4 de enero de 2024

¿Qué tal va 2024?

Con la misma ansiedad que tenemos los argentinos de que las cosas con un nuevo gobierno cambien de la noche a la mañana, así muchos detractores y lastimados del 2023, iniciamos 2024. Ya siendo 4 de enero con desconfianza decimos "este año tiene un tufillo a 2023"... y lo cierto es que en realidad cambiamos sólo de número! o de par de zapatos, pero los hongos los arrastramos. El punto es "atacar a los hongos." Con el pie de atleta vas a la farmacia y encontramos una solución, con otros patógenos de la vida puede ser un poco más complicado, no obstante siempre habrá una solución. Me refiero con "patógenos" a las situaciones que han surgido en años anteriores y seguimos pateando en esta. Desde relaciones, casos fortuitos, conflictos familiares, encuentros tardíos, heridas emocionales, vacío existencial, todo aquello que es una piedra en el camino hacia nuestros sueños. 

Para no desilusionarnos del nuevo año, es importante empezar a ponerle algunos ingredientes que el anterior ya había consumido; un tanto de esperanza, mentalidad objetiva, cuestionamiento de nuestros propios pensamientos, actitud hacia el cambio y la estrella de todo el merengue: ACEPTACIÓN.

Necesitamos hacerle entender a nuestro niño interior que estamos en una película que se llama VIDA y que tiene un guión propio, incluso cuando podamos ser co-autores con ella. 

Habrá muchas cosas que se nos salga de las manos, deseos insatisfechos, preguntas molestas, injusticias repetidas, pérdidas significativas, dolores imprevistos, decepciones recurrentes y todos estos viajeros espaciales estarán presente y de paso en nuestra corta ruta hacia la nada; por eso es mejor madrugar para que Dios nos ayude, aunque no por mucho madrugar amanezca más temprano. La vida, señoras y señores, es un constante amanecer al que estamos invitados a jugar si entendemos las reglas que nadie nos conto.

¿Entonces? 

ACEPTACIÓN es la clave, liberación, soltar, reprogramar, volver a empezar, desafiarnos, indagar, experimentar, correr el riesgo y saber que aún dando lo mejor siempre habrá una pérdida, un cambio, una transformación, porque estamos en un río en el que NADA ES 2 VECES LO MISMO.

PD: De repente me siento muy optimista, asomo la cabeza, siento que la abrumadora tristeza se fue, pero no, de reojos me veo en el traslúcido del vidrio sucio y se me pianta un lagrimón.



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