23 de enero de 2023

La Culpa


La culpa es la capacidad única de limitar el potencial arbitrariamente.Es decir, a través de la culpa vamos cortando el potencial que tenemos en esencia y que desconocemos.

La culpa es un programa de DESVALORIZACIÓN que surge de la PERCEPCIÓN, es decir de la forma de relacionarnos con la vida desde la mente y los sentidos. Así cómo observamos la vida, ahí afuera, así es la vida aquí adentro.Es decir, eso que te acongoja está dentro tuyo, y cómo duele, lo proyectas, lo expulsas al exterior, es como barrer la basura de la casa, sacarla a la puerta y pretender que no es tuya. Esa forma de barrer es la PROYECCIÓN.

SENTIR CULPA es sentir que hemos PECADO. Significa que cometimos un error. Y los errores, en el planeta EGOMANÍA, no son nuestros, son de aquellos.

¿Qué errores sueles proyectar o esconder? La culpa nos lleva a CARGAR CON ALGO…¿Con qué cargas tu? Toda culpa a la vez, como en el mundo, tiene una contraparte el CASTIGO. Si tienes culpa, tienes castigo. Nos castigamos a través de otros o de forma directa. No importa la acción que usemos, da igual. Lo importante es salirnos del CÍRCULO VICIOSO. Culpa/ castigo. 


Mientras tenemos culpa/castigo no hay PAZ.


22 de diciembre de 2022

Nacer a uno mismo

 Hace días leí una frase del escritor Jorge Luis Borges que decía “uno está enamorado cuando ve en el otro a un ser único”. ¿Único de especial? ¿Único de unicidad?

 Si tienes dos o tres talleres de desarrollo humano encima, unos cuántos libros, consumiste videos e hiciste al menos 3 horas de terapias; sabes que la mente nos juega una trampa, y que todo lo que veo y reconozco fuera de mí, para expansión o contracción, ante todo primero vive en mí.

Así que, comprendo que el señor Luis, hablaba de la conciencia de unicidad. El enamoramiento como puente al contacto con uno mismo. Cuando estamos enamoramos vemos en el otro al reflejo del UNO. 

Por eso dicen las malas lenguas, que Jesús reprobó matemáticas, porque insistía en que 1+1= 1 y ni su ego, podía hacerle cambiar de opinión. 

Entonces, pienso, previa existencia que cada vez que amamos a otros lo hacemos desde el amor que está en nosotros y eso explica el carácter tan maravilloso del amor,  podemos amar independientemente de cómo se comporte el otro, de cómo sea, haga o deshaga. Lo que NO confirma que nos quedemos en espacios de toxicidad. Sólo ama a la distancia. 

En vísperas de navidad, podríamos aprovechar el impulso del nacimiento para revivirnos en nosotros mismos y aceptar que somos un tesoro escondido en nuestro cuerpo humano, una piedra valiosa que en sí misma tiene un valor incalculable, incluso cuando nadie pueda reconocerla. Porque lo que eres no brilla a luz de otros, sino a instancia de ti mismo


15 de diciembre de 2022

Cuando el amor… truena

Últimamente parece que el amor dura menos que antes. En el ayer los matrimonios duraban años, décadas, hasta que la muerte física finalmente los separaba. Pero hoy ¿qué sucede?

¿Por qué las relaciones tienen una fecha de caducidad casi inmediata? ¿Por qué dura más una lata de atún que mi reciente intento de noviazgo? ¿Qué anda mal? ¿Será cierto eso de que el tiempo va más de prisa? ¿Qué los días tienen menos de veinticuatro horas? Y ¿Los años menos de trescientos sesenta y cinco días? ¿Atribuyo finales a los repetidos cambios climáticos y de la estratósfera?

Si mi bisabuela, italiana,alegre, decía allá por el 76 “a los hombres no hay que contarles todo” me pregunto ahora ¿esa sería la clave del éxito? 

Por donde miro, siempre hay romances truncos, como las carreras. Y miro siempre por acá, por allá, pero las más veces por acá, bien cerca de mí, y reflexiono, ¿Qué sucede con la vitalidad del amor que vive lo que una mariposa? Yo siento que el amor está en crisis. Quiero decir, los seres humanos en relación al amor de pareja. O tal vez hilando más fino, las mujeres – nosotras – en relación al príncipe azul. Por supuesto que lo de príncipe si es cinismo; por fortuna cada vez son las menos la que creen en esa caricatura del hombre perfecto.

Si nuestras mujeres antepasadas llevaban a cabo la obra maestra del amor eterno – léase eterno como “mientras los miembros de la pareja vivían” ¿Qué nos falta a nosotras? ¡Paciencia! ¡Paciencia! – imagino que dirá algún que otro “abuelito” pero yo creo que más que faltar nos sobra; y no me refiero a la paciencia sino a la voluntad de decir BASTA.

Si bien es cierto que muchas mujeres aun no estan listas para poner el grito en el cielo, las maletas en la puerta, y los limites en sus vidas; otras tantas de nuevas generaciones, con posibilidades de estudio, herramientas de vida, y conocimiento personal ya no permiten las mismas situaciones que antes – las de ayer – “vivían con naturalidad”. Hace unos días una participante en un entrenamiento vivencial que estaba impartiéndome dijo: “Es infiel porque es trailero”. Cómo si entre la profesión y la infidelidad existiera una conexión lógica y natural.

Tal vez el amor truena más cruento en estos tiempos porque las mujeres hemos ganado batallas que han permitido romper creencias obsoletas y rediseñar nuevas interpretaciones respecto de lo que es “ser mujer-ser pareja-y el amor”.

Aunque sigamos en un contexto crucial en relación a la violencia de género, los movimientos de apoyo, los instrumentos legales, las voces unidas de todas, genere día con día un levantamiento de liberación contra la opresión del pensamiento masculino.

Hemos aprendido ha decir “No” cuando queremos decirlo, pues sabemos que de lo contrario nos decimos “No” a nosotras mimas; que el amor principal es el que podemos proporcionarnos a nosotras , que es válido disfrutar de la sexualidad, que tenemos derechos de tener nuestros espacios personales, que no somos la pertenencia de nadie, que valemos; que ese valor es adjudicado por nuestro ser; que podemos estar solas –simplemente elegimos compartir con una pareja-; que no requerimos de nadie que nos venga a rescatar de ningún hoyo; que en nuestras manos están todas las herramientas, que un clavo saca a otro clavo – que la única persona imprescindible soy yo – qué podemos volver a empezar todas las veces que queramos.

Hoy las relaciones son más susceptibles, porque uno de los miembros de la pareja, se ha despertado. Sé que no sucede en todos los casos; pero sucede en muchos.

La honestidad emocional es una bomba que en las parejas se sucede con franqueza. Las mentiras, las traiciones, las infidelidades, el maltrato, la humillación, no son monedas corrientes que pasan inadvertidas.

Las mujeres ya no quieren saber de eso; y cuando sucede, lo dicen. Comenten lo que les pasa; se explayan, buscan nuevos acuerdos, fortalecen pactos, pero ya no están ciegas-sordas-mudas.

Quizás suene muy utópico mi artículo; no somos todos; pero somos muchas las que hemos y estamos despiertas. Apoyémonos y juntemos fuerza para seguir despertando a las que están dormidas. Todas juntas son mejores. Todas juntas podemos cambiar la educación de los niños de hoy para que sean grandes hombres de mañana.




12 de diciembre de 2022

Un cuento de navidad

Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo del sur de Noruega, dónde abundan los pinos y abetos, cada llegada del invierno era la bienvenida de una epidemia que la ciencia de la época no sabía cómo tratar.

Los bosques se vestían de oscuridad y nieve, el viento bravío se instalaba indiferente como un dolor de espalda y el sol desancoraba sus tentáculos del mar celestial en forma prematura.

Los nativos desde comienzo de la temporada comenzaban a enfermar, los primeros síntomas eran asignados a las bajas temperaturas y al enfriamiento de los pies, que aunque protegidos por gruesas botas, siempre lograban, al menos humedecer uno o dos  dedos y dejarlos congelados. Es que en cierta forma, los pies siempre estaban más que expuestos. La costumbre de quitarse el calzado al ingresar a cualquier casa para evitar que la nieve derretida ensucie; era un signo de solidaridad y fraternidad en la comuna. 

Pero más allá de los estornudos, dolores de garganta, toses en todas las escalas; advenían otros factores como el cansancio crónico, la tristeza anónima y el aislamiento.

Los senderos reservados al esquí o patinaje, se volvían con el paso de los días menos populares, y la gente caminando sobre el hielo se hacía menos frecuente.

Las altas cumbres de los alrededores parecían  reyes guardianes de la nada; coronados por glaciares silenciosos.

La hospitalidad del verano junto con los paseos, después de la comida, por los lagos azules y parques repletos de ardillas,  se esfumaba.

Muchos pensaban que tal vez, algún conjuro había caído sobre la población;  la naturaleza había sido tan absurdamente gentil con ellos, que quizás  la envidia había comenzado a cobrarse sus carencias.

Poco a poco, uno a uno, todos se enfermaban, algún más otro menos, pero nadie estaba inmunizado al misterio del invierno.

En aquella oportunidad, un médico que viajaba documentando rarezas y costumbres de distintos lugares, se albergó durante algunas noches en un hostal de la zona.

-          -Buenas Noches, bienvenido a nuestro refugio, ¿Sr…? –Preguntó con gran amabilidad el Sr. Arne, dueño del hospedaje.

-          -Oh!..qué tal amigo, gracias, muchas gracias – Respondió el Dr. Pentti ; mientras con esfuerzo se desenredaba la bufanda, aflojaba las botas y seguía respirando.

-          -Es un gran placer tenerlo con nosotros, quiere cenar además de la habitación –Indagó Arne, sosteniendo al doctor de un brazo para agilizarle el trámite.

-          -Seguramente eso estaría muy bien, tengo el apetito hambriento – Riéndose a las carcajadas de su mal humor, exclamó el viejo.

-          -Tenemos Rackfisch y sopas Sr.-

-         - Mmmm, delicioso… acepto; esa trucha fermentada – Dijo el Doctor estallando otra vez en carcajadas.

-          -Usted, ¿Sr…?-

-          -Doctor Pentti-

-          -Ah, muy bien, Usted Doctor Pentti, tiene un excelente humor, ya necesitaríamos por aquí que nos contagiara – Confesó Arne con gestos abrumados

-          -Porqué dice eso querido…¿ Arne, verdad? – Preguntó el doctor, acercándose al gafete de metal que su interlocutor  lucía en el  pecho del  lado izquierdo, al tanto que se sacaba los lentes empañados para limpiarlos  con un pañuelo de seda.

-          -Sí! Arne, es mi nombre-

-          -Muy bien, hijo, ¿por qué dices eso? Insistió el visitante con el rostro reflexivo.

-          -Sucede que al llegar esta estación nada es como era antes, los vecinos enferman, los remedios no curan,  todo se puebla de soledad. Se cierran las tiendas, las escuelas, los domingos de vino y cerveza que eran entre amigos, se dejan para otros meses. Todo se torna extremadamente melancólico y nostálgico.

-          -Pero ¿alguien ha sabido dar respuesta a todo esto?

-          -Nadie. Le sirvo un poco más de Rack…-

-          -Por supuesto- interrumpió Pentti relamiendo su bigote como lo haría cualquier gato después de tomar leche. Y Prosiguió: -  Tiene que haber alguna razón para todo este cambio, Arne; yo que vengo vagando por todo el mundo, he conocido muchas ciudades y costumbres extravagantes, pero nunca una dolencia como la que Usted me comenta.

-          -Pero, Usted, es médico, verdad?.-

-          -Si, así es, así es…-

-          .Entonces Usted que es un gran  conocedor, puede ayudarnos a develar el embrujo que tenemos.-

-          -No, no, no. No creo que se trate de situaciones como esas, para nada, estoy confiado de que podemos encontrar una causa lógica a tanto malestar. Ahora me iré a descansar y mañana veremos Arne, veremos que podemos hacer.-

-          -Gracias, Dr. Pentti.-

El Dr. Pentti dedicó varias horas a discernir sobre la problemática de la comarca. Y para  pensar mejor decidió dejarse adentrar por un sendero que llevaba a los verdes profundos del boscaje. Caminó durante un largo rato. Sus ojos se extasiaban frente a tanta belleza  y serenidad.  El paisaje parecía pintado por la paleta de colores de un artista del renacimiento, el cortejo florístico pobre esgrimía álamos, serbales, helechos y musgos. De pronto el latido de su corazón lo regresó a la realidad. Era tan penetrante el silencio que hasta juraría que podía llegar a ensordecerle. Y entre un inhalación entrecortada sintió la presencia de Dios inmaculada y soberbia. Magna. Espiritual. ¿Cómo no habría de pensar en Dios pese a su ciencia? Si ese recóndito espacio de perfección devenía de su mano.

¿Dónde estarían los animales? Todo eso parecía abandonado. Tal vez la frondosa vegetación esclava a sus raíces no podía emigrar; pero tal vez de poder no estarían.

¿Qué llevaba a los osos, a los zorros, al lobo o a la comadreja a huir o esconderse? ¿De qué huían los hombres, las mujeres, los niños? ¿Qué añoraban? ¿Qué significado tenía la añoranza?

De repente un absurdo vuelo loco de una gaviota equivocada volando al ras del lago entumecido lo mareó, el susto cegó su vista por un instante y al recuperarla reveló la incertidumbre.

-          -Luz, luz, luz! – Gritó eufórico

Y reparó que frente a él, un imponente pino lo miraba serio.

-          -Estrellas!, Estrellas!, Luz, Luz – Continuó gritando

Cuenta la leyenda, que el Dr. Pentti mandó a talar pinos, para que todos los pueblerinos los colocaran en sus casas y los adornaran con luces, estrellas, ángeles, esferas y guirnaldas. Y así fue como nació el árbol de navidad, inspirado en un loco buscador que encontró su propia guía interior preocupado por ayudar a sus prójimos.

Se dice que desde ese año la tristeza nunca más hizo nido en el lugar, todos al llegar el invierno decoraban sus casas con coronas de pinos en la puerta, candiles, y cadenas de luces. Los pinos recordaban el milagro de la vida,  seguridad y confianza y las luces, el calor y el maestro  interno que todos tenemos.

Para no perder la luz siempre hay que apoyar a quienes lo necesitan – expresó el Dr. Pentti antes de marcharse.

 


 

 

 

 

 

 

3 de diciembre de 2022

Más tiempo para hacer menos cosas

 Me he dado cuenta, que a medida que transcurren los días hacemos menos cosas. Queremos más tiempo, la fantasía del día de 48 horas, sin tomar conciencia que como humanidad nos hemos subido a un carrusel de feroz velocidad que nos impulsa a la producción artificial de nuestra propia existencia.

Con un ritmo alocado, vertiginoso, montados en la urgencia de lo que menos importa, nos dejamos ir como si el reloj no marcase las horas.

Más tiempo!, más tiempo!, más tiempo! ¿Para qué? Para dejar de hacer cosas. 

Quiero que me comprendas, porque adrede no me estoy explicando, "fabricamos cosas para hacer" pero dejamos "de hacer cosas importantes".

El tiempo ahora es de video que expresan en segundos la intención porque el minuto es un siglo y nadie tiene paciencia para eso.

Es la era de los telegramas de Twitter, de los "hechos" de Instagram, de los consejos compulsivos de los anuncios publicitarios, de los retos gratuitos que te informan de lo que no sabes -que ya eres consciente- y te cobran por mostrarte la llave de tu éxito y te recriminan tu "amor por el fracaso" sino tienes U$$100 para comprar la solución en el momento.

Es la furia proyectada de miles que creen que tienen algo que decir "sobre los otros" y dueños de una verdad inexistente te venden "la triste realidad de tu fracaso personal fuente de inspiración en tu falta de agallas." 

Es la muerte del escritor y el nacimiento del copy de contenido. Sin juegos amatorios. Tres líneas para tironear tu atención y "amonos!."

Es el período de la infancia grotesca con muecas y estrellitas de colores, ofreciendo variedad y servicios.

Reels, memes, frases que se imponen "Como cuando"....

Es la hora de la pérdida de voluntad.

Pasa el tiempo y lo que había alcanzado su sabiduría se extravía en el surgimiento infantil y adolescente de un comunicación que no comunica, imparte información vacía, promete falsas realidades, culpa, domina y castiga. Y el que no se sube a esta montaña rusa de NADA, pierde. 

Y así vamos perdiendo.

Ya no hay tiempo para escribir largo y tendido, faltan lectores que junto a una taza de té o café sonrían detrás de una pantalla.

Ya no hay tiempo para pensar y respirar profundo, falta silencio hay demasiado ruido interior.

Ya no hay tiempo para caminar, reír sin motivo, faltan cómplices.

Ya no hay lo que había. Ni habrá lo que hay, todo está pasando demasiado rápido.

A media que nos vamos volviendo "tecno", no vamos perdiendo y alejando de lo humano.

Brindo por los escritores que escriben para ser leídos y por los 2 0 3 que me regalaran vida al leer este texto.

Gracias por eso!

Namasté


 

28 de noviembre de 2022

Ho´oponopono



¿Has escuchado alguna vez hablar de Ho’oponopono? Refiere a una tradición hawaiana de resolución de conflictos que en la actualidad se practica como un arte de auto identidad para borrar memorias dolorosas. 
Las memorias son información que recibimos del inconsciente colectivo de la humanidad, de la sociedad en la que nacimos, del género al que pertenecemos, y del árbol familiar. 
Todas aquellas situaciones que todos estos han vivido y resultado frustrante, temerosas, o han puesto en riesgo su vida son heredadas como recursos de supervivencia, es decir, para mantenernos vivos; para que sepamos como actuar, que hacer, que omitir. 
Las memorias son el bagaje de nuestra mente subconsciente que es la que comanda la vida tal cual observamos a través de los ojos del cuerpo y de la mente racional.

Tienen emociones que a menudo generan boicot en nuestros sueños, postergación, conflictos en las relaciones amorosas. Los principales sentimientos que portan son el miedo y el no merecimiento que se presentan en la realidad a través de situaciones que se repiten una y otra vez, una y otra vez. Pensamientos recurrentes, experiencias que regresan desde el pasado con más fuerza. Entiendes de lo que hablo, ¿verdad? ¿Cuáles son esas situaciones que en tu vida van, vienen, y se quedan? ¿Problemas de sobrepeso? ¿Mala suerte en el amor? ¿Inestabilidad económica? ¿Enfermedades? ¿Pésima relación con tus padres? O ¿Tus hijos? O ¿Tus suegros? 

¿Te das cuenta que cuando se presentan los “problemas” siempre estás presente? ¿Qué querrá decir eso? ¿Casualidad? O ¿Mensaje? 
Si haces una lista de lo que te conflictúa, y la lees a conciencia, descubrirás que siempre es lo mismo lo que te desestabiliza, que cambia de escenarios y personajes, pero siempre es el mismo tema. 

Puede que sea escasez y lo vivencias como “en el trabajo no me dan el lugar que me corresponde” “mi pareja no me dedica tiempo” “cuando tengo dinero me lo gasto enseguida” “ La dieta no me funciona” “Mis hijos nunca me hacen caso de lo que les digo” “ Siempre me toca lo que mis hermanos no hacen” Lee bien parecen diferentes cosas, y sin embargo, es la misma con diferente caras. 
Esta experiencia de “escasez” habla de que tienes una memoria, que no importa de dónde viene, si es de tu infancia, tu gestación, tu concepción, herencia ancestral o cualquier otra; lo que interesa es que esa memoria tiñe tu realidad con su perfume de “falta algo” “me resulta insuficiente” “soy insuficiente” “no puedo” “no tengo” y te lleva a vivir en la dimensión de lo emocional: sufrimiento, miedo, inseguridad.

 Si observas lo que se repite, como carrusel, es una memoria, que se viste de mensajero para notificarte “por aquí no quieres seguir el camino”. 

Escúchala. Y en lugar de resistirla o negarla, abrázala ¿Cómo? Hay muchas técnicas para ello, hoy vamos a dejarte las cuatro palabras maravillosas de uno de los tantos recursos de ho'oponopono auto-identidad: Perdóname por favor, lo siento, gracias, te amo

Esas palabras son de alta frecuencia energética y te llevaran con la sola repetición, constante y continua a un estado de paz.  Las puedes decir en ese orden, o en otro, incluso puedes escoger solo alguna de ellas y no recitar las 4. Son como mantras que, al decirlos renuncias al espacio y tiempo, por lo que llevas a tu mente a un estado de presente absoluto, donde aquellas sensaciones incomodas no tienen cabidas. Cuando llegue algo que te resulte doloroso, cuando veas en la calle algo que te inquiete, practica este mantra, y hallarás una profunda plenitud.

Recuerda que la practica hace al maestro. Puedes practicarlo en cualquier ocasión. Con el tiempo verás que las cosas han cambiado, porque tu ya no eres la misma.

Chuchi Gonzalez



14 de noviembre de 2022

10 cosas que nunca debes decirles a tus padres

"Cuando los hijos se convierten en jueces se sus padres,
 la vida se convierte en verdugos de esos hijos"

Si quieres vivir plena y feliz, deberás tomar la decisión de ser una mujer libre, y cuando digo LIBRE me refiero a todas las áreas de tu vida. Hablo del desapego, de soltar la aprobación o la necesidad de reconocimiento de las personas.

 De dejar de hacer, decir y actuar para quedar bien con los otros, para ser querida, o admira.

De las primeras personas que debes aprender a desapegarte es de tus padres.

Mamá y papá siempre estarán ahí recordándote que eres su niña; algunos con sobre exigencias, otros con sobreprotección, y en algún punto cualquiera de esas dos conductas son invasivas y tóxicas; por lo que tendrás que reeducar la relación con ellos para que haya respeto de ti hacia quienes te dieron el legado de la vida, un privilegio maravilloso y de ellos para entender que eres su hija pero ya dejaste de ser su niñita.

ATENCIÓN Y PON LÍMITES

Si quieres entonces convertirte en una mujer hecha y derecha NUNCA debes decirles a tus padres: 

  1. SI cuando quieres decir NO 
  2. Hacer una encuesta sobre asuntos privados de tu vida. ¿Me caso? ¿Me divorcio? ¿Cambio de empleo? Ellos responderán desde sus creencias, y tú vives la vida desde las tuyas, por lo tanto hazte cargo de tus propias decisiones. Una cosa es comentar y esperar un opinión, otra es recurrir a ellos para que te “digan lo que TIENES QUE hacer."
  3. Mentirles acerca de tus preferencias, ellos quieren lo mejor para ti, pero siempre eres la persona que debe elegir sobre su vida. 
  4.  Reclamarles por lo que no tienes; eso te coloca en el papel de una niña inmadura, ellos con sus aciertos y errores siempre actuaron en relación a sus posibilidades, aun cuando no haya sido satisfactorio para ti. 
  5. Que tus suegros o los padres de tu pareja son mejores que ellos. Las personas son simplemente diferentes. Las comparaciones odiosas.
  6. Que todo está bien cuando todo está mal. No es bueno vender la imagen ideal porque te engañas, engañas a otros y te quitas la posibilidad de que te apoyen.
  7.  No pedí nacer, hay muchas teorías que corroboran que nuestro nacimiento no es resultado del acto sexual, sino de una inteligencia inconsciente familiar, que si nacemos es para cumplir una misión en nuestra familia, y que escogemos a los padres. Que ellos son las personas que nos ayudaran a trascender las experiencias que vinimos a fortalecer en este plano. Pero si nada de esto te convence, tampoco lo digas. Porque aun cuando conscientemente no hayas pedido nacer, estás acá y la vida es una paseo maravilloso, poderoso, transformador y digno de ser vivido. Si estás vivo es una bendición.
  8. Quejarte por lo que no hicieron con sus vidas. Sé empática y mira lo que estás haciendo con la tuya. ¿Tienes la vida añorada? Si la respuesta es NO ¿Entonces con qué derechos señalas la paja en el ojo ajeno? Si la respuesta es SI, seguramente nunca ha pasado por tu cabeza indagar a tus padres por lo que no fueron capaces o no quisieron hacer.
  9.  Que no vas a perdonarlos. El perdón no es un beneficio para ellos. Es una  declaración personal de liberación. El dolor del pasado está ahí. SUELTALO.
  10. Que los amas porque son tus padres. No los ames por una etiqueta, ¿Si no fuesen tus padres igual los amarías? Ámalos porque sientes el amor hacia ellos correr por tus venas. El amor es una libertad. No una obligación.

        




sI




13 de noviembre de 2022

¿Fabricar o crear? ¿Es lo mismo?

A la hora de tener relaciones ¿creas o fabricas? Quizás puede parecerte sinónimos o una pregunta un poco ventajosa, lo cierto es que entre ambas palabras hay un abismo de efectos muy diferentes.

Cuando fabricamos relaciones, debes saber que NUNCA son sanas, dado que son vínculo generados desde la carencia o necesidad, más propiamente desde el miedo. ¿Miedo? Si, miedo a estar solas, a no ser madres, a no tener pareja, a envejecer, a ser rechazada, al abandono. Es cuando buscamos afuera lo que no encontramos dentro de nosotras mismas y por lo tanto nos jugamos al mejor postor.

 En estos casos “fabricamos” aquellos que creemos necesitar y por lo tanto, nos disponemos a pagar altos precios emocionales.

En estas circunstancias, tenemos un escenario emocional de dependencia, jerarquía, temor, en la que somos capaces de aceptar cosas en contra de nuestros valores o principios con tal de obtener eso que anhelamos: compañía, sexo, seguridad, amor, comprensión, status, matrimonio, “armonía”; alegría. Aunque nos llevemos bien con ese otro, no son relaciones sanas, por cuanto nos auto sometemos a expensas de que la persona elegida y proveedora de eso que nos urge obtener no salga corriendo en la primera discusión. Y cuando negamos lo que somos, siempre terminamos sufriendo, nos encerramos en una cárcel de cristal llamada zona de confort, y el ser que somos agoniza.

Cuando en su lugar somos capaces de CREAR, es cuando nos compartimos con el otro y los otros desde un lugar de abundancia, de lo que verdaderamente somos, un espacio íntimo y sagrado de amor personal que se potencia al formar pareja. En este ámbito todo lo que creamos es saludable, es bueno para nosotras, y para el mundo. Llegar a esta capacidad implica estar dispuesta a renunciar a muchas cosas que al principio parece como imposible, puesto que estamos acostumbradas a actuar en contrario.

TIPS PARA CREAR UNA RELACION SANA

1)    Renuncia a la idea de que en el exterior está la causa de tu felicidad. Si no eres capaz de renunciar a esta creencia errónea NUNCA PODRÁS CREAR, siempre serás la sierva de las fabricaciones de otro. Tu felicidad está en tu interior, lo has escuchado mil veces, pero insistes en creer que si haces una dieta, si tiene un empleo, o si tu pareja te presta más atención, serás inmensamente feliz, es una fantasía, solo puedes ser feliz si en tu interior te das el permiso de serlo. La felicidad es tu patrimonio y tu responsabilidad.

2)     Asume la responsabilidad de tu vida, no dejes en manos de las otras personas lo que te compete a ti. No compres la idea de que tus hijos, tu pareja, tus padres o la vida deben darte, nadie te debe nada. Tu tienes que tomar la vida en tus manos y guiarte con el corazón. Responsabilizarte es hacerte cargo de tus elecciones. Si alguna vez te has equivocado, practica borrón y cuenta nueva.

3)   Perdona tus errores, no los tengas en mente todo el tiempo, porque lo único que haces es castigarte. Vives en el autocastigo como una forma de purgar viejas cuentas, errores que nadie recuerda más que tu. Y sigues haciendo eso, vives el presente en un tiempo inexistente que es el pasado. Sea lo que sea que hayas hecho perdónate, incluso cuando creas que es terrible, perdónate. Castigarte no borra el pasado, pero si condena tu presente.  

     No supongas, no des por hecho lo que el otro o los otros piensan, cuando lo haces se genera un vicio o un ruido en la conversación y en estos casos siempre alguien es víctima y el otro victimario. Indaga sobre tu escucha, no presupongas, no quieras adivinar ni el pensamiento ni el accionar ni las emociones ajenas, ¡mejor si tienes esos poderes ponte una consulta adivinatoria!

4)     Suelta el papel de víctima, lo que te permitirá soltar las cosas que no funcionan, la vida a menudo no es tan justa como lo deseamos y aún así tiene una finalidad, aprende a vivir con eso sin sentirte víctima de la circunstancia porque aún con todo adverso tienes muchos motivos para sonreír.