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14 de septiembre de 2016

Hoy hace 46 años


Hace cuarenta y seis años me abría a la vida.
Después del encuentro de un espermatozoide y un óvulo...
...después de sus largas disertaciones, de sus acuerdos, del intercambio de  información, ...después de la aportación de la dote de 33 cromosomas por parte de cada quién...
...  después de que todo un sistema social familiar lo decidiera; ...en vísperas de la primavera...en horas de luto del pasado...
... después de que los portadores de esas células coincidieran;...
... después del olvido, después de la renuncia...de la mala suerte... de la inocencia perdida.. de la injusticia...
YO dejaba de ser sólo espíritu eterno para adquirir un alma y una forma finita y constreñida en la existencia de una geografía desconocida llamada hembra; mujer, madre...

Adquiría un nueva entidad. Una categoría humana. Mi primer etiqueta. 
Me enraizaba como un minúsculo huevo humano en los recónditos espacios materno y navegaba como un polizón en busca de la tierra prometida...el útero ... 
... que como una mano bondadosa me recibió en mi caída libre y de espaldas, dando sentido a la confianza primera.

Por telepatía cósmica; las voces de todos mis antepasados llegaban en caudales de grandes murmullos hasta mí;  a la vez que las memorias de ese órgano- casa me narraba las historias de otros huevos. Vivencia de inquilinos. Vivencias de vecinos. Experiencias de otras vidas que se habían dado camino a la existencia en otros espacios de tiempo; con otros personajes. 

Así me  adentraba como la tinta que se escurre  en un papel secante, a una historia singular, ajena y a la vez propia de una familia que gestionó la fertilidad para que yo aceptara  llegar a cumplir una misión; la que ellos no habían podido alcanzar...

Como una esponja absorbía todo el contenido del exterior y lo incorporaba como propio, como si estuviera por irme de viaje y  preparaba la mochila con recursos útiles para la próxima escena.






21 de julio de 2016

La pretensión ....una careta actual

Dicen los que saben que todo está descubierto, que nada es nuevo en la viña del señor, sin embargo, juzgo, que en la actualidad, está emergiendo una patología conyuntural muy apropiada a la velocidad con la que nos manejamos y nos hemos adaptado a vivir.
Hablo del SER PRETENSIOSO. Este virus cultural hace caldo de cultivo en las redes sociales, desde ahí se reproduce, multiplica y expande, desde las más usuales a las más modernas. Creo que la raíz está en el libro de vida que todos - la mayoría - nos hemos acostumbrado a escribir en forma cotidiana como un necesidad similar a la primera orina: FACEBOOK. 
Observando los muros linderos,  puedo apreciar con sorpresa la gran cantidad de seres humanos felices, abundantes, honrrados y agradecidos que me rodean y lo muy lejos que  están de formar la minoría a la que adhiero  de seres mortales de vidas corrientes.
Están los felices a tiempo completo, los desdichados discriminadores de felicidad, y los justicieros - los que más molestan porque de una u otra forma evidencian lo que los demás no se atreven a decir.
Me quedo pensando ¿Por qué dan miedo las emociones? ¿Por qué el enojo parece ser una mala costumbre? ¿Por qué se confunde un reclamo como una queja? ¿Por qué se pretende vivir en un mundo monocromatico color rosa
De vez en tanto cuando pretendo que mi muro sea algo más que el  puestito del mercader de venecia y tomo la osadía de expresarme, muchos juzgan con altiva sopresa la descarada queja que entre mis dedos asoma o la lengua coloquial sudada de reclamo.
Está fuera de moda ser UNO MISMO. Hoy se busca SER  lo que los demás prefieren, exigen, pretende, o simplemente lo que es  politicamente correcto.
Sonrisa, benevolencia, calma similar a la que precede un huracán, pero si se corta la conexión, el mundo no sigue siendo una bolita dulce, allá afuera es una bola de carne, mierda y muerte. ¿Cómo puede ser si hay tantos felices a tiempo completo?

La pretensión dista de la ambición, del deseo, del anhelo, se acerca la fachada de mostrarnos como algo que no somos. Expresar lo que la regla del marketing social legitima como exitoso, y las migajas de la humanidad vencidas a dar por culo; porque nadie quiere tener nada que ver con la bronca, la escacez, la injusticia, la tristeza o cualquier forma no bonita de la vida. Como si la vida fuese algo totalmente distinto a nosotros mismos. 
Escaparnos de lo que nos constituye nos transforma automaticamente en alguien ajeno a nosotros mismos. Al producto de una APP que podemos descargar y usar, pero ¿Qué nos perdemos? 
La oportunidad de vivirnos en libertad, de conectar con la emoción que fluye por la sangre y sobre todo de limpiar espacios para higienizar nuestro corazón. El cerebro es tan vanidoso y soberbio  nos engaña a través de los sentidos; acomoda la realidad a las creencias que tejimos y así se crea su zona de seguridad para actuar; y cuando alguien comete el error de salirse de la norma, CHACATE, machete, mensajes moralizadores, la voz del DEBER SER.... palabras tranquilizadoras para que entre en quietud la ebullición de la miseria personal. El mundo está hecho de vencedores y vencidos. Hoy las redes solo atrapan a los primeros, los últimos los de mi rango, andamos a la deriba, naufragos de una libertad incompetente con las reglas del sistema. Disculpen, yo si lloro, me enojo, me rio, insulto, amo y puteo, no discrimino lo que puedo sentir o no, porque no racionalizo las emociones, me pegan en el hígado y las dejo murmurar dentro mío, hasta que se extinguen. Y por vivirme así tengo más bálsamo que luchas internas, menos fans, pocos amigos y algunos hermanos. 


1 de abril de 2016

Nuestro Origen. Nuestro presente.



El punto de partida determina nuestro presente. Cada paso inicial nos lleva a dónde estamos parados hoy. Lo mismo sucedió con nuestra concepción y nacimiento. Somos resultado de lo que otros pensaron: de mamá y papá. 
Ellos nos formaron en sus cabezas y nos materializaron en el acto de la danza contorneante del óvulo que se muestra deseoso de ser fecundado y la jauría de espermatozoides que taladran la delgada menbrana hasta conquistarlo.
Pero ¿ Qué hay entre el óvulo y el espermatozoide? ¿Qué gestiona que la fecundación sea factible? Es mucho más que cálculos exactos. Que matemáticas perfectas. Óvulo +Espermatozoide no siempre da lugar a la vida.

¿Qué trata el taller VOLVER A NACER Y CURAR HERIDAS EMOCIONALES DE LA INFANCIA? ¿Se puede volver a nacer sin morir? ¿Se nace una vez o todos los días? ¿Qué heridas tengo si tuve una infancia feliz?

VOLVER A NACER Y CURAR HERIDAS EMOCIONALES DE LA INFANCIA es un taller que busca adentrarnos en las memorias de los tiempo de nuestra primera existencia, en la anidación en la tierra fértil del útero y el resto del camino recorrido.

23 de septiembre de 2015

Qué es ser hijo por sustitución?

 
El psicoanalista francés Márc Fréchet alguna vez señaló: “todo hijo es resultado de un idea preconcebida aún antes de ser concebido, ningún niño nace sin un “para qué”, el sentido de procrear la vida está sustentado en el deseo inconsciente de los padres. Según sus palabras nacemos porque mamá y papá tienen algo que resolver, dicho de otro modo, responder a un ¿para qué? Entonces se puede parir para crear una familia, para prolongar nuestra existencia a través de los niños, para materializar el amor, para solucionar los conflictos de pareja, para no estar solos en la vejez, para cumplir con lo esperado, para darle gusto a los abuelos, para realizarnos como personas, para tener un amor único y eterno, etc.

14 de septiembre de 2015

El destino Familiar


Lo creas o no. Lo sepas o lo ignores. Lo hagas consciente o pase desapercibido; todos los seres humanos desde el momento de la concepción comenzamos a absorber la historia de nuestro linaje familiar al que pretendes pertenecer al nacer. Antes se creía que llegábamos a esta vida como una tabla rasa, limpios, puros, intactos. Sin embargo, los avances en médico muestran día a día, que la vida fetal es un proceso de percepción de todas las emociones y experiencias que vivencia nuestra madre y el medio ambiente en el que se mueve.
No sólo grabamos si mira mucha televisión o escucha cual o tal cantante o si es una angurrienta del chocolate; las peleas con papá, los sentimientos de rechazo, sensaciones de abandono con causa real o simbólica, también se inscriben en nuestra conciencia, y al nacer: nacemos con todo lo proyectado y vivido en la vida intrauterina. Quizás puede parecer anecdótico pero mucho de lo experimentado en esos 9 meses van a influir en el resto de nuestras vidas; puesto que nuestros padres, abuelos, tíos, primos, hermanos; contribuyeron con sus designios a crear parte del destino que tendremos, a lo que llamaremos: destino familiar. En alusión a las predicciones, limitaciones, deseos, y temores de los miembros de la familia. Será abogado como el abuelo, tendrá muchos novios como la tía Teodora, o sentirá miedo por ser único hijo, son dichos inocentes que se adentran en nuestro inconsciente y se expresan como verdades. 
El árbol genealógico es un organismo vivo que nos precede y se impone. Crea un contexto en el que nacemos, con una misión – que ignoramos a nivel consciente – pero que por fidelidad a la sangre cumpliremos sin chistar – o quizás chistando – pero lo haremos para no deshonrar al clan. Esta lealtad invisible, tan fuerte, única y poderosa es la creadora de los lazos trans-generacionales que nos habitan y que explican las afinidades que solemos tener con uno o varios miembros de la familia. Actuamos de acuerdo a las necesidades impuestas, a las creencias que nos compartieron como verdades, y repetimos sin observarlo las historias de otros. 
¿Cuántas veces criticamos a la tía o la abuela por algo que no supo resolver y luego nosotros hacemos lo mismo? ¿Cuántas veces nos atrevimos a decir a mí eso no me pasaría y al tiempo estamos en la misma situación? Como una burla gigantesca la sombra del árbol, tarde o temprano nos alcanza, y nos impone a seguir de acuerdo a sus intereses. Cuando queremos torcer por nuestra propia voluntad el camino trazado, el árbol se queja, grita, resuena. Nos pone trabas, enfermedades, accidentes, desordenes amorosos. Y nos preguntamos ¿por qué? Porque ciertamente tu terquedad está relacionada con la necesidad de protegernos. Y teme que si hacemos algo diferente podamos crear un dolor que desequilibre a todo el clan.
Sin embargo, y mucho más en la actualidad, con la inmensa posibilidad que la vida nos pone en el camino del autoconocimiento, las personas traicionan el destino establecido porque toman conciencia de lo que NO quieren para sus vidas, y se arriesgan por eso que SI anhelan. Pero esta evolución que en apariencia es una bofetada a las raíces, representa una sanación general. Porque renunciar al destino impuesto implica romper con la identidad asignada y crear la verdadera, la genuina para realizar nuestro destino personal.
Sanamos el árbol cuando nos vivimos auténticamente como somos. Muchas veces la experiencia nos dice que a veces para ganar hay que estar dispuesto a perder. ¿ y tú traicionarías la fe de tu familia para lograr el desafío de ser tu mismo?




9 de septiembre de 2015

AmorES imposibles

No me gustaban, no los había probado, hasta que sin querer – queriendo- me adentre a su magia intacta…y emparejarnos con lo imposible le da un matiz especial a la vida… es como caminar de la vereda de enfrente y a la vez estar del otro lado… Ser testigo de la inmensa admiración, sin que el otro se inquiete por el sigilosos suspiro que su humanidad cotidiana despierta.
Me gustan los amores imposibles, porque tienen un código especial y no pasan de moda, no sucumben a la rutina, y un instante en ellos es vivido como eternidad hasta el próximo encuentro…
Adoro los amores imposibles… porque son tan cercanos, certeros, e inocentes como un rostro desprovisto de ego… se dejan acariciar por palabras generales, y no necesitan de un algo espacial para regocijarse en el perfume de la alegría…

¿Cuántos amores imposibles suma tu vida? Recuerdo que la abuela una vez me contó del suyo, hasta los últimos años de su vida lo recordó, y creo que por no ser consumidos se quedan en la memoria para siempre.
Jodorowsky dice “mientras hay memoria no hay olvido”, ¿ será que el amor de la nona se vive en el mío? ¿Cuántos amores desordenados hay en tu vida?

La psicosomática familiar sostiene que los desórdenes amorosos están íntimamente ligados con la herencia de los ancestros. ¿Amores imposibles? ¿Edipos y Electras no resueltos? ¿Modelos identificatorios paralizados?

Si quieres aprender más, te invito a participar del taller transgeneracional que  se dictará en la ciudad de México, los días 25 y 26 de septiembre.

19 de agosto de 2015

¿Qué es el ego?

Solemos decir “Tiene un ego”… como queriendo decir mucho más que eso; implica que es demasiado grande, exacerbado, extremista, o un excesivo amor propio. Identificamos el ego con algo que se ostenta. Tiene un ego es similar a tiene un perro, una casa, un auto, un libro; y sin embargo, obedecen a estructuras de pensamiento diferentes. El caso de ser poseedor habla de un sujeto y un objeto; pero en relación al ego, la expresión es insostenible dado que sujeto y ego se involucran. Cuando hablamos de ego no podemos hablar de algo diferente a quién lo identifica. El ego es la identidad que tomamos a la hora de nacer. Es la energía que nos separa de los otros, nos individualiza, nos hacer diferentes. Es nuestro Pepe Grillo que nos direcciona, empodera, traiciona, nos hace fracasar, cometer errores, volvernos narcisista, pedante, austeros, miserables, impropios, arrogantes, víctimas, sumisos. Es la falsa identidad con la que generamos empatía, nos acostumbramos a andar, nos dicen que somos, nos decimos que somos, y defendemos a sol y a sombra. Es un yo artificial creado por la familia, el contexto social, la cultura, es un máscara que nos ponemos para andar por la vida y no defraudar a nadie.
Es un YO con estímulos ajenos, un títere manejado por un contexto inmenso que precede y del que emerge, sin cuestionarse su origen. Sin embargo, detrás de esa cáscara- anida la esencia – esa fuera creadora íntimamente relacionada con la CONSCIENCIA del universo, con la inteligencia divina de la cual somos imagen y semejanza. Digo CONSCIENCIA para diferenciar de CONCIENCIA que alude a los procesos de nuestro cerebro cognitivo, y CONSCIENCIA lo reservo para la magia o conexión con la fuente, la vida, la energía espiritual que nos trasciende.

¿Cuál es el problema del ego?
El ego tiene muchos problemas pero que pueden resumirse en uno solo: la comparación. Mientras la Reina preguntaba en el cuento de Blancanieves… “¿espejito, espejito, quién es la más hermosa del reinado? Y el espejito respondía – Tú mi reina-, no había problema alguno; pero cuando la respuesta fue contraria a la voluntad de los oídos que la aclamaban, apareció el terror; otra mujer “más hermosa,” y el ego en nuestros cuentos cotidianos siempre nos lleva a vivir en comparación, y por lo tanto en detrimento de nosotros mismos; y en el miedo a ser rechazados por no ser suficientes.
El ego es una fuerza que nos impulsa a victimizarnos porque siempre estamos parados en la excesiva auto indulgencia o perfeccionismo. Nunca para el ego lo que hacemos es suficiente o por el contrario no podemos hacer nada. Nos invita a pararnos en extremos que nos llevan irrefutablemente al abandono de lo que creemos que queremos para nuestras vidas.
El ego nos conecta con la fuerza, con la disposición corporal mental de estar todo el tiempo a la expectativa, a la defensiva. En el continuo estrés de tener todo bajo control, no hay posibilidad para descubrir que hay algo más en el fondo.

El ego es un constante demandante, queremos saber más, tener todas las respuestas, nunca perder (ego intelectual), queremos ser jóvenes eternamente, detener el tiempo, ignorar el paso de la vida, nos sometemos a dietas extremas, ejercicios extremos, cirugías (ego material), queremos amar, ser amados, y amar más, ser únicos, los más importantes, los más recordados, los inolvidables (ego emocional), queremos seducir, atraer, conquistar, crear, poseer (ego libidinal).
¿Qué podemos hacer? Aprender a equilibrar esta energía que somos, educarla, vivenciándonos en el poder que realmente tenemos. El poder creador. Dejar de asistir a la reacción y a la fuerza como un medio para sobrevivir, y fluir sin resistencias en una plena rendición que implica la completa aceptación de lo que tenga que ser. Es decir, aprender a soltar el deseo de un resultado, no apegarnos a la expectativa de lo que podría acontecer, sino por el contrario mudarnos al aquí y ahora.
Si aprendemos a vivir el único momento posible que es el presente, el ego aprenderá a ser respetuoso y menos temeroso. Ya no se comparará con lo que sucedió en el pasado o podría suceder en el futuro. La raíz de nuestras inseguridades está en compararnos y vivir a destiempo.
El ego puede ser nuestro aliado. Hasta ahora ha sido la respuesta a nuestro particular tipo de conciencia. Si elevamos la conciencia, el ego será un alumnos aplicado.