24 de junio de 2014

Cambiar el pensamiento




La fuente de todos nuestros males, está en el pensamiento. Creemos que es el exterior lo que nos impacta, pero sin embargo, es el interior el que modifica lo externo. Es la singular manera de responder ante cada situación lo que nos llena de temores o de alegría.
Cambiar el pensamiento requiere tener la capacidad en principio de soltar todas las creencias, y entender que ellas son  una ilusión, una nubecita a la que nos prendemos creyendo que es un hecho, que no es refutable y siempre existirá.
El mejor método para hacerlo, es comenzar con las menos dolorosas, con esas que están ahí y a las que recurrimos pero no se nos va la identidad en ellas; para luego asumir la osadía de  soltar con las que más nos identificamos.
Lo creas o no, los pensamientos son energía que nos fortalecen o debilitan. Si constantemente estas pensando cosas negativas, tóxicas, tristes, tu estado de ánimo será coherente con esa forma de pensar.



Pasos para aprender a cambiar los pensamientos
  1. Dejar de inculpar a otros: Toda vez que crees que los demás tienen la culpa de algo que te ha sucedido, te hundes un terreno pantanoso del que difícilmente podrás salir hasta que el mundo cambie.  Comienza a ver a los que te rodean como espejos o maestros, ellos están cerca para enseñarte algo, aún cuando las lecciones sean dolorosas o menos agradables de lo que desearías.
  2. No hables de otros, siempre habla acerca de lo que a ti te sucede, de lo que sientes. La vida es un bumerán si criticas, volverá tu juicio en contra tuyo.
  3. Relativiza todo, no vivas en extremos, en escalas de blanco o negro. Hay tantas posibilidades como observadores somos.
  4. Renuncia creer que tienes la verdad, sólo es una mirada.
  5. Erradica día tras día, el obstáculo de creer que no mereces.
  6. Despierta a la experiencia del perdón.
  7. Elige pararte en tu poder que es tu espíritu, no seas amigo de tu ego.
  8. Obsérvate como una criatura espiritual
  9. No luches contra nada, eso es reforzar su existencia, es creerlo, y lo que crees –creas.
  10. Confía en el poder de tu espíritu.

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