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28 de agosto de 2014

Mirar de cerca…

Uso lentes, esos que a partir de los 40 la mayoría “ se pone y se quita,” porque vemos demasiado bien lo que está lejos, y muy borroso lo que está cerca.
¿Será que a esta edad nos replanteamos el presente y por estar inmersos en la situación no logramos leer con precisión  lo que venimos creando? ¿Será que empezamos a saber con certeza lo que anhelamos para nuestro futuro? ¿Será que el presente nos resulta como los zapatos con tacones, agradables pero dolorosos de sostener?
¿Será?
Presbicia, le llaman a la rigidez que empezamos a vivenciar, es la falta de elasticidad del ojo para enfocar… perdimos el foco….de tanto mirar tv, celulares, computadores, libros…. de tanta vida vivida pensaría Borges….o quizás en algunos casos, de tanto estar apegados al enfoque de lo que queremos para nuestra historia.

17 de febrero de 2014

¿Complaciente o cómplice?

40DC4ADF18634A3A8381FB05D0E879A5Uno de los aspectos más importantes en nuestras relaciones con la otredad, es observarnos y descubrir desde dónde estamos actuando nuestros pensamientos. Cuando digo “actuando”, me refiero a accionar una conducta.
Si pensamos en “complacer”, la etimología propia de la palabra refiere a hacer algo “con – placer” hacer que otros se sientan bien.
Sin embargo, muchas veces ese “placer” se ausenta, y lo que hacemos es “con – temor”, es decir complacer con temor a perder o a dejar de ganar. Y la acumulación de esos hechos, termina mermando la esencial de “satisfacer con agrado” y se convierte en complicidad.
complacer-a-los-demas2Ahora ya no soy complaciente por el gusto de ser contributiva o por amor, sino que por temor a que se desencadene un pleito, o no me aprueben o me rechacen accedo con temor y sintiendo enojos, o tristeza.
Piensa ¿Cuántas veces has sido cómplice del otro? ¿De ese trato que tanto te duele, del abuso de tu pareja, de las críticas de tus padres, de las quejas de tus amigos?

7 de febrero de 2014

Uff…¿otra vez San Valentín?


14 de febrero
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Día del amor y la amistad, léase día de las personas que tienen pareja. Para muchos – mujeres y hombres- la fecha en el calendario es una gran piedra que desde inicio del año saben deberán superar, saltarla, o chocarse con ella pero de ningún modo, ese día será borrado.
Los que tienen pareja se esfuerzan para mantenerla, los que no buscan desesperadamente; y al llegar el 14 de febrero unos y otros vivirán esa conmemoración de forma diferente. Para los que es convivencia, regalos, enamoramientos; para los que es soledad, recuerdos, vacíos.
La misma fecha, distintos resultados. El evento es NEUTRO.
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El 14 de febrero es igual que el 20 de marzo o 3 de noviembre; sólo que una convención comercial a decido nombrarlo – asignarle una etiqueta- Día del Amor y la Amistad. No por ello quién está soltero, abandonado, o desesperado es “ más soltero, abandonado, o desesperado ese día”; sin embargo, sé que así se sienten, pues el entorno de globos de colores, bombones y flores, le acentúan más su condición.
¿Cómo superar este mirada?
Primero, es el día del amor no de las relaciones de pareja; por lo tanto celebra el amor. Amor a tus amigos, amor a tu mascota, a tus sobrinos, hermanos, vecinos, a tí mismo. Agradece el amor que te rodea, a esos seres que se interesan por ti, que te aman, que te cuidan.

28 de enero de 2014

Expresar- SER

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Te invito a que hagas un alto en tus actividades. Cierres los ojos, y mires hacia dentro.
¿Cuántas veces has creído que no te concierne el derecho de pedir lo que quieres?  ¿O tal vez has comprado la ilógica creencia de que pedir es malo, debilita, nos muestra frágiles?
¿Qué es lo que anhelas ahí en tu pecho y lo dejas dormido sin posibilidad de expresarse?
¿De dónde surge la idea de que no tienes derecho a “pedir”?  ¿Eres complaciente con los demás? ¿ y contigo?
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23 de enero de 2014

El día en que lo perdí todo

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Uno nunca sabe cuando es la última vez de algo. Es un pensamiento que los que me leen con frecuencia saben que repito. Tal vez para internalizarlo y así soltar la idea de la permanencia. Últimamente, de dos meses para acá, la vida se ha encargado de enfatizarlo. Algunos lazos se desandan; otros proyectos pasaron al plano del recuerdo, perdí mi celular, y también perdí el exceso de estrés, el alboroto hormonal, la sensación de fatiga, y todas las fotos de mis blogs.
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En otra oportunidad, hubiera insultado, pataleado, y dado la cabeza con infinidad de “deberías”, “hubieses” y “podría”; más el infinito me brindo la posibilidad de tomar conciencia en dónde estoy parada. Y la reacción fue diferente. Lo dije. Yo no voy a dejar de escribir, porque la persona que se apropio de mi celular perdido, en su emoción de tener algo que deseaba haya borrado todas las fotos que implican un trabajo de 4 años. (Cómo la vida ahora está TODA sincronizada, las imágenes del hosting de blogger, se respaldan en el móvil, y si uno borra algo: se borra todo.
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En esta postura nueva, empiezo a similar la idea real que detrás de cada obstáculo hay una oportunidad. De no haber sucedido esto, no estaría escribiendo estas letras. Pero también me concentro que uno elige ver obstáculos o simplemente ver.
Que todo lo que sucede a diario y no nos agrada, lo generamos nosotros desde los pensamientos de escasez. Decía Buda “todos cometemos errores porque somos humanos, pero insistir en el mismo error es ser tonto”.
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9 de enero de 2014

Me doy permiso




Me doy permiso. Adelante. Tienes el consentimiento – responde la lámina del espejo del baño -  y mi voz retruca obstinadamente “me doy permiso” como las libertades que la gran Virginia Satir ha enseñado…esas concesiones que necesariamente podemos elegir darnos para vivir como PERSONAS y dejar de ser sólo un ser vivo – o mucho más que ello.
Me doy permiso para Ser quién soy sin pedir perdón por ello, aceptando que soy diferente a todos, y que por ello soy única. Qué hay gente parecida a mí, que comparte opiniones, pero que soy irrepetible. Por lo tanto renuncio a la comparación, a la pretensión de ser tal o cual, a la exigencia de querer encajar para ser aceptada, a la ironía de rebajarme o "actuar-me"  de forma diferente a mí para ser aprobada o para no crear conflicto.
Me doy permiso de cambiar de opinión las veces que así lo crea necesario, a adaptarme al momento, a elegirme entre los demás, a ser amorosa, valiente y arriesgada; a cambiar de rumbo o sueño cuando ya no me sienta a gusto o fluyendo en paz y armonía.
Me doy permiso de limpiar mi presente. De renunciar a lo que me agrada si eso es nocivo para mi salud, a desintoxicarme de los alimentos, pensamientos y gente tóxica. 

















Me doy permiso de liberarme del auto-castigo, de entender mi finitud y mis limitaciones, de renunciar a las creencias limitantes que me hacen pensar de mi que no soy lo suficiente.
Me doy permiso  a revindicar mi poder personal, a no permitir que otros pretendan con sus carencias, inseguridades, o manipulaciones robarse mis días, mis horas, mis sueños, mis momentos.
Me doy permiso de equivocarme, arrepentirme, ser leal a mi intuición, valorar mis sentimientos, mi forma de ver la vida, a defraudar a otros si siento expuesta mi dignidad personal.
Me doy permiso para no criticarme, para erradicar los debería, para borrar números rojos, para anular al yo ideal.
Me doy permiso de ser quién soy, sin que por ello sienta vergüenza o culpa.




7 de enero de 2014

¿Se muere de amor?

En algún momento de nuestras vidas, – o tal vez  no – hemos sentido que podemos llegar a morir “de y por” amor pero en realidad nadie muere de amor; muchos si mueren, lo hacen por desamor. Es decir lo que mata no es el amor no correspondido, finiquitado o rechazo. Lo que aniquila es el desamor, pero no el del otro, sino el propio.
Día con día, caminamos rumbo a la muerte, porque estamos agonizando de desamor personal. La falta de amor propio es lo que nos enferma física, mental y emocionalmente.
Y hemos aprendido a no amarnos porque siempre estamos parados en la comparación. Siempre anhelando ser o tener lo que otros tienen. En menor o mayor medida: la falta de amor hacia uno mismo nos afecta.
Vivimos deseando ser una persona que no somos, ese ser ideal que los demás y hasta nosotros mismos amaríamos sin restricciones. Y con el ser que estamos siendo, somos indiferentes, apáticos, criticones.
Cada vez que nos hablamos mal, nos regañamos, quejamos, inculpamos, estamos rechazando categóricamente quienes somos y eso nos enferma. Pues ¿ cómo podemos ser plenos y felices si cotidianamente sentimos repulsión por quién somos?
Hubiera sido espectacular tener la cara de Demi Moore y las piernas de Marilyn Monroe, el cuerpo de Madonna, los ojos de Elizabeth Taylor,  el porte de Sofía Loren – por citar a algunas - pero no tenemos nada de eso porque eso le pertenece a esas mujeres.  Tenemos lo que tenemos y punto.
El des-conformismo con quienes somos nos lleva a extralimitarnos.  A perder la dimensión de las cosas. A resentirnos. A guardar odio, coraje. A permitir que otros nos subestimen, porque ellos tienen razón “no servimos para nada”; a permitir que de la vida las migajas, a no ir por nuestros sueños, a depender de las ideas de los demás, a no valorar nuestra palabra, a soportar injusticias, a creernos desdichados.
El desamor nos enferma y agota.  Podemos aprobarnos y amarnos tal como somos. No hay ninguna ley o principio natural que diga lo contrario. Es nuestro ego el que nos juega la mala pasada.
Nos desconectamos de la fuente – de nuestra energía creadora – y nos llenamos de falsas creencias de carencias o falencias. Si somos una porción del poder creador – Dios, Ser o voluntad superior, principio vital o como al eso te refieras – ¿ por qué seríamos imperfectos? 

Amate y Dios te ayudará.
"Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor." - Facundo Cabral