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31 de octubre de 2013

Dime de que estás enfermo y te diré a quién no perdonas.

 

En un Curso de Milagros que leí alguna vez, decía que toda enfermedad proviene de un estado de “ no perdonar”. La sentencia me pareció tan maravillosa como práctica. Y pensé a quién debía perdonar y a primera vista no encontré a nadie.
Las personas que me habían traicionado, las lenguas injuriosas, los fraudes morales, los libros y CD prestados; todo estaba en su lugar: en una estantería del pasado ,quietos,abrigados de polvo.
Sin embargo, reconocía fallas en mi salud. Y eso implicaba que el cuerpo me estaba diciendo algo a los gritos.
Me zambullí en la conciencia reflexiva, y descubrí que ese perdón del que hablaba mi libro, no era el típico perdón de “no volveré a hacerlo más”; sino que iba mucho más allá de eso. Era un perdón de soltar, liberar, romper cadenas, de lo que en su etimología significa la palabra: la posibilidad de regalar o condonar al deudor por parte del acreedor con eso que se debía.
Y en la vida, sin saberlo, somos acreedores-deudores; porque cuando perdonamos exoneramos a alguien de una situación incómoda pero a nosotros mismos nos libramos de cargar con el resentimiento o rencor.












Generalmente debemos perdonarnos a nosotros mismos, no por algo que hicimos o no hicimos, sino por todas las veces en que no nos aceptamos tal cual somos o no aceptamos la vida que creamos.
Casi siempre estamos en la desventaja de ser quienes somos vs la oportunidad fallida de quienes no fuimos. Y vivimos para pedir perdón por ello.
Y esa falta de empatía con nosotros mismos, es lo que nos enferma.
Debemos perdonar ….
Te perdono
  • por no pensar como yo
  • por no amar como amo yo
  • por no emocionarte ante la vida
  • por no tener la pasión que corre por mis venas
  • por no gustar de mis gustos
  • por creer en cosas en que yo no creo
  • por no sonreír aunque el mundo se venga abajo
  • por vivir según tus tiempos
  • en fin por NO SER COMO YO DESEO QUE SEAS!!!
y me perdono por pretender imposibles!
Chuchi González
Deja tu señal!

16 de octubre de 2013

Facebook Depresión




Las redes sociales nos han atrapado. Somos “pescado”s por el encanto de estar en contacto con el mundo entero desde nuestros escritorios, cama, transportes públicos, etc. En todo momento y a toda hora, estar online es estar al tanto de lo que sucede a tu alrededor. La urgencia de estar informados, se ha transformado en una “necesidad” primaria. Pero ¿Para qué? ¿Qué necesidad tienen los jóvenes y no tan jóvenes de estar “informados”
Según recientes estudios médicos, cuando las personas pasan muchas horas conectadas al Facebook, corren riesgo de padecer de depresión; la población más afectada son los niños y los adolescentes.  ¿Por qué sucede esto?



Porque Facebook vende una imagen distorsionada de la vida. Se usa esta red social para contar ¿ lo que sucede o lo que querríamos que sucediera? Generalmente los status aluden a experiencias positivas y abundantes. Las fotos son vacacionales o referidas a un éxito alcanzado; estos elementos observados por personas que aún no han adquirido madurez y seguridad emocional, despierta envidia, enojo, y genera una baja en la propia mirada (autoestima). Muchos usuarios por lo tanto navegan parados en la comparación, a veces sustentar que sus propias vidas son mejores que la de otros. Para algunos autores esto provoca “competitividad social”
Si la realidad que maneja esta red social fuese un hecho, el mundo no estaría como está. En Facebook  toda la gente es feliz, linda, saludable y con dinero.
Ítems que generan malestar emocional entre los jóvenes que consumen Facebook:
Fotos vacacionales
Cantidad de amigos
Like recibidos
Status sentimental
Popularidad
Comentarios de reconocimiento
Número de veces etiquetado
Cantidad de mensajes en el muro
Lo que  a grandes rasgos puede parecer un “chiste” mirándolo de cerca, nos permite observar con claridad esa búsqueda del ser humano por ser aceptado.  Lo recomendable es empezar a aceptar nuestra propia realidad y entender que nuestro valor no se mide por la estadística de una red social.
Pero sobre todo entender, que no todo lo que brilla es oro.

Compite siempre y solo contigo mismo”

Chuchi González
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21 de septiembre de 2013

¿Qué nos frena a vivir completos?



















¿Te has dado cuenta que muchas veces tienes todos los elementos para fabricar la vida que quieres en tus manos y de la nada te saboteas?
¿Qué te encuentras tantas otras veces buscando la quinta pata al gato cuando ya sabes de antemano que solo tiene 4?
¿Por qué boicoteas constantemente tu éxito? ¿Por qué buscas desesperadamente caer en el fracaso?
A primera vista, podría decir que ningún ser humano desearía crear para si un “mal”, más sin embargo en los “papeles” muchos se viven día a día en malestar.
¿Qué es lo que nos lleva a lastimarnos a pensar y sostener de forma errada ese no merecimiento? Las creencias irracionales. ¿Qué son? Las productoras de tu malestar.
Creencias irracionales es un  término acuñado por Albert Ellis creador de la Terapia Racional Emotiva y se refiere al sistema de creencias falsas, inútiles y generadoras de una distorsión que opera en el pensamiento racional y en el funcionamiento a nivel social, familiar y laboral.















Son ideas que tenemos acerca de nosotros mismos o del mundo que provocan en nosotros una emoción negativa exagerada y catastrófica, proveniente de nuestra manera de evaluar lo que nos sucede.
Cuando vemos la vida en extremos, sin gama de posibilidades, las que cosas que acontecen son Terribles o Geniales. Y esta mirada nos resta oportunidades de disfrute.
Si esto que sucedió es TERRIBLE genero pensamientos que me dicen “ No lo puedo soportar” “Nunca podré ser feliz” “No tengo suerte” “ No debería haber sucedido”, conversaciones internas que acarrean angustia o ansiedad.
¿Qué creencias irracionales sostienes y las vives como verdades absolutas e irrefutables?
¿Sobre que terribilizas? ¿Sobre el pasado o lo que aún no acontece?
Muchas veces los seres humanos tendemos a comparar lo conocido con lo nuevo, para sentir certeza de lo que vivimos pero si lo conocido fue desgarrador o nefasto intentaremos evidencias de que tenemos razón para dudar y no entregarnos. Esa comparación es una premisa falsa, buscamos que se repita lo bueno o lo malo, en lugar de simplemente estar presentes en lo que está sucediendo.


Chuchi González
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10 de septiembre de 2013

El desafío de vivir
















Hay tantas cosas que no sabemos para vivir plenos, que deberíamos nacer no con un pan debajo del brazo sino con  un manual de instrucciones.
A falta de eso, la mayoría de nosotros, estropeamos nuestra experiencia y cuando encontramos la clave, ya estamos adentrados en el pantano. Por supuesto que mientras hay vida, hay tiempo, pero las fuerzas no son las mismas, ni los deseos, ni las compañías.
¿ Para qué esperar a que sea demasiado tarde? ¿Por qué mejor no empezar desde ahora mismo a entender el desafío al que nos invita la vida? ¿Para qué estamos vivos? ¿Qué sentido tiene la vida?
Creer que es un derecho la vida, nos para en la soberbia de sostener que todo lo que tenemos nos corresponde por derecho divino. Desde ahí empezamos a especular y a llenarnos de creencias irracionales.

















Pensamientos o ideas falsos, inútiles y que generan malestar emocional.  Si las cosas no son como deseamos entonces tendemos a “Terribilizar".
Magnificamos lo que “no sucede de acuerdo a nuestras expectativas” y minimizamos las bendiciones.
No hay nada demasiado terrible ni demasiado genial, aprendamos a reconocer lo que nos sucede como “Muy bueno”- “Bueno”- “Malo” –“Muy malo” alivianemos la forma de evaluar.
Dejemos de mirar la vida en binomios “Todo o nada” – “ Blanco o negro”… dejemos seducirnos por un abanico de  tonalidades!!!


Chuchi González
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26 de julio de 2013

Volver al primer amor

Dedicado a los días en que con mi madre tomábamos licuados en calle Oroño
CYMERA_20130722_225321Cada quién sabrá cuál es su primer amor. Lo cierto es que en alguna parada imprevista de la vida, uno mira atrás e inexorablemente regresa al primer amor.
Cansada de andar, la flor de panadero tuvo de repente una llamada interna que le susurraba regresar. ¿ A dónde se preguntó? Desde que había elevado su vuelo, iniciando su viaje sin brújula ni maletas, había aprendido a despegarse de todo y de todos, a sabiendas que el camino elegido implicaba la renuncia de otros hechos que en su ausencia se presentarían sin emitir una orden de allanamiento para sus emociones.
Se fue volando lenta y despistada  y como todos los hijos de los panaderos del viento; huracanada, calma, tristona, y sumamente débil.  Ese día, de regreso, se miro en el lago de su espejo y observo que mucho de sí había quedado en los trazos del tiempo desparrama sin secuencia lógica.
Sintió el gran vacío que acontece al temor de vivir, al temor de morir, al temor del penetrante sufrimiento. Sabía que todos estamos enfermos de la vida.  Hay quienes en terapia intensiva, otros ambulatorios, y muchos más con continuas recaídas; pero esa sensación de extravío le era nueva.
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Busco en los libros de los saberes la respuesta envuelta en pastillas para dormir, sin encontrar la paz anhelada, y re enardeció dentro de sí la llama del amor primario. El regreso al origen sin siquiera distinguir el orden exacto: el huevo o la gallina.
En el silencio nocturno se desgarro un grito que penetro la tierra, los mares, las selvas de cemento. Una recurrente idea de regresar a abrazarse a la madreselva  y sentirte protegida bajo sus  pétalos desplumados y su melodía discordante, la seducía.
Todos estamos intoxicados. Las drogas aniquilan nuestras vidas. Más que las amapolas negras, o la harina del trigal narcotizante; las comparaciones odiosas y nefastas que nunca  fallan a la fiesta de lo que es y no gustaría que hubiera sido nos enloquece.
Volver al primer amor es tomar conciencia de lo que es importante para nosotros mismos.  Es conectarnos con la naturaleza que nos dio origen. Mirarnos hacia dentro, escuchar en quienes nos convertirnos. Asumir quienes somos y dejamos de ser. Valorar las raíces. Amar en presente simple YO AMO, y en presente perfecto YO HE AMADO, pero sobre todo en presente continuo YO ESTOY AMANDO.
Amar es la única posibilidad que tenemos para transcurrir la vida con abundancia, y plenitud.   Pero ¿ qué es amar? Amar es construir, construir-nos; es darnos la oportunidad de observar como ama la flor la luz del día y entonces reverdecer en la luz propia, interior, íntima.
Rescatarnos a nosotros mismos, incluso de nosotros mismos.
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La flor de panadero eglógica y sencilla, había despertado grillo esa mañana  y alcanzando el silencio más profundo escucho la voz de la gallina.
- Negra, hay que seguir para delante. Yo te quiero amada niña.
( Y mamá termino la conversación)

Chuchi González

17 de julio de 2013

Las mujeres tienen la culpa.

adan_y_eva_Fernando_Botero_thumb[2][1]¿Sabías que desde que Adán fue expulsado del paraíso, las mujeres tenemos la culpa de todo lo que ocurre en el mundo?




Quizás te suene un tanto ridículo pero es la explicación que podemos darle a la actitud de nuestros hombres cuando salen a la defensiva y no se hacen cargo de lo que les ocupa. Es que en aquel momento Adán al ser confrontado por Dios por haber comido del árbol prohibido, respondió: Fue la mujer que tu me diste.
Pero ¿Qué es y para que sirve la culpa? La culpa es una forma inventada de sacarnos de encima algo que nos corresponde pero de lo que no queremos tener propiedad utilizando métodos como: “la inocencia y su monólogo tranquilizador “yo no fui”, mirar para otro lado o la técnica de hacernos el perro pelotudo, o la gran puesta en escena de Boluda total cuya herramienta fundamental es la negación o el evitar .
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Cuál pelusa conflictiva buscamos arrancarla de nosotros y pasarla – como el juego de la popa- a un ser que tenemos cerca y del cuál estamos seguros de su amor.
Esto último es fundamental en el proceso de “la tengo y  te la paso” puesto que la seguridad de que no se perderá el vínculo, que equivale al famoso “no pasa nada” es vital para el traslado de la estafeta.
Pero… ¿qué hacemos las mujeres con el regalito? 
Nosotras también dijimos “pica” o “ piedra libre” o “yo no la tengo”… Eva sonrojada dijo: la serpiente me convenció! … y pregunto: ¿cuántas veces la serpiente te ha convencido ?
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Lo cierto es que si de nadie es la culpa, entonces es culpa de todos. La pelusita molesta, se empieza a convertir en una madeja de disculpas, daños, prejuicios, y crímenes por pagar.
Nos pasamos la pelota porque somos unos árbitros muy elocuentes a la hora de devaluar o juzgar en forma negativa a los otros. Y al final del camino si la culpa es de otro, uno se siente mejor.  Y ¿Si es nuestra? ¿Por qué nos duele tanto?
Para Kant la culpa no es nada más ni nada menos  que “ una transgresión involuntaria pero imputable” – un sin querer pero con precios a pagar.
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Y toda transgresión es una falta, moralmente estamos adiestrados a “ser perfectos” y molesta mucho darnos cuenta  de que esa seuda-perfección no es más que una exigencia impuesta por la sociedad. ¿Cuál es el remedio a este  juego? Vivirnos en la responsabilidad.
Concedernos el permiso de equivocarnos, de aceptarlo y resarcir.  Pero por sobre todo expandir el concepto a la idea de ser responsables de todas las elecciones que tomamos en nuestras vidas. Comprender que  cada camino  que elegimos genera una respuesta, una consecuencia, y que nuestra habilidad de “responder” habilita nuestro crecimiento personal.
Chuchi González
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5 de julio de 2013

Del por qué escribo y fábula de la avestruz y la jirafa

descargaLa avestruz había aprendido a vivir con la cabeza metida en la tierra, tenía grandes ideas, y muy buenos sentimientos, pero siempre se ocultaba porque tenía la experiencia de que era diferente a los otros animales con los que compartía el hogar. El tamaño del huevo de dónde había nacido era el principal centro de burla de gallinas, patos y pavos reales. Todos tenían alas, pero la avestruz era pesada y torpe, y cuando aleteaba se llevaba consigo más de dos o tres gallinas, por eso se le tenía prohibido hacerlo.
Un día llego a la granja un animal diferente, tan diferente, que era más diferente que la mismísima avestruz. Los patos que siempre habían sido orgullosos y pedantes – pese a sus recurrentes cagadas -  buscaron mil y una  formas para acercarse a la nueva criatura. Las gallinas organizaron un comité de bienvenida, un coro de pio pio con los pollitos más bellos y los pavos reales un show de luces con sus plumajes.
La  avestruz francamente sorprendida miraba desde su profunda trinchera la fiesta y derramaba sus bizarras lágrimas en la polvareda. Pensaba – ¿ por qué a mí no me aceptan si soy de un tamaño similar a esta nueva fulana? – ¿ por qué me rechazan si soy distinta, y a ella que también lo es la aceptan?
Después de un largo rato de lamentación, la nueva integrante se acercó a la abatida, triste y derrumbada bestia.
-Avestruz, yo soy un jirafa, ellos me quieren porque llevo la cabeza en alto, y eso les da seguridad, tú siempre metida en tus temores, observando de reojos, ,sintiéndote esclava de tu propia naturaleza te alejas de ellos, y ellos de ti.  No te das cuenta  pero tu mirada repugnante sobre ti misma es la invitación que le das a los otros para ser mirada.jirafa-1024x768
-La avestruz se sorprendió -  y pensó –
 ¿Cómo podía esa flaquita extraña acercarse a ella y hablarle de tal forma? ¿Qué conocimientos habría alcanzado al vivir en las alturas?
La jirafa se sonrió y le dijo – supongo lo que estas pensando pero allá arriba o ahí abajo el misterio de la magia no está. La verdad de luz está justo en el centro de tu corazón.
Si te amas lo suficiente para aceptar que naciste de un gran huevo o que tu cuello es exageradamente en relación al de los demás, tendrá la sapiencia  justa para amar, y eso te incluye.
Moraleja: La verdad de quienes somos no está en lo que se ve de nuestro aspecto sino en lo que se ve de nuestros actos.
Nuestro valor de hoy: La autenticidad
El desafío: como diría mi querido Jorge Bucay “ El desafío consiste en ser uno mismo, y no en ser lo que los demás quieren de mí”
La propuesta: Aventurarnos a conocernos y a aceptarnos.
¿ Y el por qué escribo?… lo dejo para el lunes….
Buen Fin de semana…
Chuchi González

4 de julio de 2013

Cuando un amigo se va…

P2060028…. me llega a los oídos del alma la voz singular de Alberto Cortés murmurando como una herida rebelde que no quiere cicatrizar…”cuando un amigo se va.. queda un espacio vacío… que no lo puede llenar… la llegada de otro amigo…” 
Es que nosotros los argentinos somos tan territoriales, apegados, aguerridos, necios, tercos con lo que amamos, que cuando amamos cerramos la persiana para cualquier ocasión, es un para siempre teñido a sabiendas de una caducidad de “vida vivida” -como diría Jorge Luis Borges- pero el amor no pasa de moda, ni de tiempo y entonces yo hoy te escribo y escribo siempre – a escondidas de la alegría- con la tenacidad de la tristeza …
“En un rincón del alma
donde tengo la pena
que me dejo tu adiós,
en un rincón del alma
se aburre aquél poema
que nuestro amor creo.”
 ( Extraído de En un rincón del Alma – Alberto Cortez)
Y se me pianta un lagrimón silencioso, y una bocanada de aliento con sabor a mate amargo me acuchilla la boca del estómago que se calla siempre cuando te nombra..
“Invadieron tus sienes sueños grises
y en mis verdes nevaron primaveras,
en tus ojos reposan las quimeras
y en mis verdes navega el viejo Ulises”
(Extraído de Soneto para Mi Padre – Chuchi González)
 
payoy desde que te fuiste… yo soy un cúmulo de cosas por contar, una mujer sin sombra, un pichón de elefante – como me decías –con complejo de avestruz- que busca constantemente un explicación lógica a lo ilógico de tu partida. 
La vida es tan injusta – sádica que nos quiere convencer de que somos poderosos para  que cuando estemos distraídos en el glamour de la banalidad, de un “bife” devolvernos a tierra.
Y yo desde entonces, siempre estoy alerta. No quiero desenfocarme ni perder el rumbo, en ocasiones parpadeo demasiado con piedritas del camino y me mareo porque no veo mi norte, pero rápidamente recuerdo tu afán estoico, tu dolor escrito, tu voz entrecortada, tu mensajes ocultos y me recupero.
Porque si con vos se fue mi fe, y me quede manca de alas…en la inteligencia de mi ser, comprendo que no puede haber mundano sufrimiento que pueda opacarme.
Yo sé que no me lees, ni me ves… pero “desde el día en que te fuiste, papá, siento angustias en mi pecho”
P1220031
Hoy se cumplen 3 años en que un rayo partió tu sueños, borro tu letra, apago tus estrellas, y te extraño. Desde entonces he traído la cabeza mirando hacia atrás y como te extraño.
¿Duelo patológico? Que me importa, si mal que mal sigo avanzando. Solo que me encantaría sentarme a tomar unos mates con las “asesinas” esas media lunas de grasa, leer “La Capital” y pese a que la vida construida es buena, despertar de ella como si fuera un sueño… y encontrarnos en Pasaje Hernandarias.
¡Te quiero y te extraño muchísimo!
Chuchi González

11 de abril de 2013

La aventura de Educar-nos


la-aventura-de-re-educarnos
Todo el tiempo estamos percibiendo a través de nuestros sentidos el universo que llega a nosotros, como una inmensa ola que se derrama en la costa, la información de la realidad nos arrasa, nos conmueve, no penetra, nos alcanza.A cada instante la magia del exterior nos transforma, nos rediseña, nos inventa.
No somos los mismos, náufragos en las aguas del cambio permanente, como figurilla de plastilina vamos adquiriendo diversas formas emocionales, sociales, y relacionales; dejamos huellas en los otros y ellos en nosotros; nos pertenecemos y compartimos sin tomar consciencia de ello.
Parece que nuestra amnesia temporal nos hace jugar en forma individual muchas veces; por eso siempre está el que necesita llegar antes que otros  a un lugar y se pasa el semáforo en rojo; o la persona que no tiene tiempo para esperar su turno en el supermercado y que con ardid logra pasarse, los que no pueden guardar un papel en la bolsa y lo echan al piso; los que no sonríen ni saludan porque están de mal humor, los que sabotean la alegría ajena porque son creyentes férreos de que todo está mal.
Y así como partículas dispersas vamos por el mundo, construyendo y destruyendo a nuestro antojo, olvidando la unidad. Pero aún sin recordarla formamos parte de ella. Por eso nuestras elecciones inconscientes repercuten más que nuestra necedad. Es tiempo de que seamos responsables de los actos que asumidos y ejecutamos, y que entendamos que lo que hacemos hoy en este presente, también implica desventajas tal vez para otros individuos que ni siquiera están vivos aún.
Llegó la hora de educarnos. Buceando en la etimología de la palabraEducación, la misma deriva de la voz latina “educere” que implica conducir, guiar, es decir que al hablar de la propia educación, la íntima y personal, la que cada día nos inferimos, hablamos de auto-conducirnos o auto-guiarnos.
La pregunta que surge es más que obvia ¿En qué habremos de auto-conducirnos? ¿En qué nos hemos auto-guiado hasta ahora? Y entonces deberíamos observar nuestra vida con un grado de inocencia, e ingenuidad, y si los resultados no son los que deseábamos, probablemente tendremos como respuesta que nos auto-guiamos en el sendero de la masa o de la corriente; en el estado de ánimo de pesimismo y resistencia, en la esperanza vana, en el mal humor, en el apego, en el desamor, en el miedo.
Es que en la aventura de educar-nos compartimos con los demás valores, códigos de conductas, paradigmas, “verdades que la sociedad maneja como absolutas” y toda esa fuente de conocimiento nos instruye a elegir lo que elegimos. Si me he guiado por el camino de que la vida es difícil para una mujer, que a determinada edad ya soy vieja y se cierran las posibilidades para volver a empezar; lo más factible será que aún con los sueños guajiros de hacer algo diferente por mi vida, insista en seguir con una relación o matrimonio que no me satisfacen, pero después de todo ¡así es la vida!
Por el contrario, si me he regido por la libertad personal, en un contexto de armonía y paz, lo más probable será que no importa la edad que tenga, siempre seré joven para emprender nuevos horizontes y entusiasta para encontrar posibilidades.
No se trata de que creamos que la vida es simple y sencilla, pero aunque no lo creas así lo es, somos los seres humanos los que a través de nuestras interpretaciones la tornamos viciada y dura.
¿Por qué entonces no nos atrevemos a re- educarnos? Si nos enseñaron que dos por tres es seis, corramos el riesgo ahora de creer y sostener que uno más uno no son dos, son un equipo; que todos  vivimos en un contexto de interdependencia, que la autosuficiencia  es el un invento de un alma con baja autoestima.
Escrito por: Chuchi Gonzalez

25 de marzo de 2013

Amarse …

b22“Si te amas a ti mismo, no dañas a nadie” encontré esta frase en uno de esos cuadernos escritos a la ligera en letra mal-escrita como de médico en consulta. Y lo que no buscaba porque ni siquiera sabia que existía me asalto en la sorpresa y embarazo de creatividad.
¿Qué hago ahora con esta inocente y poco fútil oración desbordante? – pensé mientras me frotaba la cabeza como si quisiera que ese acto brotarán las ideas.
Recordar esa misterio perdido me encendió de inquietud.  ¿Cuánto tiempo habría estado ahí escondido entre otras letras? Yo sabía cuánto y cómo; pero ignoraba en el hoy que eso estaba ahí.
Lo sabía en la practica de la vida misma; lo escribí hace menos de tres años, unos pocos días antes de la muerte de mi padre.
Y algo tan hermoso ( Cómo quién sabe cuántas otras tantas cosas) yacía olvidado o latente  a la esperaba paciente que lo recogiera como quien se zambulle en un arroyo fresco a despabilarse de la vida.
images (14)Recordé que en los último kilómetros de mi viaje no había damnificados a lo largo del camino. Llevaba unas cuantísimas estaciones sin cuentas pendientes, sin resentimientos marchitos, sin venganzas por cobrar, sin vergüenzas que pagar.
Acepte que la armonía en la que transcurren mis pasos es el resultado de esa fórmula perfecta que coloca el eje de la vida en nuestro corazón.
En la eficaz paradoja de “sabernos lo más importante de nuestra vida”…reconociendo que “sólo sin nosotros no podemos vivir”. Certezas que dos por tres o dos por cuatro había generado malos entendidos entre mis semejantes. En la cultura del sufrimiento todos quieren sentirse el veneno o el gatillo fácil del otro. ¡Ojo alguna vez yo también pequé de indispensable! Pero ya es prueba superada y archivada.
“Si te amas a ti mismo, no dañas a nadie” … Por supuesto recalque con la voz enérgica de hallazgo, porque cuando “uno se ama a sí mismo” vive en la experiencia del amor… de lo contrario, al carecer de amor cree erróneamente que no  lo merece … uno da de lo que está hecho…
images (15)Lo contrario de amarse es resistirse… y al resistirte te rechazas, te apartas del camino, te haces menos, no te valoras, te menosprecias…. y desde ese dolor te vinculas…
Por eso si no te amas, dañas…lastima…porque tu dolor evoca remordimientos y falta de aceptación.
Si te amas… te reconoces… te aceptas…te sientes orgullo de ser quién eres… con tus raíces ( aún podridas) con tus defectos    (incluso los más molestos para ti) y tus virtudes    ( aunque no sean muchas)
AMARSE no implica la acumulación de capacidades vs las metidas de patas. Ni mucho menos es menester tener mas puntos positivos que negativos…o ser brillante o delgado o estar a la moda.
AMARSE es darnos cuenta de que la gran capacidad que tenemos es la de amar….y si aún no le quitaste el embalaje de fábrica… ¡qué esperas!
images (11)Cuando te amas te reconoces tal cual eres, esto no significa que dos por tres no te dan ataques de nobleza quejica… a veces la queja es un detonador para avanzar más casilleros… pero no abuses puede paralizarte.
Pero a la vez, te permite aceptar a los demás en forma incondicional. Es decir, dejarás de andar  a la caza de “cambiar a las personas”… desarrollará en ti el poder del perdón y la búsqueda de la empatía.
Cuando dejé de castigarme por no ser quién alguna vez creía que debía ser… cuando acepte que soy una versión mejorada de mi misma… cuando renuncie a ser lo que no puedo ser y acaricie sin más la que soy… dejé de lastimar a los demás… aprendí a colaborar, a ser apoyo, a vivir en honestidad, en abundancia, a crear un puente de amor entre mi mundo y el de los demás.
Chuchi GonzálezSP_NotTooShabby_Penelope_PaperCircles_smile

4 de enero de 2013

Año nuevo… propósitos viejos

Cada inicio de año armamos una lista de deseos…tácita o por escrito… nuestro orate corazón se arremete al viaje de adentrarse a la fantasía de lo que deseamos, y no tenemos... y al finalizar el ciclo… las metas… los sueños… siguen siendo un trozo de memoria o de papel…¿ qué nos sucede? ¿ acaso nos falta la energía necesaria para crear y crecer? ¿ valor? ¿ coraje? ¿entusiasmo?…Lo peor de este mundo es vivir parado en el constante anhelo… desear.. fruncir los labios, aspirar y pensar “¿porqué yo nunca?” y quedarnos ahí devastados, tristes y envidiosos… posterga toda obra, toda construcción, toda creación evolutiva. Los propósitos no son más que tus deseos aún no materializados… y los viejos propósitos no son más que tus miedos hablando, contando historias, buscando excusas. En la vida, y cada día se suceden muchas situaciones, circunstancias, fortuitos; y hay gentes que bajan los brazos, y otras que se arremangan para seguir duro. Alcanzar o no alcanzar los sueños depende de tu capacidad de productividad… te has preguntado ¿ que tan productivo eres en tu vida? William Shakespeare escribió “somos del mismo material que se tejen los sueños”… ¿qué habrá querido decir?…me arriesgo a decir que tejemos nuestros sueños con la misma materia que hemos forjado a nuestra personalidad. Que si hacemos un balance de quienes somos  y nos damos a la tarea de observarnos con honestidad emocional, podremos comprender porque siempre en el tintero queda todo aquello que soñamos. Lo difícil de alcanzar la vida que deseamos no está en el entorno o en la poca probabilidad de lo soñado… está en nuestro compromiso. ¿Nos comprometemos con lo que queremos o con lo que va surgiendo en el camino? ¿ Con lo que pretendemos o con lo que nos dicen que debemos pretender?
“El hombre se auto-realiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida” ( V. Frankl)
Chuchi González

13 de diciembre de 2012

Jueves 13 de diciembre…2012

Y de repente tengo la sensación como que hubo una explosión de conciencia… la gente comienza a darse cuenta de… y se auto-proclama profeta… el amor es la letra del tango que rezan… la nueva era empezará a dar sus pasos… y la vieja… entre bastones, chanclas, y rezongos se irá a morir en el rincón junto con los malos recuerdos. El fin se acerca minucioso y voraz al mismo tiempo…y todo lo nuevo y común se revitaliza…Creemos y creamos a partir de una nueva hoja de mes… un mundo de sensaciones satisfactorias, plenas, pacíficas… no nos ha alcanzado doce ítems…ni 365 escalones… otra oportunidad … otra oportunidad… mientras haya vida… la tenemos… Lo cruento es que todo es tan endeble…y tan extremo… estamos, estaremos, estuvimos… y en un instante somos tributo…homenaje… A veces con el despertar invocamos nuestra peculiar soledad…y fileteamos la hora de la despida como una macabra obra de teatro…
¿Quién nos llorará el día en que colguemos lo botines?… ¿Quién nos llevarás flores rojas robadas de los jardines de Quilmes?…
Por eso cuando tuve la oportunidad me morí de la risa… a carcajadas de boca abierta … y cuando me enojé… lo grité sin disimulo…a bocanadas de cara de culo sin pedir perdón por ello… pero cuando me equivoqué … ofrecí una… dos … o tres disculpas y actué en consecuencia… y cuando ya sentí no poder más… grité: “a veces un campeón también cae”… Me subí a la colina de la vida y amé… y amo.. con las ventajas y desventajas de jugar en equipo…hostigando al ego… proclamando la muerte de la razón…aprendiendo a ceder… a compartir – más que cajones y espacios – … a comprender – aún sin estar de acuerdo – … haciendo siempre el es (extra) fuerzo ( fuerza) de sentir que  y cómo “actuaria yo si estuviese en ese y desde esa lugar”…
¿Porque que me importa saber quién no faltará destierro? … Si aún con escribano público nadie puede afirmarlo… sólo sé que yo con certeza estaré ahí …es día tan poco indicado… tan condenadamente desafortunado…en que estas manos dejarán de bailar al compás del teclado… en que estos ojos no se aguarán más en el mar de la melancolía… en que mi impronta no dejará más huellas al andar…
Por eso… mientras tanto…voy y vengo…subo y bajo…espero y desespero… escucho y callo…me expongo y me reservo…y aprendo… como la vida en su salsa… y doy gracias, gracias por esta oportunidad!!!.
Chuchi González

5 de octubre de 2012

Confiar en el amor

La confianza es un juicio de valor que me dice al oído que esa otra persona actuará de tal o cual forma en una situación dada. A nivel social, la confianza, sirve para generar un espacio de certidumbre, de regularidad y previsibilidad dentro de un marco tan incierto como es la vida.
Pero ¿ Cómo se confía? ¿al cien? ¿ a todo o a nada? ¿ de primera o segunda vista?
Creemos erróneamente que la confianza se pierde, y que a medida que pasa el tiempo uno puede ir aflojando la cuerda y cediendo en la habilidad de confiar. Y que al confiar puedo hacerlo en todas la áreas de la vida.
Sin embargo, la confianza como creencia generadora de oportunidades y poder, se sustenta en tres juicios más ellos son:
La sinceridad ( La coherencia entre lo que digo ( dijo) y hago (hace)
La confiabilidad ( El historial de mi ( o su ) congruencia
El área donde emito el juicio ( espacio en dónde ejerceré mi juicio de confianza)
Confiar o no confiar es una elección, dado que la confianza es un juicio, las personas fundan su desconfianza o confianza en los hechos del pasado.
Pero arbitrariamente, la fijan sobre la meseta de la totalidad. Es a todo o nada.
Podemos confiar en un persona para determinadas acciones y aún así no para otras. No tenemos habilidades para todo. Somos seres con limitaciones y eso nos constituye en humamos.
Lo mismo sucede en el ámbito amoroso, si en el pasado las relaciones no fueron exitosas eso no implica ni fundamenta que en el presente sean de la misma manera.
Tenemos el libre albedrío de elegir darnos, confiar, y vivir experiencias maravillosas o atarnos a los recuerdos y cubrirnos de armaduras por si acaso.  Y pudiendo elegir lo mejor para nosotros ¿ para qué desconfiar?
El amor es una energía que nos mueve a crear, y establecer puentes entre uno y el encuentro con el otro…es una conexión que viaja desde mi centro al centro del universo.
Confiar en el amor es más que creer en una persona o en una relación, es abrazarnos con la vida, es disfrutar de cada momento, es despertarnos a la convicción de que somos creadores.


Chuchi González

7 de septiembre de 2012

Yo tengo un perro

Yo tengo un perro, entre otras cosas. Cosas pesadas, livianas, olvidables como el paraguas, entrañables como Juancito – el oso que mi papá me regalo al nacer-; cosas que denomino “coso” que encierran un sin número de objetos – cómo el coso donde van tal o cual cosa – por ejemplo. También tengo personas, muchas, altas, bajas, flacas, gordas. Algunas nacionales y otras extranjeras, dependiendo de donde yo este mirándolas. Y alguna que otra planta que aún no ha decidido abandonarme.
De todos los tesoros que tengo y comparto con el mundo; mi perro ocupa un espacio especial en mi corazón, bien al lado del lugarcito concedido a mis personas.
Para otros tal vez un perro, es una cosa o un coso, o simplemente un perro. Pero para mí, mi perro, no sólo es “ mi perro” sino que simboliza lo que yo soy para él.
La fórmula vendría a ser más o menos así: Mi perro es = [(  mi perro + yo su dueña) x el tiempo compartido + el amor construido]
El punto es que hoy mi perro cumpleaños… 5 años para ser más exacta. Y lo miro y siento que toda la vida estuvo conmigo… me pongo a pensar si acaso ¿ no será un ángel que me acompaño desde el anonimato hasta que se disfrazó de perro?… Mi Tango hermoso hoy sumamos un año más juntos… y lo que resta de nuestras vidas serán lamidas y juegos…huesos desparramados por la sala… peluches pertrechados… y siempre tu mirada inocente y tu lengua rosa chicle esperándome en la puerta.
Te amo! 
Chuchi González

5 de julio de 2012

Cuando no te la crees…

Cuando no te la crees, no la creas.  Me paro desde mi mundo gordo y trompico  y observo. Y veo a unos,  otros y a muchos más. Todos cada día resistiendo el hecho de poder ser felices. Conceptualizando sus ideales de felicidad como fórmulas matemáticas imposibles de resolver, avivando fantasmas dormidos y repletos de tierra del pasado, rumeando creencias limitantes acerca de sus posibilidades de ser o no ser.
Cuando tú no te la crees, no la creas. Es la recurrente frase del verbo CREER Y CREAR – Yo creo lo que creo – Repetitiva en mi blog, en mis charlas, en mis entrenamientos – pero como diría la Señora Mirtha Legrand “ El público se renueva” -
¿Qué importa lo que sucedió en el pasado? Es sólo recuerdo. No hay ley natural que establezca que en el presente tenga que repetirse.
Y si se repite… no es a causa de un embrujo diabólico… es consecuencia de tu forma de mirar, entregarte y creer.
Cuando vas por la vida arrastrando la idea de que nada mereces,te comportas de manera tal, que todos los que te rodean te huyen; se esconden, te evitan.
Tu creas tu realidad. Porque desde tu mente corazón digitas las moléculas blancas brillantes del mundo que creas con cada pensamiento.
Cuando vas por la vida desconfiando, inseguro, con la pretensión profética de que serás traicionado; tus defensas se comportarán de forma tal, al igual que una enfermedad autoinmune terminarás atacando lo bueno.
Por eso aprende entre tantas cosas solo algunas, y entre ellas esta: tu creas lo que crees. Si no te la crees no la creas.
Chamalú – Chamán, indio quechua de Bolivia – escribe:
“ No hermano, no te pongas triste, ¿no te das cuenta de que tus limitaciones son en realidad tus potencialidades esperando a ser liberadas?”
                                                                                                                              Chuchi González

20 de noviembre de 2011

Los restos del niño que fui…

Es mi entrada 100. No sé aún porque “100” es como la “ostia”; se celebran los “100 programas al aire”, “100 emisiones radiales”; “100 entradas en un blog”; tal vez ni siquiera se celebre; tal vez sólo algunos que otros lo han hecho, lo he escuchado, y acá estoy siguiendo un paradigma que tal vez nadie “se re formulo ¿ por qué carajos cien?
Busco en internet sobre el 100; y me dice que es el número que precede al 99; ¿No es fantástica tal simple explicación? ¿No raya en lo irrisorio? ¿Acaso la vida humana no sería mejor si todas las dudas tuvieran respuestas así de sencillas?
Y mientras voy y vengo pensando sobre qué escribir en mi entrada número “100”; enciendo el televisor y veo unos ojos grandes como avellanas maduras inmersos en una sonrisa de “Colgate” traviesa; y me informo que es TOMÁS; que su imagen pertenece a quién fuese un niño de 9 años asesinado a golpes por las manos de su padrastro.
Se me hace un nudo en la garganta y la piel se me enciende erizada de escalofrío. Tengo un sobrino de cinco años; tan vulnerable como él, un sobrino postizo de cuatro años, tan vulnerable como ellos dos, y como otros tantos, que día con día mueren asfixiados en las mentiras y odios de los adultos.
Escucho que dicen “ los restos de…” e inmediatamente e irremediablemente ( y elijo abusar ahora mismo de los adverbios terminados en mente) la imagen de mi papá viene a mi mente; “su restos”, “los restos de quién fuera en vida mi padre se me asemejan a una bolsa de huesos y carne caducada con un letrero que indica “resignación”.
Resignación, la puta madre. Es el peor de los sentimientos. Es el juicio de valor que indica “esto es lo que hay” – ¿Los restos? ¿Sólo los restos?- que expone “ya no se puede nada más que hacer” –¿No se puede nada más que hacer con mi padre, con Tomás o con los asesinos mentales que enfadados de odio aniquilan las vidas que florecen?
Me quedo pensando, que tanta tristeza y angustia en una entrada número 100 no era lo que tenía pensado cuando escribí la entrada número 1; pero tampoco nada de lo vivido de la 1 a la 100 lo había planificado, sostenido, o insinuado.
En la “1” papá estaba enfermo de una  (mierda enfermedad llamada con nombre y apellido MIELOMA MULTIPLE ) enfermedad crónica terminal y en la 100 “sus restos son abono de la tierra”.
En la “1” Tomas jugaba a la pelota – tal vez – e imaginaba que de grande sería bombero o maestro  ( a la edad de Tomas siempre queremos ser súper héroes de sueldo magro) y en la 100 “sus restos se examinan, observan e investigan en pericias policiales”.
¡Cuántas cosas pasan del 1 al 100!
¡Cuántas vidas se desploman, una tras otra, sin sentido!
Y nosotros, los que seguimos en el milagro de la vida ¿ Qué hacemos por los que no están, por los que están, por los que echaron?
El 25 de noviembre es el día de la Lucha contra la Violencia de Género; ¿ será que se tendrá que inaugurar un nuevo día de lucha contra la violencia desgarradora de ser motín de asuntos de pareja?
¿Cómo puede un hombre matar a otro hombre? No me entra en la mente, en la razón, en mi ilógica lógica; pero más aún ¿Cómo puede un padre, un padrastro matar a un hombrecito indefenso, lleno de sueños, ilusiones, días por vivir?
La ley del Talión – ojo por ojo – Ya nos ha dejado a la sociedad ciega.
Es la entrada número 100, una entrada desordenada, pasional, y para mí de inmensa tristeza. A veces siento que cuando empiezo a armar el rompecabezas de la vida, viene un viento norte y me desordena todas las piezas por todos lados; y recomponerme me lleva un tiempo prudencial, en que me sumerjo al fondo de mi misma y luego salgo.
¿Qué pasará por la cabeza de la madre de Tomás? ¿Qué tendrá que ver el amor con este desenlace? ¿Qué pasará en la cabeza de los niños, de los compañeros de Tomás, de los que escuchan la radio o ven noticias en la tele? ¿Se incrementará el miedo a los adultos?
¿Qué habrá pasado por la cabeza de mi padre antes de morir? Es la misma pregunta que me pregunto desde que murió mi abuela.
¿Qué se sentirá percibir a la muerte, oler su figura? ¿ Qué habrá pensado Tomas, Candela, Pupi?
Todo lo que queda de ellos son los restos, los restos de los niños que fueron.
Los recuerdos de quién pueda recordarlos.Qué en paz descansemos nosotros, los vivos, si es que podemos. Nuestros muertos pertenecen a nuestros recuerdos.
Me quiero quedar con la fantasía de creer, que ahora son ángeles volando libres.
 Chuchi González

5 de noviembre de 2011

Cuando amas a alguien…

Anoche dormimos juntos. Creo que me extrañaba. Y yo a él. Aunque ninguno lo manifestara, la distancia impuesta por la rutina, nos empezó a calar en el alma  y sin dar el brazo a torcer, coincidimos en la cama; de cucharita; respirando al mismo ritmo; y él llenándome de besos los brazos que lo contenían.
Estoy enamorada. Lo sé porque mirarlo me emociona. Lo sé porque mi locura callejera se me olvida cuando me devuelve en su mirada la proyección de quién soy. Lo sé porque me estremece verlo alegre, y cómplice. Lo sé porque sus silencios que esconden reproches y reclamos; me alivian para que siga en mis metas. Lo sé porque el poco tiempo compartido, es una epifanía que corona de gloriosos instantes nuestras vidas. Lo sé porque me enternece.
Somos diferentes. Sus necesidades y deseos, son tan adversos a los míos; y aún así lo comprendo; su presencia me permitió ser empática. Mis gustos y necesidades son muy diferentes a las suyas; y aún así, me da los espacios suficientes para que eche a volar; vaya y venga.
No recuerdo a ver tenido otra relación tan profunda, leal, e intensa. Es tan romántico, que a veces me asfixia con lo mismo que me seduce: su cascada de besos dulces; su espontaneidad absoluta, su exquisita honestidad emocional.
No le importa quién nos ve. No espera a estar solos para ser afectuoso. Aunque a veces reacciona con recelo si yo me sobrepaso en la calle. Siento celos – entonces – porque su EGO de DON JUAN; a veces nos juega una mala pasada. Quiere ser visto en su grandeza, libre, y seguro; alejado de cursilerías como el amor. Pero pese a eso se que me ama.
Se que no habrá otra mujer como yo para él en la vida. Que conocerá algunas más, tal vez – no lo sé –pero sé que yo seré la única, la mejor; la bien amada. Y él para mí, el único. Aunque vengan otros, tal vez sí, tal vez no.
Anoche dormimos juntos. De cerca, conectados. Y ahora mientras escribo, lo extraño. No veo la hora de volver a tenerlo entre mis brazos. Sentir su respiración, su calor, su afecto.
Deberé esperar unas horas más hasta regresar a casa. Y entonces cuando la puerta se abra, vendrá corriendo hacia mí, a recibirme con la euforia de siempre, a darme la bienvenida a nuestro hogar. Vendrá con una prisa atormentada; sacudiendo como caballo loco su cuerpo; y su cola agitada como un colibrí en primavera.
                                                                   Chuchi Gonzalez

13 de octubre de 2011

El día en que perdí mi iPod touch

Dedicado a la recepcionista de mi gimnasio
“Flaca, no me claves tus puñales por la espalda”
( Andrés Calamaro)
Antes de ayer en un disparatado guardar cosas en mi bolso del gimnasio, deje en la estantería de mochilas y termos, boca abajo mi fiel iPod touch repleto hasta la coronilla de rock y pop argentino.
A las 8 horas del descuido, advertí su ausencia, es bien cierto que uno se da cuenta de lo que tenía cuando no lo tiene; ¿ dónde lo dejé? – pregunta interior con temor a la respuesta interna. ¡ Me lo olvidé en el gym! exclamé entre una bronca entristecida y enojona.
Llamé al lugar de los hechos en espera de una buena noticia, pero nadie sabia de él. Acepte con total renuncia el final de nuestra historia. Más sin embargo algo en mí no advertí la partida. Al otro día llamé al turno de la mañana y volví a preguntar por él. Nadie sabia nada. Se prestaron a buscarlo y al llegar a la sesión habitual, la recepcionista me dio la noticia con cara desanimada, como intentando ser empática con mi pérdida. Acepte con absoluto estoicismo.
¿Cuánto tiempo estaría ahora sin iPod? ¿ Qué llevaría para alivianar el contacto social a mi rutina? ¿ Un tocadiscos portátil? ¿ Un pasacasete? ¿ Un discman?
Hoy en la mañana me aventuré a hacer todo “justo a tiempo” y salí rauda y feliz a mi entrenamiento; a falta de iPod, buenas son las cantadas matutinas…
Buen díaaaa – dije, con la voz tomada aún por el sueño y el cansancio personal-
Buen díaaaa – dijo la empática empleada
Al rato llega mi cómplice y todo Fernanda y me comenta que habían encontrado mi “iPod pero que no me había dicho la empleada recepcionista porque “yo estaba molesta”
Me sonreí con cierto sarcasmo propio de mi alma embrujada y me quede pensando, lo que ahora se transforma en “entrada reflexiva”
¿Qué derecho tienen los otros sobre nuestros bienes? ¿Qué derecho tienen los demás a proyectar en nosotros estados de ánimos que no nos pertenecen? ¿ Y qué derecho aún tienen para elegir devolvernos o no lo que es nuestro? ¿Desde dónde alguien que no te conoce puede inferir y sentenciar una emoción, por juzgar un aspecto físico, una gesto sereno, una cara con signos de recién me levanto? ¿Cuántas veces seremos juzgados en silencio y privados de lo que nos corresponde por estos personajes que se arrogan el derecho sobre lo que no les compete?
¡Qué fatalidad moral y ética! Mi iPod por elección de un no sé quién sigue preso en un cajón bajo llave, desnutriéndose, y sin cumplir su misión personal que es “reproducir sentidos/sonidos”. Y todo por el sin sentido de “alguien” que trae a la realidad objetiva, un recuerdo del pasado. ¿Será que su madre o su novio cuando recién se levantan están “molestos” o “enfadados”? ¿Será que la señorita empática agotó su posibilidad de identificarse intelectual y emotivamente conmigo, actuó con prisa y sin pena?
¿Por qué carajos la gente cree que hay dos emociones posibles de ser sentidas: enojo y alegría?
Si vas con la cara de cajita feliz, optimista pelotudo, te dicen ALEGRE. Si vas con la cara seria, reflexivo, te dicen ENOJADO. Acaso, ¿ tan pequeño creen que es el mundo de las emociones?
Cuando miramos la vida desde un lugar tan reduccionista cerramos posibilidades a los que nos rodean y por supuesto a nosotros mismos. Sentenciar desde una escueta altura moral no hace más que ser que sesgar a los que no son comunes a nosotros; a los que difieren en sus creencias, a los que aman diferente, a los que piensan distinto, a los que viven la vida en otra corriente. Es no ACEPTAR la diversidad como un elemento LEGITIMO.
Chuchi González






23 de septiembre de 2011

Palabras a mi padre; palabras que no escuchará.

Dos lágrimas, son las que rebasan mi vaso, el de mis ojos verdes aceitunas, verde marihuana, verdes como las náyades; como Minerva. Verdes como la esperanza que no existe de volver a verte. Verdes como la humedad que corroe mi alma.
Es que el mundo gira, enorme, redondo, egoísta sobre su propio eje, ególatra sobre la ruta de los demás; indiferente, frío, y amenazante.
La vida se asemeja a una gardenia bella y marchita, que a pesar de todo sigue teniendo un perfume especial; aunque poco a poco se pone amarilla, como los recuerdos que nos quedaron a vos y a mí. Cómo las páginas del libro que estoy leyendo, una biografía del Che Guevara; que ha comenzado con la casualidad de que ambos – él y yo nacimos el mismo día, en la misma ciudad-; cómo si el 14 de junio fuese una fecha privativa de mi ser. Más sin embargo celebro. No comprendo con exacta justicia emocional lo que celebro, pero celebro. En la fantasía intelectual coincidir con el guerrero ¿ me volverá guerrera? Tal vez, empiece con esto a encontrar más explicaciones a la montaña rusa de mi vida.
Tengo tantas preguntas sin respuestas, que me cuesta tragar saliva y dejar de aspirar los mocos de la tristeza.  Me siento inundada de una soledad absoluta e incompatible con cualquier felicidad mundana.
¡Es que te extraño!
Mientras el paso del tiempo no trae consuelo; y firme sigue su meta de transcurrir pese a todo; yo sigo de duelo.
… y me siento en un profundo silencio.
Chuchi González

22 de septiembre de 2011

Un cuento para inspirar al otoño…



Desde el ayer has venido

Recuerdo que el jardín que abrazaba nuestra casa, tenía unas guardas de margaritas, un limonero seco, y un rosal de encendido bermellón afelpado y peligrosas espinas que hacían frente a la tentación de los que pasan de madrugada entre arrumacos y promesas.
Pero las margaritas eran nuestras preferidas. Sencillas, evidentes, lactescentes y de pétalos alborotados, parecían pinceladas descuidadas de la naturaleza y detentaban el ensueño de ser el oráculo del amor.
Infinidades de veces deshojamos margaritas durante las tardecitas del verano. Cuando el sol oxidaba, hasta los verdes más membrudos, enmascarado de naranja sofocante, e imaginábamos que las semillas de las sandias eran escarabajos que invadirían nuestro mundo.
Un mundo de arroyos cristalinos y hojas secas navegantes, piedras grises que nos legaron ampollas, un viento que nos estremecía hasta las lágrimas, cuando nos divertía abrir los ojos hasta el máximo como si fuesen las puertas de la parroquia que pendía de la pobreza en la cumbre de la colina. Y no parpadeábamos para recibir la confesión de esas ráfagas, para hilvanar historias a los pies de un fogón.
Y en las crujientes ramas sacrificadas, vos cocinabas las más dulces de las mentiras. Mis sentidos absortos se dejaban embelesar por tus fantasías y coronabas la inocencia de mi ingenuidad con la algarabía de tus risotadas. Yo nunca lograba, y ahora pienso que no lo intenté, asombrarte con mis fábulas.
Tal vez se decidió, aquella mañana en que nos sinceramos, y creamos la alquimia que nos aprisionó a la gula de los besos, y al tacto de unas pieles oliváceas, asoleadas y barnizadas por la ardiente juventud que nos devoraba el alma.
Quizás, en ese preciso instante en que bebí de tu cáliz la miel de tu aliento pactamos el juego del enamoramiento.
De ahí en adelante, tú serías el mar, yo la playa; y tú vendrías siempre a mí con una actitud avasallante, como la marea al ritmo de los astros, dándome la sal de tu belleza y dejándome el recuerdo de tu paso en el oro caliente y fino de mi geografía. Y yo sin resistencia te recibía, como las tierras sedientas absorben con exasperación el sollozo contenido de las nubes.
Y así, te adentrabas en mi camino de corales a desahogar el ímpetu de la pasión y a descansar los sueños. Y aquella noche en la espesura del bosque, cuando las estrellas en el terciopelo negro del cielo nos espiaban, disfrazado de primavera me hiciste florecer desde lo más recóndito de mi vientre un fruto.
Aún puedo revivir el regocijo de tu rostro y la luz que destellaba tu mirar al percibir como se desdibujaba mi cintura adolescente.
Mis senos henchidos parecían granadas maduras y la comba de mi abdomen, la luna que gestaba el gemir de nuestro amor. Y sonreías.
Y el eco de tu desordenado risoteo se impregnó en el eco del silencio cuando te eclipsó un hechizo de muerte y te escondiste de mí.
Y te alejaste como los barriletes que remontábamos, que en un abrir indiscreto de las manos se nos escapaban y volaban a costa nuevas sin mirar hacia atrás.
Y te busqué en cada plegaria, en todos los amaneceres, en los fuegos mortecinos del horizonte. Y famélica de quimeras, de fuerzas para tejer la senda de mis pasos... Cuando me ganó la desesperanza y mi vida se transformó en una película muda…después de un tiempo, yo también me fui.
No sé decirte a dónde ni cómo. Un velo cubrió la conciencia de mi mente y de mi alma. Tal vez deambulé sin rumbo, intentando regresar a vos.
……………………………………………………………………………………………………………………….
- Carlos, ¿que hora tienes? …. deje mi reloj en la antesala del baño…Y basta por dios! ya no insistas, estoy bien. ¿Tan tarde se hizo?...
En sólo treinta minutos el encanto se quebrará y se turbará entre el jadeo del tabaco y el burbujeo del alcohol de esta noche fáustica. Me urge la necesidad de que desvíes tu mirada y te deslices por el túnel de mis ojos y me encuentres. La clepsidra está llorando sus últimas lágrimas.
- Una copa más…. Nada más… no quiero obnubilar mi mente; mañana debo ir al estudio a primera hora. NOOO!, no quiero irme… solo dije que era tarde nada mas, un pensamiento en voz alta. Es verdad Carlos, lo habíamos planeado desde hace semanas, pero hombre!!!… aquí estamos… ¿no?
En veinte minutos, será medianoche. Pero mírame al menos una vez, y descubrime antes de que sea demasiado tarde. Sé que la realidad es el abismo que nos une y nos conecta y me siento cual abeja que zumba en el jardín de un país de ensueño, no esperaba encontrarte en este lugar de máscaras ambiguas.
Creo que la distancia deja de ser un hidalgo de compromisos y misterios y trasmuta en molinos gigantes que bostezan el hálito furtivo de lo que podría haber ocurrido, pero recuerda el ahora.
Y en mi presente está este buen hombre, mi Carlos; pero devuelta tu imagen a mis retinas, también estás tú. Y la nostalgia de la reminiscencia me impregna de incertidumbres. Carlos y tú, comensales de un mismo ágape.
Quizás tú no lo recuerdes, pero yo... estoy... viéndonos en nuestro ayer y una grieta me rasga el corazón de lado a lado. Y Carlos, cree que la frialdad que me cubre los hombros es consecuencia de algún descuido doméstico; y yo no se como disimular el fuego que la memoria desató desde las cenizas.
¡ Aún puedo sentirte.!
La música de las gaviotas y el tatuaje de tu boca estampado en mi frente,... quizás si las tinieblas de la lontananza despejaran tu alma dormida, tal vez murmurarías mi nombre. El que entonces gritabas y la naturaleza rumoreaba; y me dirías: ¡ piedra libre para vos que estás deshojando margaritas, y yo estoy acá en tu frenético presente para cuidar las alegrías que te brotan desde la garganta sedienta de mí!... y yo sonreiría.
Y en mi antiguo nombre descubrirías la infinita travesura del destino; el encadenamiento de nombres y rostros, de pueblos y ciudades, meciéndose en la nebulosa del cosmos, trazando estelas de fuego para individualizar lo indistinguible.
Y comprenderías que el proyecto de nuestras existencias es más extenso que la anchura que luce con soberbia el océano.
Tan solo una pieza desordenada del rompecabezas de nuestras vidas altera la remembranza aletargada y la luz se enciende pura y etérea hasta cegarnos con la verdad. Y en mi caos, tu risa desbordante aceleró el influjo de imágenes que sucumbían en el adormilamiento de un pasado bucólico de una época extraviada tras el polvo de la tierra y el fin.
Y hoy,... estás de nuevo frente a mí, con muchos años menos que la última vez.
Y yo,... la misma alma encerrada en otra cárcel de carne y huesos, reviviendo el jadeo incansable de tu ansia y las caricias que con otras manos me dibujaste en el cuerpo.
Si tan solo, me mirases un instante... faltan pocos minutos para que todo que tras un manto de pérfido olvido. Tanto tiempo te estuve buscando a través de los años y de los siglos, para recomenzar lo que dejaste trunco aquella vez de sudestada y naufragio.
No viste nacer a tu hijo y la presencia de tu ausencia en nuestra casona marchito las margaritas de nuestro jardín y la noche nevó el dolor del cuchillo que se enredo entre mis venas. Desde la sangre y con la cadencia de los borbotones del líquido carmesí salpicando nuestra cama, y la desazón de quienes me hallaron sin respiración; comencé el peregrinaje hacia vos. Para reprocharte el abandono, para lamer las heridas que te causaron, para reivindicar los errores, para justificar los propios... para amarte otra vez...
... y ahora lo sé, todo fue en vano.. el día en que cerraste los ojos y el mundo dejo de girar para ti… ese era el último día del Amor, del nuestro.
No supe comprender la sorna del sino. Y ahora lo sé, todo fue en vano... no tuve la astucia de aceptar lo inexorable.
Faltan sólo dos minutos, si al menos me miraras, me consagrarías con la paz que en la lucha por retenerte mil veces abdique...
... Hoy todo es extrañeza. Nunca pensé encontrarte en un lugar tan confuso.
Te reconocí por tu forma tan peculiar de sonreír.
Nunca pensé encontrarte en un escenario, ostentando con la osadía de una dama reina, los párpados maquillados, una peluca rubia y unos tacones de la década de los ’70.
Dieron las doce.
Ya no me mires. No nos pertenecemos.
- Carlos, querido… vayamos a casa.
Chuchi González
(Cuento extraído de mi obra RETAZOS DE AMORES PERDIDOS; registrada en  el Instituto Nacional  del Derecho de Autor, Ciudad de México)