31 de agosto de 2010

El inalienable derecho de decir NO

El “no” es una de las palabras más hermosas que tiene nuestra lengua, pues a través de él podemos representar gran parte de nuestra entidad personal y distinguirnos de los demás como “seres diferentes, legítimos y autónomos”. Me refiero al NO usado de forma responsable y certera; y no a la berrinchuda actitud adolescente de decir “no porque sí” sin fundamento, ni reflexión previa. Hablo de ese “NO” que establece – con el mero hecho de pronunciarlo- un antes y un después en nuestras vidas; ese que se configura como el perímetro de nuestro ser, el que impone límites, el que habla de que nos “elegimos a nosotros mismos”. Aunque suene coloquialmente egoísta, siempre debemos elegirnos primero a nosotros, sin esa previa elección, nunca podremos elegir al otro en forma saludable y exitosa –pero esto lo veremos en otra entrada-. El NO de nuestro día es la Declaración de Dignidad que nos corresponde a todos.Es nuestro “Basta” de eso que no queremos más para nuestra vida. Y aunque para algunos suene des-honesto porque no responderemos a sus intereses para tu tranquilidad interior será la palabra mágica por excelencia. Voy a ejercer mi inalienable derecho de decir NO –Tomo aire, lo contengo, lo suelto y digo:
NO a los obstáculos que se interponen en mi camino
NO a las excusas ajenas que me alejan de mis sueños
NO a los reproches sin fundamento de los que esperan más de lo que me he comprometido
NO a los mandatos sociales que imponen “determinados paradigmas de vida”
NO a la represión, a la imposibilidad de andar por el mundo como uno verdaderamente es
NO a la violencia gratuita, la que surge de los temores ajenos y se conjuran en uno
NO a la manipulación psicológica de los que tratan de dominarnos
NO a los excesos
NO a la ira
NO al odio que busca la razón
NO al resentimiento
NO a los que no valoran el maravilloso ser humano que soy
NO a los que abusan de mi confianza
NO a los que pisotean mis derechos interponiendo su satisfacción personal
NO a los que me sonríen y por atrás me clavan una daga
NO a los que no se juegan por amor
NO al auto-aislamiento
NO al insomnio enmascarado de angustia
NO al remordimiento de lo que no hice
NO a la auto-exigencia descarnada
NO a los insultos
NO a los gritos
NO a los que minimizan lo que siento
NO a la traiciones
NO a vivir anhelando
NO al Olvido
¡NO a las injusticias repetidas!
                                                                                        Chuchi

1 comentario:

  1. Chuchi! Ni bien empecé a recorrer tus rebeldes y certeras líneas, se me vino a la cabeza de que cuando nos estabamos animando a explorar la vida y sus maravillosos enchufes y porcelanas, nuestros adultos nos decían "NO". Un no grandote, rotundo, definitivo...que lo único que lograba era acrecentar nuestras ganas de hurgar con nuestros deditos esas maravillas, y descubrir los principios de la física rompiendo la vajilla...
    El tiempo pasó y los "NO" se sucedieron sin pausas.

    Pero hoy, a mis 30 y pico, apoyo a todos tus NO!

    Besos fraternos!

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