21 de julio de 2016

La pretensión ....una careta actual

Dicen los que saben que todo está descubierto, que nada es nuevo en la viña del señor, sin embargo, juzgo, que en la actualidad, está emergiendo una patología conyuntural muy apropiada a la velocidad con la que nos manejamos y nos hemos adaptado a vivir.
Hablo del SER PRETENSIOSO. Este virus cultural hace caldo de cultivo en las redes sociales, desde ahí se reproduce, multiplica y expande, desde las más usuales a las más modernas. Creo que la raíz está en el libro de vida que todos - la mayoría - nos hemos acostumbrado a escribir en forma cotidiana como un necesidad similar a la primera orina: FACEBOOK. 
Observando los muros linderos,  puedo apreciar con sorpresa la gran cantidad de seres humanos felices, abundantes, honrrados y agradecidos que me rodean y lo muy lejos que  están de formar la minoría a la que adhiero  de seres mortales de vidas corrientes.
Están los felices a tiempo completo, los desdichados discriminadores de felicidad, y los justicieros - los que más molestan porque de una u otra forma evidencian lo que los demás no se atreven a decir.
Me quedo pensando ¿Por qué dan miedo las emociones? ¿Por qué el enojo parece ser una mala costumbre? ¿Por qué se confunde un reclamo como una queja? ¿Por qué se pretende vivir en un mundo monocromatico color rosa
De vez en tanto cuando pretendo que mi muro sea algo más que el  puestito del mercader de venecia y tomo la osadía de expresarme, muchos juzgan con altiva sopresa la descarada queja que entre mis dedos asoma o la lengua coloquial sudada de reclamo.
Está fuera de moda ser UNO MISMO. Hoy se busca SER  lo que los demás prefieren, exigen, pretende, o simplemente lo que es  politicamente correcto.
Sonrisa, benevolencia, calma similar a la que precede un huracán, pero si se corta la conexión, el mundo no sigue siendo una bolita dulce, allá afuera es una bola de carne, mierda y muerte. ¿Cómo puede ser si hay tantos felices a tiempo completo?

La pretensión dista de la ambición, del deseo, del anhelo, se acerca la fachada de mostrarnos como algo que no somos. Expresar lo que la regla del marketing social legitima como exitoso, y las migajas de la humanidad vencidas a dar por culo; porque nadie quiere tener nada que ver con la bronca, la escacez, la injusticia, la tristeza o cualquier forma no bonita de la vida. Como si la vida fuese algo totalmente distinto a nosotros mismos. 
Escaparnos de lo que nos constituye nos transforma automaticamente en alguien ajeno a nosotros mismos. Al producto de una APP que podemos descargar y usar, pero ¿Qué nos perdemos? 
La oportunidad de vivirnos en libertad, de conectar con la emoción que fluye por la sangre y sobre todo de limpiar espacios para higienizar nuestro corazón. El cerebro es tan vanidoso y soberbio  nos engaña a través de los sentidos; acomoda la realidad a las creencias que tejimos y así se crea su zona de seguridad para actuar; y cuando alguien comete el error de salirse de la norma, CHACATE, machete, mensajes moralizadores, la voz del DEBER SER.... palabras tranquilizadoras para que entre en quietud la ebullición de la miseria personal. El mundo está hecho de vencedores y vencidos. Hoy las redes solo atrapan a los primeros, los últimos los de mi rango, andamos a la deriba, naufragos de una libertad incompetente con las reglas del sistema. Disculpen, yo si lloro, me enojo, me rio, insulto, amo y puteo, no discrimino lo que puedo sentir o no, porque no racionalizo las emociones, me pegan en el hígado y las dejo murmurar dentro mío, hasta que se extinguen. Y por vivirme así tengo más bálsamo que luchas internas, menos fans, pocos amigos y algunos hermanos. 


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