11 de noviembre de 2014

Breve acontecer

Sorpresa! La vida es así… a veces un tango…otras una salsa picante…y quizás muchas veces un vals… aunque para llegar a esa mirada… debemos sumar un poco de edad biológica y bastante madurez… buscamos, o al menos yo lo hago… voy y vengo… subo y bajo…saco la cabeza de mí y vuelvo a meterme adentro…leo… estudio…reflexiono…escucho audiolibros… cambio películas por videos motivacionales… y sigo estudiando… cambio de ideas… regreso a páginas insostenibles por mi ego… me instalo en una concepción práctica… sostengo lo contrario… me quedo sin juicios… Soy una buscadora…Tengo varios autores recorridos a la vez…ahí me esperan… algunos en la compu…otros en un banco gastado de mi cuarto… y tengo la sensación de que todos dicen lo mismo, porque todos tienen la misma voz… 
la de dios…
… y el sábado sonrió...








5 de noviembre de 2014

Ser infiel

Que te metan los cuernos, duele. El filo de las puntas se clava en la autoestima y a borbotones las expectativas caen al piso en coma. Y sin embargo, eso cuesta menos que ser infiel. Pues cuando estás engañando, todo el tiempo sientes un frío interno, un vacío, un temor a ser descubierto. Y eso es menos, que volvernos infieles a nuestra naturaleza, porque cuando obramos desde la deshonestidad interna, la incertidumbre se burla a cada latido y el miedo nos espanta la felicidad.
Es que no es lo mismo que te engañen, que engañes, que te engañes y engañes. En el primer caso, lo lastimado con el tiempo cicatriza, a veces deja marcas; pero casi siempre; un nuevo amor, las matiza. Cuando engañas y estás en modo inconsciente, te sientes un maestro del disimulo, y te burlas de tu entorno, pero cuando adviertes que ese otro es un espejo, la risa del guasón se desmaquilla, y entonces pasas a la tercera fase te engañas a ti mismo, y no siendo tú engañas al otro. Muestras una cara que no tienes, que apenas compraste con las monedas del cinismo. Sentimos miedo cuando no somos nosotros, y uno de ellos es al abandono y al desamor; porque vivimos lejos de nuestro hogar primero; la tierra es un modesto hostal.
¿Por qué somos infieles? Aunque resulte paradójico por fidelidad o dicho de otra forma por ser fieles “a”… al clan, a la familia, a la sociedad, a la cultura, a las palabras de papá, a los miedos de mamá. ¿ Cuántas veces no sentiste el mismo temor de ella? ¿Cuántas veces no repetiste su misma historia?
Somos infieles para ser aceptados, para ser aprobados, amados, para sentir que pertenecemos, que no estamos solos. Tanta soledad en los huesos del alma hace vacío y congela… entonces el remedio genérico es meternos las guampas – término quechua que significa cuerno- y decir lo contrario y hacer lo opuesto y sentir lo que no sentimos…


  • Somos infieles cuando decimos SI en lugar de decir NO
  • Somos infieles cuando decimos NO en lugar de decir  SI
  • Somos infieles cuando decimos “Está bien”en lugar de decir “Esto no me agrada”
  • Somos infieles cuando decimos “NO importa”en lugar de decir “Me duele”
  • Somos infieles cuando decimos “No pasa nada” en lugar de decir “Me siento triste”
  • Somos infieles cuando decimos “No estoy enojado/a” en lugar de decir “Estoy hasta el caracú”
  • Somos infieles cuando decimos “Lo comprendo” en lugar de decir “La verdad que no comprendo un carajo”
  • Somos infieles cuando decimos “Te llamaré” en lugar de decir “No quiero verte más”
  • Somos infieles cuando decimos “Perdón” en lugar de decir “Es mi sentir y no necesito pedir perdón por ello”
  • Somos infieles cuando nos entregamos al 100 a sabiendas de que el otro se entrega en números rojos y aún así elegimos ponerlo en el recuadro RELACIÓN DEL MES
  • Somos infieles cuando no nos damos tiempo para hacer lo que nos gusta porque no nos damos permiso de disfrutar
  • Somos infieles cuando creemos que los demás son más que nosotros mismos, más inteligentes, más valiosos, más guapos.
  • Somos infieles cuando vivimos en la creencia de que el que nos ama nos hace un favor

¿En que eres infiel? ¿A qué eres fiel? ¿Cuál es tu forma de traicionarte?
Si te interesa el tema, en febrero de 2015 lanzaré una conferencia profunda, íntima, vivencial que abordará el tema: “Las mujeres son más infieles que los hombres”



3 de noviembre de 2014

Las fuentes del sufrimiento humano ( 3era parte. Final)

         El tiempo
¿Qué es el tiempo? ¿Qué nos asusta de su presencia, de su transcurrir silencioso que deja grandes huellas? Es un remedio para el olvido, un digestivo para los dolores de cabeza del alma, un anestésico para los sinsabores, un recurso al que apelamos desafortunados, y temerosos. Vivimos en función de su paso, corremos detrás de él, y nos dormimos en la víspera de su pasado. Siempre en la mente lo que no hicimos, y lo que no podremos hacer. Nos transcurre, nos habita, nos desplaza y no le otorgamos la trascendencia que tiene; su único tiempo: el presente.
Nos gusta deleitarnos en los imposibles y recurrimos al ayer para aplastarnos en las heridas de un pasado mejor; un retoño sin frutos, unas malas decisiones que nos afectan.
Nos gusta vivirnos en noche de brujas, viajando a un futuro incierto, desconocido, impenetrable, que nos grita BUUUUU!!! en la cara de los sueños.
Y lo real, lo exacto, lo tangible, que es el presente, se discurre como el agua entre los dedos por no valorarnos.
Sufrimos porque no estamos dónde estamos. Otra vez nos separamos, el cuerpo está en la silla sentado y el alma o el corazón a destiempo.
Preocuparnos por lo que no sucederá, es una fantasía, pero si fuese tan simple de evitarla, ¿crees que no seríamos capaces de hacerlo? Nos han entrenado en el miedo constante de vivir con miedo.

Llamemos al miedo con todas las voces, incluso con algunas que distan del miedo; pero aún así es miedo.


Mirar atrás es un hobbie transgeneracional, heredado, que nos hace creer que estar atento a lo que aconteció evitara su repetición. Lo cierto es que ni una ni otra. Ayer puede contagiarse como un plaga. Mañana puede devenir de la forma menos pensada.   
Para salirnos del embrollo, necesitamos re educar nuestra mente, evitar los viajes, estar presentes en el presente.




30 de octubre de 2014

Las fuentes del sufrimiento humano ( 2DA PARTE)


2da Parte

El dinero
Plata, lana, guita, money, argent, solfi, mango, o como gustemos llamarle en nuestra intimidad, para muchos es un enemigo de sus sueños, para otros su dios entorno al que ejercen sus sacrificios. Considerado de esta forma, no deja de ser una fuente de la cual emana el sufrimiento cotidiano, dado que se lo ha re significado y atribuido características ajenas que lo han vuelto un monstruo limitante. Por el dinero la gente no hace lo que quiere, suspende sus deseos, y los deja en stand bay, en el congelador de la espera para un momento oportuno; rompe relaciones, destruye sueños, toma distancia de los que dice amar. El dinero se convierte en el titiritero de los seres humanos que confunden lo esencial con lo superfluo, la esencia con la identidad, la experiencia con el símbolo. Se ama al dinero por el dinero mismo, no como medio sino como resultado. Si alguien tiene tres es más que él que tiene 1 pero menos que él que tiene 10.

28 de octubre de 2014

Las fuentes del sufrimiento humano

1era Parte
Cuando pensamos en sufrimiento, pensamos en algo doloroso imposible de evitar o evadir. Creemos que el sufrimiento forma parte de la vida social y humana; lo adoptamos a nuestra historia como natural. ¿Qué es el sufrimiento? Algunas concepciones refieren al sufrimiento como desgaste, lo vinculan con el estrés y el dolor. Desde una perspectiva ontológica el sufrimiento es interpretación lingüística de los hechos y el dolor es reacción biológica, y desde un plano espiritual es sufrimiento es la manifestación de la ignorancia de nuestro ego.
En virtud de lo último, podemos afirmar que si aprendiéramos a educar al EGO, el sufrimiento no sería una regla, sino un excepción, una opción y no una constante. Pues no estaríamos en constante comparación con los demás, situación que provoca el sufrimiento que padecemos a diario.
Como fuentes podemos evocar tres, que sin lugar a duda, se han convertido en los ídolos del sufrimiento.
EL CUERPO –  EL DINERO – EL TIEMPO
Todos tenemos un cuerpo que transporta el espíritu que somos, lo creamos o no, a conciencia o inconscientemente, sabemos que somos algo más que una red de carne y huesos; en la actualidad, el cuerpo se ha convertido en el estandarte de la felicidad para miles de personas. Una dieta adecuada, ejercicio moderado, una vida no sedentaria, no sólo nos mantiene con vitalidad sino que procura que la herramienta que tenemos para manifestarnos dure un rato más; pero obsesionarnos, castigarnos y aún más, negarnos por cosas que no nos agradan, o no encajan en los estándares de la sociedad, lejos de acercarnos a la plenitud nos orilla a la marginalidad y nos distrae de la experiencia real de conocernos. Es como si el EGO tuviera miedo de que nos reconozcamos, y en sus intentos por sobrevivir, nos presenta una lista de conversaciones internas distractoras. Cada palabra de disgusto hacia la máquina que tiene la misión de transportarnos nos resta importancia. El cuerpo es sólo un medio. No somos cuerpo, sólo lo habitamos. Tenemos el cuerpo que necesitamos para emprender este viaje y asumir las lecciones que nos hemos puesto como almas antes de nacer. ¿Cómo cuidas a tu cuidador? ¿ Cómo alimentas a tu carruaje? Tu cuerpo es un medio para expresarte, ¿Por qué lo atacas con comparaciones absurdas? Cuando estás anclado en tu cuerpo, estás parado en el arquetipo el ATLETA, aquél que cree ser definido por su exterior, que sólo se identifica con su imagen y cuya estima es resultado de la aprobación de la mirada social.
En las próximas entradas hablaré del dinero y el tiempo….

16 de octubre de 2014

Insatisfacción relacional

Desde pequeños hemos aprendido a crear lazos, de alguna u otra forma estar o pertenecer a grupos fomenta nuestra seguridad, estima, y desarrolla valores compartidos. En la adolescencia y adultez la búsqueda del placer, el amor, y  la compañía se torna en un deseo, sueño y meta para la mayoría de las personas. Influenciados quizás en la realización personal a través de la creación de una familia o estabilidad emocional mediante una pareja, los individuos se embarcan en una seguidilla de amoríos que generalmente terminan por similares circunstancias.
Culturalmente nos han enseñado a necesitar, a creer en la fantasía de que “sin el otro no podemos vivir” y nos enrollamos en conversaciones internas que nos genera malestar, ansiedad, angustia, incluso depresión o síntomas físicos como insomnio, gastritis, colitis, entre otros.
Creamos imágenes de nuestro día sin esa persona “especial”, ¿Qué sería de nosotros? ¿Cómo podríamos vivir sin que nos toque o bese? ¿Cómo soportaríamos que construya su vida con alguien más? Y sin cabal consciencia erigimos la relación desde un futuro de pérdida elaborado en un presente predictivo. A fuerza de razón sabemos lo que sucederá. Sufrimos porque el amor es sufrir. Amar es perder. Los vínculos tienen fecha de caducidad. La pasión se agota. La rutina desgasta todo.
Tejemos un mundo paralelo al real y lo dramático es que habitamos en ese, no en el otro. Dado que lo real es franquicia de nuestros pensamientos. Cada pensamiento es energía que se materializa por obra de nuestras acciones en un tiempo por venir.
¿Por qué tanto caos? ¿Desde dónde partimos para inventariar en  nuestras historias  tantos fracasos y abandonos? ¿A quienes somos fieles con nuestra fatalidad?
Somos ovejas de un rebaño entrenado con sutileza en la dependencia y apego. Desde los tres años los límites a nuestra independencia personal se condicionan con el suministro del amor. “Si dices tal o cual cosa no te querré más”. “Si haces eso nadie te va querer” “Si te comportas así voy a quererte menos”

14 de octubre de 2014

Los personajes del Ego



Los seres humanos nos hemos olvidado de la premisa más importante de todas, tal vez de la única que traemos al nacer: SER LO QUE SOMOS –AMAR LO QUE SOMOS – CONFIAR EN QUIENES SOMOS. Desde nuestro nacimiento nos vestimos con el EGO, un gran ilusionista, que nos parlotea en todos los idiomas y con todas las voces y nos aleja del centro
Descentralizados vamos perdiendo equilibrio, y para poder andar; nos apoyamos en los límites que desde la infancia nuestros padres hubieron de ponernos, esos que fueron condicionando el amor.  “Si haces tal cosa no te quiero más”, “ Si lloras me enojo”, “ Si gritas no te doy más cariño”, " y si esto  o aquello… EL AMOR SE TERMINABA.
Hicimos concesiones, necesitábamos que alguien se encargara de nosotros. Al principio los padres, luego abuelos, maestros, primos, amigos, parejas, empleadores, sacerdotes…  BASTONES… nos convertimos en imbéciles ( del latín IMBECILLIS – BECILLIS es el diminutivo de BACULLUM ( BASTON) que necesita bastones para andar) imbéciles emocionales, cedimos poder, que otros se encarguen de nosotros, de hacer lo que nos podemos, no somos capaces, no sabemos… y empezamos a crear personajes para mantener la transacción.
Las mujeres nos volvimos sumisas, – no resistas, lo hicimos – empezamos a complacer  hacia fuera, a callar las necesidades,  a pretender ser buenas esposas – madres, a basar la realización personal en las expectativas de los otros; es hora de arrancar el cemento de nuestras caretas y entrar en contacto con  la  divinidad que portamos; con la calidad de nuestra esencia
La verdadera humildad radica en no esconder lo que somos.
Como mujeres fuimos sometidas, inmersas en un sistema machista que anulo el poder femenino por el gran poder que representaba, nos relegaron a un segundo plano, y nos acostumbramos a creer en el papel de la historia aporta a la mujer. Renacer, arrancarnos las cadenas, la opresión del enemigo interno, es fundamental para dejar de ser FUERZA y volver a ser PODER.
¿Te atreves a despertar?

6 de octubre de 2014

Hacer-nos- Humanos


Me disculpo. Me justifico. Me arrepiento. Me castigo. Explico. Refuerzo. Inicio. Horas, días, estaciones, etapas, relaciones, trabajos, momentos, situaciones. Inicio. Vínculos desde adentro hacia afuera. Aunque a veces crea que son de afuera hacia adentro. Recomienzo. El objetivo: no descarrilar, caminar en fila india persiguiendo -como el burro a la zanahoria – creencias heredades, juicios inmortalizados acerca de cómo son las cosas. Resultado: errores, caídas repentinas, pasos hacia atrás, hacia el costado, hacia algún lado. Culpa, pena, rechazo. Diéresis mal ubicadas.Las hiedras del debería del pretérito pluscuamperfecto azotan. La realidad emerge no hay perfección en mí más que la olvidada. 
Rasguño. Grito. Aúllo. Siento. Reacciono. Exploto. Imploro. Me guardo entre los dientes de la ira. Me acuno en los brazos de la tristeza. Me vuelvo eco en la garganta de la soledad.  Camino a veces a la defensiva. Y me topo con un espejo de agua como el Narciso, me asomo y me veo… mitad hembra, mitad niña … mitad naturaleza, mitad cultura.
Entiendo.
No me perdones.
Estoy en un proceso evolutivo.