23 de septiembre de 2013

Ideas que nos inculcaron
















¿Sabes que estás lleno de ideas que vives como verdades absolutas y  que sólo te limitan en tu vida? ¿Has pensado alguna vez en hacer limpieza de tu sistema de creencias? ¿Te has parado a imaginar dónde estarías o quién serías si pensaras diferente?
Hay una larga lista de ideas que la sociedad nos ha vendido o regalado o heredado y que vivimos como REALIDADES INVARIABLES… Y POR ESO PAGAMOS ALTO PRECIOS EMOCIONALES ( Frustración, angustia, ansiedad, tristeza, enojo, exigencias, sufrimiento, ira, decepción, etc.)
Si estas ideas de otros, tuyas, de este tiempo o de otros siglos ya no te hacen sentido, cámbialas! Los seres humanos estamos en constante re-diseño.


















Algunas ideas irracionales que tenemos como sociedad
  • Para ser alguien en la vida hay que tener título
  • Hay que hacer todo bien
  • Los celos son porque nos importa el otro
  • Pedir ayuda es mostrar que somos débiles
  • Expresar amor nos hace frágiles
  • Lo que paso en el pasado necesariamente tiene que repetirse en el futuro
  • Es mejor malo conocido que bueno por conocer
  • Para ser feliz hay que tener dinero
  • El dinero corrompe a las personas
  • A los malos nunca les pasa nada
  • Contigo pan y cebolla
  • El amor no existe
  • Si no tengo lo que quiero no puedo ser feliz
  • Quién sufre más, ama más
  • Necesito la aprobación de los demás para actuar
  • Estar de buen humor es difícil con todo lo que pasa
  • Los eventos de la vida generan las emociones
  • A esta edad no puedo cambiar
  • El matrimonio da seguridad, confort y distinción
  • Las cosas de marca nos hacen más importantes
Estas ideas nos las planteamos como “exigencias” para nosotros, los otros, o la vida misma, y cuando el escenario no es el que esperamos: sufrimos.
¿Te animas a cambiar tus ideas irracionales por otras potencializadoras de resultados?


Chuchi González
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21 de septiembre de 2013

¿Qué nos frena a vivir completos?



















¿Te has dado cuenta que muchas veces tienes todos los elementos para fabricar la vida que quieres en tus manos y de la nada te saboteas?
¿Qué te encuentras tantas otras veces buscando la quinta pata al gato cuando ya sabes de antemano que solo tiene 4?
¿Por qué boicoteas constantemente tu éxito? ¿Por qué buscas desesperadamente caer en el fracaso?
A primera vista, podría decir que ningún ser humano desearía crear para si un “mal”, más sin embargo en los “papeles” muchos se viven día a día en malestar.
¿Qué es lo que nos lleva a lastimarnos a pensar y sostener de forma errada ese no merecimiento? Las creencias irracionales. ¿Qué son? Las productoras de tu malestar.
Creencias irracionales es un  término acuñado por Albert Ellis creador de la Terapia Racional Emotiva y se refiere al sistema de creencias falsas, inútiles y generadoras de una distorsión que opera en el pensamiento racional y en el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral.















Son ideas que tenemos acerca de nosotros mismos o del mundo que provocan en nosotros una emoción negativa exagerada y catastrófica, proveniente de nuestra manera de evaluar lo que nos sucede.
Cuando vemos la vida en extremos, sin gama de posibilidades, las que cosas que acontecen son Terribles o Geniales. Y esta mirada nos resta oportunidades de disfrute.
Si esto que sucedió es TERRIBLE genero pensamientos que me dicen “ No lo puedo soportar” “Nunca podré ser feliz” “No tengo suerte” “ No debería haber sucedido”, conversaciones internas que acarrean angustia o ansiedad.
¿Qué creencias irracionales sostienes y las vives como verdades absolutas e irrefutables?
¿Sobre que terribilizas? ¿Sobre el pasado o lo que aún no acontece?
Muchas veces los seres humanos tendemos a comparar lo conocido con lo nuevo, para sentir certeza de lo que vivimos pero si lo conocido fue desgarrador o nefasto intentaremos evidencias de que tenemos razón para dudar y no entregarnos. Esa comparación es una premisa falsa, buscamos que se repita lo bueno o lo malo, en lugar de simplemente estar presentes en lo que está sucediendo.


Chuchi González
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17 de septiembre de 2013

Crear Contextos















¿Qué es un contexto?  Es un entorno físico o de situación a partir del cuál se considera un hecho.(Ver más) CON-TEXTO sería algo más o menos así… un escenario en el cuál ubicamos elementos, personas o situaciones. Cuando hablamos de crear contextos, estamos haciendo referencia a la capacidad de crear para nosotros – y los demás-  eso mismo que queremos vivenciar. En palabras coloquiales sería “dar lo que exigimos” o” abstenernos de hacer lo que no nos gustan que nos hagan.”
Sin embargo, ¿ Cuántas veces pides lo que no das? ¿ Cuántas otras tantas exiges lo contrario de lo que haces?
Repasamos…

  •  no mientas
  •  no lastimes
  •  no grites
  •  no discrimines
  •  no seas indiferente
  •  no mientas
  •  no golpees
  •  no juzgues malintencionadamente

                                                    Vive la vida como quieras que ella te trate


Crea el mundo en el que quieras vivir cada día y desde tus acciones. Uno actúa por como es, pero también es por como actúa. Cambia acciones y cambiarás resultados


  •   Si quieres un mundo sin violencia que en tu casa reine paz.
  •  Si quieres un mundo con amor que en tu casa reine el amor.
  •  Si quieres un mundo abundante que en tu casa reine la abundancia.























Desde tu casa creas mundos y relaciones. Tu casa, es tu interior…

 ¿Cómo se encuentra? ¿Hay muchas cosas sucias? ¿Es necesario alguna remodelación?


Chuchi González
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12 de septiembre de 2013

“Los debería” de cada día

















Así como cuando cargamos durante todo el día con zapatos que nos hacen doler los pies, que sólo advertimos el dolor cuando nos los quitamos, así nos acostumbramos  a andar por la vida, acumulando cosas que no nos gustan, esquivándolas, u ocultándolas para no verlas y  hasta dejar por fin un día de recordarlas.
Sin embargo, todo esfuerzo por el tan largo olvido es vano; lo desagradable sigue ahí: latente y nutrido para confrontarnos.
Quitarnos la venda de los ojos, nos permite acceder a un mundo que desconocíamos, porque estuvimos ocupados tratando de lograr desde la terquedad de nuestro observador que las cosas sucedieran tal o cual lo pensamos o planeamos.
Nos hundimos en el famoso “deberías tú” “debería yo” “deberían ellos” del perfeccionismo exacerbado propio de la esclavitud emocional. Y Colmados de “debería/s” organizamos el mapa mental del mundo.
¿Cuántos “deberías” incumplidos cargas en tu espaldas? ¿Por cuántos “deberías” no satisfechos rompiste relaciones o perdiste oportunidades?
En la raíz propia de la palabra “debería” está el “deber de actuar de tal manera”, de una sola, es una mirada unilateral.















Es la obligación impuesta, la pauta mental rígida que nos indica que las cosas son- SOLO-  de ese modo.
“Los debería” nos impulsan desde la imposición y no desde la preferencia.
Si vives desde “ los deberías” pierdes flexibilidad, capacidad de adaptación pero sobre todo anidas en la creencia de que lo que vienes haciendo “está mal”.
Si crees que “deberías ponerte a dieta” es porque tu juez interno te dice “comes demasiado, no te cuidas, tu cuerpo se ve deformado” por ende debería ponerte a dieta.
Erradicar las exigencias por las preferencias te ayudará a crear el cambio que estás buscando en tu vida.
Cuando vives desde la preferencia pones énfasis en tu poder de elección, en tu capacidad de dictar tus propias normas, de discernir lo que es bueno o no para ti.
“Preferiría tal cosa, pero si no lo logro igual puedo seguir con mi vida en cambio cuando debería alcanzar tal meta, si no lo obtengo me castigo”



Chuchi González
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10 de septiembre de 2013

El desafío de vivir
















Hay tantas cosas que no sabemos para vivir plenos, que deberíamos nacer no con un pan debajo del brazo sino con  un manual de instrucciones.
A falta de eso, la mayoría de nosotros, estropeamos nuestra experiencia y cuando encontramos la clave, ya estamos adentrados en el pantano. Por supuesto que mientras hay vida, hay tiempo, pero las fuerzas no son las mismas, ni los deseos, ni las compañías.
¿ Para qué esperar a que sea demasiado tarde? ¿Por qué mejor no empezar desde ahora mismo a entender el desafío al que nos invita la vida? ¿Para qué estamos vivos? ¿Qué sentido tiene la vida?
Creer que es un derecho la vida, nos para en la soberbia de sostener que todo lo que tenemos nos corresponde por derecho divino. Desde ahí empezamos a especular y a llenarnos de creencias irracionales.

















Pensamientos o ideas falsos, inútiles y que generan malestar emocional.  Si las cosas no son como deseamos entonces tendemos a “Terribilizar".
Magnificamos lo que “no sucede de acuerdo a nuestras expectativas” y minimizamos las bendiciones.
No hay nada demasiado terrible ni demasiado genial, aprendamos a reconocer lo que nos sucede como “Muy bueno”- “Bueno”- “Malo” –“Muy malo” alivianemos la forma de evaluar.
Dejemos de mirar la vida en binomios “Todo o nada” – “ Blanco o negro”… dejemos seducirnos por un abanico de  tonalidades!!!


Chuchi González
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12 de agosto de 2013

Préstamos Personales a bajo interés
















Todos lo sabemos, pero pocos o poquísimos, lo ponemos en práctica. La necedad humana de no hacer lo que sabemos es una constante. A veces parece una burla, un chascarrillo que queremos meterle al destino, pero sin dudas es una manifestación irrespetuosa de todos nuestros miedos.
Vivimos arraigados a todo lo que podemos para convencernos de la eternidad de lo que caduca. La sapiencia de la mortalidad está presente en todas las situaciones cotidianas, pero giramos la cabeza hacia otro lado para no ver.
Todo concluye.
Todo expira.
Todo muere.
y todo nos incluye.
Hace días le dije a mi madre “quiero tener algo mío” y ella con sabiduría dijo “ todo es un préstamo”
La ilusión de lo propio no enceguece y nos hace pagar altos precios emocionales.
Por creer que lo mío es mío nos codeamos con los celos, la paranoia, la necesidad de aprobación, la frustración, el miedo al rechazo, al fracaso, la humillación, la falta de auto- dignidad sólo por mencionar algunos.

A veces por determinadas vivencias o por los años que vamos sumando caemos en esa búsqueda imperiosa de tener, de crear “ propiedad” y sin darnos cuenta nos enlazamos la soga al cuello.
En palabras de Jorge Bucay en su libro “De la Ignorancia a la Sabiduría” extraigo… “ Cualquier cosa que posea, si me importa demasiado tenerla, terminará poseyéndome a mí, porque mi interés desarrollará el miedo a que pueda perderla.”
Nada de lo que tenemos nos pertenece. Nada.
¿Cómo escapar a esa fantasía de lo propio?
















Todo está de paso en nuestra vida.
Yo sé que lo sabemos. Pero lo vivimos desde otro espacio. Desde otra mirada.
Aparece lo “nuestro” o “ lo mío”
Dice un refrán: “Lo regalado no se devuelve”. Pero nuestra vida es un “préstamo” por eso siempre llega en cualquier momento el cobrador y nos la arrebata.
Si pudiéramos atrevernos al reto de entender, comprender y aceptar que todo es un préstamo, los intereses serían bajos.
Pues se trataría de vivir en el aquí y ahora ( frase trillada), lo que implicaría dejar de protegernos el alma, el cuerpo con parches defensivos elaborados con creencias obsoletas.
Y ¿ si no me dice tal cosa? y ¿ si sucede esta otra?  y ¿ si dentro de tres años no puedo…?
El deseo de no sufrir nos hace irremediablemente sufrir. Pues en lugar de disfrutar de lo que ahora tenemos, siendo este “ra” lo único que poseemos, creemos tener la posibilidad de ver una película que ni siquiera se ha filmado: el futuro, simplemente en base a lo que nos sucedió.

Soltar es el desafío…
Soltar creencias limitantes porque obstruyen el camino
Soltar creencias poderosas porque te seducen con una seguridad que no existe
Soltar la idea de un futuro porque sólo estamos parados en el presente
Soltar los sin sabores del pasado porque no se pueden modificar
Soltar la sonrisa espontanea y el llanto atragantado para que la vida se mete en cada rendija de tu ser y fluya
Soltar la repetición automática de los juicios
Soltar el prejuicio
Soltar el juicio y atreverse a la locura
Soltar el amor a bocanadas gigantesca, no te reserves nada, tal vez no tengas oportunidad de entregarlo luego

y paradójicamente cuando aprendemos a desapegarnos de las cosas las disfrutamos mucho más.
¿De qué cosas o creencias te cuesta desapegarte?


                                                                                                                                        Chuchi González
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9 de agosto de 2013

Zapatos rotos… ¿con esa pinta a donde vas?
















Aunque este espacio no es un diario ííntimo, muchas veces me tomo la concesión que me da el haberlo creado para compartir desde mi experiencias emociones, sensaciones y sentimientos. Y hoy quiero hablar sobre “Los zapatos de mi padre”.

¿Por qué? Porque desde la infancia han sido un ícono para mí… acá va la historia…
Cuando era pequeña y no podía dormir, desde la cucheta  ( litera) con la puerta del cuarto abierta que daba a la cocina podía ver los mocasines marrones gastados de mi padre. Sus piernas estiradas y cruzadas. Y con esa última imagen grabada en la retina, cedía al mundo de los sueños. Esos zapatos… ¿los zapatos o los pies? Creo que la combinación de ese dúo creaban en mí la sensación de seguridad. Mi mente me decía que podía soltar las barreras, y quedar en un estado de indefensión como es el sueño, porque ahí estaba “papá para cuidarme y protegerme de los monstruos nocturnos”.
Crecí… y vaya que mucho. Y nunca supe, porque ni siquiera me pregunté ¿ que habrá sido de la vida de esos soldados color café?
Crecí…y nos mudamos… y en la casa ya no había camas dobles ni puertas que dieran a la cocina.
Crecí… y habrán llegado nuevos objetos de seguridad que cambiaron de sitio a los desteñidos anfitriones de mis noches inquitas.
Crecí… y nunca me di cuenta cual fue la última vez que los mire y les otorgue el poder de cuidarme.
Después de muchos años… tantísimos… golpearon a la puerta de mi  memoria…. y ahí los vi otra vez… y  ¡estaban como siempre! no cambiaron nada… Para ellos el tiempo no pasó.
Pero.. ¿ porqué volvieron? ¿ o los traje?…























Una de las más grandes proezas de vivir es aceptar la incertidumbre de la vida. La sensación de la  falta de certezas. La toma de conciencia de la inseguridad en la que estamos inmersos.
Desde que mi padre murió siento que me he quedado mutilada de protección.Y busco una y otra forma de consolar ese dolor. No hallo más respuesta que una lúcida conciencia de que sólo hacemos camino al andar.
En mi país se dice… “A seguro se lo llevaron preso”
Construimos nuestros mundos personales con la necesidad de saciar esa incomodidad a la que cotidianamente nos enfrentamos.
Creemos que nuestros padres, los hijos, el trabajo, las relaciones íntimas, el dinero, la juventud, la inteligencia, la belleza, el status, una profesión, los amigos, las cosas inanimadas pueden salvarnos de la realidad cruenta de que sólo nos tenemos a nosotros mismos y a nuestra sombra.
Que por andar creyendo lo contrario, vivimos con tanta automaticidad todo, y por eso  no prestamos atención a que cada instante puede ser el último instante.
Los zapatos de mi papá vinieron de la mano de muchos otros cimientos en los que hube de apoyarme alguna vez… en la magia de “ Mi amigo Gregorio”… en la audacia de “ La Gaviota Perdida”… en la majestuosidad de la “Casa de Madre Señora.”
La mitad de la vida nos pasamos alejándonos de todas aquellas cosas que la otra mitad de la vida añoramos.
Cuando somos niños no vemos la hora de ser grandes. Y siendo adultos nos encantaría ser niños.  Al principio pensé que sería para no cometer los mismos errores… pero hoy me encantaría tener 5 años para caminar de la mano de mis padres por calle San Martín y Ayolas.


Chuchi González
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26 de julio de 2013

Volver al primer amor

Dedicado a los días en que con mi madre tomábamos licuados en calle Oroño
CYMERA_20130722_225321Cada quién sabrá cuál es su primer amor. Lo cierto es que en alguna parada imprevista de la vida, uno mira atrás e inexorablemente regresa al primer amor.
Cansada de andar, la flor de panadero tuvo de repente una llamada interna que le susurraba regresar. ¿ A dónde se preguntó? Desde que había elevado su vuelo, iniciando su viaje sin brújula ni maletas, había aprendido a despegarse de todo y de todos, a sabiendas que el camino elegido implicaba la renuncia de otros hechos que en su ausencia se presentarían sin emitir una orden de allanamiento para sus emociones.
Se fue volando lenta y despistada  y como todos los hijos de los panaderos del viento; huracanada, calma, tristona, y sumamente débil.  Ese día, de regreso, se miro en el lago de su espejo y observo que mucho de sí había quedado en los trazos del tiempo desparrama sin secuencia lógica.
Sintió el gran vacío que acontece al temor de vivir, al temor de morir, al temor del penetrante sufrimiento. Sabía que todos estamos enfermos de la vida.  Hay quienes en terapia intensiva, otros ambulatorios, y muchos más con continuas recaídas; pero esa sensación de extravío le era nueva.
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Busco en los libros de los saberes la respuesta envuelta en pastillas para dormir, sin encontrar la paz anhelada, y re enardeció dentro de sí la llama del amor primario. El regreso al origen sin siquiera distinguir el orden exacto: el huevo o la gallina.
En el silencio nocturno se desgarro un grito que penetro la tierra, los mares, las selvas de cemento. Una recurrente idea de regresar a abrazarse a la madreselva  y sentirte protegida bajo sus  pétalos desplumados y su melodía discordante, la seducía.
Todos estamos intoxicados. Las drogas aniquilan nuestras vidas. Más que las amapolas negras, o la harina del trigal narcotizante; las comparaciones odiosas y nefastas que nunca  fallan a la fiesta de lo que es y no gustaría que hubiera sido nos enloquece.
Volver al primer amor es tomar conciencia de lo que es importante para nosotros mismos.  Es conectarnos con la naturaleza que nos dio origen. Mirarnos hacia dentro, escuchar en quienes nos convertirnos. Asumir quienes somos y dejamos de ser. Valorar las raíces. Amar en presente simple YO AMO, y en presente perfecto YO HE AMADO, pero sobre todo en presente continuo YO ESTOY AMANDO.
Amar es la única posibilidad que tenemos para transcurrir la vida con abundancia, y plenitud.   Pero ¿ qué es amar? Amar es construir, construir-nos; es darnos la oportunidad de observar como ama la flor la luz del día y entonces reverdecer en la luz propia, interior, íntima.
Rescatarnos a nosotros mismos, incluso de nosotros mismos.
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La flor de panadero eglógica y sencilla, había despertado grillo esa mañana  y alcanzando el silencio más profundo escucho la voz de la gallina.
- Negra, hay que seguir para delante. Yo te quiero amada niña.
( Y mamá termino la conversación)

Chuchi González