¿Quién eres o creer ser?

Seguramente podrías aseverar que eres una mujer o un hombre, y contarías sobre tu nacionalidad, para luego agregar algo de tu condición familiar: madre- padre, hija/o, tía/o, abuela/o, esposa/o, hermana/o; y continuarías haciendo referencia a tu profesión u oficio o ámbito laboral: profesionista, empleada/o, ama de casa, abogado, mesera/o, escritora, empresario. Y más tarde aportarías algunos cuántos defectos entre dientes y sonrisas burlonas, y algunas suspiradas virtudes.

Pero, ahora atiende, dime ¿quién eres? Más allá de todas esas explicaciones que arriba usaste, ¿quién eres? La pregunta se vuelve un poco inquisidora, como una maestra de secundaria odiosa y fría, ¿quién eres?... Porque eres más que lo que acabas de descifrar. Tú eres mucho más que esos principios interpretativos… ¿quién eres?

Tal vez no lo entiendas en este preciso momento, pero tú eres tú, y sin embargo, a veces crees ser tu madre o tu padre, tus maestros de la infancia, o tus abuelos; en muchas oportunidades vives como si fueras ellos. ¿Desde dónde puedes obsérvalo? Desde tus creencias, desde tu forma de mirar la vida, de relacionarte, incluso de hablarte a ti misma. ¿Te regañas como solía hacerlo tu madre? ¿Eres exigente contigo misma como lo era tu abuelo contigo? Busca dentro de ti, están todas las respuestas.

Tú eres Tú. Es grandioso cuando lo observes. Aunque creas en algún instante que si lo eres, vives lo contrario. ¿Qué creencias tenía tu madre sobre el amor? ¿Cómo influyo eso sobre tu vida? Has crecido convencida de que la vida es de tal o cual manera, y la vida no es lo que sucede allá fuera, es lo que tú piensas que es.

Cuando te pregunto ¿quién eres? Te estoy preguntando acerca de tus creencias, porque ciertamente somos lo que comemos, y lo que pensamos.

Si tus creencias son limitadoras la mayor parte del tiempo, te constituyen como una mujer miedosa, desconfiada, insegura, o en un hombre que no se siente a salvo, ni cuidado, y por lo tanto sus relaciones interpersonales serán complicadas, pues generaras lo que creas.

Realiza un ejercicio simple, dedícate un tiempo para ti, y haz una lista de las creencias negativas que tienes, recuerda para liberarte de ellas, primero debes saber cuáles son; conecta con toda la basura que tienes del pasado, y que hace que muchas veces tu presente huela mal.

Luego léelas, y piensa ¿Son tuyas realmente? ¿Te sirven para lo que quieres lograr en tu vida? Si alguna de las respuestas es NO. Cámbialas, sí que puedes. Hazlo. ¿No es fácil abandonar viejas pautas? Esa es otra creencia negativa. Es simple, para ti, lo es. Ahora piensa que estás dispuesto a soltar lo que te hace mal, y repítelo como un loro todo el día. Hasta que todo lo dañino se esfume. Confía.