22 de julio de 2014

Yo soy una tía PANK

 En el mundo somos 23 millones de tías PANK (professional aunt no kids) “Tías profesionales sin hijos,” mujeres que han elegido el camino de la carrera y han postergado la maternidad y el matrimonio para más adelante o –para otra vida- mi caso. Somos solteras por convicción, con éxito profesional, amantes de lo que hacemos, con poder adquisitivo suficiente para malcriar a los monstruitos sobrinos que el diablo nos dio.
El aspecto adolescente de las PANK permite que la relación tía-sobrino sea de mayor libertad, honestidad y comunicación emocional. A partir de ese punto, el adulto en cuestión puede apoyar a desarticular creencias culturales arraigadas en el seno familiar.
La idea de no “necesitar” de un “Otro” para estar y ser plenas, constituye una imagen materna buena onda en la que se puede confiar cosas que tal vez a los padres resulta difícil confesar.
Como sobrino o ahijado tener una pank en la familia, es sinónimo de  equipo de rescate que hará lo necesario para resolver las urgencias.


Gastadoras compulsivas se enrolan fácilmente en todo lo que al pequeño pueda satisfacerlo, aunque sea por un rato y ya se han convertido en el sector al que van dirigido las promociones y ofertas de ropa, juguetes, viajes y tecnología.

Se sienten plenas de no llevar un marido acuesta, dicen “Sí” a los sobrinos, pero a determinadas horas del día, le bajan la cortina para entretenerse con sus asuntos personales y conquistas amorosas.
Como tía Pank de Joaquín ( Pappo)  he aprendido a jugar al apocalipsis zombie, hemos corridos hasta sudar la peluca ( cabeza) y he limpiado caca de perro embarrada en sus piernas de popotito.  Nos auto- lllamamos adictos a las selfie y solemos tener pláticas motivacionales o reflexivas acerca de la vida.
Cuando lo miro no veo a un niño, sino a  una persona de 8 años que  crecerá y tendrá que aprender a experimentar muchas cosas – incluso las que llamamos feas- y mi aporte radica en brindarle herramientas para que sea un individuo feliz, abundante y satisfecho.
Le quisiera ahorrar mucho sufrimiento que surge de las interpretaciones que vamos andando mientras nos desarrollamos, o quitarle a manotazos los miedos de ver tan gigante la realidad y contar con pocos recursos, pero sé que es un imposible…. no obstante sabe que siempre estaré para “darle una mano” y como dice él: Hoppe tío…

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