Me disculpo. Me justifico. Me arrepiento. Me castigo. Explico. Refuerzo. Inicio. Horas, días, estaciones, etapas, relaciones, trabajos, momentos, situaciones. Inicio. Vínculos desde adentro hacia afuera. Aunque a veces crea que son de afuera hacia adentro. Recomienzo. El objetivo: no descarrilar, caminar en fila india persiguiendo -como el burro a la zanahoria – creencias heredades, juicios inmortalizados acerca de cómo son las cosas. Resultado: errores, caídas repentinas, pasos hacia atrás, hacia el costado, hacia algún lado. Culpa, pena, rechazo. Diéresis mal ubicadas.Las hiedras del debería del pretérito pluscuamperfecto azotan. La realidad emerge no hay perfección en mí más que la olvidada.
Rasguño. Grito. Aúllo. Siento. Reacciono. Exploto. Imploro. Me guardo entre los dientes de la ira. Me acuno en los brazos de la tristeza. Me vuelvo eco en la garganta de la soledad. Camino a veces a la defensiva. Y me topo con un espejo de agua como el Narciso, me asomo y me veo… mitad hembra, mitad niña … mitad naturaleza, mitad cultura.
Entiendo.
No me perdones.
Estoy en un proceso evolutivo.

Ser humanos es despertar a quienes somos; no a lo que nos dijeron que éramos o debemos ser. Arrancarnos las cadenas de la domesticación preparada para hacernos profesar fe en el sufrimiento, la violencia, la infelicidad, en lo correcto, en la dependencia.
Correr el riesgo de cortar los hilos de la marioneta que hasta ahora venimos siendo y fomentar la libertad personal. Ser auténticamente uno. Solo eso – que ya es demasiado-. Dejar de reprimir, inventar, aparentar.
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