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1 de febrero de 2014

Regodearnos en el Sufrimiento

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Una de las creencias más fatalistas que tenemos es la de regodearnos en el dolor. Hemos aprendido que sufrir es básico en la vida, que es necesario, es natural, y que cuánto más me duele algo más comprometido estuve con eso.
Incluso llegamos a evaluar el amor de alguien en virtud de su malestar.  Y hasta llegamos a sentirnos mal cuando no lloramos o padecemos lo suficiente, pues entra en cuestionamiento la idea de nuestro verdadero interés.
Sufrir no es sinónimo de que algo nos importe más que a otra persona. Es una – léase una y no la única – forma de vincularnos con lo que sucede, con la realidad, con los eventos.
Generalmente estamos condicionados a que si alguien muere, se va de nuestras vidas, perdemos un objeto; es decir toda vez en la que nos exponemos a “un vacío” debemos sufrir. Pero no existe una regla natural que lo imponga. Sufrir es una condición arbitraria, es decir, impuesta por lo social. Es una manera de manifestar nuestra inmadurez, nuestra falta de tolerancia hacia la frustración, nuestro pensamiento cerrado, nuestros berrinches porque algo sale mal.
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28 de enero de 2014

Expresar- SER

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Te invito a que hagas un alto en tus actividades. Cierres los ojos, y mires hacia dentro.
¿Cuántas veces has creído que no te concierne el derecho de pedir lo que quieres?  ¿O tal vez has comprado la ilógica creencia de que pedir es malo, debilita, nos muestra frágiles?
¿Qué es lo que anhelas ahí en tu pecho y lo dejas dormido sin posibilidad de expresarse?
¿De dónde surge la idea de que no tienes derecho a “pedir”?  ¿Eres complaciente con los demás? ¿ y contigo?
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23 de enero de 2014

El día en que lo perdí todo

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Uno nunca sabe cuando es la última vez de algo. Es un pensamiento que los que me leen con frecuencia saben que repito. Tal vez para internalizarlo y así soltar la idea de la permanencia. Últimamente, de dos meses para acá, la vida se ha encargado de enfatizarlo. Algunos lazos se desandan; otros proyectos pasaron al plano del recuerdo, perdí mi celular, y también perdí el exceso de estrés, el alboroto hormonal, la sensación de fatiga, y todas las fotos de mis blogs.
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En otra oportunidad, hubiera insultado, pataleado, y dado la cabeza con infinidad de “deberías”, “hubieses” y “podría”; más el infinito me brindo la posibilidad de tomar conciencia en dónde estoy parada. Y la reacción fue diferente. Lo dije. Yo no voy a dejar de escribir, porque la persona que se apropio de mi celular perdido, en su emoción de tener algo que deseaba haya borrado todas las fotos que implican un trabajo de 4 años. (Cómo la vida ahora está TODA sincronizada, las imágenes del hosting de blogger, se respaldan en el móvil, y si uno borra algo: se borra todo.
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En esta postura nueva, empiezo a similar la idea real que detrás de cada obstáculo hay una oportunidad. De no haber sucedido esto, no estaría escribiendo estas letras. Pero también me concentro que uno elige ver obstáculos o simplemente ver.
Que todo lo que sucede a diario y no nos agrada, lo generamos nosotros desde los pensamientos de escasez. Decía Buda “todos cometemos errores porque somos humanos, pero insistir en el mismo error es ser tonto”.
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9 de enero de 2014

Me doy permiso




Me doy permiso. Adelante. Tienes el consentimiento – responde la lámina del espejo del baño -  y mi voz retruca obstinadamente “me doy permiso” como las libertades que la gran Virginia Satir ha enseñado…esas concesiones que necesariamente podemos elegir darnos para vivir como PERSONAS y dejar de ser sólo un ser vivo – o mucho más que ello.
Me doy permiso para Ser quién soy sin pedir perdón por ello, aceptando que soy diferente a todos, y que por ello soy única. Qué hay gente parecida a mí, que comparte opiniones, pero que soy irrepetible. Por lo tanto renuncio a la comparación, a la pretensión de ser tal o cual, a la exigencia de querer encajar para ser aceptada, a la ironía de rebajarme o "actuar-me"  de forma diferente a mí para ser aprobada o para no crear conflicto.
Me doy permiso de cambiar de opinión las veces que así lo crea necesario, a adaptarme al momento, a elegirme entre los demás, a ser amorosa, valiente y arriesgada; a cambiar de rumbo o sueño cuando ya no me sienta a gusto o fluyendo en paz y armonía.
Me doy permiso de limpiar mi presente. De renunciar a lo que me agrada si eso es nocivo para mi salud, a desintoxicarme de los alimentos, pensamientos y gente tóxica. 

















Me doy permiso de liberarme del auto-castigo, de entender mi finitud y mis limitaciones, de renunciar a las creencias limitantes que me hacen pensar de mi que no soy lo suficiente.
Me doy permiso  a revindicar mi poder personal, a no permitir que otros pretendan con sus carencias, inseguridades, o manipulaciones robarse mis días, mis horas, mis sueños, mis momentos.
Me doy permiso de equivocarme, arrepentirme, ser leal a mi intuición, valorar mis sentimientos, mi forma de ver la vida, a defraudar a otros si siento expuesta mi dignidad personal.
Me doy permiso para no criticarme, para erradicar los debería, para borrar números rojos, para anular al yo ideal.
Me doy permiso de ser quién soy, sin que por ello sienta vergüenza o culpa.




12 de septiembre de 2013

“Los debería” de cada día

















Así como cuando cargamos durante todo el día con zapatos que nos hacen doler los pies, que sólo advertimos el dolor cuando nos los quitamos, así nos acostumbramos  a andar por la vida, acumulando cosas que no nos gustan, esquivándolas, u ocultándolas para no verlas y  hasta dejar por fin un día de recordarlas.
Sin embargo, todo esfuerzo por el tan largo olvido es vano; lo desagradable sigue ahí: latente y nutrido para confrontarnos.
Quitarnos la venda de los ojos, nos permite acceder a un mundo que desconocíamos, porque estuvimos ocupados tratando de lograr desde la terquedad de nuestro observador que las cosas sucedieran tal o cual lo pensamos o planeamos.
Nos hundimos en el famoso “deberías tú” “debería yo” “deberían ellos” del perfeccionismo exacerbado propio de la esclavitud emocional. Y Colmados de “debería/s” organizamos el mapa mental del mundo.
¿Cuántos “deberías” incumplidos cargas en tu espaldas? ¿Por cuántos “deberías” no satisfechos rompiste relaciones o perdiste oportunidades?
En la raíz propia de la palabra “debería” está el “deber de actuar de tal manera”, de una sola, es una mirada unilateral.















Es la obligación impuesta, la pauta mental rígida que nos indica que las cosas son- SOLO-  de ese modo.
“Los debería” nos impulsan desde la imposición y no desde la preferencia.
Si vives desde “ los deberías” pierdes flexibilidad, capacidad de adaptación pero sobre todo anidas en la creencia de que lo que vienes haciendo “está mal”.
Si crees que “deberías ponerte a dieta” es porque tu juez interno te dice “comes demasiado, no te cuidas, tu cuerpo se ve deformado” por ende debería ponerte a dieta.
Erradicar las exigencias por las preferencias te ayudará a crear el cambio que estás buscando en tu vida.
Cuando vives desde la preferencia pones énfasis en tu poder de elección, en tu capacidad de dictar tus propias normas, de discernir lo que es bueno o no para ti.
“Preferiría tal cosa, pero si no lo logro igual puedo seguir con mi vida en cambio cuando debería alcanzar tal meta, si no lo obtengo me castigo”



Chuchi González
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10 de septiembre de 2013

El desafío de vivir
















Hay tantas cosas que no sabemos para vivir plenos, que deberíamos nacer no con un pan debajo del brazo sino con  un manual de instrucciones.
A falta de eso, la mayoría de nosotros, estropeamos nuestra experiencia y cuando encontramos la clave, ya estamos adentrados en el pantano. Por supuesto que mientras hay vida, hay tiempo, pero las fuerzas no son las mismas, ni los deseos, ni las compañías.
¿ Para qué esperar a que sea demasiado tarde? ¿Por qué mejor no empezar desde ahora mismo a entender el desafío al que nos invita la vida? ¿Para qué estamos vivos? ¿Qué sentido tiene la vida?
Creer que es un derecho la vida, nos para en la soberbia de sostener que todo lo que tenemos nos corresponde por derecho divino. Desde ahí empezamos a especular y a llenarnos de creencias irracionales.

















Pensamientos o ideas falsos, inútiles y que generan malestar emocional.  Si las cosas no son como deseamos entonces tendemos a “Terribilizar".
Magnificamos lo que “no sucede de acuerdo a nuestras expectativas” y minimizamos las bendiciones.
No hay nada demasiado terrible ni demasiado genial, aprendamos a reconocer lo que nos sucede como “Muy bueno”- “Bueno”- “Malo” –“Muy malo” alivianemos la forma de evaluar.
Dejemos de mirar la vida en binomios “Todo o nada” – “ Blanco o negro”… dejemos seducirnos por un abanico de  tonalidades!!!


Chuchi González
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26 de julio de 2013

Volver al primer amor

Dedicado a los días en que con mi madre tomábamos licuados en calle Oroño
CYMERA_20130722_225321Cada quién sabrá cuál es su primer amor. Lo cierto es que en alguna parada imprevista de la vida, uno mira atrás e inexorablemente regresa al primer amor.
Cansada de andar, la flor de panadero tuvo de repente una llamada interna que le susurraba regresar. ¿ A dónde se preguntó? Desde que había elevado su vuelo, iniciando su viaje sin brújula ni maletas, había aprendido a despegarse de todo y de todos, a sabiendas que el camino elegido implicaba la renuncia de otros hechos que en su ausencia se presentarían sin emitir una orden de allanamiento para sus emociones.
Se fue volando lenta y despistada  y como todos los hijos de los panaderos del viento; huracanada, calma, tristona, y sumamente débil.  Ese día, de regreso, se miro en el lago de su espejo y observo que mucho de sí había quedado en los trazos del tiempo desparrama sin secuencia lógica.
Sintió el gran vacío que acontece al temor de vivir, al temor de morir, al temor del penetrante sufrimiento. Sabía que todos estamos enfermos de la vida.  Hay quienes en terapia intensiva, otros ambulatorios, y muchos más con continuas recaídas; pero esa sensación de extravío le era nueva.
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Busco en los libros de los saberes la respuesta envuelta en pastillas para dormir, sin encontrar la paz anhelada, y re enardeció dentro de sí la llama del amor primario. El regreso al origen sin siquiera distinguir el orden exacto: el huevo o la gallina.
En el silencio nocturno se desgarro un grito que penetro la tierra, los mares, las selvas de cemento. Una recurrente idea de regresar a abrazarse a la madreselva  y sentirte protegida bajo sus  pétalos desplumados y su melodía discordante, la seducía.
Todos estamos intoxicados. Las drogas aniquilan nuestras vidas. Más que las amapolas negras, o la harina del trigal narcotizante; las comparaciones odiosas y nefastas que nunca  fallan a la fiesta de lo que es y no gustaría que hubiera sido nos enloquece.
Volver al primer amor es tomar conciencia de lo que es importante para nosotros mismos.  Es conectarnos con la naturaleza que nos dio origen. Mirarnos hacia dentro, escuchar en quienes nos convertirnos. Asumir quienes somos y dejamos de ser. Valorar las raíces. Amar en presente simple YO AMO, y en presente perfecto YO HE AMADO, pero sobre todo en presente continuo YO ESTOY AMANDO.
Amar es la única posibilidad que tenemos para transcurrir la vida con abundancia, y plenitud.   Pero ¿ qué es amar? Amar es construir, construir-nos; es darnos la oportunidad de observar como ama la flor la luz del día y entonces reverdecer en la luz propia, interior, íntima.
Rescatarnos a nosotros mismos, incluso de nosotros mismos.
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La flor de panadero eglógica y sencilla, había despertado grillo esa mañana  y alcanzando el silencio más profundo escucho la voz de la gallina.
- Negra, hay que seguir para delante. Yo te quiero amada niña.
( Y mamá termino la conversación)

Chuchi González

8 de julio de 2013

Del “Por qué “ escribo…

imagesDesde la Ontología del Lenguaje, hablamos para ser escuchados.  Y escribir es una forma de hablar.  Por lo tanto escribo para ser leída – que es lo mismo que ser escuchada – Pero ¿ Por qué? Porque hay una inquietud, una motivación que me impulsa de decir algo, a escribir mucho.
Escribo motivada por el amor de comunicarme, de expresarme,de gritarle al mundo mi existencia, mis pensamientos, mis ideas, mi sentir.
descarga (1)Escribo esperando que alguien me escucha, me comparta, me responda. Y aunque los comentarios se hacen esperar, yo sigo y seguiré escribiendo porque el amor es una energía que construye.
Cada palabra y cada oración es un mundo que latente busca ser conquistado.
Los valores que me motivan a escribir son el amor y la pasión.
Chuchi González

5 de julio de 2013

Del por qué escribo y fábula de la avestruz y la jirafa

descargaLa avestruz había aprendido a vivir con la cabeza metida en la tierra, tenía grandes ideas, y muy buenos sentimientos, pero siempre se ocultaba porque tenía la experiencia de que era diferente a los otros animales con los que compartía el hogar. El tamaño del huevo de dónde había nacido era el principal centro de burla de gallinas, patos y pavos reales. Todos tenían alas, pero la avestruz era pesada y torpe, y cuando aleteaba se llevaba consigo más de dos o tres gallinas, por eso se le tenía prohibido hacerlo.
Un día llego a la granja un animal diferente, tan diferente, que era más diferente que la mismísima avestruz. Los patos que siempre habían sido orgullosos y pedantes – pese a sus recurrentes cagadas -  buscaron mil y una  formas para acercarse a la nueva criatura. Las gallinas organizaron un comité de bienvenida, un coro de pio pio con los pollitos más bellos y los pavos reales un show de luces con sus plumajes.
La  avestruz francamente sorprendida miraba desde su profunda trinchera la fiesta y derramaba sus bizarras lágrimas en la polvareda. Pensaba – ¿ por qué a mí no me aceptan si soy de un tamaño similar a esta nueva fulana? – ¿ por qué me rechazan si soy distinta, y a ella que también lo es la aceptan?
Después de un largo rato de lamentación, la nueva integrante se acercó a la abatida, triste y derrumbada bestia.
-Avestruz, yo soy un jirafa, ellos me quieren porque llevo la cabeza en alto, y eso les da seguridad, tú siempre metida en tus temores, observando de reojos, ,sintiéndote esclava de tu propia naturaleza te alejas de ellos, y ellos de ti.  No te das cuenta  pero tu mirada repugnante sobre ti misma es la invitación que le das a los otros para ser mirada.jirafa-1024x768
-La avestruz se sorprendió -  y pensó –
 ¿Cómo podía esa flaquita extraña acercarse a ella y hablarle de tal forma? ¿Qué conocimientos habría alcanzado al vivir en las alturas?
La jirafa se sonrió y le dijo – supongo lo que estas pensando pero allá arriba o ahí abajo el misterio de la magia no está. La verdad de luz está justo en el centro de tu corazón.
Si te amas lo suficiente para aceptar que naciste de un gran huevo o que tu cuello es exageradamente en relación al de los demás, tendrá la sapiencia  justa para amar, y eso te incluye.
Moraleja: La verdad de quienes somos no está en lo que se ve de nuestro aspecto sino en lo que se ve de nuestros actos.
Nuestro valor de hoy: La autenticidad
El desafío: como diría mi querido Jorge Bucay “ El desafío consiste en ser uno mismo, y no en ser lo que los demás quieren de mí”
La propuesta: Aventurarnos a conocernos y a aceptarnos.
¿ Y el por qué escribo?… lo dejo para el lunes….
Buen Fin de semana…
Chuchi González

3 de julio de 2013

Calva y brillante como la luna

Invitada especial Natalia González ( Con orgullo mi hermana) Ensayo sobre el libro “Calva y Brillante como la luna” de Laura Athie.
Capture3Este libro es el relato de una mujer enamorada de la vida, que ha sabido desarrollar a cada paso de su historia la pertenencia como un valor pilar del privilegio de estar vivos. Comprometida, apasionada y audaz, Laura Athie de nacionalidad mexicana, es un alma femenina que entreteje en su andar y en sus palabras una esperanza de amor para todas las mujeres.
Desde el año 2000 padece de Lupus y se llama así misma Laura Lobo a sabiendas de que es mucho más grande que la circunstancia de estar enferma. Cuando tomo conocimiento del diagnóstico fatal pensó, sintió y creyó que todas las metas inconclusas que aún tenían categoría de sueños quedarían ahí reducidas a un manojo de bonitas ideas.
Sin embargo peso más en su corazón el deseo de vivir a pesar de todo, que lo que pensó reprimido, que fue tomando forma y naciendo a la realidad. Saltó en paracaídas, se convirtió en madre, conoció los misterios ocultos de las aguas haciendo buceo, fluyo como pez siendo campeona de nado de pecho, se sumó a carreras de 5, 10 y 15 kilómetros, pasea en bicicleta, escribe, trabaja y busca empedernidamente ser feliz cada día.
6a00e554dae3f4883301538df2f604970b-800wiEs guionista de televisión, periodista, fotógrafa, editora, conductora, y productora pero sobre todo una tejedora de historias. La palabra es su vocación y medicina, escribe como una forma de curar el alma, una manera de hacer catarsis, de redefinir su historia.
Pese haber sufrido un abanico de infortunios generados por la enfermedad como profundos dolores, ulceras, manchas en la piel, calvicie, nada he detenido su afán por brillar con luz propia.
Heredo de su abuela Carmen la capacidad de disfrutar de la vida aún frente a la tragedia, siente que es una afortunada de poder seguir. Desde la infancia el espíritu de lucha le fue inculcado, fue criada para no cansarse, para no rendirse, para encontrar soluciones, para por sobre todas las cosas ser esa guerrera que lleva en su esencia.
Sufrió tremendas pérdidas; la muerte de su hermana Paloma, la de su primer bebé, la separación de sus padres, la salud y sin embargo no eligió hundirse en la tristeza, y en la autocompasión. Con la rebeldía de una tuna en su sangre supo confrontar su realidad a través de sus propias palabras; contando lo que día a día le ocurre, ordenando su discurso interno, y liberando las emociones, que han quedadas atrapadas en un momento que ya no existe: en el silencio o en el pasado.
La loba azteca inscribe poesía en el dolor de su propia vida y es un espejo en el que muchas mujeres que padecemos la enfermedad podemos encontrarnos; si ella al igual que nosotras alguna vez estuvo extraviada de alegrías y hoy le muestra los dientes vigorosos a la desdicha, nosotras que tantas otras veces sentimos perdernos a través de su aprendizaje podemos emprender un vuelo diferente; y empezar a escribir una nueva historia con tintas de colores, con sueños que se hacen realidad, con limitaciones pero no siendo limitadas, con dolor pero gozo de respirar cada día.
Todas somos tejedoras de palabras, pero cada una de nosotras depende lo que queremos tejer. Si la lana o el hilo de nuestra morada es la queja, la renuncia, la impotencia; envolveremos nuestra existencia con una bufanda de tristezas atropelladas. En cambio, si nos adentramos a la magia de cambiar el chip de nuestras creencias, a borrar las que nos delatan frente a los miedos, tendremos en nuestras manos la vida que anhelamos.
IMG_1422¡Teniéndolo todo es fácil ser feliz! El verdadero desafío consiste en ser feliz aún a pesar de que el mundo se caiga a pedazos. Porque felicidad es la posibilidad que todos tenemos de sentirnos agradecidos de estar vivos, de sentir la pequeña e inmensa naturaleza de dios sobre nuestros sentidos.
Si creemos que no podremos, crearemos esa realidad. Pero si creemos que tenemos la fuerza y el poder suficiente para vivir una vida digna aún con el aullido del Lupus, vamos a crear esa realidad para nosotras y nuestro entorno.
Yo creo lo que creo, y si eso me cierra oportunidades es momento de borrar y empezar de nuevo.
Natalia junto con otras valiosas mujeres impulsan un Grupo llamado GLURA ( Grupo Lupus Rosario Argentina) ellas también brillan como la luna y tienen el alma con alas de mariposa que buscan crear una diferencia y hacer conciencia en otros seres humanos.
Gracias!!!
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19 de junio de 2013

Mas vale tarde que nunca….

images (13)El 14 de junio me había comprometido a escribir una entrada por mi cumpleaños pero la vida me arrebato el lápiz y me puso en la mano un globo, una caja llena de colores, confeti, papel picado, una blusa y un beso estampado en los labios con textura a barba crecida…. y ya no quise pensar en nada más que consentirme… y rompí mi palabra con la creencia de que ustedes mis lectores podrían comprenderme….( aunque sea un poquito).
Cumplí 42… pero no sé que pasó con el tiempo… cómo he crecido tanto… si apenas me parece que fue ayer cuando iba con mi tapadito azul en el colectivo ( camión) de la mano de mi papá en pleno verano argentino fingiendo frío con tal de llevarlo puesto.
Y hoy peino manchas de pintura blanca en las cienes… y he sumado años sin tomar consciencia, que sumar es restar tiempo…será por eso que celebro con dicha mi cumpleaños… o tal vez porque me doy cuenta de que la vida es una fiesta… a veces divertida, otras en la que nos toca bailar con la más fea… pero estar vivos es una bendición…
Tengo una mochila repleta de buenos momentos, de esos que son pequeños a los ojos de la indiferencia pero que a la razón del corazón son inmensos.
niña-en-maletaPor eso a los 42 no quisiera tener otra edad… quiero tener lo que tengo, pensar en los 20 o en los 30 sería sacrificar lo que mi presente hoy me obsequia.  Tal vez a favor de la queja puedo evocar a la “ley de gravedad”…Grrr…
Cumplir es hacer lo que tenemos que hacer… y yo estoy cumpliendo… parafraseando a Jorge Luis Borges en su poema Remordimiento….
Mis padres me engendraron para el juego
arriesgado y hermoso de la vida,
para la tierra, el agua, el aire, el fuego.
-NO LOS - defraudé. SOY FELIZ
Lee todo en: El remordimiento - Poemas de Jorge Luis Borges http://www.poemas-del-alma.com/el-remordimiento.htm#ixzz2WhqIAlxq
Chuchi González


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3 de junio de 2013

Agradar a Dios



Ayer fui a misa y el cura hablo acerca de la posibilidad que tenemos los seres humanos de agradar a Dios o a los hombres. Indagó acerca de la elección de los presentes – que tal vez avergonzados- murmuraban pretendiendo darle la razón al eclesiástico en relación de que la mayoría de la gente busca agradar a los hombres para ser aceptados y queridos.  Me quedé pensando y observe como este tópico esta relacionado con la pro-actividad un valor casi desnutrido en nuestro tiempo.
Agradar a Dios, desde una óptica laica o de desarrollo personal es equivalente a agradarse a “uno mismo” vs “ aprobación pública”.

Esta última intención no siempre logra “agradar a los otros” pero en la urgencia de pertenecer a la masa muchas veces las personas actúan, dicen, se muestran, expresan, y visten conforme a lo que lo otros dicen que es lo CORRECTO.
Aún cuando no estén a gusto o feliz con esas elecciones vagan por la vida creyendo que ese camino es el más óptimo para ser admirados, respetados y por que no “amados”.
Pensaba mientras estaba en la iglesia ¿ Cuántos de estos rezan con fe encendida en el ojal del corazón? ¿ Cuántos otros solo están acá para decir “fuimos a misa”?



Vivir para agradarnos es vivir parados en un contexto de amor propio que nos permite conocernos y reconocer nuestras limitaciones y capacidades; propone la invitación a desarrollar la gratitud en virtud de lo abundante que somos – más allá de lo que nos falte – aún así podemos ser: FELICES. Es sabernos portadores de una herramienta maravillosa: la capacidad de elegir y a sabiendas – parafraseando a Borges – de tener la maldad de la espadas y la belleza de la sonrisa; elegir sonreír. Responder con actitud positiva, crear ambientes positivos, diseñar creencias poderosas.


¿Y tu a quién agradas?

Chuchi González

30 de mayo de 2013

Comprender…

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Busco en el diccionario la palabra “comprender” y encuentro que es un verbo transitivo, es decir exige la presencia de un objeto directo para cumplir en su totalidad con su significado… Uno comprende a alguien( en teoría)  o  algo…
La acción de comprender admite las siguientes acepciones:
1. tr. Abrazar, ceñir, rodear por todas partes algo.
2. tr. Contener, incluir en sí algo. U. t. c. prnl.
3. tr. Entender, alcanzar, penetrar.
4. tr. Encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro.
Nuestra palabra es una palabra jugosa, sabrosa, que satisface su pronunciación. Cuando “comprendemos” al otro o a nosotros mismos estamos abrazando, rodeando con nuestra aceptación su discurso, su sentir.
Generalmente parecemos mancos, pues en este acto de rodear o contener a veces los seres humanos somos escasos.
Es que comprender implica emprender un viaje hacia el horizonte de sentido de ese otro. Y las dudas acerca de comenzar a abolir nuestra razón, nuestra verdad, o nuestras soluciones a los problemas; nos convierte en inoperantes a la hora de alcanzar al otro.
Si de vez en tanto tomásemos aire y en el suspiro dejáramos fluir la pretensión de la lógica, de lo que es correcto, del deber ser; podríamos permitirnos dejar de rechazar al otro que con su mundo diferente y lleno de colores me acerca una nueva propuesta de ver la vida.  
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Para comprender hay que saber escuchar, pues de alguna manera ambas son acciones que incluyen la posibilidad de abrir la puerta del alma a nuevos maestros.
Pero, ¿ Qué difícil resulta incluir las acciones de los demás como posibilidad legítima, cuando son opuestas a las nuestras? ¿ Cuánto desarraigo hemos permitido entre nuestros vínculos que preferimos tener la razón a los seres amados?… las respuestas cada uno las puede responder.
Chuchi González

17 de mayo de 2013

Un poco de historia… las flappers

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En los años 20 después de la primera guerra mundial y antes de la depresión económica del ¨29; surgió un movimiento social femenino, denominado “Las Flappers”; todos las conocemos por las películas de épocas, son esas hermosas jóvenes de cabellera platinada o negra brillantes, corta, lacia, que fumaban con elegancia en boquillas larguísimas, y se habían arriesgado a subirse el largo de la falda, poco más allá de lo pensado hasta ese momento.
Inmaduras, irreverentes, con detalles altamente femeninos y otros toscos, casi rayando en lo vulgar, ellas se levantaron contra el contexto de femineidad o el deber ser de la mujer en ese entonces.
Se atrevieron a bucear en mundos oscuros, y ajenos; aprendieron a salir de noche, ir a bailar a los clubes de jazz, a beber alcohol mano a mano con un hombre, conducir coches a alta velocidad, a maquillarse exageradamente y vestir con exquisito glamour.
Escogieron la melena garconne, lo que les daba una imagen masculina y pronunciados escotes, collares, sombreros, prendas holgadas, telas ondulantes, blondas volátiles, texturas suaves, delicadas, que insinuaban inocencia y frescura.
Horrorizaron a las mujeres más grandes que no se lanzaron a esta nueva moda, que más allá de un símbolo estético, implico un destape contra el machismo reinante.
El atrevimiento de las “flappers” iba desde la apertura para iniciar y comprometerse en juegos sexuales, hasta el simple hecho de maquillarse en público – situación que era vista con muy mal ojos – Un dato curioso y casi irrisorio, era que se maquillaban las rodillas para hacerlas resaltar, cuando en sus brincos seductores y sensuales en la pista del jazz, se hicieran notar casi premonitoriamente.
descarga (1)La etimología de la palabra se desconoce, sin embargo se asocia a la “adolescencia o inmadurez”, su origen es de Inglaterra, pero también es aceptada un aceptación que remite al término “flappers” como el revuelo que hacen las aves al dar inicio a su vuelo, a ese primario revoloteo para emprender un nuevo rumbo, una historia propia, tal vez. Yo me quedo con esa idea.
De que estas mujeres, antecesoras nuestras, fueron las que impulsaron con su esfuerzo, locura, alegría, represión, y valentía; un nuevo camino, un ir hacia otros no habían llegado, no cabe duda.
By Chuchi González

14 de mayo de 2013

Armando una maleta

Imagina que hoy te vas de viaje. Tu vida es la maleta. El destino es la vida misma, la vida que deseas construir, crear, encausar y generar. Cierra tus ojos. Y créala. Ahora observa que hay en tu equipaje. ¿Qué cosas sobran? ¿Qué cosas hay de más? ¿Qué falta? ¿Qué le agregarías?
Ahora bien, toma una pluma y apunta algunos tips que harán de tu viaje el más inolvidable de todos.
¿Estás dispuest0?
  • Libera tus emociones
  • Disfruta cada día
  • Siente la vida correr por tu vida
  • Sorpréndete de las pequeñas cosas
  • Muévete al ritmo de tu corazón
  • Escucha tu interior
  • Cultiva tu seguridad
  • Goza de tus actividades
  • Conéctate con tu niña/o interior
  • Habla con amor
  • Mira a tu alrededor con empatía
  • Descansa, pero no olvides de despertar tus sueños
  • Ama inmensamente
  • Amate de la misma forma en que te gustaría que te amen
  • Repasa los riesgos que tomas cada mañana
  • Redobla la apuesta
  • Reflexiona acerca de tus relaciones
  • Seduce al mundo con tu encanto interno
  • Cuida a tu cuerpo
  • Valora quién eres
Fuente
http://www.supermujer.com.mx/bienestar/crecimiento-interior/armando-una-maleta.html

By Chuchi González

30 de abril de 2013

¿Para qué trabajamos?

 

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“Aquel que no realiza su trabajo
con amor y pasión,
es un desempleado”
La mayoría de los adultos que trabajan cada día salen de sus casas rumbo a sus compromisos laborales; los ejecutan, y regresan; tal vez sin preguntarse ¿Para qué trabajar? ¿Para qué lo hacemos? ¿Qué sentido tiene? Y aunque la respuesta a simple vista resulta obvia; todos trabajamos para algo. Pero ¿para qué?
Muchos para satisfacer sus necesidades de alimento y vestido; otros para mantenerse ocupados, activos, en movimiento; y habrá quienes lo hacen para “cumplir” con lo que se considera correcto por la sociedad; o para “no ser un vago”. Lo cierto es que todos tenemos una motivación.
Sin embargo, muchos de nosotros ignoramos cuál es el motor que nos impulsa a trabajar; caemos en la errónea creencia de que lo hacemos porque no podemos elegir otra cosa. De alguna u otra forma, creemos que trabajamos porque es una obligación; que no pudimos elegir la actividad, que tal vez de poder hacerlo no trabajaríamos.
Algunos estudiosos de las etimologías de las palabras sostienen que el origen del vocablo “trabajo” es confuso, y que se le suele asociar con el término latino “tripallium” que significa especie de yugo, hecho de tres palos en el que se amarraba a los esclavos.
Muy a pesar de ello, el vínculo entre tripallium y trabajo no es “pegar” sino “sufrir”.
En nuestros días quién tiene mucho trabajo “sufre”, quién trabaja lejos de la casa “sufre”, quién tiene el trabajo en la casa “sufre” y quién no tiene trabajo “sufre”.
El trabajo y el sufrimiento parecen ir de la mano. Pero ¿por qué asignamos al trabajo esta connotación negativa? ¿Por qué no lo relacionamos con dignidad o reconocimiento o productividad?
Desde su origen la palabra se fecunda en el tiempo en que la mayoría de quienes trabajaban lo hacían en el campo y esa labor implicaba dolor físico, cansancio muscular quedar exhaustos; de ahí deriva su perfil atormentado.
Pero si reflexionamos sobre la acción que llevamos delante cada día; y comenzamos a elegirla, es decir a tomar conciencia de que ella es el puente a nuestros sueños, proyectos y deseos; si la desdramatizamos; si nos ubicamos frente a ella desde un poder creador; su significado será re-diseñado y nos abrirá horizontes.
En la actualidad, hablar de calidad de vida es hablar de calidad de trabajo, buscar y aspirar la excelencia en el trabajo nos hace convertir en una mejor versión de nosotros mismos como personas; y por ende, nuestros resultados serán una mejor versión de los anteriores.
El trabajo crea una estructura de identidad personal y social; que nos habilita para el progreso individual pero también nos permite la identificación social.
Elegir a conciencia nuestro TRABAJO es impulsar un motor de contingencias positivas para nuestra vida y entorno.
Y tú ¿Qué ves cuando llegas a tu oficina?
Depende de la respuesta, tendrás un día hermoso o uno igual que siempre.
Fuente: http://www.supermujer.com.mx/Profesion/Trabajo/Para-que-trabajamos.html
Chuchi González

15 de abril de 2013

Qué feliz sería yo con lo que no tengo

  Escrito por: Chuchi González

s_img_newDime algo, con total sinceridad y sin pudor, ¿cuántas veces te dijiste a ti misma o a otros “que feliz sería yo con lo que no tengo?”; inclusive hasta puedo imaginar el gesto de tus ojos, o el rictus de tus labios pensando en ello. Es que aunque en distintas circunstancias, esa felicidad condicionada a eso que no tenemos es una marca registrada de nuestra sociedad.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo! Y suspiro por aquí y suspiro por allá. Y de repente me pongo a pensar ¿qué pasaría si lograse tener eso que no tengo?; ¿cómo me sentiría si el milagro se diese? Y la boca esplendorosa se estira, suspira y sueña.
¿Cuáles son esas cosas que no tienes? ¿Cuáles de ellas te despabila el sueño sin pedirte permiso?
¿Qué otras cosas postergas porque no tener lo que no tienes?
Muchas personas van por la vida postergando “ser” hasta tener, y esperan ilusionadas que las condiciones óptimas se den y así tendrán la oportunidad de “ser lo que hasta hoy no han tenido”.
El lenguaje que usamos no es inocente, ni arbitrario, N. Chomsky un importante lingüista de los Estado Unidos, habló en una de sus teorías de la G.U (Gramática Universal) con la que nacemos, y a partir de la cual nos comunicamos. Este experto expone que cada vez decimos algo, elegimos de miles de palabras que tenemos en nuestro fichero mental y esa  particular palabra será la que utilizaremos. A través de nuestro lenguaje vamos creando nuestro mundo, y la representación mental que tenemos de él. Nuestro decir condiciona nuestras emociones, nuestros actos y nuestras relaciones con los demás. Hablamos para ser escuchados, movidos por una inquietud, un propósito.
Y el discurrir de nuestro decir va sedimentando nuestras conversaciones internas, nuestras interpretaciones respecto de la vida y las creencias que nos sostienen. Este aforismo seudo-inocente que a diario usamos con frescura, e inconsciencia dice mucho más de lo que escuchamos.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo!
Imagina que un hada sale de un cuento y se encuentra contigo, ella cansada de ayudar a princesas y sapos a conciliar un sueño, te sugiere que le digas “todo eso que no tienes”, aquellas cosas que te hacen repetir una y otra vez “Qué feliz sería yo con lo que no tengo”
Es un auto, una casa, una pareja, unas vacaciones, un empleo ¿Qué más?Tú puedes ser feliz ahora mismo, con lo que tienes, y con lo que te falta, este presente es tuyo, sólo tienes que apropiártelo Piensa, (es tu Hada), ¿Qué más? (No abuses tampoco).
Tu hada con un movimiento sensual y absurdo, a la cuenta de tres, presenta frente a ti esas cosas…ahí están al alcance de tu mano… lo que siempre habías soñado… ¿pero qué es lo que te sucede?, sientes una gran emoción pero sin embargo, no puedes sentir eso que siempre creíste sentir: ¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo!, porque ahora mismo: lo tienes. Y has venido postergando tu felicidad, tu ser,  en relación a esas cosas que no tienes; pero si de ellas dependía tu felicidad, ¿por qué no lo eras, si ya no lo tenías?; ahora sin embargo podrías decir ¿qué feliz que soy yo con lo que tengo?, o seguirás ansiando por ansiar, anhelando por anhelar, enfocando la mirada siempre en lo que le falta a tu vida.
El gran problema de los hombres (lo digo como género no especie) es que buscan el TENER antes del SER. Y atesoran en sus mentes esos símbolos con el afán de adquirir una experiencia que no tienen por sí mismos.
Detrás de los símbolos y la experiencia
Hay Infinidad de cosas materiales bellezas, piensa en esos vestidos de diseñador,  las bolsas,  los zapatos, el aparador de las cremas y los perfumes de las tiendas departamentales, y esas cocinas integrales ¿En qué oportunidades esos símbolos representan para ti una experiencia?
He tenido pacientes que me han confesado “que los tacones le dan seguridad  y confianza”, ¿comprendes a lo que me refiero? A la peligrosidad de creer que lo exterior puede alimentar nuestro interior.
Muchos hombres, trabajan para tener un hermoso auto, no por el auto mismo sino por lo que significa, el juicio que los construye les dice “Tú con un buen auto puedes conquistar a cualquier mujer”.
Y así empezamos a entregar nuestro poder personal, y nuestro tiempo a otros, pueden ser cosas materiales o personas: “Si yo tuviera una pareja sería feliz”.
Pero lo que vengo a decir es que TÚ puedes ser Feliz ahora mismo, con lo que tienes, y  con lo que te falta, este presente es tuyo, sólo tienes que apropiártelo.
En lugar de ir tras los símbolos que traen experiencia, genera en tu interior la experiencia que atraiga el símbolo. No te condiciones a SER.
Aunque creas que es imposible el SER que hoy eres atraes lo que tienes. Todo lo que sientes que implica seguridad, poder, éxito, libertad, confianza llegará a ti, si primero experimentas esos valores en tu intimidad.
¿Quieres éxito? Piensa ¿Cómo se comportan las personas de éxito? ¿Desde dónde hablan, se comunican, actúan? ¿Qué no has estado haciendo para ser exitosa?
La semilla de quién eres, se germina en interior, no pierdas tu tiempo mirando afuera, a veces creerás que cualquier soplo de la vida te impedirá ser tú misma.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo! ¿Qué feliz serías renunciando a lo que no tienes una y otra vez? ¿Qué feliz serías con lo que no tienes, si ya no lo tienes? ¿Cuán feliz eres entonces?

Escrito por: Chuchi Gonzalez
Coach Ontológico – Escritora – Tallerista Motivacional
Desarrollo Humano Crear-T S.C
Fuente: http://www.supermujer.com.mx/bienestar/crecimiento-interior/que-feliz-seria-yo-con-lo-que-no-tengo.html

11 de abril de 2013

La aventura de Educar-nos


la-aventura-de-re-educarnos
Todo el tiempo estamos percibiendo a través de nuestros sentidos el universo que llega a nosotros, como una inmensa ola que se derrama en la costa, la información de la realidad nos arrasa, nos conmueve, no penetra, nos alcanza.A cada instante la magia del exterior nos transforma, nos rediseña, nos inventa.
No somos los mismos, náufragos en las aguas del cambio permanente, como figurilla de plastilina vamos adquiriendo diversas formas emocionales, sociales, y relacionales; dejamos huellas en los otros y ellos en nosotros; nos pertenecemos y compartimos sin tomar consciencia de ello.
Parece que nuestra amnesia temporal nos hace jugar en forma individual muchas veces; por eso siempre está el que necesita llegar antes que otros  a un lugar y se pasa el semáforo en rojo; o la persona que no tiene tiempo para esperar su turno en el supermercado y que con ardid logra pasarse, los que no pueden guardar un papel en la bolsa y lo echan al piso; los que no sonríen ni saludan porque están de mal humor, los que sabotean la alegría ajena porque son creyentes férreos de que todo está mal.
Y así como partículas dispersas vamos por el mundo, construyendo y destruyendo a nuestro antojo, olvidando la unidad. Pero aún sin recordarla formamos parte de ella. Por eso nuestras elecciones inconscientes repercuten más que nuestra necedad. Es tiempo de que seamos responsables de los actos que asumidos y ejecutamos, y que entendamos que lo que hacemos hoy en este presente, también implica desventajas tal vez para otros individuos que ni siquiera están vivos aún.
Llegó la hora de educarnos. Buceando en la etimología de la palabraEducación, la misma deriva de la voz latina “educere” que implica conducir, guiar, es decir que al hablar de la propia educación, la íntima y personal, la que cada día nos inferimos, hablamos de auto-conducirnos o auto-guiarnos.
La pregunta que surge es más que obvia ¿En qué habremos de auto-conducirnos? ¿En qué nos hemos auto-guiado hasta ahora? Y entonces deberíamos observar nuestra vida con un grado de inocencia, e ingenuidad, y si los resultados no son los que deseábamos, probablemente tendremos como respuesta que nos auto-guiamos en el sendero de la masa o de la corriente; en el estado de ánimo de pesimismo y resistencia, en la esperanza vana, en el mal humor, en el apego, en el desamor, en el miedo.
Es que en la aventura de educar-nos compartimos con los demás valores, códigos de conductas, paradigmas, “verdades que la sociedad maneja como absolutas” y toda esa fuente de conocimiento nos instruye a elegir lo que elegimos. Si me he guiado por el camino de que la vida es difícil para una mujer, que a determinada edad ya soy vieja y se cierran las posibilidades para volver a empezar; lo más factible será que aún con los sueños guajiros de hacer algo diferente por mi vida, insista en seguir con una relación o matrimonio que no me satisfacen, pero después de todo ¡así es la vida!
Por el contrario, si me he regido por la libertad personal, en un contexto de armonía y paz, lo más probable será que no importa la edad que tenga, siempre seré joven para emprender nuevos horizontes y entusiasta para encontrar posibilidades.
No se trata de que creamos que la vida es simple y sencilla, pero aunque no lo creas así lo es, somos los seres humanos los que a través de nuestras interpretaciones la tornamos viciada y dura.
¿Por qué entonces no nos atrevemos a re- educarnos? Si nos enseñaron que dos por tres es seis, corramos el riesgo ahora de creer y sostener que uno más uno no son dos, son un equipo; que todos  vivimos en un contexto de interdependencia, que la autosuficiencia  es el un invento de un alma con baja autoestima.
Escrito por: Chuchi Gonzalez

3 de marzo de 2013

La cosecha de la vida
















El otro día escuché… no importan dónde… interesa el discurso… un señor decía que de niño había recibido unas semillas de mano de su padre y las había cultivado y puesto en ella todas las ilusiones… las esperaba ver crecer, fortalecer, y multiplicarse en jugosos frutos que al venderlos le honrarían en pesos con los que volvería a comprar otras y así su negocio seguiría… el niño espero y al tiempo…las semillas se echaron a perder como sus sueños…habiendo sido el primer sueño – al menos – de forma consciente perdido se enajeno de frustración, vendió unos juguetes  y compro otras semillas… con las manos cabo los pozos…. y espero… y esta vez frutos gozosos se expandieron de la tierra madre, brillantes, fresco…
Después de escuchar el relato …se me lleno el corazón de lágrimas, alguna de dichas, dos o tres de tristeza… me puse a pensar: ¿cuántas veces recibimos semillas y las sembramos con fe en territorios hostiles? Y al no nacer más que la nada, nos sentamos a llorar. A olvidarlo todo. A renunciar a cualquier futura siembra. A odiar a todas las semillas de la tierra. A buscar una y pisotearla con afán y encono. Sin darnos cuenta que las semillas no son las responsable de su aborto inmediato, sino la inocencia caótica con la que miramos la vida.
















Que dos o tres o muchas semillas se nos ahoguen en la tierra de nuestros sueños, no debería desampararnos para colgar el arado y darle la espalda al molino -  esa especie  de vuelta al mundo naranja y oxidada - que nos trae los vientos de cambio.
En mi huerto tengo “el olmo seco de Antonio Machado”, “la higuera áspera y fea de Juana de Ibarburu” y “el robledal cuya grandeza necesita el agua y no la implora de Almafuerte”.
Pero ¿ quién más que yo sé dónde puedo o quiero alojar las semillas? Y si acaso no crecieran ¿ no sería capaz de arrancarlo todo de cuajo para volver a empezar?
Mis manos tienes el don de la tierra, la posibilidad de crear a cada paso una nueva oportunidad, porque mi mente/corazón tiene una escala de grises íntimos y profundos, y nunca mira lo más terrible o lo más perfecto de la vida.
Yo andaré con mis semillas gesticulando mis manos como castañuelas de aire y nada, derrochando la vida porque estoy llena de vida, que es amor que se cuela entre las cortinas de cada mañana, murmurando silencios que es el encuentro conmigo misma, olvidando tormentas, recordando langostas… esos extraterrestres verdes de antenas desgarbadas que de vez en cuando nos arruinan la cosecha.
Y si ninguna semilla quiere florecer… si me hace huelga la naturaleza que cargo… si se hacen las coquetas y nacen para otro lado… o si acaso las plagas las seducen y se las tragan…
… aún quedando con nada… si huelo mis manos… y tienen el perfume pérfido de la humedad, del trabajo, del esfuerzo, del esmero, de la espera, de la lucha, de la convicción, de consciencia, de  la empatía, de pachamama…
…yo sabré enseguida…que a pesar de todo… he sembrado en mi vida.
                     Chuchi González

11 de febrero de 2013

Ser buenos algo…

A lo largo de nuestras vidas, siempre llega un momento en el que procuramos ganarnos la corona de “buen algo” – comenzamos por pretender ser buenos hijos, buenos alumnos, buenos nietos, buenos compañeros, buenos hermanos, buenos primos.
Crecemos y la búsqueda sigue en pie… ser buenos estudiantes, buenos novios, buenos profesionistas, buenos esposos, buenos padres… Descubrimos lo evidente, nadie nos enseña a ser buenos en ningún rol… y por eso  - o por nuestros antojos vinculados a las debilidades emocionales – fallamos, una… dos… tres… innumerables veces…A veces desistimos… otras perseveramos… tomamos impulso y nos lanzamos… nos preguntamos ¿ cómo ser buenos en esto o en aquello? ¿ qué será lo que el otro espera de nosotros? Y no obtenemos respuestas claras… pues son preguntas retóricas. ¿Cuántas camisas habrás quemado? ¿Cuántas fechas de aniversarios habrás olvidado? ¿Cuántas cenas condimentadas de más? ¿ Cuánta ropa maltratada?
Si fuera por los quehaceres… sería injusto la valorización bueno o malo… sería cuestión académica… técnica…de oficio… ¿ qué es lo que nos constituye como buena pareja?…¿ qué es ser buena pareja?…¿ De qué hablamos cuando buscamos ser buenos?
Bueno, malo, pésimo, buenísimo … son formas de evaluar las situaciones o las actuaciones en nuestra vida.
Y el tan deseado “bueno/a” es una referencia a lo que nosotros como individuos pero también como parte de la sociedad consideramos que abre posibilidades y oportunidades en nuestras vidas y en la de nuestro entorno.
“Ese accionar que nutre mi relación, ese mirar empático, esa escucha afectiva, ese compartir, es lo que crea nuestra etiqueta” 
Y ¿para qué etiquetarnos? De alguna forma para alinearnos a los valores que sabemos encauzan en nuestra existencia una experiencia de prosperidad y amor.
Las etiquetas en sí mismas no son malas. Son malas las adherencias que le ponemos a ellas. Si ser buenos hijos hace que seamos aplicados en nuestros acuerdos, arriesgados y amorosos… cero problema… Ahora bien… si por el afán de querer ser buenos hijos, nos castigamos, hostigamos… muchos problemas…
Pues la valoración no debe ser un requisito para ser aceptado o amado por el otro. Sino una postura que habla de una madurez en el amor, pues si mi naturaleza gregaria me permite “vincularme” – yo como agente – en un vínculo maduro – trabajaré para dar de mí lo mejor.
Porque dar lo mejor de uno, sin reservas, es lo que nos hace buenos… pero… buenos seres humanos… Humanos que adoran su humanidad con virtudes y pecados – etimológicamente pecado significa error .
Ergo…lo que nos permite autodefinirnos buenos esposos, hijos, alumnos, nietos, amigos, padres, ciudadanos… es nuestra construcción como personas. Y ser PERSONAS… es darnos una serie de permisos que la autora Virginia Satir define de la siguiente manera:
1. “Concederme el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar que otro determine dónde debería estar yo o cómo debería ser.”
2. “Concederme el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.”
3. “Concederme el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.”
Nuestro dar sin importar las circunstancias, nuestro dar sin mirar a quién, nuestro dar desde el amor, nuestro dar genuino, nuestro dar en gratitud, depende exclusivamente de concedernos estos permisos  que nos  dan identidad emocional y desde ahí podemos ser oferta para el mundo.
Pero por favor.. no sueltes la plancha… ni dejes de comprar esas flores… los pequeños detalles hacia los otros… más nuestros permisos personales… alimentan!!!
Chuchi González