puntaje es alto, correremos riesgos, enfrentaremos situaciones, nos volveremos creativos, nos abriremos puertas. Si es bajo, esperaremos a que los demás actúen primero, nos acoplaremos a lo que dice la manada, cambiaremos de rumbo por “necesidad de aprobación”, pondremos en manos de los demás nuestro poder personal. Hay muchas definiciones de autoestima; tantas como observadores seamos. Y esa pluralidad de sentidos, nos habla de la importancia de “definir” algo, de delimitar aquello de lo que estamos hablando. Autoestima no es “creerse maravillosa”, autoestima es “saber quién somos” y desde este punto de partida deviene la confusión.
¿Y quienes saben quién son en realidad? Aquellos que pueden aceptar sin problemas sus luces y sus sombras.
Aquellos que tienen a disposición la auto-crítica y el auto-reconocimiento, que no andan por la vida vendiendo una “falsa humildad”, ni que le temen a la “vanidad”; los que pueden aceptar sin preámbulos sus limitaciones y capacidades.
De todas las formas de expresar baja autoestima, hay una que nos delata: la auto-exigencia.
Si eres de esas mujeres que siempre creen que lo podrían haber hecho mejor, que reconocen lo que hicieron “pero”, que nunca están satisfechas con lo logrado, ¡Cuidado!, tu auto-exigencia te está boicoteando los planes.Esforzarnos, ir siempre para adelante, ambicionar más no es el problema; el problema es todo lo que dejamos de hacer para hacer las cosas perfectas.
Cuando era estudiante de abogacía, recuerdo que si no sacaba un 10 en el examen era como rendir mal; salía de las aulas con una cara de terror que impactaba a los compañeros, y preguntaban ¿Cómo te fue? Y yo decía con desprecio: nueve.
¿Para qué torturarnos con escalas de valores alterados? ¿Qué es un diez en la vida? ¿Acaso no es simplemente una puntuación?
Con el tiempo, crecí emocionalmente y descubrí un mundo al que me había cerrado. A los 20 años me avergonzaba mi cuerpo, demasiadas curvas en la cadera; una guitarra latina, me escondía en camisas gigantes, pantalones sin gracia; y desde mi cueva sin luz veía pasar la vida.
A los 30 años, me convertí en la Eva del Sur, cuanto más pequeñas las prendas mejor, traje de baños de dos piezas (piececitas) y a disfrutar del calor, del mar, de la azotea, del viento, de los curiosos, de los que me ignoraban. A mis casi cuarenta, ya ni te cuento. ¿Qué pasó en mí? Maduré. Me encontré. Me acepté. Pude separar hechos de interpretaciones, y me di cuenta que no vale la pena andar por la vida “estimándose como un copia ilegal de uno mismo” sino vivirse como original.

Síntomas de Baja Autoestima:

Inseguridad.

Angustia.

Depresión.

Imagen distorsionada.

Aprobación desmedida.

Incapacidad para mostrar sentimientos.

Victimización.

¿Cómo reforzar la autoestima?

Rediseñando las creencias limitantes que tenemos sobre nosotras mismas.

Cambiando el lenguaje por uno “proactivo”.

Aceptando que somos un bagaje de virtudes y defectos.

Entendiendo que la perfección no existe.

Anulando al yo ideal.

Amando al yo real.

Dejando de pensar si yo hubiera sido…

De la noche a la mañana no lograrás un cambio, la vida es de paso a paso. Día a día. No lo olvides.
Chuchi González.

Veo, veo, ¿qué ves?, es un articulo de Toda Mujer es Bella, con autoria de: Chuchi Gonzalez.
Publicado con permiso.











10 de diciembre de 2010

Amores Imposibles

Quién no tenga en su haber amoroso, un amor imposible, no es digna de pertenecer a los cuentos de hadas que el Sr. Amor ha ofrecido durante tantas décadas.
Un imposible; busca en tu caja de recuerdos, ahí debe existir un nombre escrito en un papel cualquiera, una margarita deshojada, un deseo escondido en celofanes; o un momento; tal vez esté más cerca de lo que crees; y tu gran amor imposible es: TU PAREJA.
Un momento; pensemos: ¿Amor imposible?
La mayoría de nosotras nos remitimos a un amor no correspondido obstaculizado por situaciones como la edad, el estado civil de uno de los dos, credos religiosos o políticos, elecciones sexuales o la simple falta de magia.
Mas sin embargo, si repasamos otra vez la frase “AMOR IMPOSIBLE”, y observamos un poco más, nos daremos cuenta, que muchas de nosotras estamos embarcadas en el crucero de lo imposible con nuestras actuales parejas o lo estuvimos.
No es un juego de palabras; es una aproximación a comprender que llamamos “imposible” a circunstancias extremas y dramáticas como “él tiene 18 y yo 50” o “está casado” o “le gustan las mujeres” y frente a esos hechos nos quedamos paralizadas idolatrando lo que no será.
Pero cabe destacar que en muchas relaciones de parejas, aunque esos motivos no existan, como dice el español sensual Joaquín Sabina “sobran los motivos” para que entendamos que estamos en una relación “IMPOSIBLE”.
La indiferencia, la falta de respeto, la lucha de egos, las mentiras, los abandonos cotidianos, son indicios de que algo no es “posible” entre esos dos sujetos.
Pasar por alto estas señales que la vida nos ofrece es como pretender andar con lentes oscuros un día de lluvia torrencial.
Lo no posible se establece a partir de la comunicación entre los amantes; si son o no capaces de expresar lo que sienten, lo que les sucede, los temores, las inquietudes que tienen respecto del vínculo, las creencias familiares o tradiciones que los mueve a comportarse de tal o cual forma.
En este sentido, todas tenemos un amor imposible; en el rumbo de que muchas veces por no querer ceder o conectar con el otro; e insistir en querer tener la razón y “ganar” la batalla de las individualidades, nos vemos conferidos a alejarnos de ese ser que queremos. Y lo imposible se reconoce como la incapacidad de tomar conciencia de que somos diferentes, e internalizarlo. Lo sabemos de la boca para fuera. El desafío es internalizarlo.
Chuchi González.

Amores imposibles, es un articulo de Toda Mujer es Bella, con autoria de: Chuchi Gonzalez.
Publicado con permiso.