18 de febrero de 2020

¿Qué hay en mí que necesito liberar?


¿Qué hay a tu alrededor?
¿Qué cosas te duelen?
¿Qué realidad asoma ante tus ojos?
¿Qué ves cuando ves?
La física cuántica explica desde un sillón de culos científicos que la realidad no es lo que es, sino lo que nosotros mismos creamos a partir de nuestras proyecciones. Nosotros tenemos tantas realidades, como observadores somos en el mundo. Por tanto hay realidades que ni siquiera tocan a la puerta de la tuya por que no tienes ni un reglón de creencias al respecto, no tienes datos que puedan formar esa realidad fuera de tu unidad biológica y otras realidades que se repiten, y repiten como el día de la marmota; y que además compartes con otros observadores cercanos. Para esas vivencias tienes un cúmulo de creencias, datos, información subconsciente. Qué el amor no es para siempre es una realidad de los que tienen memorias acorde con ello, que la vida es puro sufrimiento es la memoria que guarda prácticamente todo el planeta tierra, que la vida es un sin fin de conflictos,  que muchas personas son una mierda, etc... ya me entiendes, verdad?... Es que todos formamos parte del todo. Incluso cuando creamos que no, si eso está en nuestras vidas, eso tiene que ver con nosotros, no de forma literal, no recíproco, sino por los mismos virus de la matrix, hemos dejado entrar a nuestro sistema cuerpo/mente esos parásitos y por eso vemos lo que vemos y cómo lo que vemos nos hace daño, entonces la pregunta sería ¿qué hay en mí que necesito liberar?
Y la respuesta es infinita, e incluso tan fresca como: NI PUTA IDEA, porque en verdad no conocemos la infinidad de memorias compartidas con los ancestros, los contemporáneos,  y la globalización... woww hemos llegado a la globalización por esos las memorias se agitan más y más, porque ya somos más que un pueblito o comunidad compartiendo, ahora somos millones de seres energéticamente enlazados compartiendo y conviviendo en memorias.
¿Qué hay en mí que necesito liberar?
A veces la mente racional responde, y a razón de verdad como dirá mi gran maestro Enric Corbera, nada de lo que decimos es verdad... sorry?... la mente no tiene idea de nada, ¿cómo podría saber lo que ocurre si está repleta de datos falsos? ¿ de programas de supervivencia del pasado, que lo único que hacen es comprometer nuestra habilidad para responder?
Por lo tanto, lo único que podemos más o menos tener en cuenta son los sentimientos, es decir la forma en que nos sentimos respecto de algo... bienestar o malestar... en eso se resume, y si algo no quita la paz... es porque necesitamos liberarnos de algo que nos genera esa reacción ... nos urge curarnos... y la auto-curación es la curación global... por tanto si queremos en el corazón cambiar la realidad que nuestro ojos ven, la única formula es sanar nuestras memorias que estás proyectando esa película... 
Existen muchos métodos para borrar memorias, para limpiar la mente, para vaciarla de la falsedad, para corregir la mirada, para que la luz de lo divino se propague.
Una sencilla forma es la de aceptar en el interior de nuestro ser que todo lo que pensamos con sentido emocional será manifestado en un futuro; porque constantemente estamos generando futuros potenciales.
Quiero decir con esto que el enojo, el arrebato, la queja, el maltrato, con la razón que encuentres  para activarla o no; crean una posibilidad, un potencial. 
Hacernos responsables no sólo es asumir nuestras obligaciones en las acciones de nuestras vidas, sino entender que lo que consumimos, lo que decimos, lo que pensamos, generan realidades futuras.
La ecología mental es fundamental para crear un mundo amoroso y armonioso, la caridad bien entendida comienza por casa.
Desde lo más pequeño, desde el grito que te ahorres, desde el pensamiento ruin que no pienses, irás cambiando el humor de tu casa, de tu oficina, de tu barrio, de tu ciudad, de tu país, del mundo.
Todos vivimos en la misma casa, y la ensuciamos desde el ego y amigas víctimas; tus constantes desvalorizaciones, tus acuerdos truncos, tus infidelidades, tus ambiguedades, tu falta de palabra, tu autocastigo, multiplicado por millones de seres que actúan igual; generan la realidad que nos desagrada. 
¿Quieres cambiar el mundo? ¿Quieres un mundo feliz? Conviértete en un habitante del planeta feliz.
¿Cómo? Limpia tus memorias. Realiza trabajos de autoconocimiento. Medita. Alinea tus chakras. Armoniza tu central principal. Vive en el presente. Repite en tu mente ALOHA.



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