17 de octubre de 2016

Desenmascarando al miedo


Cuando suelo pregunta ¿Cuál es tu miedo? muchos responden YO NO TENGO MIEDO, NO TEMO A NADA, YA NO SÉ LO QUE ES EL MIEDO. Y pocos pueden reconocerlo. El primer grupo habita en la nebulosa del desconocimiento personal, la que puede aparentemente librarlos de conmociones y conflictos emocionales, pero a la larga la nube se disipa y caerán al pavimento de la realidad. Los segundos están en materia para poder transformarlo en amor.
Todo - lo sepas o no - tenemos miedo. Hay miedos que viven en el consciente de los que podemos hablar a boca plena o en la intimidad, y muchos que se hospedan en nuestro cuarto oscuro llamado inconsciente. 
Tenemos miedo a la muerte - a la propia o a la de un ser querido; a las pérdidas, a la vejez, a quedarnos sin empleo, a que nos sean infieles, a que nos dejen de amar, a no poder por nosotros mismos, a la esclavitud del destino, a la mala suerte, a un ataque terrorista, a una manipulación, a las mentiras de la pareja, a que nos decepcionen, a que los clientes no nos elijan, a que se nos rechace, a vivir injusticias, a un huracán, a que un perro nos muerda, a la gente de la calle, a pasar hambre, a tener una enfermedad, a que se rompa el auto, a que el despertador no suene, a encontrarnos con alguien que no queremos, a confrontar situaciones dolorosas, a las peleas, et.... 
El miedo como sustancia química que es en su génesis, tiene como propósito protegernos, y es una herramienta fundamental cuando la causa de peligro es real, pero esta herramienta la podemos activar sin que exista ese conflicto, sólo a mirando el pasado, y fabricando un presente temeroso sin real causa.
La raíz de todo miedo es pensar a destiempo, en lo que podría pasar o en lo que paso. Es como dejar nuestro cuerpo físico en el presente y desalojarlo para viajar a otras épocas. Piensa cada vez que sientes miedo NO ESTÁS EN EL PRESENTE. Imaginas lo que pude suceder, o recuerdas lo que sucedió.  Si te asientas en el presente, que es nuestra única realidad NO HAY MIEDO. Excepto que te encuentres frente a un depredador ( un león, el maltrato de alguien, una situación extrema) y ahí se activa como defensa biológica para protegerte; desencadenará el sistema de estrés y prepara tu cuerpo para huir, atacar o bloquear.
Pero esas situaciones no son las constantes en nuestra vida. Las de vivir a destiempo son las que no vuelve rígidos, convierten a nuestro cerebro en un ladrillo y al cuerpo en una bomba de químicos y hormonas tóxicas. 

Para transformar ese pensamiento te voy a compartir 4 mantras budistas que te servirán para traerte al único espacio tiempo que es la vida y transformar la energía del miedo en amor...

Estoy aquí contigo
Soy feliz de estar aquí contigo
He llegado
Estoy en casa

Repite estos mantras diariamente para entrenar a tu cerebro a pensar de esta manera y encontrarás beneficios saludables en todos tus cuerpos.









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