6 de marzo de 2014

La importancia de nuestra propia mirada

bebe superman
¿Te has puesto ha pensar que la imagen que tienes respecto de ti misma influye en tus resultados? Esa particular forma de percibirte y de creer como eres percibida impacta radicalmente en las acciones de tu vida. La auto-imagen es el esquema que nuestro subconsciente tiene sobre nosotros mismos que afecta en forma directa sobre nuestra personalidad, conductas, reacciones, comportamientos. Fue forjada desde la infancia, a través de los comentarios recibidos por nuestros padres, maestros, cuidadores, familiares y amigos. Es la recolección de información de nuestras experiencias.  Es la fe que le pusimos a las palabras de otros.



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Recuerdo que cuando tenía 12 años, mi maestra de matemáticas le dijo a mi mamá que no podría seguir el secundario porque no era buena para el estudio; que mejor me anotara en un curso de corte y confección. Mi madre hizo caso omiso y inscribió en una secundaria exigente y salí airosa de la experiencia; sin embargo, el juicio de esa maestra calo en mi propia imagen, tan así que desarrolle mi intelecto y deje a un lado las actividades manuales – excepto la pintura- y frente a cualquier esfuerzo matemático – por mínimo que sea- lo encargo a otro. Sigo luego de 30 años afirmando y consolidando la idea de que no soy buena para matemáticas. Esta limitación en mi vida particular no me genero obstáculos pues me incline hacia las letras, mi mundo tiene más palabras que números, pero ¿ cuántas veces las interpretaciones de otro nos afectan tanto hasta hacernos desaparecer? En este punto, quiero resaltar dos mecanismos a menudo utilizamos para que el buen nombre adquirido a fuerza de trabajo, entrega, y re diseño de actitudes no se vea afectado. Es cuando sabemos que crecimos, que logramos grandes tramos, nos sentimos orgullosos, recordamos el ayer y -también- somos crítico con eso, olvidando que las experiencias negativas nos forjaron en la persona que somos, que sin ellas seguramente no hubiéramos tenido la necesidad de cambiar – un extraño se aproxima (pareja, amigos, compañeros de trabajo, alumnos, jefes) y juzga, inventa, calumnia nuestro comportamiento, y el filo del ayer nos sacude y empezamos a defendernos no de lo que ocurre sino de lo que ocurrió.Es decir, traemos a la realidad objetiva, la realidad subjetiva, y nos enfadamos, no por lo que nos dicen del ahora, sino porque lo que nos dicen nos recuerda algo no aceptado del ayer.  Y para salvaguardar la “imagen que nosotros tenemos sobre nosotros” AGRADAMOS y REPRIMIMOS. 
mujer-felizHacemos muchas cosas que tal vez ni estamos de acuerdo para que no juzguen que somos malos, delicados, complicados, necios o testaduros ( tú ponle la palabra que más coincida con vos); cambiamos los hábitos para ser aceptados, para librarnos de un juzgamiento injusto, entregamos nuestro poder personal, nos sometemos y terminamos en definitiva “reprimiendo” el ser que somos; nuestros gustos, ideas, sentimientos – sobre todo los que proyectan displacer como la ira o la tristeza-.
Agradamos hacia los terceros y reprimimos hacia nosotros. ¿No te parece un precio demasiado alto? La respuesta es: SI!! y el mecanismo para resolverlo es simple, empezar a ser coherentes emocionalmente. Correr el riesgo de sentir SI, pensar SI y hacer SI,  o de sentir NO, pensar NO y hacer NO. Esa simplicidad a menudo tan compleja de alcanzar fortalecerá nuestra imagen personal y nos mantendrá ligeros en el camino.

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