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16 de octubre de 2013

Facebook Depresión




Las redes sociales nos han atrapado. Somos “pescado”s por el encanto de estar en contacto con el mundo entero desde nuestros escritorios, cama, transportes públicos, etc. En todo momento y a toda hora, estar online es estar al tanto de lo que sucede a tu alrededor. La urgencia de estar informados, se ha transformado en una “necesidad” primaria. Pero ¿Para qué? ¿Qué necesidad tienen los jóvenes y no tan jóvenes de estar “informados”
Según recientes estudios médicos, cuando las personas pasan muchas horas conectadas al Facebook, corren riesgo de padecer de depresión; la población más afectada son los niños y los adolescentes.  ¿Por qué sucede esto?



Porque Facebook vende una imagen distorsionada de la vida. Se usa esta red social para contar ¿ lo que sucede o lo que querríamos que sucediera? Generalmente los status aluden a experiencias positivas y abundantes. Las fotos son vacacionales o referidas a un éxito alcanzado; estos elementos observados por personas que aún no han adquirido madurez y seguridad emocional, despierta envidia, enojo, y genera una baja en la propia mirada (autoestima). Muchos usuarios por lo tanto navegan parados en la comparación, a veces sustentar que sus propias vidas son mejores que la de otros. Para algunos autores esto provoca “competitividad social”
Si la realidad que maneja esta red social fuese un hecho, el mundo no estaría como está. En Facebook  toda la gente es feliz, linda, saludable y con dinero.
Ítems que generan malestar emocional entre los jóvenes que consumen Facebook:
Fotos vacacionales
Cantidad de amigos
Like recibidos
Status sentimental
Popularidad
Comentarios de reconocimiento
Número de veces etiquetado
Cantidad de mensajes en el muro
Lo que  a grandes rasgos puede parecer un “chiste” mirándolo de cerca, nos permite observar con claridad esa búsqueda del ser humano por ser aceptado.  Lo recomendable es empezar a aceptar nuestra propia realidad y entender que nuestro valor no se mide por la estadística de una red social.
Pero sobre todo entender, que no todo lo que brilla es oro.

Compite siempre y solo contigo mismo”

Chuchi González
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10 de octubre de 2013

Víctimas del Cuerpo

Otras de las formas de apegarnos hasta sangran el alma, es la vinculación obsesiva con nuestra propio cuerpo, o la mirada que sobre el echamos. Mujeres u hombres que nos miramos todo el tiempo al espejo para encontrar “el new defecto” y azotarnos con violentas creencias por la perfección no heredada, terminamos siendo “Víctimas del Cuerpo” víctimas de las expectativas que le ponemos a un cuerpo mortal, y por ende finito, que tiene a envejecer, y falible.
¿De dónde nace el deseo de ser físicamente lo que no somos? De las tendencias de belleza y moda de la sociedad en la que vivimos.  ¿Estás pensando que ellos tienen la culpa de que tu chaparreras te avergüencen? Si! tienes razón. Ahora es respuesta ¿ Te alivia el sufrimiento? ¿ Te sientes mejor contigo misma? ¿Te miras y amas? No.
Y ¿ Sabes por qué? Porque es tu mirada la responsable de tus emociones, es lo que te dices cuando te miras y el espejo o la tersura de la piel no te devuelve la experiencia anhelada.
Si bien es cierto que los cánones de belleza –y sobre todo femenina- son altos, es nuestra propia, íntima y particular forma de juzgarnos la que nos hunde o salva.
Mucho de lo que vemos en las revistas, sabemos que no existe, pero ¿ cuantas veces te encontraste buscando métodos para alcanzar lo imposible?
¿Por qué será que los seres humanos siempre queremos apostar a lo imposible?
A veces creo que nos sirve para aliviarnos de nuestros propios logros. Si perseguimos lo que nunca podremos acceder, entonces nos relajamos en la queja, y no luchamos por más.

Respecto de nuestro ocurre lo mismo, piel de porcelana, tetas henchidas y duras, glúteos de patos… pero ¿a precio de que?
¿Cirugías? ¿Más cirugías? ¿Búsqueda empedernida de saciar nuestras creencias rigurosas que nos hablan de lo que nunca jamás tendremos: la perfección? ¿Perfección?  ¿ Y que sucede cuando no la alcanzamos?
Nos hundimos más. Más números rojos, más déficit.
La vida es un asco entonces… así nadie me quiere ( y nos encerramos)… así  no nos podemos relacionar ( y peleamos con quienes decimos amar) … así no se puede vivir ( y nos castigamos)

Irracionalidad suprema.

Pongamos los pies en la tierra. No somos dioses. Somos humanos haciendo lo que podemos. Entonces reflexionemos: ¿ para qué tanto autocastigo? para dar con lo que ya sabemos. Somos FALIBLES.
Disfrutemos de nuestro cuerpo. Así como somos podemos ser felices. No es requisito tetas paradas y culo grande para ser feliz… podría ser una preferencia pero ¿ y si no llegas a ella?
Igual puedes ser feliz.
Ya tienes todo para serlo. No esperes a ser un muñeca de plástico con el corazón marchito; aún con hoyuelos la luna se muestra esbelta y arrogante… y nosotras ¿ por qué no?
                                                                                                                                     Chuchi González

8 de octubre de 2013

Solo por hoy…MADUREZ









 Psicológicamente hablando la madurez emocional consiste en la capacidad de aceptar la  vida como es, como se nos presenta.
 Con la fluidez del agua que se hace espacio para seguir su camino, ser maduro implica dejar  de resistir que las cosas o las personas no sean como nos gustarían que fueran. 
 Empezar a comprender que más allá de nuestros conceptos existen otros más, inclusos  muchos de ellos, tienen su realidad propia aunque nosotros no estemos de acuerdo con ellos;  es renunciar a la idea de que las cosas que pensamos son “así” por el sólo hecho de coincidir  con unos tantos que piensan igual que nosotros mismos.
 Es  empezarnos hacernos cargo de la “yuxtaposición” que incluye y no del “pero” que invalida.  Es aprender a reconocer que aun cuando nuestra ideas sean maravillosas, existen otras;  múltiples miradas; y pensamientos que tiene valor por el mero hecho de existir.


Algunas formas de conectar con la madurez
  • Soltar la creencia de que los valores son universales, entender que para cada persona una misma palabra implica desde sus propias experiencias diferentes interpretaciones.
  • Aceptar la relatividad de las cosas, lo contrario también existe.
  • Alejarnos de la frustración cuando las personas o las cosas no responden o suceden del modo deseado.
  • Liberarnos de la queja, cada quién tiene el derecho de actuar como lo desee, y si eso no te gusta, tú tienes el derecho de cambiar de rumbo.
  • Busca la pro-actividad, subordina el impulso a los valores, la mayoría del tiempo estamos en el pasado, por lo tanto lo que te duele ahora, no es del presente, es el recuerdo de lo que sucedió. Capta que tu realidad es subjetiva, y responde creando desde el presente.
  • Reconoce la posibilidad de que hay personas que no tienen tus mismas habilidades ni deseos de progresar, ni siquiera inquietud de hacer algo por sus vidas, y deja de pelearte con ello.
  • Equivócate las veces que sean necesarias para bendecir el poder de reconocer tus fracasos.
  • Toma conciencia que no estás en la tierra para ser aprobado o reconocidos por todos.
  • Ámate a ti mismo, nadie hará ese trabajo por ti porque no le compete.
  • Integra todo tu ser, lo que te agrada y desagrada, y aún así con ello observa que igual puedes hacer cosas positivas por los demás y por ti.
                                                                                                                                     Chuchi González



21 de septiembre de 2013

¿Qué nos frena a vivir completos?



















¿Te has dado cuenta que muchas veces tienes todos los elementos para fabricar la vida que quieres en tus manos y de la nada te saboteas?
¿Qué te encuentras tantas otras veces buscando la quinta pata al gato cuando ya sabes de antemano que solo tiene 4?
¿Por qué boicoteas constantemente tu éxito? ¿Por qué buscas desesperadamente caer en el fracaso?
A primera vista, podría decir que ningún ser humano desearía crear para si un “mal”, más sin embargo en los “papeles” muchos se viven día a día en malestar.
¿Qué es lo que nos lleva a lastimarnos a pensar y sostener de forma errada ese no merecimiento? Las creencias irracionales. ¿Qué son? Las productoras de tu malestar.
Creencias irracionales es un  término acuñado por Albert Ellis creador de la Terapia Racional Emotiva y se refiere al sistema de creencias falsas, inútiles y generadoras de una distorsión que opera en el pensamiento racional y en el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral.















Son ideas que tenemos acerca de nosotros mismos o del mundo que provocan en nosotros una emoción negativa exagerada y catastrófica, proveniente de nuestra manera de evaluar lo que nos sucede.
Cuando vemos la vida en extremos, sin gama de posibilidades, las que cosas que acontecen son Terribles o Geniales. Y esta mirada nos resta oportunidades de disfrute.
Si esto que sucedió es TERRIBLE genero pensamientos que me dicen “ No lo puedo soportar” “Nunca podré ser feliz” “No tengo suerte” “ No debería haber sucedido”, conversaciones internas que acarrean angustia o ansiedad.
¿Qué creencias irracionales sostienes y las vives como verdades absolutas e irrefutables?
¿Sobre que terribilizas? ¿Sobre el pasado o lo que aún no acontece?
Muchas veces los seres humanos tendemos a comparar lo conocido con lo nuevo, para sentir certeza de lo que vivimos pero si lo conocido fue desgarrador o nefasto intentaremos evidencias de que tenemos razón para dudar y no entregarnos. Esa comparación es una premisa falsa, buscamos que se repita lo bueno o lo malo, en lugar de simplemente estar presentes en lo que está sucediendo.


Chuchi González
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12 de septiembre de 2013

“Los debería” de cada día

















Así como cuando cargamos durante todo el día con zapatos que nos hacen doler los pies, que sólo advertimos el dolor cuando nos los quitamos, así nos acostumbramos  a andar por la vida, acumulando cosas que no nos gustan, esquivándolas, u ocultándolas para no verlas y  hasta dejar por fin un día de recordarlas.
Sin embargo, todo esfuerzo por el tan largo olvido es vano; lo desagradable sigue ahí: latente y nutrido para confrontarnos.
Quitarnos la venda de los ojos, nos permite acceder a un mundo que desconocíamos, porque estuvimos ocupados tratando de lograr desde la terquedad de nuestro observador que las cosas sucedieran tal o cual lo pensamos o planeamos.
Nos hundimos en el famoso “deberías tú” “debería yo” “deberían ellos” del perfeccionismo exacerbado propio de la esclavitud emocional. Y Colmados de “debería/s” organizamos el mapa mental del mundo.
¿Cuántos “deberías” incumplidos cargas en tu espaldas? ¿Por cuántos “deberías” no satisfechos rompiste relaciones o perdiste oportunidades?
En la raíz propia de la palabra “debería” está el “deber de actuar de tal manera”, de una sola, es una mirada unilateral.















Es la obligación impuesta, la pauta mental rígida que nos indica que las cosas son- SOLO-  de ese modo.
“Los debería” nos impulsan desde la imposición y no desde la preferencia.
Si vives desde “ los deberías” pierdes flexibilidad, capacidad de adaptación pero sobre todo anidas en la creencia de que lo que vienes haciendo “está mal”.
Si crees que “deberías ponerte a dieta” es porque tu juez interno te dice “comes demasiado, no te cuidas, tu cuerpo se ve deformado” por ende debería ponerte a dieta.
Erradicar las exigencias por las preferencias te ayudará a crear el cambio que estás buscando en tu vida.
Cuando vives desde la preferencia pones énfasis en tu poder de elección, en tu capacidad de dictar tus propias normas, de discernir lo que es bueno o no para ti.
“Preferiría tal cosa, pero si no lo logro igual puedo seguir con mi vida en cambio cuando debería alcanzar tal meta, si no lo obtengo me castigo”



Chuchi González
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12 de agosto de 2013

Préstamos Personales a bajo interés
















Todos lo sabemos, pero pocos o poquísimos, lo ponemos en práctica. La necedad humana de no hacer lo que sabemos es una constante. A veces parece una burla, un chascarrillo que queremos meterle al destino, pero sin dudas es una manifestación irrespetuosa de todos nuestros miedos.
Vivimos arraigados a todo lo que podemos para convencernos de la eternidad de lo que caduca. La sapiencia de la mortalidad está presente en todas las situaciones cotidianas, pero giramos la cabeza hacia otro lado para no ver.
Todo concluye.
Todo expira.
Todo muere.
y todo nos incluye.
Hace días le dije a mi madre “quiero tener algo mío” y ella con sabiduría dijo “ todo es un préstamo”
La ilusión de lo propio no enceguece y nos hace pagar altos precios emocionales.
Por creer que lo mío es mío nos codeamos con los celos, la paranoia, la necesidad de aprobación, la frustración, el miedo al rechazo, al fracaso, la humillación, la falta de auto- dignidad sólo por mencionar algunos.

A veces por determinadas vivencias o por los años que vamos sumando caemos en esa búsqueda imperiosa de tener, de crear “ propiedad” y sin darnos cuenta nos enlazamos la soga al cuello.
En palabras de Jorge Bucay en su libro “De la Ignorancia a la Sabiduría” extraigo… “ Cualquier cosa que posea, si me importa demasiado tenerla, terminará poseyéndome a mí, porque mi interés desarrollará el miedo a que pueda perderla.”
Nada de lo que tenemos nos pertenece. Nada.
¿Cómo escapar a esa fantasía de lo propio?
















Todo está de paso en nuestra vida.
Yo sé que lo sabemos. Pero lo vivimos desde otro espacio. Desde otra mirada.
Aparece lo “nuestro” o “ lo mío”
Dice un refrán: “Lo regalado no se devuelve”. Pero nuestra vida es un “préstamo” por eso siempre llega en cualquier momento el cobrador y nos la arrebata.
Si pudiéramos atrevernos al reto de entender, comprender y aceptar que todo es un préstamo, los intereses serían bajos.
Pues se trataría de vivir en el aquí y ahora ( frase trillada), lo que implicaría dejar de protegernos el alma, el cuerpo con parches defensivos elaborados con creencias obsoletas.
Y ¿ si no me dice tal cosa? y ¿ si sucede esta otra?  y ¿ si dentro de tres años no puedo…?
El deseo de no sufrir nos hace irremediablemente sufrir. Pues en lugar de disfrutar de lo que ahora tenemos, siendo este “ra” lo único que poseemos, creemos tener la posibilidad de ver una película que ni siquiera se ha filmado: el futuro, simplemente en base a lo que nos sucedió.

Soltar es el desafío…
Soltar creencias limitantes porque obstruyen el camino
Soltar creencias poderosas porque te seducen con una seguridad que no existe
Soltar la idea de un futuro porque sólo estamos parados en el presente
Soltar los sin sabores del pasado porque no se pueden modificar
Soltar la sonrisa espontanea y el llanto atragantado para que la vida se mete en cada rendija de tu ser y fluya
Soltar la repetición automática de los juicios
Soltar el prejuicio
Soltar el juicio y atreverse a la locura
Soltar el amor a bocanadas gigantesca, no te reserves nada, tal vez no tengas oportunidad de entregarlo luego

y paradójicamente cuando aprendemos a desapegarnos de las cosas las disfrutamos mucho más.
¿De qué cosas o creencias te cuesta desapegarte?


                                                                                                                                        Chuchi González
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17 de julio de 2013

Las mujeres tienen la culpa.

adan_y_eva_Fernando_Botero_thumb[2][1]¿Sabías que desde que Adán fue expulsado del paraíso, las mujeres tenemos la culpa de todo lo que ocurre en el mundo?




Quizás te suene un tanto ridículo pero es la explicación que podemos darle a la actitud de nuestros hombres cuando salen a la defensiva y no se hacen cargo de lo que les ocupa. Es que en aquel momento Adán al ser confrontado por Dios por haber comido del árbol prohibido, respondió: Fue la mujer que tu me diste.
Pero ¿Qué es y para que sirve la culpa? La culpa es una forma inventada de sacarnos de encima algo que nos corresponde pero de lo que no queremos tener propiedad utilizando métodos como: “la inocencia y su monólogo tranquilizador “yo no fui”, mirar para otro lado o la técnica de hacernos el perro pelotudo, o la gran puesta en escena de Boluda total cuya herramienta fundamental es la negación o el evitar .
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Cuál pelusa conflictiva buscamos arrancarla de nosotros y pasarla – como el juego de la popa- a un ser que tenemos cerca y del cuál estamos seguros de su amor.
Esto último es fundamental en el proceso de “la tengo y  te la paso” puesto que la seguridad de que no se perderá el vínculo, que equivale al famoso “no pasa nada” es vital para el traslado de la estafeta.
Pero… ¿qué hacemos las mujeres con el regalito? 
Nosotras también dijimos “pica” o “ piedra libre” o “yo no la tengo”… Eva sonrojada dijo: la serpiente me convenció! … y pregunto: ¿cuántas veces la serpiente te ha convencido ?
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Lo cierto es que si de nadie es la culpa, entonces es culpa de todos. La pelusita molesta, se empieza a convertir en una madeja de disculpas, daños, prejuicios, y crímenes por pagar.
Nos pasamos la pelota porque somos unos árbitros muy elocuentes a la hora de devaluar o juzgar en forma negativa a los otros. Y al final del camino si la culpa es de otro, uno se siente mejor.  Y ¿Si es nuestra? ¿Por qué nos duele tanto?
Para Kant la culpa no es nada más ni nada menos  que “ una transgresión involuntaria pero imputable” – un sin querer pero con precios a pagar.
culpa
Y toda transgresión es una falta, moralmente estamos adiestrados a “ser perfectos” y molesta mucho darnos cuenta  de que esa seuda-perfección no es más que una exigencia impuesta por la sociedad. ¿Cuál es el remedio a este  juego? Vivirnos en la responsabilidad.
Concedernos el permiso de equivocarnos, de aceptarlo y resarcir.  Pero por sobre todo expandir el concepto a la idea de ser responsables de todas las elecciones que tomamos en nuestras vidas. Comprender que  cada camino  que elegimos genera una respuesta, una consecuencia, y que nuestra habilidad de “responder” habilita nuestro crecimiento personal.
Chuchi González
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