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5 de julio de 2013

Del por qué escribo y fábula de la avestruz y la jirafa

descargaLa avestruz había aprendido a vivir con la cabeza metida en la tierra, tenía grandes ideas, y muy buenos sentimientos, pero siempre se ocultaba porque tenía la experiencia de que era diferente a los otros animales con los que compartía el hogar. El tamaño del huevo de dónde había nacido era el principal centro de burla de gallinas, patos y pavos reales. Todos tenían alas, pero la avestruz era pesada y torpe, y cuando aleteaba se llevaba consigo más de dos o tres gallinas, por eso se le tenía prohibido hacerlo.
Un día llego a la granja un animal diferente, tan diferente, que era más diferente que la mismísima avestruz. Los patos que siempre habían sido orgullosos y pedantes – pese a sus recurrentes cagadas -  buscaron mil y una  formas para acercarse a la nueva criatura. Las gallinas organizaron un comité de bienvenida, un coro de pio pio con los pollitos más bellos y los pavos reales un show de luces con sus plumajes.
La  avestruz francamente sorprendida miraba desde su profunda trinchera la fiesta y derramaba sus bizarras lágrimas en la polvareda. Pensaba – ¿ por qué a mí no me aceptan si soy de un tamaño similar a esta nueva fulana? – ¿ por qué me rechazan si soy distinta, y a ella que también lo es la aceptan?
Después de un largo rato de lamentación, la nueva integrante se acercó a la abatida, triste y derrumbada bestia.
-Avestruz, yo soy un jirafa, ellos me quieren porque llevo la cabeza en alto, y eso les da seguridad, tú siempre metida en tus temores, observando de reojos, ,sintiéndote esclava de tu propia naturaleza te alejas de ellos, y ellos de ti.  No te das cuenta  pero tu mirada repugnante sobre ti misma es la invitación que le das a los otros para ser mirada.jirafa-1024x768
-La avestruz se sorprendió -  y pensó –
 ¿Cómo podía esa flaquita extraña acercarse a ella y hablarle de tal forma? ¿Qué conocimientos habría alcanzado al vivir en las alturas?
La jirafa se sonrió y le dijo – supongo lo que estas pensando pero allá arriba o ahí abajo el misterio de la magia no está. La verdad de luz está justo en el centro de tu corazón.
Si te amas lo suficiente para aceptar que naciste de un gran huevo o que tu cuello es exageradamente en relación al de los demás, tendrá la sapiencia  justa para amar, y eso te incluye.
Moraleja: La verdad de quienes somos no está en lo que se ve de nuestro aspecto sino en lo que se ve de nuestros actos.
Nuestro valor de hoy: La autenticidad
El desafío: como diría mi querido Jorge Bucay “ El desafío consiste en ser uno mismo, y no en ser lo que los demás quieren de mí”
La propuesta: Aventurarnos a conocernos y a aceptarnos.
¿ Y el por qué escribo?… lo dejo para el lunes….
Buen Fin de semana…
Chuchi González

4 de julio de 2013

Cuando un amigo se va…

P2060028…. me llega a los oídos del alma la voz singular de Alberto Cortés murmurando como una herida rebelde que no quiere cicatrizar…”cuando un amigo se va.. queda un espacio vacío… que no lo puede llenar… la llegada de otro amigo…” 
Es que nosotros los argentinos somos tan territoriales, apegados, aguerridos, necios, tercos con lo que amamos, que cuando amamos cerramos la persiana para cualquier ocasión, es un para siempre teñido a sabiendas de una caducidad de “vida vivida” -como diría Jorge Luis Borges- pero el amor no pasa de moda, ni de tiempo y entonces yo hoy te escribo y escribo siempre – a escondidas de la alegría- con la tenacidad de la tristeza …
“En un rincón del alma
donde tengo la pena
que me dejo tu adiós,
en un rincón del alma
se aburre aquél poema
que nuestro amor creo.”
 ( Extraído de En un rincón del Alma – Alberto Cortez)
Y se me pianta un lagrimón silencioso, y una bocanada de aliento con sabor a mate amargo me acuchilla la boca del estómago que se calla siempre cuando te nombra..
“Invadieron tus sienes sueños grises
y en mis verdes nevaron primaveras,
en tus ojos reposan las quimeras
y en mis verdes navega el viejo Ulises”
(Extraído de Soneto para Mi Padre – Chuchi González)
 
payoy desde que te fuiste… yo soy un cúmulo de cosas por contar, una mujer sin sombra, un pichón de elefante – como me decías –con complejo de avestruz- que busca constantemente un explicación lógica a lo ilógico de tu partida. 
La vida es tan injusta – sádica que nos quiere convencer de que somos poderosos para  que cuando estemos distraídos en el glamour de la banalidad, de un “bife” devolvernos a tierra.
Y yo desde entonces, siempre estoy alerta. No quiero desenfocarme ni perder el rumbo, en ocasiones parpadeo demasiado con piedritas del camino y me mareo porque no veo mi norte, pero rápidamente recuerdo tu afán estoico, tu dolor escrito, tu voz entrecortada, tu mensajes ocultos y me recupero.
Porque si con vos se fue mi fe, y me quede manca de alas…en la inteligencia de mi ser, comprendo que no puede haber mundano sufrimiento que pueda opacarme.
Yo sé que no me lees, ni me ves… pero “desde el día en que te fuiste, papá, siento angustias en mi pecho”
P1220031
Hoy se cumplen 3 años en que un rayo partió tu sueños, borro tu letra, apago tus estrellas, y te extraño. Desde entonces he traído la cabeza mirando hacia atrás y como te extraño.
¿Duelo patológico? Que me importa, si mal que mal sigo avanzando. Solo que me encantaría sentarme a tomar unos mates con las “asesinas” esas media lunas de grasa, leer “La Capital” y pese a que la vida construida es buena, despertar de ella como si fuera un sueño… y encontrarnos en Pasaje Hernandarias.
¡Te quiero y te extraño muchísimo!
Chuchi González

11 de abril de 2013

La aventura de Educar-nos


la-aventura-de-re-educarnos
Todo el tiempo estamos percibiendo a través de nuestros sentidos el universo que llega a nosotros, como una inmensa ola que se derrama en la costa, la información de la realidad nos arrasa, nos conmueve, no penetra, nos alcanza.A cada instante la magia del exterior nos transforma, nos rediseña, nos inventa.
No somos los mismos, náufragos en las aguas del cambio permanente, como figurilla de plastilina vamos adquiriendo diversas formas emocionales, sociales, y relacionales; dejamos huellas en los otros y ellos en nosotros; nos pertenecemos y compartimos sin tomar consciencia de ello.
Parece que nuestra amnesia temporal nos hace jugar en forma individual muchas veces; por eso siempre está el que necesita llegar antes que otros  a un lugar y se pasa el semáforo en rojo; o la persona que no tiene tiempo para esperar su turno en el supermercado y que con ardid logra pasarse, los que no pueden guardar un papel en la bolsa y lo echan al piso; los que no sonríen ni saludan porque están de mal humor, los que sabotean la alegría ajena porque son creyentes férreos de que todo está mal.
Y así como partículas dispersas vamos por el mundo, construyendo y destruyendo a nuestro antojo, olvidando la unidad. Pero aún sin recordarla formamos parte de ella. Por eso nuestras elecciones inconscientes repercuten más que nuestra necedad. Es tiempo de que seamos responsables de los actos que asumidos y ejecutamos, y que entendamos que lo que hacemos hoy en este presente, también implica desventajas tal vez para otros individuos que ni siquiera están vivos aún.
Llegó la hora de educarnos. Buceando en la etimología de la palabraEducación, la misma deriva de la voz latina “educere” que implica conducir, guiar, es decir que al hablar de la propia educación, la íntima y personal, la que cada día nos inferimos, hablamos de auto-conducirnos o auto-guiarnos.
La pregunta que surge es más que obvia ¿En qué habremos de auto-conducirnos? ¿En qué nos hemos auto-guiado hasta ahora? Y entonces deberíamos observar nuestra vida con un grado de inocencia, e ingenuidad, y si los resultados no son los que deseábamos, probablemente tendremos como respuesta que nos auto-guiamos en el sendero de la masa o de la corriente; en el estado de ánimo de pesimismo y resistencia, en la esperanza vana, en el mal humor, en el apego, en el desamor, en el miedo.
Es que en la aventura de educar-nos compartimos con los demás valores, códigos de conductas, paradigmas, “verdades que la sociedad maneja como absolutas” y toda esa fuente de conocimiento nos instruye a elegir lo que elegimos. Si me he guiado por el camino de que la vida es difícil para una mujer, que a determinada edad ya soy vieja y se cierran las posibilidades para volver a empezar; lo más factible será que aún con los sueños guajiros de hacer algo diferente por mi vida, insista en seguir con una relación o matrimonio que no me satisfacen, pero después de todo ¡así es la vida!
Por el contrario, si me he regido por la libertad personal, en un contexto de armonía y paz, lo más probable será que no importa la edad que tenga, siempre seré joven para emprender nuevos horizontes y entusiasta para encontrar posibilidades.
No se trata de que creamos que la vida es simple y sencilla, pero aunque no lo creas así lo es, somos los seres humanos los que a través de nuestras interpretaciones la tornamos viciada y dura.
¿Por qué entonces no nos atrevemos a re- educarnos? Si nos enseñaron que dos por tres es seis, corramos el riesgo ahora de creer y sostener que uno más uno no son dos, son un equipo; que todos  vivimos en un contexto de interdependencia, que la autosuficiencia  es el un invento de un alma con baja autoestima.
Escrito por: Chuchi Gonzalez

22 de enero de 2013

Poner Foco en lo Bueno

Día con día nuestra atención se focaliza en aquellas situaciones, relaciones, circunstancias que no funcionan. La sociedad nos ha impulsado a ello. A solucionar, a resolver, a reparar. Vives inmersa en una rutina de “resarcimiento”, todo lo que no marcha sobre ruedas requiere una imperiosa necesidad de ser “arreglado” y por eso pasas gran parte de tu día “pensando en cómo le harás para encontrarle una salida a eso que te incomoda”. Grande, superfluo, pequeño o profundo, cualquier realidad débil merece y exige ser corregida; pero este contexto implica un desgaste de energía tremendo. Los vínculos que no favorecen el crecimiento en nuestras vidas, son privilegiados ante cualquier otro evento; piensas en lo que dirás, en cómo decirlo, en lo que callar. Los empleos que fastidian tu rutina trasmutan sus presencias y son más importantes que las actividades que te generan placer.
Así te vas olvidando de tus proyectos personales o familiares, de tus sueños, de tus hobbies, de tus gustos. No hay otra cosa más importante que resolver problemas. Y así vives creyendo que la misión de estar vivos es “hacer algo con los problemas”, pero un algo “constructivo” o “evasivo”; enfrentarlo o huir. Sin embargo desde la psicología positiva, existe una nueva forma de mirar lo que no funciona, y es dejarlo de mirar. ¿Cómo? Acaso no sería ¿resistir? Claro que no, la indagación apreciativa para de la premisa de cambiar el foco. Dejar de mirar lo que no anda bien, poner atención en lo que fluye en excelencia y preguntarnos ¿qué hacemos para que esto funcione para conservarlo? “El concepto de apreciación se derivó de la concepción que existe del ojo apreciativo en el arte, donde se dice que dentro de cada obra de arte una persona puede encontrar la belleza” (Gergen, 1999) Esta nueva filosofía te invita a cambiar el rumbo de tu vida, poniendo especial atención a las fortalezas.
Chuchi González

4 de enero de 2013

Año nuevo… propósitos viejos

Cada inicio de año armamos una lista de deseos…tácita o por escrito… nuestro orate corazón se arremete al viaje de adentrarse a la fantasía de lo que deseamos, y no tenemos... y al finalizar el ciclo… las metas… los sueños… siguen siendo un trozo de memoria o de papel…¿ qué nos sucede? ¿ acaso nos falta la energía necesaria para crear y crecer? ¿ valor? ¿ coraje? ¿entusiasmo?…Lo peor de este mundo es vivir parado en el constante anhelo… desear.. fruncir los labios, aspirar y pensar “¿porqué yo nunca?” y quedarnos ahí devastados, tristes y envidiosos… posterga toda obra, toda construcción, toda creación evolutiva. Los propósitos no son más que tus deseos aún no materializados… y los viejos propósitos no son más que tus miedos hablando, contando historias, buscando excusas. En la vida, y cada día se suceden muchas situaciones, circunstancias, fortuitos; y hay gentes que bajan los brazos, y otras que se arremangan para seguir duro. Alcanzar o no alcanzar los sueños depende de tu capacidad de productividad… te has preguntado ¿ que tan productivo eres en tu vida? William Shakespeare escribió “somos del mismo material que se tejen los sueños”… ¿qué habrá querido decir?…me arriesgo a decir que tejemos nuestros sueños con la misma materia que hemos forjado a nuestra personalidad. Que si hacemos un balance de quienes somos  y nos damos a la tarea de observarnos con honestidad emocional, podremos comprender porque siempre en el tintero queda todo aquello que soñamos. Lo difícil de alcanzar la vida que deseamos no está en el entorno o en la poca probabilidad de lo soñado… está en nuestro compromiso. ¿Nos comprometemos con lo que queremos o con lo que va surgiendo en el camino? ¿ Con lo que pretendemos o con lo que nos dicen que debemos pretender?
“El hombre se auto-realiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida” ( V. Frankl)
Chuchi González

13 de diciembre de 2012

Jueves 13 de diciembre…2012

Y de repente tengo la sensación como que hubo una explosión de conciencia… la gente comienza a darse cuenta de… y se auto-proclama profeta… el amor es la letra del tango que rezan… la nueva era empezará a dar sus pasos… y la vieja… entre bastones, chanclas, y rezongos se irá a morir en el rincón junto con los malos recuerdos. El fin se acerca minucioso y voraz al mismo tiempo…y todo lo nuevo y común se revitaliza…Creemos y creamos a partir de una nueva hoja de mes… un mundo de sensaciones satisfactorias, plenas, pacíficas… no nos ha alcanzado doce ítems…ni 365 escalones… otra oportunidad … otra oportunidad… mientras haya vida… la tenemos… Lo cruento es que todo es tan endeble…y tan extremo… estamos, estaremos, estuvimos… y en un instante somos tributo…homenaje… A veces con el despertar invocamos nuestra peculiar soledad…y fileteamos la hora de la despida como una macabra obra de teatro…
¿Quién nos llorará el día en que colguemos lo botines?… ¿Quién nos llevarás flores rojas robadas de los jardines de Quilmes?…
Por eso cuando tuve la oportunidad me morí de la risa… a carcajadas de boca abierta … y cuando me enojé… lo grité sin disimulo…a bocanadas de cara de culo sin pedir perdón por ello… pero cuando me equivoqué … ofrecí una… dos … o tres disculpas y actué en consecuencia… y cuando ya sentí no poder más… grité: “a veces un campeón también cae”… Me subí a la colina de la vida y amé… y amo.. con las ventajas y desventajas de jugar en equipo…hostigando al ego… proclamando la muerte de la razón…aprendiendo a ceder… a compartir – más que cajones y espacios – … a comprender – aún sin estar de acuerdo – … haciendo siempre el es (extra) fuerzo ( fuerza) de sentir que  y cómo “actuaria yo si estuviese en ese y desde esa lugar”…
¿Porque que me importa saber quién no faltará destierro? … Si aún con escribano público nadie puede afirmarlo… sólo sé que yo con certeza estaré ahí …es día tan poco indicado… tan condenadamente desafortunado…en que estas manos dejarán de bailar al compás del teclado… en que estos ojos no se aguarán más en el mar de la melancolía… en que mi impronta no dejará más huellas al andar…
Por eso… mientras tanto…voy y vengo…subo y bajo…espero y desespero… escucho y callo…me expongo y me reservo…y aprendo… como la vida en su salsa… y doy gracias, gracias por esta oportunidad!!!.
Chuchi González

5 de octubre de 2012

Confiar en el amor

La confianza es un juicio de valor que me dice al oído que esa otra persona actuará de tal o cual forma en una situación dada. A nivel social, la confianza, sirve para generar un espacio de certidumbre, de regularidad y previsibilidad dentro de un marco tan incierto como es la vida.
Pero ¿ Cómo se confía? ¿al cien? ¿ a todo o a nada? ¿ de primera o segunda vista?
Creemos erróneamente que la confianza se pierde, y que a medida que pasa el tiempo uno puede ir aflojando la cuerda y cediendo en la habilidad de confiar. Y que al confiar puedo hacerlo en todas la áreas de la vida.
Sin embargo, la confianza como creencia generadora de oportunidades y poder, se sustenta en tres juicios más ellos son:
La sinceridad ( La coherencia entre lo que digo ( dijo) y hago (hace)
La confiabilidad ( El historial de mi ( o su ) congruencia
El área donde emito el juicio ( espacio en dónde ejerceré mi juicio de confianza)
Confiar o no confiar es una elección, dado que la confianza es un juicio, las personas fundan su desconfianza o confianza en los hechos del pasado.
Pero arbitrariamente, la fijan sobre la meseta de la totalidad. Es a todo o nada.
Podemos confiar en un persona para determinadas acciones y aún así no para otras. No tenemos habilidades para todo. Somos seres con limitaciones y eso nos constituye en humamos.
Lo mismo sucede en el ámbito amoroso, si en el pasado las relaciones no fueron exitosas eso no implica ni fundamenta que en el presente sean de la misma manera.
Tenemos el libre albedrío de elegir darnos, confiar, y vivir experiencias maravillosas o atarnos a los recuerdos y cubrirnos de armaduras por si acaso.  Y pudiendo elegir lo mejor para nosotros ¿ para qué desconfiar?
El amor es una energía que nos mueve a crear, y establecer puentes entre uno y el encuentro con el otro…es una conexión que viaja desde mi centro al centro del universo.
Confiar en el amor es más que creer en una persona o en una relación, es abrazarnos con la vida, es disfrutar de cada momento, es despertarnos a la convicción de que somos creadores.


Chuchi González

7 de septiembre de 2012

Yo tengo un perro

Yo tengo un perro, entre otras cosas. Cosas pesadas, livianas, olvidables como el paraguas, entrañables como Juancito – el oso que mi papá me regalo al nacer-; cosas que denomino “coso” que encierran un sin número de objetos – cómo el coso donde van tal o cual cosa – por ejemplo. También tengo personas, muchas, altas, bajas, flacas, gordas. Algunas nacionales y otras extranjeras, dependiendo de donde yo este mirándolas. Y alguna que otra planta que aún no ha decidido abandonarme.
De todos los tesoros que tengo y comparto con el mundo; mi perro ocupa un espacio especial en mi corazón, bien al lado del lugarcito concedido a mis personas.
Para otros tal vez un perro, es una cosa o un coso, o simplemente un perro. Pero para mí, mi perro, no sólo es “ mi perro” sino que simboliza lo que yo soy para él.
La fórmula vendría a ser más o menos así: Mi perro es = [(  mi perro + yo su dueña) x el tiempo compartido + el amor construido]
El punto es que hoy mi perro cumpleaños… 5 años para ser más exacta. Y lo miro y siento que toda la vida estuvo conmigo… me pongo a pensar si acaso ¿ no será un ángel que me acompaño desde el anonimato hasta que se disfrazó de perro?… Mi Tango hermoso hoy sumamos un año más juntos… y lo que resta de nuestras vidas serán lamidas y juegos…huesos desparramados por la sala… peluches pertrechados… y siempre tu mirada inocente y tu lengua rosa chicle esperándome en la puerta.
Te amo! 
Chuchi González

5 de junio de 2012

Alguien

Las cosas pasan, cuando pasan. Es decir suceden todo el tiempo. Algunas ocurren por el hechizo del universo. Otras provocadas por nuestra voluntad. Muchas son inexplicables. Pocas entendibles. Pero todo el tiempo, todas las cosas llegan y se van, se instalan, reclaman derechos, protestan, agradecen, dan sacudidas de orejas, nos sacan la lengua, y nos hacen despertar o cerrar los ojos muy apretados para no darnos cuenta.
y un día…
 “Dos extraños son los que se miran, dos extraños son los que suspiran, somos tu y yo… en esta noche azul… y hay algo en tu mirar que me domina… y tu sonreír que me fascina…. es como sentir que siempre yo te ame…”
Una cosa emerge de la nada infinita, y nos sacude el tapete en el que estamos parados. Y no es más que la vida guiñándonos el ojo; mostrándonos su escote atrevido, seduciéndonos a fluir con facilidad en pensamientos serenos para sentirnos a salvo.
¿ A salvo de qué? De nosotros mimos. De nuestras implicancias. De nuestras creencias. De nuestras limitaciones.
  y un día…
“No me mires así, no me hables así, no me emborraches de ti, porque me muero… y no juegues con fuego porque te vas a quemar”
Todas las teóricas científicas acerca del amor son tomadas por la locura que en babydoll truena los dedos y sonríe mostrando todos los dientes.  Y nos agitamos; nos seduce la idea de soltarnos la peluca y andar descalzos por la vida sintiendo, gozando y a las carcajadas limpias.
Es cuando comprendemos que ya tuvimos demasiado tiempo para aprender de nosotros mismos.
Un incalculable tiempo libre para andar en camisón los domingos.
Un vasto tiempo de charlas al vacío.
Una gran cantidad de horas de sueño abrazando a la almohada.
Toneladas de películas vistas sin eco.
Derroche de agua en cada ducha solitaria.
Entonces ese día … ordenamos el clóset de nuestro corazón y hacemos espacio…
Porque ya tenemos lugar suficiente para que otro se hospede. Se quede a multiplicar el tiempo, la soledad y nosotros vinimos sumando.
y un día…
Alguien llega sin golpear a la puerta.
y solo podemos decir
“Más dame un poco más, quiero intoxicarme en vos…
Hoy, antes del final, quiero intoxicarme en vos,
Arranca corazones,
dame tu droga”

Es cuando dejamos ser presos de nuestra LIBERTAD.

Chuchi González

3 de mayo de 2012

Impotencia

















Es jueves. Mañana Viernes. Hoy es 3. Mañana 4. Simple matemáticas, pero para mí -ni tan simples-; 4 es la marca, el punto de su partida. Mañana 22 meses de ausencia.
Hace calor en la ciudad de México, tengo el cuello tenso,  duro, estresado,  la saliva juega a saltar obstáculos para deslizarse por la garganta.
Los truenos anuncian la furia de ¿Dios? o ¿de la naturaleza? o será ¿que mi “corazón eglógico y sencillo que se ha levantado grillo esta mañana”? – (Conrado Roxlo)… en medio de tanto descontrol interno, Discepolo susurra a mis espaldas:
Cuando la suerte, que es grela,
fallando y fallando te largue parao;
cuando estés bien en la vía,
sin rumbo, desesperao;
cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol;
cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que te haga morfar,
la indiferencia del mundo,
que es sordo y es mudo,
recién sentirás.


y se me pianta – más que -  un lagrimón… de impotencia.
Tiro hacia delante mi cabello, y lo halo como queriéndome arrancar alguna solución de la cabeza.
La incapacidad de poder tener respuestas a la injusticia hiere mucho más que mi narcisismo.
Aprovecho como una oportunista que hoy se celebra “La libertad de expresión” y me suelto en esta pequeña entrada desquiciada contra el egoísmo nostálgico de quienes no viven ni dejan vivir.
Ya sé que es una reverenda idiotez. Pero ¿qué más da? Me siento impotente. Me declaro impotente frente a un sistema burocrático y machista, nefasto y paternalista (?); que solo procede a su conveniencia,  y los derechos humanos y constitucionales se los guardan por allá atrás, al fondo – bien al fondo- y de derecha.
Mi querer – mi pretensión – me vuelve impotente… y yo solo quiero…

Quiero abrazar a mi sobrino, sin que medie entre nosotros un Señor que firme o no un permiso según sus conveniencias o caprichos.
Quiero mostrarle a mi niño el país que me ha adoptado, sin pelear en batallas judiciales, porque ambos tenemos derechos a continuar nuestro vínculo.
Quiero que mi hermana se cure y no sufra más las consecuencia del lobo interior  ( lupus)que le come la alegría.
Quiero que mi madre no sufra por los dolores de sus hijos.
Quiero que mi hermana menor entienda que la vida pasa rápido y es maravillosa.
Quiero que una de mis amigas recupere a su hijo que ve desde hace tiempo.
Quiero que todos los hijos de puta que me rodean se esfumen en un tronar de dedos y mi mundo quede limpio de ellos para siempre.
Quiero que la vejez sea un espacio de reencuentro con afectos.
Quiero que mis amigas solteras encuentren un amor que las valore y las quieran como yo las quiero – aunque ellos amen diferente, hoy se me antoja esto –
Quiero que todos los forros que nos forrean en nuestro esfuerzo, en nuestro entusiasmo, se vayan a la mierda.
Quiero esforzarme más cada día, y alcanzar las metas para seguir apoyándote y en lugar de que me des las gracias, hagas algo por otros.
Quiero que me leas y no comentes nada, a veces uno solo escribe para ser leído.
Quiero que el tiempo vuelva atrás; ver a mi papá vivo, abrazarlo, y decirle que no se imagina lo mucho que lo extraño.
Chuchi González

13 de marzo de 2012

¿Todo tiempo pasado fue mejor?

Hoy estrene unos tennis ( zapatillas para nosotros). Los había comprado en el mes de septiembre. Pero insistía en andar con los viejos, gastados y agujereados de siempre. La razón – simple – no quería que se arruinasen; que dejaran de ser una posibilidad, un futuro. Y aferrada a los rotos, iba y venía con los juanetes al descubierto – metáfora- ¡Pero no tanto!
Hoy elegí hacer algo distinto o diferente – como dirían mis alumnos – y dejé el ayer en la bolsa de ropa sucia y me adentre a lo nuevo con entusiasmo y alegría.
Me los calcé con ilusión, la misma de aquellos tiempos en los que la vida era una tortita negra – traducción: pan dulce con azúcar morena en la parte de arrita- y la señora nostalgia de se apodero de mi alma.
Corrí hacia el mural del pasado, ese que tiene fotos de niña, de bebés, de padres jóvenes – tan jóvenes que eran más jóvenes que yo en ese momento – los pantalones elefantes de mi padre, la camisa floreada y entallada de mi madre; los lentes grandes de mosca; las fotos blanco y negro, mi cara casi a estrenar ( 5 AÑOS) con el mismo corte que hoy elegí para la década de los 40.
Un frío cálido me hizo llorar de emoción y de pérdida – y por un instante tuve tantos deseos de regresar a ese columpio y sonreírle a mi padre. Y la voz de la razón me cuestiono entonces: ¿todo pasado fue mejor?
A mí que no me gusta caer en los lugares comunes. He caído. He sido presa de la gran astucia adulta – o de la vejez – de creer que el pasado es y será una sucursal de “lo mejor” –y me pregunto ¿Por qué nos pasa esto? ¿ Por qué en algún momento este utópico pensamiento hace huella en nuestra mente?
  • Porque el pasado, es un lugar seguro; la incertidumbre propia de la vida,  mirando hacia atrás es certeza. Lo que sucedió no se puede borrar.
  • Porque el pasado es un examen aprobado – triste o feliz – es el cimiento de nuestro presente.
  • Porque el pasado es nuestra historia;  nos remontarnos a las raíces  de quiénes somos.
  • Porque el pasado – añorado – en determinados instantes de la vida es el recuerdo de la pérdida que aún nos “raspa en el alma.”
  • Porque el pasado no sólo son los ‘80, es antes de ayer cuando se fue la oportunidad de decir un “te quiero” en un camión (Colectivo).
  • Porque el pasado es tomar conciencia  y distancia del presente para volver a observar y volver a largarnos con energía a la vida.
  • Porque el pasado son las posibilidades que ya no son posibles de barajar.
  • Porque el pasado no existe, y en ocasiones tenemos la necesidad de fugarnos de lo que “hay” a un mundo inexistente pero conocido.
Sin dudas, el mejor tiempo que tenemos es el que estamos viviendo, porque es el que nos sucede. Añorar, mirar atrás de vez en tanto como una tarea para reconfortarnos por el camino logrado; es útil. Pero vivir creyendo que lo que “fue” es y será mejor, es renunciar a la posibilidad de seguir creciendo.
Chuchi González

25 de febrero de 2012

Breve pensamiento…

A veces me quedo sin palabras, y la saliva, como el mercurio gotea por mi garganta. Busco y miro hacia los lados, intentando creer, en lo que no creo; que fuera de mí, pudiera estar el espacio que llenase mi vacío.
En el exterior no hay nada, solo acción inactiva; presencia fugaz, y un poema de Jorge Luis Borges llega a mi memoria como un pañuelo sutil para corregir una lágrima derramada – “ Las tardes a las tardes son todas iguales”
Y el capricho me desgarra desde dentro…

Chuchi González

1 de febrero de 2012

La virtualidad de la vida


Se me acaba de caer la BlackBerry en el inodoro del gym – que está en remodelación desde 1978 ( grrrr) – y como ahora todos los arquitectos donde ven un m2 hacen un edificio, el cubículo de descarga es tan pequeño, que los culos tamaño familiar como el mío no entramos y una maniobra rara y mi relación más estable – parafraseando a alguien conocido– se sumergió en el agua y yo en crisis.
Cómo una madre primeriza salé a toda velocidad, y recogí del piso un trapo de – trapear – y trate – y lo hice – de dar los primeros auxilios, pero ya no quiso encender. La angustia se vistió de saliva corrosiva, y miles de “pensamientos no traducibles ocuparon mi cabeza.”
De regreso, la soledad me atacó por la espalda. Me sentí desconectada de todos con lo que nunca estoy conectada pero estaban en mis contactos.
Recordé aquellos años dorados de libretitas telefónicas, espiral de alambre y hojitas a rayas, que te obligaba a recordar 5-3-5-3-4-5-6…( el teléfono suena y tu no estás (Sólo para entendidos)…)…  y ahora por tener teléfonos inteligentes perdemos la inteligencia intelectual y emocional… ahora es todo a través de “esos aparatitos”.
Te digo “ te odio y te amo” con la misma letra o con las imágenes de otros usuarios; lo que no nos atrevemos a decir “ lo publicamos a modo de reflexión en el muro de nuestras redes sociales favoritas”; y así estamos todos pululando en torno a la tecnología, colgando lo mejor de nosotros mismos en el ciber-espacio. Y todo se traslada a un universo inmaterial, extra terrícola, inmenso, y complejo.
Y cuando la inteligencia artificial falla, se nos cae el sistema a nosotros, como a mí ahora que me doy cuenta que no tengo el número para ubicar a mi taxista preferido; a mi dentista querido, a la portera de mi casa, a los galanes irresueltos, y un sin fin de datos que registraré como necesarios, cuando los necesite.
Lo virtual es lo opuesto a lo real y a la realidad; pero ¿ que es lo real?
Si vivimos adaptados a una forma externa de ser y estar que nos permiten los adelantos de la tecnología; ¿ que implica la realidad? acaso ¿ no es lo que se acepta'?; si las grandes distancias, las extensas jornadas laborales, las costumbres que como sociedad se han generado, han permitido la creación de las relaciones “por internet” ¿ por qué son virtuales? quiero decir ¿ por qué creemos que no son reales? ¿ por qué no le vemos la cara al don o a la doña? ¿ por qué no sabemos quienes somos?
y nosotros ¿ sabemos quién es el que está enfrente? ¿ sabemos quienes somos nosotros mismos?´¿Conocemos la cara del que duerme a nuestro lado? o ¿ sólo una imagen reconocible por nuestros ojos?
¿Acaso no vivimos inmerso en lo virtual, no por oposición a lo real-realidad, sino por una imposibilidad material de acceder a la naturaleza de las cosas?¿ Por qué lunes o sábado no es virtual?  Si es sólo una convención. Si nosotros tenemos por límite nuestra biología, vemos e interpretamos todo desde ese filtro ¿ que quedará fuera? ¿ qué no alcanzaremos a observar? ¿Todo es espejismo? Si somos unidas biológicas cerradas, circuitos cerrados de sentidos ¿ que posibilidad dar sentido poseo?
Me duele la cabeza. Sería más fácil ir a TELCEL y cambiar de equipo, que ponerme a divagar en todo esto… ufff – me estoy quedando sin batería.
Chuchi González

20 de enero de 2012

Otra vez S.O.P.A


Un breve llamado a la solidaridad: zapatero a tu zapatos
Acabo de abrir; estuvo cerrado por vacaciones; cabe aclarar que he aprendido con el paso de los años a manejar mi ansiedad y ahora cuando es momento de desconectarme, me desconecto. Mi estilo estratega-analítico; me han otorgado el don de la disciplina y el poder de disfrutar cada cosa que emprendo. Soy la clase de ser que tiene un estante para cada cosa; un cajón para servilletas, un clóset para la ropa deportiva, una hora para el gimnasio, un ritual para mirar las novelas repetidas en Telefé Internacional. Es real que cuando mi armoniosa rutina se ve alterada, la yugular se me infla como globo de cumpleaños; pero enseguida le encuentro la vuelta para auto-adaptarme y seguir.
Un nuevo año con el blog, en un par de meses cumplirá 2 años, mi sobrino 6, mi perro 5 y yo 41. Un nuevo ciclo, una nueva posibilidad. Cómo se dice comúnmente: Año nuevo, vida nueva.
Cada comenzar es la esperanza de algo diferente – para bien-; otra OPORTUNIDAD, OPORTUNIDAD; y a veces pasa, y otras veces SOPA. Recurrente historia. A meses de que el mundo desaparezca, la gente insiste con las mismas cosas. Pero por sobre mojado sobre la vida e intimidad de los terceros; dejando caer sobre ellos; las densas gotas de la INJURIA. Y aunque el paraguas de mi personalidad es vasto; no he logrado andar por este sendero sin ser salpicada por ella.
Busque en mi querida Wikipedia y extraje este párrafo que me parece más que revelador:
 Etimológicamente,  la palabra INJURIA  procede de los términos latinos "in" e "ius", significando así, en un sentido muy amplio, todo lo contrario a derecho…   injuria es todo lo que es contra razón y justicia. Esencialmente la injuria es un agravio, ultraje de obra o de palabra, que lesiona la dignidad de  la  persona diferente al que la hace. La injuria es, pues, en síntesis, todo acto que, dirigido a una persona, perjudica su reputación … es decir  un acto lesivo de derechos … Fuente ( http://es.wikipedia.org/wiki/Injuria)
Lamento comunicar a toda la audiencia que fantasea acerca de mi vida sexual, que soy HETEROSEXUAL, más heterosexual a veces de lo que debería. Qué todas las imágenes cimentadas en las cabezas de quienes sostienen y divulgan en forma capciosa actos íntimos por parte de quién suscribe; pertenece pura y exclusivamente a sus deseos no satisfechos. Y los invito a que con la misma energía invertida en hablar de mí y mis elecciones, dirijan su campo de acción hacia sus propias vidas.
Es para mí un acto contrario a razón y justicia que se me relacione con situaciones que no son verosímiles y ni reales; y me llena de horror comprender y observar las miserias humanas. En una era en la que la única posibilidad de cambio “somos nosotros mismos” que cruento y patético me resulta el deseo oscuro de no creer en la amistad, y la fraternidad entre dos mujeres. De etiquetar a las personas que rompen los paradigmas culturas, de juzgar sin conocimiento previo las relaciones, de herir en forma gratuita.
Ser mujer implica mucho más que casarnos y tener hijos a determinada edad; no elegir esos escenarios para nuestras vidas no nos hace por consiguiente:
“raras",malos  bichos”u “homosexuales”.
Yo discrimino, tu discriminas, ellos discriminan, nosotros discriminamos.
Elegimos, apartamos, rechazamos, enaltecemos, olvidamos, resaltamos, marginamos, orillamos.
En un momento de despertar espiritual, estamos demasiados dormidos.
“Ladran, señal que cabalgo – pero soy HETEROSEXUAL-“
Chuchi González

20 de noviembre de 2011

Los restos del niño que fui…

Es mi entrada 100. No sé aún porque “100” es como la “ostia”; se celebran los “100 programas al aire”, “100 emisiones radiales”; “100 entradas en un blog”; tal vez ni siquiera se celebre; tal vez sólo algunos que otros lo han hecho, lo he escuchado, y acá estoy siguiendo un paradigma que tal vez nadie “se re formulo ¿ por qué carajos cien?
Busco en internet sobre el 100; y me dice que es el número que precede al 99; ¿No es fantástica tal simple explicación? ¿No raya en lo irrisorio? ¿Acaso la vida humana no sería mejor si todas las dudas tuvieran respuestas así de sencillas?
Y mientras voy y vengo pensando sobre qué escribir en mi entrada número “100”; enciendo el televisor y veo unos ojos grandes como avellanas maduras inmersos en una sonrisa de “Colgate” traviesa; y me informo que es TOMÁS; que su imagen pertenece a quién fuese un niño de 9 años asesinado a golpes por las manos de su padrastro.
Se me hace un nudo en la garganta y la piel se me enciende erizada de escalofrío. Tengo un sobrino de cinco años; tan vulnerable como él, un sobrino postizo de cuatro años, tan vulnerable como ellos dos, y como otros tantos, que día con día mueren asfixiados en las mentiras y odios de los adultos.
Escucho que dicen “ los restos de…” e inmediatamente e irremediablemente ( y elijo abusar ahora mismo de los adverbios terminados en mente) la imagen de mi papá viene a mi mente; “su restos”, “los restos de quién fuera en vida mi padre se me asemejan a una bolsa de huesos y carne caducada con un letrero que indica “resignación”.
Resignación, la puta madre. Es el peor de los sentimientos. Es el juicio de valor que indica “esto es lo que hay” – ¿Los restos? ¿Sólo los restos?- que expone “ya no se puede nada más que hacer” –¿No se puede nada más que hacer con mi padre, con Tomás o con los asesinos mentales que enfadados de odio aniquilan las vidas que florecen?
Me quedo pensando, que tanta tristeza y angustia en una entrada número 100 no era lo que tenía pensado cuando escribí la entrada número 1; pero tampoco nada de lo vivido de la 1 a la 100 lo había planificado, sostenido, o insinuado.
En la “1” papá estaba enfermo de una  (mierda enfermedad llamada con nombre y apellido MIELOMA MULTIPLE ) enfermedad crónica terminal y en la 100 “sus restos son abono de la tierra”.
En la “1” Tomas jugaba a la pelota – tal vez – e imaginaba que de grande sería bombero o maestro  ( a la edad de Tomas siempre queremos ser súper héroes de sueldo magro) y en la 100 “sus restos se examinan, observan e investigan en pericias policiales”.
¡Cuántas cosas pasan del 1 al 100!
¡Cuántas vidas se desploman, una tras otra, sin sentido!
Y nosotros, los que seguimos en el milagro de la vida ¿ Qué hacemos por los que no están, por los que están, por los que echaron?
El 25 de noviembre es el día de la Lucha contra la Violencia de Género; ¿ será que se tendrá que inaugurar un nuevo día de lucha contra la violencia desgarradora de ser motín de asuntos de pareja?
¿Cómo puede un hombre matar a otro hombre? No me entra en la mente, en la razón, en mi ilógica lógica; pero más aún ¿Cómo puede un padre, un padrastro matar a un hombrecito indefenso, lleno de sueños, ilusiones, días por vivir?
La ley del Talión – ojo por ojo – Ya nos ha dejado a la sociedad ciega.
Es la entrada número 100, una entrada desordenada, pasional, y para mí de inmensa tristeza. A veces siento que cuando empiezo a armar el rompecabezas de la vida, viene un viento norte y me desordena todas las piezas por todos lados; y recomponerme me lleva un tiempo prudencial, en que me sumerjo al fondo de mi misma y luego salgo.
¿Qué pasará por la cabeza de la madre de Tomás? ¿Qué tendrá que ver el amor con este desenlace? ¿Qué pasará en la cabeza de los niños, de los compañeros de Tomás, de los que escuchan la radio o ven noticias en la tele? ¿Se incrementará el miedo a los adultos?
¿Qué habrá pasado por la cabeza de mi padre antes de morir? Es la misma pregunta que me pregunto desde que murió mi abuela.
¿Qué se sentirá percibir a la muerte, oler su figura? ¿ Qué habrá pensado Tomas, Candela, Pupi?
Todo lo que queda de ellos son los restos, los restos de los niños que fueron.
Los recuerdos de quién pueda recordarlos.Qué en paz descansemos nosotros, los vivos, si es que podemos. Nuestros muertos pertenecen a nuestros recuerdos.
Me quiero quedar con la fantasía de creer, que ahora son ángeles volando libres.
 Chuchi González

5 de noviembre de 2011

Cuando amas a alguien…

Anoche dormimos juntos. Creo que me extrañaba. Y yo a él. Aunque ninguno lo manifestara, la distancia impuesta por la rutina, nos empezó a calar en el alma  y sin dar el brazo a torcer, coincidimos en la cama; de cucharita; respirando al mismo ritmo; y él llenándome de besos los brazos que lo contenían.
Estoy enamorada. Lo sé porque mirarlo me emociona. Lo sé porque mi locura callejera se me olvida cuando me devuelve en su mirada la proyección de quién soy. Lo sé porque me estremece verlo alegre, y cómplice. Lo sé porque sus silencios que esconden reproches y reclamos; me alivian para que siga en mis metas. Lo sé porque el poco tiempo compartido, es una epifanía que corona de gloriosos instantes nuestras vidas. Lo sé porque me enternece.
Somos diferentes. Sus necesidades y deseos, son tan adversos a los míos; y aún así lo comprendo; su presencia me permitió ser empática. Mis gustos y necesidades son muy diferentes a las suyas; y aún así, me da los espacios suficientes para que eche a volar; vaya y venga.
No recuerdo a ver tenido otra relación tan profunda, leal, e intensa. Es tan romántico, que a veces me asfixia con lo mismo que me seduce: su cascada de besos dulces; su espontaneidad absoluta, su exquisita honestidad emocional.
No le importa quién nos ve. No espera a estar solos para ser afectuoso. Aunque a veces reacciona con recelo si yo me sobrepaso en la calle. Siento celos – entonces – porque su EGO de DON JUAN; a veces nos juega una mala pasada. Quiere ser visto en su grandeza, libre, y seguro; alejado de cursilerías como el amor. Pero pese a eso se que me ama.
Se que no habrá otra mujer como yo para él en la vida. Que conocerá algunas más, tal vez – no lo sé –pero sé que yo seré la única, la mejor; la bien amada. Y él para mí, el único. Aunque vengan otros, tal vez sí, tal vez no.
Anoche dormimos juntos. De cerca, conectados. Y ahora mientras escribo, lo extraño. No veo la hora de volver a tenerlo entre mis brazos. Sentir su respiración, su calor, su afecto.
Deberé esperar unas horas más hasta regresar a casa. Y entonces cuando la puerta se abra, vendrá corriendo hacia mí, a recibirme con la euforia de siempre, a darme la bienvenida a nuestro hogar. Vendrá con una prisa atormentada; sacudiendo como caballo loco su cuerpo; y su cola agitada como un colibrí en primavera.
                                                                   Chuchi Gonzalez

13 de octubre de 2011

El día en que perdí mi iPod touch

Dedicado a la recepcionista de mi gimnasio
“Flaca, no me claves tus puñales por la espalda”
( Andrés Calamaro)
Antes de ayer en un disparatado guardar cosas en mi bolso del gimnasio, deje en la estantería de mochilas y termos, boca abajo mi fiel iPod touch repleto hasta la coronilla de rock y pop argentino.
A las 8 horas del descuido, advertí su ausencia, es bien cierto que uno se da cuenta de lo que tenía cuando no lo tiene; ¿ dónde lo dejé? – pregunta interior con temor a la respuesta interna. ¡ Me lo olvidé en el gym! exclamé entre una bronca entristecida y enojona.
Llamé al lugar de los hechos en espera de una buena noticia, pero nadie sabia de él. Acepte con total renuncia el final de nuestra historia. Más sin embargo algo en mí no advertí la partida. Al otro día llamé al turno de la mañana y volví a preguntar por él. Nadie sabia nada. Se prestaron a buscarlo y al llegar a la sesión habitual, la recepcionista me dio la noticia con cara desanimada, como intentando ser empática con mi pérdida. Acepte con absoluto estoicismo.
¿Cuánto tiempo estaría ahora sin iPod? ¿ Qué llevaría para alivianar el contacto social a mi rutina? ¿ Un tocadiscos portátil? ¿ Un pasacasete? ¿ Un discman?
Hoy en la mañana me aventuré a hacer todo “justo a tiempo” y salí rauda y feliz a mi entrenamiento; a falta de iPod, buenas son las cantadas matutinas…
Buen díaaaa – dije, con la voz tomada aún por el sueño y el cansancio personal-
Buen díaaaa – dijo la empática empleada
Al rato llega mi cómplice y todo Fernanda y me comenta que habían encontrado mi “iPod pero que no me había dicho la empleada recepcionista porque “yo estaba molesta”
Me sonreí con cierto sarcasmo propio de mi alma embrujada y me quede pensando, lo que ahora se transforma en “entrada reflexiva”
¿Qué derecho tienen los otros sobre nuestros bienes? ¿Qué derecho tienen los demás a proyectar en nosotros estados de ánimos que no nos pertenecen? ¿ Y qué derecho aún tienen para elegir devolvernos o no lo que es nuestro? ¿Desde dónde alguien que no te conoce puede inferir y sentenciar una emoción, por juzgar un aspecto físico, una gesto sereno, una cara con signos de recién me levanto? ¿Cuántas veces seremos juzgados en silencio y privados de lo que nos corresponde por estos personajes que se arrogan el derecho sobre lo que no les compete?
¡Qué fatalidad moral y ética! Mi iPod por elección de un no sé quién sigue preso en un cajón bajo llave, desnutriéndose, y sin cumplir su misión personal que es “reproducir sentidos/sonidos”. Y todo por el sin sentido de “alguien” que trae a la realidad objetiva, un recuerdo del pasado. ¿Será que su madre o su novio cuando recién se levantan están “molestos” o “enfadados”? ¿Será que la señorita empática agotó su posibilidad de identificarse intelectual y emotivamente conmigo, actuó con prisa y sin pena?
¿Por qué carajos la gente cree que hay dos emociones posibles de ser sentidas: enojo y alegría?
Si vas con la cara de cajita feliz, optimista pelotudo, te dicen ALEGRE. Si vas con la cara seria, reflexivo, te dicen ENOJADO. Acaso, ¿ tan pequeño creen que es el mundo de las emociones?
Cuando miramos la vida desde un lugar tan reduccionista cerramos posibilidades a los que nos rodean y por supuesto a nosotros mismos. Sentenciar desde una escueta altura moral no hace más que ser que sesgar a los que no son comunes a nosotros; a los que difieren en sus creencias, a los que aman diferente, a los que piensan distinto, a los que viven la vida en otra corriente. Es no ACEPTAR la diversidad como un elemento LEGITIMO.
Chuchi González






23 de septiembre de 2011

Palabras a mi padre; palabras que no escuchará.

Dos lágrimas, son las que rebasan mi vaso, el de mis ojos verdes aceitunas, verde marihuana, verdes como las náyades; como Minerva. Verdes como la esperanza que no existe de volver a verte. Verdes como la humedad que corroe mi alma.
Es que el mundo gira, enorme, redondo, egoísta sobre su propio eje, ególatra sobre la ruta de los demás; indiferente, frío, y amenazante.
La vida se asemeja a una gardenia bella y marchita, que a pesar de todo sigue teniendo un perfume especial; aunque poco a poco se pone amarilla, como los recuerdos que nos quedaron a vos y a mí. Cómo las páginas del libro que estoy leyendo, una biografía del Che Guevara; que ha comenzado con la casualidad de que ambos – él y yo nacimos el mismo día, en la misma ciudad-; cómo si el 14 de junio fuese una fecha privativa de mi ser. Más sin embargo celebro. No comprendo con exacta justicia emocional lo que celebro, pero celebro. En la fantasía intelectual coincidir con el guerrero ¿ me volverá guerrera? Tal vez, empiece con esto a encontrar más explicaciones a la montaña rusa de mi vida.
Tengo tantas preguntas sin respuestas, que me cuesta tragar saliva y dejar de aspirar los mocos de la tristeza.  Me siento inundada de una soledad absoluta e incompatible con cualquier felicidad mundana.
¡Es que te extraño!
Mientras el paso del tiempo no trae consuelo; y firme sigue su meta de transcurrir pese a todo; yo sigo de duelo.
… y me siento en un profundo silencio.
Chuchi González

18 de marzo de 2011

¿Bien-estar o bien-ser?

Si te detienes un instante y observas a tu alrededor, te darás cuenta que hemos comenzado a caminar desde hace ya mucho tiempo por el sendero de una sociedad que nos ofrece un paradigma de vida hedonista e individual; un paraíso de la felicidad absoluta o “le devolvemos su dinero”.
La cultura del bienestar se ha impuesto entre nosotros y desde ella, los seres humanos intentamos crear nuestra vida.
Esta tendencia hacia el “bien-estar” ha impactado en las relaciones humanas y por supuesto, en las de pareja de forma extraordinaria. Hoy en día a todos les interesa estar bien o mejor dicho el “bien-estar”, es la medida con la que se salvan o sentencian los vínculos.
Hoy día no se tolera la mínima frustración, la desdicha es signo de que algo anda mal y el amor entre dos personas es defendida siempre y cuando no nos haga perder nuestro “bienestar personal”.
Por lo general, conquistar todo con rapidez y sin esfuerzo nos genera ansiedad, intolerancia a la frustración y un descontento permanente.
La publicidad llega a nuestros ojos con pociones mágicas para obtener el cuerpo que siempre hemos soñado tener, la pareja ideal y atraer todo lo bueno que queramos a nuestra vida; todo ello en un mínimo de tiempo, sin sudar, sin sufrir y sin esfuerzo. La publicidad nos enseña que con sólo pensar bonito y ponernos en el abdomen una faja vibratoria el paraíso terrenal será nuestro, y si llamas ahora, te dan dos paraísos por el precio de uno.
El “fraude” de la mutilación de los procesos necesarios (conocer a alguien, aprender a comer en forma equilibrada, hacer ejercicio, convivir con el otro, etc) pasa desapercibido frente a nuestras necesidades y urgencias.
¿Y cuál es el problema? Que nos dejamos llevar por nuestros deseos y expectativas de “bien-estar” y no nos preocupamos por el “bien-ser”; enfocamos nuestras fuerzas en alcanzar un estado transitorio, en “estar felices” en lugar de “ser felices” y entonces cuando las circunstancias no son como las que deseamos, la insatisfacción salta presurosa e inquietante para que abandonemos lo que estamos haciendo y elijamos otro camino.
¿Cuántas cosas dejamos pendientes porque no salen como nos gustaría? ¿Por qué no mejor levantarnos de la caída y volver a empezar? ¿Por qué no comprometernos con algo hasta alcanzarlo?
El otro inconveniente que viene adjunto al esquema que estamos viviendo, es el individualismo que supone, puesto que si todos nos preocupamos por alcanzar esa comodidad, cuando no lo logramos “vamos a lo nuestro”, olvidamos que pertenecemos a un vínculo, a una familia, a una escuela, a una comunidad; nos desconectamos del mundo y nos echamos a lamer nuestras heridas, a mirar una y otra vez lo que sucedió, a protestar por lo que no sucedió, a inmovilizarnos en brazos de la queja. Empezamos a creer la historia de que “sólo nosotros importamos”, que el dolor más grande es el nuestro y nos alejamos de nuestro alrededor.
Infinidad de parejas, entusiasmadas con un futuro matrimonio o de convivencia, sostienen que estarán juntos “mientras se hagan felices”, es decir ¿todos los sueños o los proyectos quedan en manos del otro? ¿El amor está sujeto a que cada sujeto haga feliz al otro? ¿No es demasiada responsabilidad? ¿Por qué no nos preocupamos por hacernos felices a nosotros mismos? ¿Y el compromiso de ese amor es tan sólo mientras las cosas sean buenas? ¿La enfermedad y la adversidad quedaron fuera? ¿Cuál es la implicancia que hoy le adjudicamos a la palabra “compromiso”? Parece que estamos frente a una nueva acepción que implica “mientras nos sintamos bien” cuando ya no sea así “partiremos”.
Concebida así la vida, todo se torna peligroso; pues frente a la mínima diferencia, cada quién por su lado. Hay parejas que han durado años pero acaban rompiéndose porque uno de los dos sostiene que “pensaban diferentemente y les gustaba hacer cosas diferentes”. Pero, ¿acaso no somos todos observadores diferentes? ¿No es lo usual que cada ser humano tenga actividades, pensamientos y gustos personales? Quien se separa por estos motivos seguramente busca “perfectas coincidencias”, es consumidor del “amor rosa eterno” y “ los calzados deportivos que se usan 30 minutos y prometen piernas de escaladores”.
El bienestar entendido como un derecho inalienable e irrefutable, confunde el mensaje entre la experiencia y los símbolos.
En la búsqueda enloquecida hacia la dicha, muchas personas desarrollan el verbo “adquirir” para llegar a la “experiencia” (SER) que el objeto representa.
Algunos ejemplos de ello:
Hombres que compran lujosos autos para tener mayor seguridad, autoestima y estatus. Mujeres que se casan porque el matrimonio les otorga seguridad, comodidad, respeto y confianza. Jóvenes que estudian en determinadas universidades porque ese hecho les genera estatus, valor, aprobación. O personas que utilizan determinada marca de ropa porque con ellas sienten “imagen”, respeto, aprobación, y seguridad. Estos son ejemplos de situaciones en las que lo “exterior” es deseado para vivenciar una experiencia, en lugar de “ser” y atraer esos símbolos.
No busquemos ser mujeres exitosas en cargos jerárquicos sin antes empezar a comportarnos como mujeres exitosas desde nuestra intimidad. Reflexiona realizándote esta pregunta: ¿cómo se comportan las personas exitosas? ¿Se cuidan físicamente? ¿Son puntuales? ¿Optimistas? ¿Buscan alternativas? ¡Muy bien! Entonces consideremos comenzar a operar de ese modo en todas las áreas de nuestras vidas.
La experiencia del “ser” debe proveerse desde nuestro interior, si sólo nos adornamos con lo externo, nos conformaremos con un “estado óptimo” que tiene carácter transitorio.
Atrévete a dar vuelta la ecuación: a vivir desde el Ser > Hacer > Tener, bucear en tus recónditas aguas, conocerte y desarrollar las actitudes que te acerquen a las orillas que anheles.
Chuchi González

¿Bien-estar o bien-ser?, es un articulo de Toda Mujer es Bella, con autoria de: Chuchi Gonzalez.
Publicado con permiso.



14 de febrero de 2011

“Think out of the box” … pensar fuera de la caja.

“No alcanza con desear algo,
No basta con intentarlo, 
Hay que seguir una y otra vez
Hasta conseguirlo.”

Chuchi González

Los paradigmas, son construcciones personales y sociales resultado del proceso de desarrollo como seres humanos; en otras palabras, son creencias que adoptamos o generamos a partir de nuestros filtros perceptivos. Un paradigma es equivalente a un mapa mental, o un esquema de la realidad. Una representación de la realidad, una interpretación que hacemos de la realidad a partir de nuestros intereses; desde el particular observador que soy.
Sucede que a menudo los paradigmas, como creencias “de lo que es” pierden su naturaleza de temporalidad y adquieren el status de “certeza”; se arraigan a nuestras costumbres, conductas y hábitos; y dejamos de cuestionarnos o inquietarnos acerca de “cómo podríamos hacer las cosas diferentes”.
Cuando establecemos nexos de “seguridad o certidumbres” con nuestras formas de “mirar” la vida nos instalamos en lo que denominamos “zona de confort”, espacio conocido y desde ahí operamos.
El riesgo de vivir en nuestra zona de seguridad está dado por el hecho de “no innovar o crear nuevas formas de acción.”
Nacemos y crecemos creyendo que “las cosas son como son” y jamás nos planteamos su opuesto, la principal pregunto que surge es ¿Para qué? Y yo te podría contestar que para “descubrir nuevos horizontes”, “para activar la mente”, “para desarrollar la curiosidad”, “para volvernos flexibles”, “para adaptarnos al cambio”, “para aprender a convivir con el cambio” por ejemplo.
Lo cierto es que para mantener los paradigmas de vida nos basamos en dos criterios muy interesantes: LA EFECTIVIDAD / EL CONSENSO
El primer criterio genera una presunción de “poder”; la práctica como criterio de verdad y el segundo criterio crea una presunción de verdad. Sin embargo muestra que hay otros observadores que comportan la misma opinión.
En nuestra sociedad existen mucho “Paradigmas” que influyen, por supuesto, nuestro modo peculiar de observar. No debemos de olvidar que “respondemos al sistema social en el que vivimos”, y por lo tanto “Los Paradigmas” interfieren en nuestra forma de entender el mundo.
Los paradigmas son necesarios para administrar la vasta realidad percibida por nuestros sentidos; pero el problema de los paradigmas es creer que constituyen VERDADES. Si sólo nos hablan de un punto de vista.
Cuando tomamos plena conciencia de que sólo vemos una parte del todo; es cuando comenzamos a sentir un déficit, y surge la necesidad de cambio.
¿Qué te gustaría cambiar de tu vida? No insistas con cosas del pasado, porque ya no se pueden cambiar. Pero ¿Has hecho una lista con esas cosas que quisieras cambiar? Si la respuesta es NO, ¿Qué esperas? No puedes cambiar lo que no “Observas”, sólo se puede transformar aquello que es observado. Si la respuesta es SI, ¿Qué has hecho de diferente para lograr resultados extraordinarios? Si pretendes hacer lo mismo y tener otros beneficios, ya lo dijo Einstein “eso es sinónimo de locura”
Vivimos una vida plena de paradigmas; como dije anteriormente, son necesarios para una mejor y pronta administración de los datos de la realidad. Pero también es necesario, comprenderlos como “creencias” y no principios irrefutables, imposibles de cambiar.
Lo interesantes es ser consciente de ello, de aceptar desde donde nos movemos y actuamos.
Al romper paradigmas, crear otros, y así sucesivamente; esto te llevará a crear en ti una “estructura flexible, apta a los cambios que vivimos en la actualidad” en lugar de sostenes una estructura rígida que no da lugar nuevos pensamientos.
Un buen ejemplo de un cambio de paradigma es el caso del reloj digital; el origen de su invención es suizo, sin embargo la mayoría de las personas creen que es un invento Japonés. Pues el reloj sin manecillas ni engranajes rompía el paradigma de lo que era un reloj para el contexto suizo.
¿Cuáles son los paradigmas en los que estás operando? ¿Puedes identificarlos?
Otro exacto ejemplo es el Paradigma Competitivo; es el que establece un estilo de negociación social y relacional “ganar-perder”; es el resultado del paradigma deportivo; implica que para YO GANAR –TU TIENES QUE PERDER.
Bajo esta influencia nos relacionamos, pensando inconscientemente que siempre tiene que ser así, es el paradigma del famoso “sálvese quien pueda”.
Si vamos por la vida creyendo que para GANAR YO, tengo que vencerte, ¿Qué formas de relaciones crees que podemos crear?, si para ganar YO, tengo que destruirte, mostrar tus debilidades, golpearte en dónde más te duele ¿Qué clase de sociedad estamos creando?
Se confronta a este paradigma el ya conocido GANAR-GANAR, que lejos de establecer una competencia con el otro, sugiere cooperación y contribución. Dejamos de ver un pedacito mezquino para tener una visión MACRO.
El ganar-ganar incluso puede aplicarse en el contexto de máxima competitividad; imaginemos que si tú estás interesado en un proyecto y contigo existen 3 o 4 personas más que persiguen el mismo objetivo; GANAR-GANAR implicaría que no les dejes de hablar, o de pasar la información necesaria, que no busques sus fallas para resaltar tu brillo, que no boicotees sus planes. GANAR-GANAR sería dar de ti lo mejor a cada momento, buscando herramientas innovadoras, nuevas respuestas a las necesidades, salir de las estructuras.
                                                                                                              Chuchi Gonzalez

Texto de Chuchi Gonzalez para http://www.confesionesdesofia.com/