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23 de enero de 2014

El día en que lo perdí todo

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Uno nunca sabe cuando es la última vez de algo. Es un pensamiento que los que me leen con frecuencia saben que repito. Tal vez para internalizarlo y así soltar la idea de la permanencia. Últimamente, de dos meses para acá, la vida se ha encargado de enfatizarlo. Algunos lazos se desandan; otros proyectos pasaron al plano del recuerdo, perdí mi celular, y también perdí el exceso de estrés, el alboroto hormonal, la sensación de fatiga, y todas las fotos de mis blogs.
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En otra oportunidad, hubiera insultado, pataleado, y dado la cabeza con infinidad de “deberías”, “hubieses” y “podría”; más el infinito me brindo la posibilidad de tomar conciencia en dónde estoy parada. Y la reacción fue diferente. Lo dije. Yo no voy a dejar de escribir, porque la persona que se apropio de mi celular perdido, en su emoción de tener algo que deseaba haya borrado todas las fotos que implican un trabajo de 4 años. (Cómo la vida ahora está TODA sincronizada, las imágenes del hosting de blogger, se respaldan en el móvil, y si uno borra algo: se borra todo.
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En esta postura nueva, empiezo a similar la idea real que detrás de cada obstáculo hay una oportunidad. De no haber sucedido esto, no estaría escribiendo estas letras. Pero también me concentro que uno elige ver obstáculos o simplemente ver.
Que todo lo que sucede a diario y no nos agrada, lo generamos nosotros desde los pensamientos de escasez. Decía Buda “todos cometemos errores porque somos humanos, pero insistir en el mismo error es ser tonto”.
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9 de enero de 2014

Me doy permiso




Me doy permiso. Adelante. Tienes el consentimiento – responde la lámina del espejo del baño -  y mi voz retruca obstinadamente “me doy permiso” como las libertades que la gran Virginia Satir ha enseñado…esas concesiones que necesariamente podemos elegir darnos para vivir como PERSONAS y dejar de ser sólo un ser vivo – o mucho más que ello.
Me doy permiso para Ser quién soy sin pedir perdón por ello, aceptando que soy diferente a todos, y que por ello soy única. Qué hay gente parecida a mí, que comparte opiniones, pero que soy irrepetible. Por lo tanto renuncio a la comparación, a la pretensión de ser tal o cual, a la exigencia de querer encajar para ser aceptada, a la ironía de rebajarme o "actuar-me"  de forma diferente a mí para ser aprobada o para no crear conflicto.
Me doy permiso de cambiar de opinión las veces que así lo crea necesario, a adaptarme al momento, a elegirme entre los demás, a ser amorosa, valiente y arriesgada; a cambiar de rumbo o sueño cuando ya no me sienta a gusto o fluyendo en paz y armonía.
Me doy permiso de limpiar mi presente. De renunciar a lo que me agrada si eso es nocivo para mi salud, a desintoxicarme de los alimentos, pensamientos y gente tóxica. 

















Me doy permiso de liberarme del auto-castigo, de entender mi finitud y mis limitaciones, de renunciar a las creencias limitantes que me hacen pensar de mi que no soy lo suficiente.
Me doy permiso  a revindicar mi poder personal, a no permitir que otros pretendan con sus carencias, inseguridades, o manipulaciones robarse mis días, mis horas, mis sueños, mis momentos.
Me doy permiso de equivocarme, arrepentirme, ser leal a mi intuición, valorar mis sentimientos, mi forma de ver la vida, a defraudar a otros si siento expuesta mi dignidad personal.
Me doy permiso para no criticarme, para erradicar los debería, para borrar números rojos, para anular al yo ideal.
Me doy permiso de ser quién soy, sin que por ello sienta vergüenza o culpa.




7 de enero de 2014

¿Se muere de amor?

En algún momento de nuestras vidas, – o tal vez  no – hemos sentido que podemos llegar a morir “de y por” amor pero en realidad nadie muere de amor; muchos si mueren, lo hacen por desamor. Es decir lo que mata no es el amor no correspondido, finiquitado o rechazo. Lo que aniquila es el desamor, pero no el del otro, sino el propio.
Día con día, caminamos rumbo a la muerte, porque estamos agonizando de desamor personal. La falta de amor propio es lo que nos enferma física, mental y emocionalmente.
Y hemos aprendido a no amarnos porque siempre estamos parados en la comparación. Siempre anhelando ser o tener lo que otros tienen. En menor o mayor medida: la falta de amor hacia uno mismo nos afecta.
Vivimos deseando ser una persona que no somos, ese ser ideal que los demás y hasta nosotros mismos amaríamos sin restricciones. Y con el ser que estamos siendo, somos indiferentes, apáticos, criticones.
Cada vez que nos hablamos mal, nos regañamos, quejamos, inculpamos, estamos rechazando categóricamente quienes somos y eso nos enferma. Pues ¿ cómo podemos ser plenos y felices si cotidianamente sentimos repulsión por quién somos?
Hubiera sido espectacular tener la cara de Demi Moore y las piernas de Marilyn Monroe, el cuerpo de Madonna, los ojos de Elizabeth Taylor,  el porte de Sofía Loren – por citar a algunas - pero no tenemos nada de eso porque eso le pertenece a esas mujeres.  Tenemos lo que tenemos y punto.
El des-conformismo con quienes somos nos lleva a extralimitarnos.  A perder la dimensión de las cosas. A resentirnos. A guardar odio, coraje. A permitir que otros nos subestimen, porque ellos tienen razón “no servimos para nada”; a permitir que de la vida las migajas, a no ir por nuestros sueños, a depender de las ideas de los demás, a no valorar nuestra palabra, a soportar injusticias, a creernos desdichados.
El desamor nos enferma y agota.  Podemos aprobarnos y amarnos tal como somos. No hay ninguna ley o principio natural que diga lo contrario. Es nuestro ego el que nos juega la mala pasada.
Nos desconectamos de la fuente – de nuestra energía creadora – y nos llenamos de falsas creencias de carencias o falencias. Si somos una porción del poder creador – Dios, Ser o voluntad superior, principio vital o como al eso te refieras – ¿ por qué seríamos imperfectos? 

Amate y Dios te ayudará.
"Ama hasta convertirte en lo amado, es más, hasta convertirte en el amor." - Facundo Cabral

3 de julio de 2013

Calva y brillante como la luna

Invitada especial Natalia González ( Con orgullo mi hermana) Ensayo sobre el libro “Calva y Brillante como la luna” de Laura Athie.
Capture3Este libro es el relato de una mujer enamorada de la vida, que ha sabido desarrollar a cada paso de su historia la pertenencia como un valor pilar del privilegio de estar vivos. Comprometida, apasionada y audaz, Laura Athie de nacionalidad mexicana, es un alma femenina que entreteje en su andar y en sus palabras una esperanza de amor para todas las mujeres.
Desde el año 2000 padece de Lupus y se llama así misma Laura Lobo a sabiendas de que es mucho más grande que la circunstancia de estar enferma. Cuando tomo conocimiento del diagnóstico fatal pensó, sintió y creyó que todas las metas inconclusas que aún tenían categoría de sueños quedarían ahí reducidas a un manojo de bonitas ideas.
Sin embargo peso más en su corazón el deseo de vivir a pesar de todo, que lo que pensó reprimido, que fue tomando forma y naciendo a la realidad. Saltó en paracaídas, se convirtió en madre, conoció los misterios ocultos de las aguas haciendo buceo, fluyo como pez siendo campeona de nado de pecho, se sumó a carreras de 5, 10 y 15 kilómetros, pasea en bicicleta, escribe, trabaja y busca empedernidamente ser feliz cada día.
6a00e554dae3f4883301538df2f604970b-800wiEs guionista de televisión, periodista, fotógrafa, editora, conductora, y productora pero sobre todo una tejedora de historias. La palabra es su vocación y medicina, escribe como una forma de curar el alma, una manera de hacer catarsis, de redefinir su historia.
Pese haber sufrido un abanico de infortunios generados por la enfermedad como profundos dolores, ulceras, manchas en la piel, calvicie, nada he detenido su afán por brillar con luz propia.
Heredo de su abuela Carmen la capacidad de disfrutar de la vida aún frente a la tragedia, siente que es una afortunada de poder seguir. Desde la infancia el espíritu de lucha le fue inculcado, fue criada para no cansarse, para no rendirse, para encontrar soluciones, para por sobre todas las cosas ser esa guerrera que lleva en su esencia.
Sufrió tremendas pérdidas; la muerte de su hermana Paloma, la de su primer bebé, la separación de sus padres, la salud y sin embargo no eligió hundirse en la tristeza, y en la autocompasión. Con la rebeldía de una tuna en su sangre supo confrontar su realidad a través de sus propias palabras; contando lo que día a día le ocurre, ordenando su discurso interno, y liberando las emociones, que han quedadas atrapadas en un momento que ya no existe: en el silencio o en el pasado.
La loba azteca inscribe poesía en el dolor de su propia vida y es un espejo en el que muchas mujeres que padecemos la enfermedad podemos encontrarnos; si ella al igual que nosotras alguna vez estuvo extraviada de alegrías y hoy le muestra los dientes vigorosos a la desdicha, nosotras que tantas otras veces sentimos perdernos a través de su aprendizaje podemos emprender un vuelo diferente; y empezar a escribir una nueva historia con tintas de colores, con sueños que se hacen realidad, con limitaciones pero no siendo limitadas, con dolor pero gozo de respirar cada día.
Todas somos tejedoras de palabras, pero cada una de nosotras depende lo que queremos tejer. Si la lana o el hilo de nuestra morada es la queja, la renuncia, la impotencia; envolveremos nuestra existencia con una bufanda de tristezas atropelladas. En cambio, si nos adentramos a la magia de cambiar el chip de nuestras creencias, a borrar las que nos delatan frente a los miedos, tendremos en nuestras manos la vida que anhelamos.
IMG_1422¡Teniéndolo todo es fácil ser feliz! El verdadero desafío consiste en ser feliz aún a pesar de que el mundo se caiga a pedazos. Porque felicidad es la posibilidad que todos tenemos de sentirnos agradecidos de estar vivos, de sentir la pequeña e inmensa naturaleza de dios sobre nuestros sentidos.
Si creemos que no podremos, crearemos esa realidad. Pero si creemos que tenemos la fuerza y el poder suficiente para vivir una vida digna aún con el aullido del Lupus, vamos a crear esa realidad para nosotras y nuestro entorno.
Yo creo lo que creo, y si eso me cierra oportunidades es momento de borrar y empezar de nuevo.
Natalia junto con otras valiosas mujeres impulsan un Grupo llamado GLURA ( Grupo Lupus Rosario Argentina) ellas también brillan como la luna y tienen el alma con alas de mariposa que buscan crear una diferencia y hacer conciencia en otros seres humanos.
Gracias!!!
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2 de julio de 2013

El miedo a la vejez es ¿ necesidad o invento?

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[Créditos Fotos http://www.biut.cl]
Parada en mi gran duda existencial, cuestiono todo lo que he sostenido por algún tiempo como real- verdadero- lógico y necesario.  Si a los 4 años es la de edad del ¿ por qué?, después de los 40 es la edad del ¿ para qué?, listas con hartas excusas y justificaciones es tiempo de “indagarlo” todo- ¿ para qué? para encontrar un sentido, para soltar equipaje, para dejar de meter la panza, para sonreír sin motivo, para volvernos espirituales… Sí!! esa es un acción complaciente: volvernos al ser…mirar adentro… porque mirar afuera y confrontarnos con el espejo: ¡Uf que horror! 
 Es que la vejez es una recurrente categoría a la que las mujeres después de los 30 visitamos a menudo. ¿Por qué? Porque la vejez es una conversación limitante que el mundo femenino cree, alimenta, sostiene pero sobre todo: teme!
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[Créditos  Foto http://blogs.20minutos.es]
Las chicas nos miramos las maculas violáceas (ojeras) que la carga de la rutina pinta sobre el lienzo de nuestros párpados, contamos los hilos de plata que peina nuestra experiencia, detectamos con horror y crítica los cráteres que avanzan en las pampas de nuestros muslos, y  sufrimos como una tragedia griega el avance intempestivo del tiempo. De hecho hay quienes quisieran iniciarle juicio por daños y perjuicios ( Yo soy una de esas personas).
Los hombres, sin embargo, ven crecer sus vientres como globos de cantoya, perder las chapas ( cabello), agrietar su piel; pero su reacción es diferente, siguen preocupados por el penal que erró su equipo favorito.
¿Es el miedo a la vejez una necesidad o un invento? Primero antes que nada, el miedo ¿ es una necesidad o un invento? Depende. Los miedos racionales no defienden, nos protegen. Los irracionales, nos esclavizan, nos vuelven locos (Esto merece otra entrada en el blog)
Pero la vejez… ¿ por qué preocupa tanto a las mujeres? Porque el mito de la eterna juventud, perfecta belleza y  felicidad que hemos consumido a través de los medios de comunicación, más el photoshop y el concepto erróneo que sostenemos sobre la vejez nos hace creer que ser viejo o estarlo o vernos es una condición que se dará de un momento al otro, un cambio radical que afectará nuestra belleza física, nuestras aptitudes, nuestra particular forma de vincularnos con el mundo y nos estrecha el camino con la muerte. Y permítanme agregar no hace ver los cuentos de hadas a la inversa, de sentirnos y vernos decrepitas nuestro príncipe comerá de la manzana envenenada para dormirse y – ya no vernos!
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[Créditos Foto http://www.fucsia.co]
Morir jóvenes nos aterra, pero envejecer mucho más. Pensamos ¿ quienes seremos cuando veamos un rostro diferente? Seremos las mismas, nuestros rostro está todo el tiempo a merced del paso de la vida. Desde que nacemos, envejecemos…. 
Vivirnos con la creencia de que envejecer es también la pérdida del derecho de ser amados, reconocidos, ha sido el emblema de la industria de la vejez.
Gracias a nuestro miedo, se ganan millones y millones cada día. Cremas milagrosas, maquillaje, píldoras, mascarillas, recursos caseros, aparatología, un sin fin enfocado a psicoanalizar desde la estética, una inseguridad emocional.
Tener el busto turgente, erecto no es garantía de satisfacción amorosa. En la vida, no hay garantías en ningún aspecto. Es una zona de incertidumbre, lo sé, es muy inquietante aceptar que somos en un pantano movedizo, pero no hay más que eso.
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¿Cuál es la propuesta? Encender la luz, dejarnos de escondernos, lanzar al piso las sábanas, y aprender a amar con dignidad nuestro cuerpo.
La vejez es una realidad que nos compete a todos, pero la decrepitud de nuestro ser es una elección personal.  Aferrarnos a pensamiento negativos, tóxicos, y faltos de respeto a nuestra esencia y figura es un pasaje certero a opacarnos, endurecernos y paralizarnos.
La belleza exterior  trasmuta, pero la interior se cultiva, y se cosecha.
Vernos bonitas y guapas nos llena de adrenalina, pero vernos serenas y seguras nos inunda de una satisfacción personal que ningún labial será capaz de proyectar más brillo.
¿Qué harías para embellecer tu alma? ¿Qué creencias deberías soltar para aceptarte?
Chuchi González

“Si lo que leíste te gusto, compártelo. No olvides dejar tu comentario, es la más valiosa aportación que puedes hacerme, Gracias!”

3 de junio de 2013

Agradar a Dios



Ayer fui a misa y el cura hablo acerca de la posibilidad que tenemos los seres humanos de agradar a Dios o a los hombres. Indagó acerca de la elección de los presentes – que tal vez avergonzados- murmuraban pretendiendo darle la razón al eclesiástico en relación de que la mayoría de la gente busca agradar a los hombres para ser aceptados y queridos.  Me quedé pensando y observe como este tópico esta relacionado con la pro-actividad un valor casi desnutrido en nuestro tiempo.
Agradar a Dios, desde una óptica laica o de desarrollo personal es equivalente a agradarse a “uno mismo” vs “ aprobación pública”.

Esta última intención no siempre logra “agradar a los otros” pero en la urgencia de pertenecer a la masa muchas veces las personas actúan, dicen, se muestran, expresan, y visten conforme a lo que lo otros dicen que es lo CORRECTO.
Aún cuando no estén a gusto o feliz con esas elecciones vagan por la vida creyendo que ese camino es el más óptimo para ser admirados, respetados y por que no “amados”.
Pensaba mientras estaba en la iglesia ¿ Cuántos de estos rezan con fe encendida en el ojal del corazón? ¿ Cuántos otros solo están acá para decir “fuimos a misa”?



Vivir para agradarnos es vivir parados en un contexto de amor propio que nos permite conocernos y reconocer nuestras limitaciones y capacidades; propone la invitación a desarrollar la gratitud en virtud de lo abundante que somos – más allá de lo que nos falte – aún así podemos ser: FELICES. Es sabernos portadores de una herramienta maravillosa: la capacidad de elegir y a sabiendas – parafraseando a Borges – de tener la maldad de la espadas y la belleza de la sonrisa; elegir sonreír. Responder con actitud positiva, crear ambientes positivos, diseñar creencias poderosas.


¿Y tu a quién agradas?

Chuchi González

30 de mayo de 2013

Comprender…

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Busco en el diccionario la palabra “comprender” y encuentro que es un verbo transitivo, es decir exige la presencia de un objeto directo para cumplir en su totalidad con su significado… Uno comprende a alguien( en teoría)  o  algo…
La acción de comprender admite las siguientes acepciones:
1. tr. Abrazar, ceñir, rodear por todas partes algo.
2. tr. Contener, incluir en sí algo. U. t. c. prnl.
3. tr. Entender, alcanzar, penetrar.
4. tr. Encontrar justificados o naturales los actos o sentimientos de otro.
Nuestra palabra es una palabra jugosa, sabrosa, que satisface su pronunciación. Cuando “comprendemos” al otro o a nosotros mismos estamos abrazando, rodeando con nuestra aceptación su discurso, su sentir.
Generalmente parecemos mancos, pues en este acto de rodear o contener a veces los seres humanos somos escasos.
Es que comprender implica emprender un viaje hacia el horizonte de sentido de ese otro. Y las dudas acerca de comenzar a abolir nuestra razón, nuestra verdad, o nuestras soluciones a los problemas; nos convierte en inoperantes a la hora de alcanzar al otro.
Si de vez en tanto tomásemos aire y en el suspiro dejáramos fluir la pretensión de la lógica, de lo que es correcto, del deber ser; podríamos permitirnos dejar de rechazar al otro que con su mundo diferente y lleno de colores me acerca una nueva propuesta de ver la vida.  
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Para comprender hay que saber escuchar, pues de alguna manera ambas son acciones que incluyen la posibilidad de abrir la puerta del alma a nuevos maestros.
Pero, ¿ Qué difícil resulta incluir las acciones de los demás como posibilidad legítima, cuando son opuestas a las nuestras? ¿ Cuánto desarraigo hemos permitido entre nuestros vínculos que preferimos tener la razón a los seres amados?… las respuestas cada uno las puede responder.
Chuchi González

14 de mayo de 2013

Armando una maleta

Imagina que hoy te vas de viaje. Tu vida es la maleta. El destino es la vida misma, la vida que deseas construir, crear, encausar y generar. Cierra tus ojos. Y créala. Ahora observa que hay en tu equipaje. ¿Qué cosas sobran? ¿Qué cosas hay de más? ¿Qué falta? ¿Qué le agregarías?
Ahora bien, toma una pluma y apunta algunos tips que harán de tu viaje el más inolvidable de todos.
¿Estás dispuest0?
  • Libera tus emociones
  • Disfruta cada día
  • Siente la vida correr por tu vida
  • Sorpréndete de las pequeñas cosas
  • Muévete al ritmo de tu corazón
  • Escucha tu interior
  • Cultiva tu seguridad
  • Goza de tus actividades
  • Conéctate con tu niña/o interior
  • Habla con amor
  • Mira a tu alrededor con empatía
  • Descansa, pero no olvides de despertar tus sueños
  • Ama inmensamente
  • Amate de la misma forma en que te gustaría que te amen
  • Repasa los riesgos que tomas cada mañana
  • Redobla la apuesta
  • Reflexiona acerca de tus relaciones
  • Seduce al mundo con tu encanto interno
  • Cuida a tu cuerpo
  • Valora quién eres
Fuente
http://www.supermujer.com.mx/bienestar/crecimiento-interior/armando-una-maleta.html

By Chuchi González

15 de abril de 2013

Qué feliz sería yo con lo que no tengo

  Escrito por: Chuchi González

s_img_newDime algo, con total sinceridad y sin pudor, ¿cuántas veces te dijiste a ti misma o a otros “que feliz sería yo con lo que no tengo?”; inclusive hasta puedo imaginar el gesto de tus ojos, o el rictus de tus labios pensando en ello. Es que aunque en distintas circunstancias, esa felicidad condicionada a eso que no tenemos es una marca registrada de nuestra sociedad.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo! Y suspiro por aquí y suspiro por allá. Y de repente me pongo a pensar ¿qué pasaría si lograse tener eso que no tengo?; ¿cómo me sentiría si el milagro se diese? Y la boca esplendorosa se estira, suspira y sueña.
¿Cuáles son esas cosas que no tienes? ¿Cuáles de ellas te despabila el sueño sin pedirte permiso?
¿Qué otras cosas postergas porque no tener lo que no tienes?
Muchas personas van por la vida postergando “ser” hasta tener, y esperan ilusionadas que las condiciones óptimas se den y así tendrán la oportunidad de “ser lo que hasta hoy no han tenido”.
El lenguaje que usamos no es inocente, ni arbitrario, N. Chomsky un importante lingüista de los Estado Unidos, habló en una de sus teorías de la G.U (Gramática Universal) con la que nacemos, y a partir de la cual nos comunicamos. Este experto expone que cada vez decimos algo, elegimos de miles de palabras que tenemos en nuestro fichero mental y esa  particular palabra será la que utilizaremos. A través de nuestro lenguaje vamos creando nuestro mundo, y la representación mental que tenemos de él. Nuestro decir condiciona nuestras emociones, nuestros actos y nuestras relaciones con los demás. Hablamos para ser escuchados, movidos por una inquietud, un propósito.
Y el discurrir de nuestro decir va sedimentando nuestras conversaciones internas, nuestras interpretaciones respecto de la vida y las creencias que nos sostienen. Este aforismo seudo-inocente que a diario usamos con frescura, e inconsciencia dice mucho más de lo que escuchamos.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo!
Imagina que un hada sale de un cuento y se encuentra contigo, ella cansada de ayudar a princesas y sapos a conciliar un sueño, te sugiere que le digas “todo eso que no tienes”, aquellas cosas que te hacen repetir una y otra vez “Qué feliz sería yo con lo que no tengo”
Es un auto, una casa, una pareja, unas vacaciones, un empleo ¿Qué más?Tú puedes ser feliz ahora mismo, con lo que tienes, y con lo que te falta, este presente es tuyo, sólo tienes que apropiártelo Piensa, (es tu Hada), ¿Qué más? (No abuses tampoco).
Tu hada con un movimiento sensual y absurdo, a la cuenta de tres, presenta frente a ti esas cosas…ahí están al alcance de tu mano… lo que siempre habías soñado… ¿pero qué es lo que te sucede?, sientes una gran emoción pero sin embargo, no puedes sentir eso que siempre creíste sentir: ¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo!, porque ahora mismo: lo tienes. Y has venido postergando tu felicidad, tu ser,  en relación a esas cosas que no tienes; pero si de ellas dependía tu felicidad, ¿por qué no lo eras, si ya no lo tenías?; ahora sin embargo podrías decir ¿qué feliz que soy yo con lo que tengo?, o seguirás ansiando por ansiar, anhelando por anhelar, enfocando la mirada siempre en lo que le falta a tu vida.
El gran problema de los hombres (lo digo como género no especie) es que buscan el TENER antes del SER. Y atesoran en sus mentes esos símbolos con el afán de adquirir una experiencia que no tienen por sí mismos.
Detrás de los símbolos y la experiencia
Hay Infinidad de cosas materiales bellezas, piensa en esos vestidos de diseñador,  las bolsas,  los zapatos, el aparador de las cremas y los perfumes de las tiendas departamentales, y esas cocinas integrales ¿En qué oportunidades esos símbolos representan para ti una experiencia?
He tenido pacientes que me han confesado “que los tacones le dan seguridad  y confianza”, ¿comprendes a lo que me refiero? A la peligrosidad de creer que lo exterior puede alimentar nuestro interior.
Muchos hombres, trabajan para tener un hermoso auto, no por el auto mismo sino por lo que significa, el juicio que los construye les dice “Tú con un buen auto puedes conquistar a cualquier mujer”.
Y así empezamos a entregar nuestro poder personal, y nuestro tiempo a otros, pueden ser cosas materiales o personas: “Si yo tuviera una pareja sería feliz”.
Pero lo que vengo a decir es que TÚ puedes ser Feliz ahora mismo, con lo que tienes, y  con lo que te falta, este presente es tuyo, sólo tienes que apropiártelo.
En lugar de ir tras los símbolos que traen experiencia, genera en tu interior la experiencia que atraiga el símbolo. No te condiciones a SER.
Aunque creas que es imposible el SER que hoy eres atraes lo que tienes. Todo lo que sientes que implica seguridad, poder, éxito, libertad, confianza llegará a ti, si primero experimentas esos valores en tu intimidad.
¿Quieres éxito? Piensa ¿Cómo se comportan las personas de éxito? ¿Desde dónde hablan, se comunican, actúan? ¿Qué no has estado haciendo para ser exitosa?
La semilla de quién eres, se germina en interior, no pierdas tu tiempo mirando afuera, a veces creerás que cualquier soplo de la vida te impedirá ser tú misma.
¡Qué feliz sería yo con lo que no tengo! ¿Qué feliz serías renunciando a lo que no tienes una y otra vez? ¿Qué feliz serías con lo que no tienes, si ya no lo tienes? ¿Cuán feliz eres entonces?

Escrito por: Chuchi Gonzalez
Coach Ontológico – Escritora – Tallerista Motivacional
Desarrollo Humano Crear-T S.C
Fuente: http://www.supermujer.com.mx/bienestar/crecimiento-interior/que-feliz-seria-yo-con-lo-que-no-tengo.html

11 de abril de 2013

La aventura de Educar-nos


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Todo el tiempo estamos percibiendo a través de nuestros sentidos el universo que llega a nosotros, como una inmensa ola que se derrama en la costa, la información de la realidad nos arrasa, nos conmueve, no penetra, nos alcanza.A cada instante la magia del exterior nos transforma, nos rediseña, nos inventa.
No somos los mismos, náufragos en las aguas del cambio permanente, como figurilla de plastilina vamos adquiriendo diversas formas emocionales, sociales, y relacionales; dejamos huellas en los otros y ellos en nosotros; nos pertenecemos y compartimos sin tomar consciencia de ello.
Parece que nuestra amnesia temporal nos hace jugar en forma individual muchas veces; por eso siempre está el que necesita llegar antes que otros  a un lugar y se pasa el semáforo en rojo; o la persona que no tiene tiempo para esperar su turno en el supermercado y que con ardid logra pasarse, los que no pueden guardar un papel en la bolsa y lo echan al piso; los que no sonríen ni saludan porque están de mal humor, los que sabotean la alegría ajena porque son creyentes férreos de que todo está mal.
Y así como partículas dispersas vamos por el mundo, construyendo y destruyendo a nuestro antojo, olvidando la unidad. Pero aún sin recordarla formamos parte de ella. Por eso nuestras elecciones inconscientes repercuten más que nuestra necedad. Es tiempo de que seamos responsables de los actos que asumidos y ejecutamos, y que entendamos que lo que hacemos hoy en este presente, también implica desventajas tal vez para otros individuos que ni siquiera están vivos aún.
Llegó la hora de educarnos. Buceando en la etimología de la palabraEducación, la misma deriva de la voz latina “educere” que implica conducir, guiar, es decir que al hablar de la propia educación, la íntima y personal, la que cada día nos inferimos, hablamos de auto-conducirnos o auto-guiarnos.
La pregunta que surge es más que obvia ¿En qué habremos de auto-conducirnos? ¿En qué nos hemos auto-guiado hasta ahora? Y entonces deberíamos observar nuestra vida con un grado de inocencia, e ingenuidad, y si los resultados no son los que deseábamos, probablemente tendremos como respuesta que nos auto-guiamos en el sendero de la masa o de la corriente; en el estado de ánimo de pesimismo y resistencia, en la esperanza vana, en el mal humor, en el apego, en el desamor, en el miedo.
Es que en la aventura de educar-nos compartimos con los demás valores, códigos de conductas, paradigmas, “verdades que la sociedad maneja como absolutas” y toda esa fuente de conocimiento nos instruye a elegir lo que elegimos. Si me he guiado por el camino de que la vida es difícil para una mujer, que a determinada edad ya soy vieja y se cierran las posibilidades para volver a empezar; lo más factible será que aún con los sueños guajiros de hacer algo diferente por mi vida, insista en seguir con una relación o matrimonio que no me satisfacen, pero después de todo ¡así es la vida!
Por el contrario, si me he regido por la libertad personal, en un contexto de armonía y paz, lo más probable será que no importa la edad que tenga, siempre seré joven para emprender nuevos horizontes y entusiasta para encontrar posibilidades.
No se trata de que creamos que la vida es simple y sencilla, pero aunque no lo creas así lo es, somos los seres humanos los que a través de nuestras interpretaciones la tornamos viciada y dura.
¿Por qué entonces no nos atrevemos a re- educarnos? Si nos enseñaron que dos por tres es seis, corramos el riesgo ahora de creer y sostener que uno más uno no son dos, son un equipo; que todos  vivimos en un contexto de interdependencia, que la autosuficiencia  es el un invento de un alma con baja autoestima.
Escrito por: Chuchi Gonzalez

19 de febrero de 2013

vivir de pie


A veces pienso ¿ cuál es el sentido de la vida? ¿ cuál es el sentido de mi propia vida? … a veces me dan ganas rebeldes de bajar la guardia, de renunciar a todo, ganas de no pensar, no hacer, no decir, de volverme una página en blanco sin posibilidad de ser escrita…. y todos mis inconexos pensamientos me llevan desde el más acá al más allá… e inexorablemente  el rostro de la muerte se me adentra como una capa de photoshop… y esa cara es tu cara…tu bendita cara de mieles cansadas, maduras, henchidas, rebozadas de sueños truncos… la vida tiene un movimiento particular… un baile que creemos bailar… y si miramos bien… estamos colgamos a centímetros de ella… pateando el aire… antes de estallar en mil trozos de nada… Estamos llenos de agendas, y futuras notificaciones… llegamos puntuales a todo lo vano… a lo importante llegamos a empujones o tarde… A nuestra muerte no la vemos rondar…creemos que será después y está ocurriendo ahora mismo… pensaste alguna vez ¿ cuántas cosas se mueren en vos cada día?… no es el final lo que nos detiene…es el día a día…es el ahora…y no es el dentro de un rato… las cosas tienen movimiento… y todo caduca … y la fuente principal es la negligencia…
…. la putita negligencia con la que andamos de novios por la vida… postergando… enojándonos… embriagándonos de alcohol pero más aún de dolor, las formas de evitar recurrentes que utilizamos, la misma pincha manera de “ reaccionar”, la búsqueda infinita de la estúpida razón…. la maldita costumbre de querer estar mal a fuerza…  creemos que si estamos del carajo somos más serios, más comprometidos, más educados… la vida es un asunto serio, carajo!
…por eso reconozco la sabiduría de mis maestros… de aquél que pudriéndose su cuerpo aún encontraba miel en cualquier rincón de la cotidianidad… de ese que las ardillas le enviaban mensajes… los pájaros le indicaban que pronto emprendería su vuelo único y eterno… ese que decía “ya va a pasar”… y ya pasó…. y pasó… un día… otro… y más… meses.. enfermedades… llantos… juegos… risas… palabras … besos… abrazos… regalos… cambios de estado civil… color de pelo… pesos …. índice de grasa corporal… enemigos…ausencias…
….todo pasó… todo pasa… y yo también pase de moda… de uso y de costumbres… de fines y de principios… yo pase de abajo arriba … porque sin darme cuenta aprendí a vivir de pie! …
Chuchi Gonzalez

11 de febrero de 2013

Ser buenos algo…

A lo largo de nuestras vidas, siempre llega un momento en el que procuramos ganarnos la corona de “buen algo” – comenzamos por pretender ser buenos hijos, buenos alumnos, buenos nietos, buenos compañeros, buenos hermanos, buenos primos.
Crecemos y la búsqueda sigue en pie… ser buenos estudiantes, buenos novios, buenos profesionistas, buenos esposos, buenos padres… Descubrimos lo evidente, nadie nos enseña a ser buenos en ningún rol… y por eso  - o por nuestros antojos vinculados a las debilidades emocionales – fallamos, una… dos… tres… innumerables veces…A veces desistimos… otras perseveramos… tomamos impulso y nos lanzamos… nos preguntamos ¿ cómo ser buenos en esto o en aquello? ¿ qué será lo que el otro espera de nosotros? Y no obtenemos respuestas claras… pues son preguntas retóricas. ¿Cuántas camisas habrás quemado? ¿Cuántas fechas de aniversarios habrás olvidado? ¿Cuántas cenas condimentadas de más? ¿ Cuánta ropa maltratada?
Si fuera por los quehaceres… sería injusto la valorización bueno o malo… sería cuestión académica… técnica…de oficio… ¿ qué es lo que nos constituye como buena pareja?…¿ qué es ser buena pareja?…¿ De qué hablamos cuando buscamos ser buenos?
Bueno, malo, pésimo, buenísimo … son formas de evaluar las situaciones o las actuaciones en nuestra vida.
Y el tan deseado “bueno/a” es una referencia a lo que nosotros como individuos pero también como parte de la sociedad consideramos que abre posibilidades y oportunidades en nuestras vidas y en la de nuestro entorno.
“Ese accionar que nutre mi relación, ese mirar empático, esa escucha afectiva, ese compartir, es lo que crea nuestra etiqueta” 
Y ¿para qué etiquetarnos? De alguna forma para alinearnos a los valores que sabemos encauzan en nuestra existencia una experiencia de prosperidad y amor.
Las etiquetas en sí mismas no son malas. Son malas las adherencias que le ponemos a ellas. Si ser buenos hijos hace que seamos aplicados en nuestros acuerdos, arriesgados y amorosos… cero problema… Ahora bien… si por el afán de querer ser buenos hijos, nos castigamos, hostigamos… muchos problemas…
Pues la valoración no debe ser un requisito para ser aceptado o amado por el otro. Sino una postura que habla de una madurez en el amor, pues si mi naturaleza gregaria me permite “vincularme” – yo como agente – en un vínculo maduro – trabajaré para dar de mí lo mejor.
Porque dar lo mejor de uno, sin reservas, es lo que nos hace buenos… pero… buenos seres humanos… Humanos que adoran su humanidad con virtudes y pecados – etimológicamente pecado significa error .
Ergo…lo que nos permite autodefinirnos buenos esposos, hijos, alumnos, nietos, amigos, padres, ciudadanos… es nuestra construcción como personas. Y ser PERSONAS… es darnos una serie de permisos que la autora Virginia Satir define de la siguiente manera:
1. “Concederme el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar que otro determine dónde debería estar yo o cómo debería ser.”
2. “Concederme el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.”
3. “Concederme el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.”
Nuestro dar sin importar las circunstancias, nuestro dar sin mirar a quién, nuestro dar desde el amor, nuestro dar genuino, nuestro dar en gratitud, depende exclusivamente de concedernos estos permisos  que nos  dan identidad emocional y desde ahí podemos ser oferta para el mundo.
Pero por favor.. no sueltes la plancha… ni dejes de comprar esas flores… los pequeños detalles hacia los otros… más nuestros permisos personales… alimentan!!!
Chuchi González

22 de enero de 2013

Poner Foco en lo Bueno

Día con día nuestra atención se focaliza en aquellas situaciones, relaciones, circunstancias que no funcionan. La sociedad nos ha impulsado a ello. A solucionar, a resolver, a reparar. Vives inmersa en una rutina de “resarcimiento”, todo lo que no marcha sobre ruedas requiere una imperiosa necesidad de ser “arreglado” y por eso pasas gran parte de tu día “pensando en cómo le harás para encontrarle una salida a eso que te incomoda”. Grande, superfluo, pequeño o profundo, cualquier realidad débil merece y exige ser corregida; pero este contexto implica un desgaste de energía tremendo. Los vínculos que no favorecen el crecimiento en nuestras vidas, son privilegiados ante cualquier otro evento; piensas en lo que dirás, en cómo decirlo, en lo que callar. Los empleos que fastidian tu rutina trasmutan sus presencias y son más importantes que las actividades que te generan placer.
Así te vas olvidando de tus proyectos personales o familiares, de tus sueños, de tus hobbies, de tus gustos. No hay otra cosa más importante que resolver problemas. Y así vives creyendo que la misión de estar vivos es “hacer algo con los problemas”, pero un algo “constructivo” o “evasivo”; enfrentarlo o huir. Sin embargo desde la psicología positiva, existe una nueva forma de mirar lo que no funciona, y es dejarlo de mirar. ¿Cómo? Acaso no sería ¿resistir? Claro que no, la indagación apreciativa para de la premisa de cambiar el foco. Dejar de mirar lo que no anda bien, poner atención en lo que fluye en excelencia y preguntarnos ¿qué hacemos para que esto funcione para conservarlo? “El concepto de apreciación se derivó de la concepción que existe del ojo apreciativo en el arte, donde se dice que dentro de cada obra de arte una persona puede encontrar la belleza” (Gergen, 1999) Esta nueva filosofía te invita a cambiar el rumbo de tu vida, poniendo especial atención a las fortalezas.
Chuchi González

15 de enero de 2013

La orden del día…

El menú de cada día se nos hace rutinario… comemos las mismas emociones, repetimos incluso las que no nos agradan… cada noche eructamos los desacuerdos, los malestares y el arrepentimiento. Nos llenamos de gases que guardan rencor, resentimiento y la náusea de no saber ¿ el para qué de la vida? va y viene dejando angustia en el alma.
¿Entonces?… ¿ Te atreves a cambiar de dieta? … ¿ A hacer un sacrificio por esa vida que anhelas?…Es simple… no compliques las cosas… lo único que requiero de tí… es que des tu cien, tu extra, tu máximo, el cien por ciento de las veces. Porque la mezquindad en la que te has subsumido abarca todas las áreas de tu vida…Besa más, triplica el contacto físico… acércate a los que amas y diles – aunque ya lo sepan – que los quiere… nada más que un poco de saliva gastarás y a cambio, un cóctel sabroso de hormonas como la endorfina y la oxitocina te pintarán una sonrisa en el corazón.

Busca y encuentra tu forma de dar y darte lo mejor de lo mejor para ti y par tu entorno, no importa si hace frío o calor, si tu equipo perdió el campeonato o si la flojera ha invadido tu cuerpo; tu eres responsable siempre de elegir que emociones tragar… entonces elige bien… dar es una acción que neutraliza el egoísmo, y por ende… desinflamas tus limitaciones. Expresa tus emociones positivas… las negativas te las guardas en la parte posterior de tu camino… hasta que se transformen en materia para desechar… no acumules berrinches, ni odios… actualiza tu cerebro… formatea tu manera de mirar el mundo… cambia tu chip en tu forma de vincularte… nadie es responsable de lo que has sentido… sólo tú… por eso puedes cambiar tu programa y poner uno que te relaje y te haga sentir la vida… Piensa en tus muertos… en que ellos no pueden saborear más una tarde de sol… o un poco de lluvia en el rostro… y en homenaje a los perdidos DISFRUTA…AGRADECE…BAILA CON LA VIDA… aún cuando a veces andes rengo … aún tienes todo para estar de pie….Piensa en dios… con el rostro, nombre, o forma que lo sientas… y descubre la grandeza de su creación… podría haberte pasado por alto… y sin embargo… aquí estás… ERES IMPORTANTE PARA EL…Goza, ríe, y ama…no hay otra razón fundamental para transitar la vida… y coincide contigo porque tú eres, la única verdad para tu corazón.

Chuchi González
(Si quieres contactarme puedes escribirme a chuchigonzalez@dhcrearte.com)

13 de diciembre de 2012

Jueves 13 de diciembre…2012

Y de repente tengo la sensación como que hubo una explosión de conciencia… la gente comienza a darse cuenta de… y se auto-proclama profeta… el amor es la letra del tango que rezan… la nueva era empezará a dar sus pasos… y la vieja… entre bastones, chanclas, y rezongos se irá a morir en el rincón junto con los malos recuerdos. El fin se acerca minucioso y voraz al mismo tiempo…y todo lo nuevo y común se revitaliza…Creemos y creamos a partir de una nueva hoja de mes… un mundo de sensaciones satisfactorias, plenas, pacíficas… no nos ha alcanzado doce ítems…ni 365 escalones… otra oportunidad … otra oportunidad… mientras haya vida… la tenemos… Lo cruento es que todo es tan endeble…y tan extremo… estamos, estaremos, estuvimos… y en un instante somos tributo…homenaje… A veces con el despertar invocamos nuestra peculiar soledad…y fileteamos la hora de la despida como una macabra obra de teatro…
¿Quién nos llorará el día en que colguemos lo botines?… ¿Quién nos llevarás flores rojas robadas de los jardines de Quilmes?…
Por eso cuando tuve la oportunidad me morí de la risa… a carcajadas de boca abierta … y cuando me enojé… lo grité sin disimulo…a bocanadas de cara de culo sin pedir perdón por ello… pero cuando me equivoqué … ofrecí una… dos … o tres disculpas y actué en consecuencia… y cuando ya sentí no poder más… grité: “a veces un campeón también cae”… Me subí a la colina de la vida y amé… y amo.. con las ventajas y desventajas de jugar en equipo…hostigando al ego… proclamando la muerte de la razón…aprendiendo a ceder… a compartir – más que cajones y espacios – … a comprender – aún sin estar de acuerdo – … haciendo siempre el es (extra) fuerzo ( fuerza) de sentir que  y cómo “actuaria yo si estuviese en ese y desde esa lugar”…
¿Porque que me importa saber quién no faltará destierro? … Si aún con escribano público nadie puede afirmarlo… sólo sé que yo con certeza estaré ahí …es día tan poco indicado… tan condenadamente desafortunado…en que estas manos dejarán de bailar al compás del teclado… en que estos ojos no se aguarán más en el mar de la melancolía… en que mi impronta no dejará más huellas al andar…
Por eso… mientras tanto…voy y vengo…subo y bajo…espero y desespero… escucho y callo…me expongo y me reservo…y aprendo… como la vida en su salsa… y doy gracias, gracias por esta oportunidad!!!.
Chuchi González

5 de octubre de 2012

Confiar en el amor

La confianza es un juicio de valor que me dice al oído que esa otra persona actuará de tal o cual forma en una situación dada. A nivel social, la confianza, sirve para generar un espacio de certidumbre, de regularidad y previsibilidad dentro de un marco tan incierto como es la vida.
Pero ¿ Cómo se confía? ¿al cien? ¿ a todo o a nada? ¿ de primera o segunda vista?
Creemos erróneamente que la confianza se pierde, y que a medida que pasa el tiempo uno puede ir aflojando la cuerda y cediendo en la habilidad de confiar. Y que al confiar puedo hacerlo en todas la áreas de la vida.
Sin embargo, la confianza como creencia generadora de oportunidades y poder, se sustenta en tres juicios más ellos son:
La sinceridad ( La coherencia entre lo que digo ( dijo) y hago (hace)
La confiabilidad ( El historial de mi ( o su ) congruencia
El área donde emito el juicio ( espacio en dónde ejerceré mi juicio de confianza)
Confiar o no confiar es una elección, dado que la confianza es un juicio, las personas fundan su desconfianza o confianza en los hechos del pasado.
Pero arbitrariamente, la fijan sobre la meseta de la totalidad. Es a todo o nada.
Podemos confiar en un persona para determinadas acciones y aún así no para otras. No tenemos habilidades para todo. Somos seres con limitaciones y eso nos constituye en humamos.
Lo mismo sucede en el ámbito amoroso, si en el pasado las relaciones no fueron exitosas eso no implica ni fundamenta que en el presente sean de la misma manera.
Tenemos el libre albedrío de elegir darnos, confiar, y vivir experiencias maravillosas o atarnos a los recuerdos y cubrirnos de armaduras por si acaso.  Y pudiendo elegir lo mejor para nosotros ¿ para qué desconfiar?
El amor es una energía que nos mueve a crear, y establecer puentes entre uno y el encuentro con el otro…es una conexión que viaja desde mi centro al centro del universo.
Confiar en el amor es más que creer en una persona o en una relación, es abrazarnos con la vida, es disfrutar de cada momento, es despertarnos a la convicción de que somos creadores.


Chuchi González

5 de junio de 2012

Alguien

Las cosas pasan, cuando pasan. Es decir suceden todo el tiempo. Algunas ocurren por el hechizo del universo. Otras provocadas por nuestra voluntad. Muchas son inexplicables. Pocas entendibles. Pero todo el tiempo, todas las cosas llegan y se van, se instalan, reclaman derechos, protestan, agradecen, dan sacudidas de orejas, nos sacan la lengua, y nos hacen despertar o cerrar los ojos muy apretados para no darnos cuenta.
y un día…
 “Dos extraños son los que se miran, dos extraños son los que suspiran, somos tu y yo… en esta noche azul… y hay algo en tu mirar que me domina… y tu sonreír que me fascina…. es como sentir que siempre yo te ame…”
Una cosa emerge de la nada infinita, y nos sacude el tapete en el que estamos parados. Y no es más que la vida guiñándonos el ojo; mostrándonos su escote atrevido, seduciéndonos a fluir con facilidad en pensamientos serenos para sentirnos a salvo.
¿ A salvo de qué? De nosotros mimos. De nuestras implicancias. De nuestras creencias. De nuestras limitaciones.
  y un día…
“No me mires así, no me hables así, no me emborraches de ti, porque me muero… y no juegues con fuego porque te vas a quemar”
Todas las teóricas científicas acerca del amor son tomadas por la locura que en babydoll truena los dedos y sonríe mostrando todos los dientes.  Y nos agitamos; nos seduce la idea de soltarnos la peluca y andar descalzos por la vida sintiendo, gozando y a las carcajadas limpias.
Es cuando comprendemos que ya tuvimos demasiado tiempo para aprender de nosotros mismos.
Un incalculable tiempo libre para andar en camisón los domingos.
Un vasto tiempo de charlas al vacío.
Una gran cantidad de horas de sueño abrazando a la almohada.
Toneladas de películas vistas sin eco.
Derroche de agua en cada ducha solitaria.
Entonces ese día … ordenamos el clóset de nuestro corazón y hacemos espacio…
Porque ya tenemos lugar suficiente para que otro se hospede. Se quede a multiplicar el tiempo, la soledad y nosotros vinimos sumando.
y un día…
Alguien llega sin golpear a la puerta.
y solo podemos decir
“Más dame un poco más, quiero intoxicarme en vos…
Hoy, antes del final, quiero intoxicarme en vos,
Arranca corazones,
dame tu droga”

Es cuando dejamos ser presos de nuestra LIBERTAD.

Chuchi González

22 de marzo de 2011

Co-dependencia y el arte de pender de algo o alguien

La codependencia emocional es una enfermedad que se caracteriza por la pérdida de la identidad. El co-dependiente se encuentra alejado de sus propios deseos, sentimientos y pensamientos. Y encuentra satisfacción fuera de sí mismo, en la experiencia con el exterior. Según el autor John Bradshaw – en su libro- “Volver a la niñez”; un adulto co-dependiente es un adulto que de pequeño no fue satisfecho en sus necesidades; y por lo tanto no sabe quién es. Es un ser que está pendiente y pendiendo de un otro, de una situación o un objeto.
Siguiendo la línea de pensamiento del auto citado; si de “niño” mis reales necesidades no fueron resueltas; es cuenta pendiente se arrastra a la adultez con conductas que en muchas ocasiones sabotea nuestro presente.
La co-dependencia surge en ambientes familiares violentos, agresivos, en dónde imperan las situaciones tensas, estresantes, violaciones a los códigos morales, abusos de diferentes índole, maltratos.
El niño que ha crecido en un ambiente familiar enfermo, lejos de poder crear una vida interior plena, debe atender las necesidades de este entorno, y olvidarse de resolver lo propio.
De esta forma el adulto co-dependiente no sabe “ocupar su lugar” ni “ocuparse de sí mismo” atiende las urgencias y carencias de los demás; pero si se mira al espejo, nada ve reflejado. No tiene conciencia de quién es. Sin la satisfacción de sus primarias necesidades no ha logrado formar un YO SOY.
Si pensamos en adicciones, y comprendemos que en la adicción hay una relación patológica con algo que altera nuestro humor; nos daremos cuenta, que ser co-dependiente es ser adicto también. Y qué se puede ser adicto a cualquier cosa, incluso al amor.
A veces resulta de un romanticismo exquisito ser adicto al amor; sin embargo, lejos está de ser una situación sana. Ver, mirar, respirar a través del otro,¡ qué demencia!, eso de no poder vivir sin el otro ¡qué locura!; se nos ha enseñando tanto a “depender” de los vínculos amorosos, que cuando no los tenemos nos sentimos ajenos a nosotros mismos; sin el otro, no sabemos quienes somos.
Las personas que padecen algún tipo de co-dependencia suelen tener el síndrome de la víctima. Bajo este panorama el co-dependiente es alguien que está paralizado, que es reactivo, que no crea, que es repetitivo, que no genera. Su postura es la inocencia, su conversación tranquilizantes es “yo no fui”, pero pagan precios muy altos por su impotencia. Creen que en todo lo que ocurren nada tienen que ver, no son protagonistas, sino mero espectadores; no forman parte ni del problema ni de la solución, no son fuente ni causa; sólo esperan, arrebatan, toman todo aquello que creen en su interior no pueden crear.
Pender, oscilar, estar colgado, ser clavel del aire, volar en los cielos del otro, subirme a su lomo, andar y no tener sombra, creer que contigo soy y sin ti no existo.
Chuchi González