19 de agosto de 2014

No temas decir amor en sólo 7 días

El enamoramiento como proceso social en el que dos construyen una realidad nueva basada en una comunicación amorosa, dejando de lado sus sentimientos precedentes puede ocurrir en un golpe de vista, unas tazas de café o varios textos de mensajería virtual – entre otros medios-. Y cuando el galope del pecho se suelta, y las pupilas se dilatan, la piel se vuelve china (o japonesa), y los suspiros un recurrente lugar en común; la razón con el bastón de lo lógico se hace presente para demandar la atención y proponer prudencia justificada en los testimonios del pasado. Pero, ¿ que puede juzgar el cerebro? Si su alimento fundamental es el azúcar, ¿desde que altura moral puede indagar sobre la alocada necesidad de hablar con diminutivos, la pobreza léxica, y la sonrisa estupefacta que no se borra ni aún con los recuerdos? Es que el flechazo es un bumerán que lanzamos inconscientemente y tarde o temprano, nos trapa. Buscamos un tiempo racional para emitir frases hechas “ te quiero” “te amor” “¿ Me amas?” en el estricto orden; nos mostramos amorosos y despreocupados al principio, para luego saber que va a suceder con nosotros ¿Me amas? Nada dicta un ciclo definitivo. 

Hay gentes con las que nos queda cómodo desarrollar el discurso en forma ordenada, y otros con los que no sabemos ni de comas ni puntos y decimos lo que nos viene a la cabeza para practicar después el sentimiento tardío: el arrepentimiento. ¿Amor? – dije ¿Amor? – ¿ No es demasiado pronto? ¿Vamos rápido? ¿Es lo mismo estar enamorado que estar siendo enamorado? ¡ Para qué tantas vueltas! para justificar nuestros actos, para cuidar nuestra imagen ( que va a pensar el otro, no queremos vernos regalados) Prejuicios. El amor es para vivenciarlo, no se mide con la vara de lo que dicen acerca de el, si tenemos la fortuna de enamorarnos, ¿ por qué no disfrutarlo? ¿ qué es lo peor que pueda pasar? ¿que se termine? Todo tiene fin, pero no por eso quiere decir que no existió.

La próxima vez que te encuentres en la disyuntiva “lo digo o no lo digo” arrebata su bozal social, si hay duda, hay necesidad, dilo. Grita. Grítalo fuerte. Espanta a los pájaros, disipa las nubes, no guardes esa energía que nos conecta con lo que somos, lo mismo que tememos pronunciar: AMOR.
No temas decir AMOR en sólo 7 días, los mismos que hoy crees pueden burlarse, mañana o en un rato dirán lo mismo. Siempre en alguna esquina de nuestras defensas el amor nos hace piedra libre. 

1 comentario:

  1. Muy bella danza a la que invitan tus palabras... Temer de decir Amor? Que interesante ironía, siendo el miedo ausencia de amor, sin importar cuantos días, tiempo, espacio... Congruencia en el amor.. Te imaginas? Que locura tan preciosa!!
    7 días? Qué tal 3?

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